Putin y Abe negociarán un tema arduo: las islas Kuriles

El presidente ruso, Vladimir Putin, recibe este martes en Moscú al primer ministro japonés, Shinzo Abe, para unas negociaciones que se anuncian complicadas sobre las islas Kuriles que se disputan ambos países.

22 ENE 2019 - 9:40 | Actualizado

 


   Las cuatro islas volcánicas, llamadas Kuriles del Sur por Rusia y Territorios del Norte por Japón, fueron anexionadas por la Unión Soviética al término de la Segunda Guerra Mundial, pero Tokio las reivindica desde entonces.

   El diferendo territorial ha impedido hasta ahora la firma de un tratado de paz entre ambos países, aunque restablecieron sus relaciones diplomáticas en 1956.

   "Las negociaciones con Rusia fueron un desafío durante más de 70 años desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, y este desafío nunca fue fácil", declaró el lunes Shinzo Abe ante la prensa, antes de despegar hacia Moscú.

   Lo mismo opina el asesor del Kremlin, Yuri Ushakov, quien declaró que las "negociaciones no serán fáciles" entre Abe y Putin.

   "El presidente ruso dijo desde el principio que la conclusión de un tratado de paz con Japón es un proceso muy extendido en el tiempo", insistió el lunes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

   "Tenemos la intención de hacer todo lo posible para reducir y minimizar ese tiempo al máximo. Pero hay que entender que es simplemente imposible reducirlo indefinidamente y resolver esta cuestión en un minuto", subrayó.

   Las tensiones entre Moscú y Tokio se vieron atizadas por una declaración de Shinzo Abe durante su discurso de Año Nuevo. El mandatario mencionó la necesidad de ayudar, según él, a los residentes rusos de las Kuriles del Sur "para que entiendan y acepten el hecho de que la soberanía de sus territorios iba a cambiar".


   - Lejos de ser socios
 
   Esta declaración causó malestar en Moscú, que convocó al embajador de Japón. Rusia acusa a su vecino de "deformar" el contenido de los acuerdos entre Vladimir Putin y Shinzo Abe y de querer "imponer su propio guión".

   El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, afirmó, en su rueda de prensa anual, que Moscú y Tokio estaban "lejos de ser socios, no solo en las relaciones internacionales, sino también en el hecho de encontrar vías constructivas para mejorar nuestras relaciones".

   El opositor de izquierda, Serguei Udaltsov, afirmó en Facebook que once manifestantes fueron detenido el martes por la mañana en una manifestación cerca de la embajada de Japón en Moscú para denunciar una posible cesión de las islas. El domingo, varios centenares de rusos manifestaron contra esta posibilidad.

   Según un sondeo del instituto Levada, 74% de los rusos interrogados en diciembre se oponían a la cesión de las islas.

   Según el analista Dimitri Trenin, interrogado por el periódico Vedemosti, la firma de un tratado de paz sólo sería posible con el apoyo "de una amplia mayoría de la opinión en Rusia y en Japón".
  El Kremlin, estima, debe demostrar el interés general de tal acuerdo, o perder una rara oportunidad de reforzar sus vínculos con Tokio.

   En noviembre, Putin y Abe acordaron en Singapur que acelerarían los diálogos, a partir de una declaración de 1956.

   Esta declaración preveía que la Unión Soviética se comprometiera a restituir las dos islas más pequeñas (Shikotan y Habomai) a cambio del cierre de un tratado de paz. Sin embargo, las negociaciones nunca dieron resultado, a causa de un tratado de cooperación firmado por Tokio y Washington en 1960.

   Las cuatro islas en cuestión revisten una importancia estratégica por sus recursos minerales y pesqueros y el acceso de la flota rusa al Pacífico. Son las que quedan más al sur del archipiélago y, por tanto, las más cercanas a Japón.

   La posición de las autoridades rusas es firme: Japón debe, ante todo, aceptar las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial y ni contempla un cambio de soberanía.

   "Es nuestra tierra y nadie tiene la intención de ceder, sea a quien sea", aseguró la semana pasada Ushakov.

