Duró poco menos de dos horas, pero en la zona se vio durante menos tiempo, ya que las condiciones climáticas no ayudaron a ver los primeros momentos del evento, aunque si se pudo observar con nitidez en el punto cúlmine del eclipse.
En uno de sus puntos más cercanos a la tierra, la luna se fue ocultando tras el cono de sombra que la tierra proyecto a su paso, y además lo hizo con un tinte rojizo, de allí la denominación de super luna de sangre.
Las nubes impidieron observar la totalidad del proceso, pero durante 15 a 20 minutos se pudo observar al satélite de la tierra con esa particular coloración.