Por Rolando Tobarez / Twitter: @rtobarez
La discusión la disparó un dictamen de la jueza de Familia de Esquel, Mariela González, que lo redactó con ese lenguaje. En agosto fue invitada por el Consejo para evaluar la postulación de Verónica Re como juez de refuerzo en el Juzgado de Familia de Comodoro Rivadavia. Consideró que no reunía las condiciones. Re, actual secretaria del Juzgado, elevó una queja al Consejo pidiendo que ese dictamen sea rescrito en línea con la RAE.
El audio del último debate del cuerpo, en septiembre en Comodoro, refleja la discusión. La consejera Nelly García, de los magistrados de Esquel, opinó que González “usó el lenguaje como contracultura, para llamar la atención y provocar, no es que esté mal escrito. Ante eso no tenemos nada que hacer. ¿Qué podemos decir?, ¿que es nulo porque está mal o porque no reúne los requisitos? Tenemos que aceptar que lo escribe y lo expresa así para llamar la atención sobre una cuestión discutible que veremos a futuro cómo queda, pero es una opinión; no tendríamos que revisar nada”. Se opuso a corregir un dictamen ya escrito y firmado. “No uso ese lenguaje pero lo acepto como una opinión; la próxima le decimos ´En esos términos no te lo aceptamos’ pero en el mismo momento”.
El consejero Enrique Maglione, de los abogados de Trelew, opinó en cambio que el texto inclusivo del dictamen “tergiversa o altera nuestra lengua española. No es conveniente aceptar día a día introducir palabras de otro idioma o deformar nuestro lenguaje”. Sugirió que González reescriba el dictamen o que si vuelve a ser invitada “se dirija en español de acuerdo a la RAE”. E insistió con que “no encontré libro o artículo de Derecho de Familia o ninguna sentencia escrita en esos términos sino en un correcto español”.
Según Claudio Mosqueira, consejero popular por Sarmiento, “la vida tiene menos vueltas que la abogacía. Cada uno se expresa como quiere y si no gusta la manera de pensar de cada uno, a otra cosa mariposa”.
“Es una falta de respeto decirle (a González) cómo debe dictaminar o escribir –subrayó-; es una forma de expresarse y si no estamos de acuerdo, no la invitamos. Ella aclaró que iba a ser así. Ése era el momento de decirle y si no, callar para siempre”.
Coincidió la consejera Martina Erostegui, de los abogados de Comodoro: “La cuestión del lenguaje como sistema para exponer y transmitir ideas excede lo meramente gramatical. Acá se trata de concientizar y tomar conciencia como sociedad sobre la discriminación. Celebro que una jurista se haya animado a escribir un dictamen en este sentido”.
“No podemos invitar a un jurista y limitarlo en lo que debe decir. Es una evolución y puede parecer raro para acostumbrarse, sobre todo los abogados que estamos tan atados a lo gramatical. Quiso transmitir una idea mucho mayor, de no discriminación. No me atrevería a decirle cómo debe redactar sus informes. Pedir eso a un jurista es un poco fuerte”.
“Es una evolución –definió Erostegui-. Puede resultar raro para todos, incluso para las que somos mujeres. No uso ese lenguaje pero no me molesta porque es un orden de ideas mucho mayor. La jurista aclaró antes de emitir su dictamen que lo haría en estos términos. Si pedimos que lo cambie no la respetamos”.
El representante popular por Trelew, Luis Torrijos, ironizó: “Cambiemos de nombre y pongamos ´Conseje de le Magistrature´. Suena francés y es más cool”. Luego aclaró que reformular el lenguaje inclusivo del dictamen “no es decirle a los juristas cómo deben redactar sino pedirles que se amolden a la lengua española, que debería primar en los informes. Estamos todos de acuerdo en el respeto a ciertas luchas y derechos, no lo pondremos en ningún momento en discusión, simplemente es una cuestión gramatical”.
Martín Montenovo, presidente del Consejo por los magistrados de Comodoro, explicó que alinvitar jurados para concursos del fuero de Familia “es muy difícil salir de dos interpretaciones antagónicas en todos los temas”. Identificó a “un grupo que opina y escribe con la forma de este dictamen y otro grupo que opina lo contrario. Es un gran inconveniente para convocar porque son dos bibliotecas”.
“Si pedimos colaboración de unaprofesional del Derecho y se expresa así no somos quiénes para reformular su dictamen. Es una forma de interpretar la temática de género. Se puede coincidir integral o parcialmente pero no tengo que modificarle una coma, por pluralismo”.
