Trelew: el 85% de los alumnos de las escuelas primarias reconoció haber sido víctima de bullying

La cifra se desprende de un trabajo de investigación en el que se les consultó a los alumnos que ingresan a la secundaria, en diversas escuelas, si alguna vez sufrieron hostigamiento o maltrato, conocido como bullying. La respuesta fue contundente. Apuntan al control por parte de las familias

09 DIC 2018 - 20:34 | Actualizado

Por Lorena Leeming / @loreleeming

El 85% de los alumnos de nivel primario de Trelew han sido víctimas en algún momento de su cursada, de maltrato escolar o en inglés, bullying. Esta modalidad de agredir al otro desde una computadora o un celular parece no tener freno. Es un reflejo de la actual sociedad. Los adultos también implementan esta metodología. No hay soluciones mágicas pero sí hay acciones que tiendan a evitar: la atención de la familia hacia el chico, el diálogo, pensar por ejemplo que “el silencio del niño, es un motivo para hablar”, compartir tiempo en frente a las redes sociales y tener control parental desde el teléfono. Las redes sociales son magníficas, pero hay que saber usarlas.

Estos conceptos fueron esgrimidos en una entrevista con Jornada por la prestigiosa docente Claudia Williams. Es profesora en Tecnología pero además tiene a cargo un espacio de integración de Saberes que se orienta a los adolescentes y su relación con las redes sociales. Se compromete en trabajos de bien social y despliega hábil interacción con la juventud incentivándolos a “captar la necesidad del otro” y combatir implementando diversas técnicas, delitos como el bullying.

Williams asegura que cada día intenta que los alumnos entiendan que las redes sociales “son importantes para la comunicación. Son buenas si se las usa correctamente. Para comunicarnos nosotros, para comunicar actividades. No para decir que estamos yendo al baño u otras actividades”, ejemplificó.

El problema, indica la profesional, “es cuando se desvirtúa. Particularmente en la escuela aparecen escraches y fotos sin permiso. Ahí es cuando tenemos que volver a trabajar y explicar que las redes sociales no nacieron con esa intención. Que no están disponibles para lastimar o molestar a otros”.

Este trabajo de reiterar, explicar y ejemplificar los daños que conlleva ese “mal uso” no agotan a Claudia Williams. Se capacita cada vez más y obtiene exitosos resultados. En una oportunidad este diario publicó la entrevista de un alumno suyo que fue víctima de bullying debido a su obesidad. Gracias a la contención, el apoyo y el entorno que se logró desde el grupo que lideraba la profesora, logró superar la pesadilla en la que estaba inmerso y lo describió en un blog. Pero como Juan, en esa oportunidad, hoy lo sufren miles de chicos en Trelew, en el país, en el mundo.

“Cuando el uso de las redes sociales comienza a desvirtuarse y se torna un problema para un joven, es donde se debe intervenir. Es un trabajo que venimos haciendo desde hace ya 10 años. Pensamos que se va a ir terminando con todo lo que hablamos pero no, llegamos a fin de año y nos encontramos con el mismo problema. Acá, es importante el día a día. No tenemos que dejar de hablarnos y contarnos qué es lo que está pasando”, sugirió.

El daño a través de internet de una persona a otra a través de aplicaciones (Facebook, Instagram, Snapchat, WhatsApp, entre otras) está instalado en la mismísima sociedad. Hizo referencia Williams a un trabajo de investigación que se realizó.

“Preguntamos a través de encuesta a alumnos de distintas escuelas de la ciudad cuando ingresaban a la secundaria, si alguna vez sufrieron maltrato u hostigamiento en la primaria. El 85% respondió que sí. Que sufrieron por alguna causa específica. Pero esta situación está también presente en la gente adulta. Es a nivel social. Lo vemos claramente en la escuela porque es el reflejo. Nosotros, lo trabajamos todo el tiempo. Hay personas que están sufriéndolo y en ellos, ponemos toda la atención”.

Una de las técnicas para “cortar” con la agresión hacia el otro, es abordar justamente al “agresor” porque muchas veces hace acciones que tienden a lastimar a un par porque “él también fue agredido”. Explicó Williams que “hace mucho tiempo, cuando empezamos a trabajar en esto, apuntamos al agredido. Se hacía un círculo amoroso, una contención, se armaba una red alrededor de él para que no lo siga haciendo. Se aislaba al agresor. Y después nos dimos cuenta, estudiando el tema que el chico que agrede es porque también es agredido o la está pasando mal por algún motivo y lo replica. Cuando nos encontramos con un caso así, tomamos por una parte al agredido y por otra ,al agresor. Por lo general el agredido no quiere hablar y el agresor lo niega. Pero es una cuestión que se tienen que involucrar muchos”.