   La firma de un tratado de paz es "un trabajo muy meticuloso, muy complicado", recordó el lunes Dmitri Peskov, destacando que "nadie renunciará a sus intereses nacionales".

 

22 ENE 2019 - 9:40

 


   Las cuatro islas volcánicas, llamadas Kuriles del Sur por Rusia y Territorios del Norte por Japón, fueron anexionadas por la Unión Soviética al término de la Segunda Guerra Mundial, pero Tokio las reivindica desde entonces.

   El diferendo territorial ha impedido hasta ahora la firma de un tratado de paz entre ambos países, aunque restablecieron sus relaciones diplomáticas en 1956.

   "Las negociaciones con Rusia fueron un desafío durante más de 70 años desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, y este desafío nunca fue fácil", declaró el lunes Shinzo Abe ante la prensa, antes de despegar hacia Moscú.

   Lo mismo opina el asesor del Kremlin, Yuri Ushakov, quien declaró que las "negociaciones no serán fáciles" entre Abe y Putin.

   "El presidente ruso dijo desde el principio que la conclusión de un tratado de paz con Japón es un proceso muy extendido en el tiempo", insistió el lunes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

   "Tenemos la intención de hacer todo lo posible para reducir y minimizar ese tiempo al máximo. Pero hay que entender que es simplemente imposible reducirlo indefinidamente y resolver esta cuestión en un minuto", subrayó.

   Las tensiones entre Moscú y Tokio se vieron atizadas por una declaración de Shinzo Abe durante su discurso de Año Nuevo. El mandatario mencionó la necesidad de ayudar, según él, a los residentes rusos de las Kuriles del Sur "para que entiendan y acepten el hecho de que la soberanía de sus territorios iba a cambiar".


   - Lejos de ser socios
 
   Esta declaración causó malestar en Moscú, que convocó al embajador de Japón. Rusia acusa a su vecino de "deformar" el contenido de los acuerdos entre Vladimir Putin y Shinzo Abe y de querer "imponer su propio guión".

   El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, afirmó, en su rueda de prensa anual, que Moscú y Tokio estaban "lejos de ser socios, no solo en las relaciones internacionales, sino también en el hecho de encontrar vías constructivas para mejorar nuestras relaciones".

   El opositor de izquierda, Serguei Udaltsov, afirmó en Facebook que once manifestantes fueron detenido el martes por la mañana en una manifestación cerca de la embajada de Japón en Moscú para denunciar una posible cesión de las islas. El domingo, varios centenares de rusos manifestaron contra esta posibilidad.

   Según un sondeo del instituto Levada, 74% de los rusos interrogados en diciembre se oponían a la cesión de las islas.

   Según el analista Dimitri Trenin, interrogado por el periódico Vedemosti, la firma de un tratado de paz sólo sería posible con el apoyo "de una amplia mayoría de la opinión en Rusia y en Japón".
  El Kremlin, estima, debe demostrar el interés general de tal acuerdo, o perder una rara oportunidad de reforzar sus vínculos con Tokio.

   En noviembre, Putin y Abe acordaron en Singapur que acelerarían los diálogos, a partir de una declaración de 1956.

   Esta declaración preveía que la Unión Soviética se comprometiera a restituir las dos islas más pequeñas (Shikotan y Habomai) a cambio del cierre de un tratado de paz. Sin embargo, las negociaciones nunca dieron resultado, a causa de un tratado de cooperación firmado por Tokio y Washington en 1960.

   Las cuatro islas en cuestión revisten una importancia estratégica por sus recursos minerales y pesqueros y el acceso de la flota rusa al Pacífico. Son las que quedan más al sur del archipiélago y, por tanto, las más cercanas a Japón.

   La posición de las autoridades rusas es firme: Japón debe, ante todo, aceptar las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial y ni contempla un cambio de soberanía.

   "Es nuestra tierra y nadie tiene la intención de ceder, sea a quien sea", aseguró la semana pasada Ushakov.

   La firma de un tratado de paz es "un trabajo muy meticuloso, muy complicado", recordó el lunes Dmitri Peskov, destacando que "nadie renunciará a sus intereses nacionales".

 


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