Montenovo advirtió que “no es una secta de dos personas, es un grupo importante de doctrina de Derecho de Familia, tan importante como el otro. Si se convoca a un profesional para que se expida lo hará de acuerdo a sus convicciones y eso hizo González”.
“Si todos entendimos el dictamen, se logró el objetivo –graficó-. ¿El lenguaje es sacrosanto, intocable, no evoluciona? El lenguaje es para entenderse. No hay que ver la lengua como algo sacralizado y estamos en problemas si lo tomamos así. El destino del dictamen es ser comprendido como herramienta para un juicio. Varios postulantes escriben con errores y a ninguno le pedimos que lo haga de nuevo”. Miguel Donnet, consejero en reemplazo de AlejandroPanizzi por el Superior Tribunal de Justicia, consideró que “deberíamos seguir con nuestro idioma, en mi casa mayoritariamente son mujeres y trato en lo posible de usar lo mejor posible las palabras que no signifiquen discriminación. Uno mira y realmente tendría que ser ´conseja´ de la magistratura. No soy partícipe del antifeminismo en absoluto, pero no estoy de acuerdo con banalizar la escrituración del Derecho”.
El ministro pidió “más seriedad porque evidentemente estamos pretendiendo modificar el idioma. Hay que respetar la terminología usual que nadie aún modificó. No se trata de reprender a nadie ni nada por el estilo, pero cuidemos las formas. No estoy en contra de las cuestiones de género pero tengamos una redacción que se ajuste a normas, leyes, decretos y la función jurídica”.
El consejero por los empleados judiciales, Oscar Massari, propuso “transcribir nosotros al idioma castellano el dictamen” que ya está colgado en la página web, pero no pedirle uno nuevo a González.
Maglione retiró la moción de modificar el texto pero pidió que a futuro se escriba “en un idioma correcto”. El consejero admitió que “no podemos unilateralmente modificar lo que escribió, es una falta de respeto. Pero es una banalización del idioma”.
Donnet, Torrijos, Massari, Maglione y Héctor Carmelino, representante popular por Comodoro, votaron por pedir a los juristas que escriban según la RAE. Montenovo, Erostegui, García, Mosqueira, María Jacobsen, de los abogados de Esquel; Rafael Williams, representante popular por Esquel, y Julio Aristarain, consejero popular por Puerto Madryn, optaron por permitir los textos inclusivos. #
Por Rolando Tobarez / Twitter: @rtobarez
La discusión la disparó un dictamen de la jueza de Familia de Esquel, Mariela González, que lo redactó con ese lenguaje. En agosto fue invitada por el Consejo para evaluar la postulación de Verónica Re como juez de refuerzo en el Juzgado de Familia de Comodoro Rivadavia. Consideró que no reunía las condiciones. Re, actual secretaria del Juzgado, elevó una queja al Consejo pidiendo que ese dictamen sea rescrito en línea con la RAE.
El audio del último debate del cuerpo, en septiembre en Comodoro, refleja la discusión. La consejera Nelly García, de los magistrados de Esquel, opinó que González “usó el lenguaje como contracultura, para llamar la atención y provocar, no es que esté mal escrito. Ante eso no tenemos nada que hacer. ¿Qué podemos decir?, ¿que es nulo porque está mal o porque no reúne los requisitos? Tenemos que aceptar que lo escribe y lo expresa así para llamar la atención sobre una cuestión discutible que veremos a futuro cómo queda, pero es una opinión; no tendríamos que revisar nada”. Se opuso a corregir un dictamen ya escrito y firmado. “No uso ese lenguaje pero lo acepto como una opinión; la próxima le decimos ´En esos términos no te lo aceptamos’ pero en el mismo momento”.
El consejero Enrique Maglione, de los abogados de Trelew, opinó en cambio que el texto inclusivo del dictamen “tergiversa o altera nuestra lengua española. No es conveniente aceptar día a día introducir palabras de otro idioma o deformar nuestro lenguaje”. Sugirió que González reescriba el dictamen o que si vuelve a ser invitada “se dirija en español de acuerdo a la RAE”. E insistió con que “no encontré libro o artículo de Derecho de Familia o ninguna sentencia escrita en esos términos sino en un correcto español”.
Según Claudio Mosqueira, consejero popular por Sarmiento, “la vida tiene menos vueltas que la abogacía. Cada uno se expresa como quiere y si no gusta la manera de pensar de cada uno, a otra cosa mariposa”.
“Es una falta de respeto decirle (a González) cómo debe dictaminar o escribir –subrayó-; es una forma de expresarse y si no estamos de acuerdo, no la invitamos. Ella aclaró que iba a ser así. Ése era el momento de decirle y si no, callar para siempre”.