Adelantó lo proyectado para el próximo año. “Estamos haciendo una experiencia piloto pero lo pensamos implementar en 2019. Se trata de que se produzca un Espacio de Integración de Saberes. Es decir, que los más grandes les hablen a los más chicos. Para que no sientan que otra vez, los adultos les estamos diciendo lo mismo. Si la información la transmiten las personas con las que comparten los pasillos de la escuela, es otra cosa”.

Una obra de teatro

Las formas y las técnicas que implementa Claudia junto a los docentes que trabajan en instituciones en que ella es docente son múltiples. En este caso, citó como ejemplo, una obra de teatro que se abordó en la escuela 759 en la que el tema principal fue justamente, el acoso escolar, la agresión, el maltrato por redes. Estuvo acompañada por la profesora Elida Centeno a quien le dirigió un sincero reconocimiento por el producto logrado. “Los chicos valoraron esa obra de teatro. Estuvieron atentos. Sus cabezas estaban hacia abajo, como escondidos, con angustia. Es porque se veían reflejados tanto el agredido como el agresor. Así, fue como trabajamos en conjunto desde las distintas orientaciones”

Agrega la profesora que el bullying se hace por cualquier motivo. Se acrecienta más en la secundaria. Los alumnos plantean que reciben agresiones por características de su cuerpo, por su color de piel. “Como todo, la familia es la base de todo. El diálogo con los chicos, explicarles el peligro, compartir tiempos frente a las redes sociales, tener un control parental desde tu teléfono, desde la Tablet, desde donde sea que se conecten”.

La experiencia de Claudia Williams se nota en cada concepto y expresión. Todo ya lo vio. Todo ya se lo contaron y cada día se supera con capacitaciones y expertos en el tema. “El bullying lo hablamos todo el tiempo, en todas las escuelas. Pero recién en tercer año de la secundaria logran hablar. El trabajo, se tiene que hacer desde todos los ámbitos, las escuelas, los comunicadores, los padres”.

Y advirtió, como lo hace cualquier profesional idóneo en la temática internet. “Un nene de 7 años no tiene que tener una red social. Hay que explicarle por qué no. En un 6º grado pregunto quién tiene celular y levantan la mano todos. Hay una edad que se vulnera enseguida. No pueden tener bancha ancha abierta e ilimitada para ellos. Debe haber control y cantidad de horas en el día habilitados a las conexiones. Su vida en redes sociales empieza cuando se despiertan y termina cuando se duerme. El mensaje hoy por hoy, es control. Dialogo, ver de qué se trata y usarlas sanamente. Así sí, son muy útiles”, concluyó.

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09 DIC 2018 - 20:34

Por Lorena Leeming / @loreleeming

El 85% de los alumnos de nivel primario de Trelew han sido víctimas en algún momento de su cursada, de maltrato escolar o en inglés, bullying. Esta modalidad de agredir al otro desde una computadora o un celular parece no tener freno. Es un reflejo de la actual sociedad. Los adultos también implementan esta metodología. No hay soluciones mágicas pero sí hay acciones que tiendan a evitar: la atención de la familia hacia el chico, el diálogo, pensar por ejemplo que “el silencio del niño, es un motivo para hablar”, compartir tiempo en frente a las redes sociales y tener control parental desde el teléfono. Las redes sociales son magníficas, pero hay que saber usarlas.

Estos conceptos fueron esgrimidos en una entrevista con Jornada por la prestigiosa docente Claudia Williams. Es profesora en Tecnología pero además tiene a cargo un espacio de integración de Saberes que se orienta a los adolescentes y su relación con las redes sociales. Se compromete en trabajos de bien social y despliega hábil interacción con la juventud incentivándolos a “captar la necesidad del otro” y combatir implementando diversas técnicas, delitos como el bullying.

Williams asegura que cada día intenta que los alumnos entiendan que las redes sociales “son importantes para la comunicación. Son buenas si se las usa correctamente. Para comunicarnos nosotros, para comunicar actividades. No para decir que estamos yendo al baño u otras actividades”, ejemplificó.

El problema, indica la profesional, “es cuando se desvirtúa. Particularmente en la escuela aparecen escraches y fotos sin permiso. Ahí es cuando tenemos que volver a trabajar y explicar que las redes sociales no nacieron con esa intención. Que no están disponibles para lastimar o molestar a otros”.

Este trabajo de reiterar, explicar y ejemplificar los daños que conlleva ese “mal uso” no agotan a Claudia Williams. Se capacita cada vez más y obtiene exitosos resultados. En una oportunidad este diario publicó la entrevista de un alumno suyo que fue víctima de bullying debido a su obesidad. Gracias a la contención, el apoyo y el entorno que se logró desde el grupo que lideraba la profesora, logró superar la pesadilla en la que estaba inmerso y lo describió en un blog. Pero como Juan, en esa oportunidad, hoy lo sufren miles de chicos en Trelew, en el país, en el mundo.

“Cuando el uso de las redes sociales comienza a desvirtuarse y se torna un problema para un joven, es donde se debe intervenir. Es un trabajo que venimos haciendo desde hace ya 10 años. Pensamos que se va a ir terminando con todo lo que hablamos pero no, llegamos a fin de año y nos encontramos con el mismo problema. Acá, es importante el día a día. No tenemos que dejar de hablarnos y contarnos qué es lo que está pasando”, sugirió.

El daño a través de internet de una persona a otra a través de aplicaciones (Facebook, Instagram, Snapchat, WhatsApp, entre otras) está instalado en la mismísima sociedad. Hizo referencia Williams a un trabajo de investigación que se realizó.

“Preguntamos a través de encuesta a alumnos de distintas escuelas de la ciudad cuando ingresaban a la secundaria, si alguna vez sufrieron maltrato u hostigamiento en la primaria. El 85% respondió que sí. Que sufrieron por alguna causa específica. Pero esta situación está también presente en la gente adulta. Es a nivel social. Lo vemos claramente en la escuela porque es el reflejo. Nosotros, lo trabajamos todo el tiempo. Hay personas que están sufriéndolo y en ellos, ponemos toda la atención”.

Una de las técnicas para “cortar” con la agresión hacia el otro, es abordar justamente al “agresor” porque muchas veces hace acciones que tienden a lastimar a un par porque “él también fue agredido”. Explicó Williams que “hace mucho tiempo, cuando empezamos a trabajar en esto, apuntamos al agredido. Se hacía un círculo amoroso, una contención, se armaba una red alrededor de él para que no lo siga haciendo. Se aislaba al agresor. Y después nos dimos cuenta, estudiando el tema que el chico que agrede es porque también es agredido o la está pasando mal por algún motivo y lo replica. Cuando nos encontramos con un caso así, tomamos por una parte al agredido y por otra ,al agresor. Por lo general el agredido no quiere hablar y el agresor lo niega. Pero es una cuestión que se tienen que involucrar muchos”.

Adelantó lo proyectado para el próximo año. “Estamos haciendo una experiencia piloto pero lo pensamos implementar en 2019. Se trata de que se produzca un Espacio de Integración de Saberes. Es decir, que los más grandes les hablen a los más chicos. Para que no sientan que otra vez, los adultos les estamos diciendo lo mismo. Si la información la transmiten las personas con las que comparten los pasillos de la escuela, es otra cosa”.

Una obra de teatro

Las formas y las técnicas que implementa Claudia junto a los docentes que trabajan en instituciones en que ella es docente son múltiples. En este caso, citó como ejemplo, una obra de teatro que se abordó en la escuela 759 en la que el tema principal fue justamente, el acoso escolar, la agresión, el maltrato por redes. Estuvo acompañada por la profesora Elida Centeno a quien le dirigió un sincero reconocimiento por el producto logrado. “Los chicos valoraron esa obra de teatro. Estuvieron atentos. Sus cabezas estaban hacia abajo, como escondidos, con angustia. Es porque se veían reflejados tanto el agredido como el agresor. Así, fue como trabajamos en conjunto desde las distintas orientaciones”

Agrega la profesora que el bullying se hace por cualquier motivo. Se acrecienta más en la secundaria. Los alumnos plantean que reciben agresiones por características de su cuerpo, por su color de piel. “Como todo, la familia es la base de todo. El diálogo con los chicos, explicarles el peligro, compartir tiempos frente a las redes sociales, tener un control parental desde tu teléfono, desde la Tablet, desde donde sea que se conecten”.

La experiencia de Claudia Williams se nota en cada concepto y expresión. Todo ya lo vio. Todo ya se lo contaron y cada día se supera con capacitaciones y expertos en el tema. “El bullying lo hablamos todo el tiempo, en todas las escuelas. Pero recién en tercer año de la secundaria logran hablar. El trabajo, se tiene que hacer desde todos los ámbitos, las escuelas, los comunicadores, los padres”.

Y advirtió, como lo hace cualquier profesional idóneo en la temática internet. “Un nene de 7 años no tiene que tener una red social. Hay que explicarle por qué no. En un 6º grado pregunto quién tiene celular y levantan la mano todos. Hay una edad que se vulnera enseguida. No pueden tener bancha ancha abierta e ilimitada para ellos. Debe haber control y cantidad de horas en el día habilitados a las conexiones. Su vida en redes sociales empieza cuando se despiertan y termina cuando se duerme. El mensaje hoy por hoy, es control. Dialogo, ver de qué se trata y usarlas sanamente. Así sí, son muy útiles”, concluyó.


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