Coincidió la consejera Martina Erostegui, de los abogados de Comodoro: “La cuestión del lenguaje como sistema para exponer y transmitir ideas excede lo meramente gramatical. Acá se trata de concientizar y tomar conciencia como sociedad sobre la discriminación. Celebro que una jurista se haya animado a escribir un dictamen en este sentido”.
“No podemos invitar a un jurista y limitarlo en lo que debe decir. Es una evolución y puede parecer raro para acostumbrarse, sobre todo los abogados que estamos tan atados a lo gramatical. Quiso transmitir una idea mucho mayor, de no discriminación. No me atrevería a decirle cómo debe redactar sus informes. Pedir eso a un jurista es un poco fuerte”.
“Es una evolución –definió Erostegui-. Puede resultar raro para todos, incluso para las que somos mujeres. No uso ese lenguaje pero no me molesta porque es un orden de ideas mucho mayor. La jurista aclaró antes de emitir su dictamen que lo haría en estos términos. Si pedimos que lo cambie no la respetamos”.
El representante popular por Trelew, Luis Torrijos, ironizó: “Cambiemos de nombre y pongamos ´Conseje de le Magistrature´. Suena francés y es más cool”. Luego aclaró que reformular el lenguaje inclusivo del dictamen “no es decirle a los juristas cómo deben redactar sino pedirles que se amolden a la lengua española, que debería primar en los informes. Estamos todos de acuerdo en el respeto a ciertas luchas y derechos, no lo pondremos en ningún momento en discusión, simplemente es una cuestión gramatical”.
Martín Montenovo, presidente del Consejo por los magistrados de Comodoro, explicó que alinvitar jurados para concursos del fuero de Familia “es muy difícil salir de dos interpretaciones antagónicas en todos los temas”. Identificó a “un grupo que opina y escribe con la forma de este dictamen y otro grupo que opina lo contrario. Es un gran inconveniente para convocar porque son dos bibliotecas”.
“Si pedimos colaboración de unaprofesional del Derecho y se expresa así no somos quiénes para reformular su dictamen. Es una forma de interpretar la temática de género. Se puede coincidir integral o parcialmente pero no tengo que modificarle una coma, por pluralismo”.
Montenovo advirtió que “no es una secta de dos personas, es un grupo importante de doctrina de Derecho de Familia, tan importante como el otro. Si se convoca a un profesional para que se expida lo hará de acuerdo a sus convicciones y eso hizo González”.
“Si todos entendimos el dictamen, se logró el objetivo –graficó-. ¿El lenguaje es sacrosanto, intocable, no evoluciona? El lenguaje es para entenderse. No hay que ver la lengua como algo sacralizado y estamos en problemas si lo tomamos así. El destino del dictamen es ser comprendido como herramienta para un juicio. Varios postulantes escriben con errores y a ninguno le pedimos que lo haga de nuevo”. Miguel Donnet, consejero en reemplazo de AlejandroPanizzi por el Superior Tribunal de Justicia, consideró que “deberíamos seguir con nuestro idioma, en mi casa mayoritariamente son mujeres y trato en lo posible de usar lo mejor posible las palabras que no signifiquen discriminación. Uno mira y realmente tendría que ser ´conseja´ de la magistratura. No soy partícipe del antifeminismo en absoluto, pero no estoy de acuerdo con banalizar la escrituración del Derecho”.
El ministro pidió “más seriedad porque evidentemente estamos pretendiendo modificar el idioma. Hay que respetar la terminología usual que nadie aún modificó. No se trata de reprender a nadie ni nada por el estilo, pero cuidemos las formas. No estoy en contra de las cuestiones de género pero tengamos una redacción que se ajuste a normas, leyes, decretos y la función jurídica”.
El consejero por los empleados judiciales, Oscar Massari, propuso “transcribir nosotros al idioma castellano el dictamen” que ya está colgado en la página web, pero no pedirle uno nuevo a González.
Maglione retiró la moción de modificar el texto pero pidió que a futuro se escriba “en un idioma correcto”. El consejero admitió que “no podemos unilateralmente modificar lo que escribió, es una falta de respeto. Pero es una banalización del idioma”.
Donnet, Torrijos, Massari, Maglione y Héctor Carmelino, representante popular por Comodoro, votaron por pedir a los juristas que escriban según la RAE. Montenovo, Erostegui, García, Mosqueira, María Jacobsen, de los abogados de Esquel; Rafael Williams, representante popular por Esquel, y Julio Aristarain, consejero popular por Puerto Madryn, optaron por permitir los textos inclusivos. #