El acto central contó con la presencia de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; de Taty Almeida, integrante de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora; y de otros organismos de derechos humanos como H.I.J.O.S. Capital; Asamblea Permanente por los Derechos Humanos; Centro de Estudios Legales y Sociales; y el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos.
El documento, de 18 páginas, fue leído por varios de los organizadores mediante tandas ante una multitud que no dejó de manifestar su rechazo al gobierno del presidente Mauricio Macri; y en particular a la labor de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich; y del secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj.
"Estamos en esta Plaza porque queremos seguir defendiendo la democracia, que hoy está en peligro. No tener derecho al trabajo, a la alimentación, a la salud, a la educación y a la vivienda, genera pobreza y hambre", señala el documento que se leyó en esta nueva edición del Día de la Memoria.
Además, acusa al gobierno de Cambiemos de haber "empobrecido adrede" al país, y sostiene que "el programa económico del macrismo es la miseria planificada".
Por otro lado, la política de defensa de los derechos humanos oficial también fue muy cuestionada, así como el accionar de la Justicia Federal.
"Reclamamos a todas las instancias judiciales que aceleren los juicios por delitos de lesa humanidad. Para los familiares, el paso del tiempo no alivia el dolor. Lo que repara es la justicia", se apunta en el documento.
Luego de reclamar por el esclarecimiento de la desaparición en 2006 (durante la presidencia de Néstor Kirchner), del albañil Jorge Julio López, quien era testigo en un juicio contra el ex comisario Miguel Etchecolatz en La Plata, los organizadores aseguraron que "las políticas de memoria, verdad y justicia fueron blanco de una agresión deliberada del Poder Ejecutivo Nacional".
Asimismo, consideraron que "el Poder Judicial se ha convertido en una herramienta de persecución política: hay cada vez más causas armadas contra los opositores al gobierno mientras que cada vez son menos las audiencias para juzgar a los genocidas".
Tras describir al gobierno de Macri como de "ajuste, represión e impunidad", denunciaron la "política represiva" del Estado y reclamaron "justicia" por los militantes a favor de los derechos de los mapuches Rafael Nahuel y Santiago Maldonado, por cuya muerta acusaron a la ministra Patricia Bullrich.
El discurso fue seguido por miles de participantes que arribaron a la Plaza de Mayo embanderados con estandartes de varios sindicatos y en particular del Partido Justicialista Bonaerense, La Cámpora, Nuevo Encuentro, el MST, el Movimiento Evita y banderas de Palestina y de los movimientos indígenas.
En otro pasaje del discurso, el que fue leído por Estela de Carlotto, se acusaba al gobierno también de impulsar un "discurso que impulsa el olvido y justifica de los delitos de lesa humanidad" lo que "no genera un clima propicio para quienes aún quieren indagar su identidad".
"La herida solamente sana con la verdad", sostuvo Carlotto y agregó: "No queremos despedir a más abuelas sin que hayan podido encontrar a sus nietos y tampoco queremos que la apropiación se siga traspasando de gen a gen".
El acto central contó con la presencia de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; de Taty Almeida, integrante de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora; y de otros organismos de derechos humanos como H.I.J.O.S. Capital; Asamblea Permanente por los Derechos Humanos; Centro de Estudios Legales y Sociales; y el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos.
El documento, de 18 páginas, fue leído por varios de los organizadores mediante tandas ante una multitud que no dejó de manifestar su rechazo al gobierno del presidente Mauricio Macri; y en particular a la labor de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich; y del secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj.
"Estamos en esta Plaza porque queremos seguir defendiendo la democracia, que hoy está en peligro. No tener derecho al trabajo, a la alimentación, a la salud, a la educación y a la vivienda, genera pobreza y hambre", señala el documento que se leyó en esta nueva edición del Día de la Memoria.
Además, acusa al gobierno de Cambiemos de haber "empobrecido adrede" al país, y sostiene que "el programa económico del macrismo es la miseria planificada".
Por otro lado, la política de defensa de los derechos humanos oficial también fue muy cuestionada, así como el accionar de la Justicia Federal.
"Reclamamos a todas las instancias judiciales que aceleren los juicios por delitos de lesa humanidad. Para los familiares, el paso del tiempo no alivia el dolor. Lo que repara es la justicia", se apunta en el documento.
Luego de reclamar por el esclarecimiento de la desaparición en 2006 (durante la presidencia de Néstor Kirchner), del albañil Jorge Julio López, quien era testigo en un juicio contra el ex comisario Miguel Etchecolatz en La Plata, los organizadores aseguraron que "las políticas de memoria, verdad y justicia fueron blanco de una agresión deliberada del Poder Ejecutivo Nacional".
Asimismo, consideraron que "el Poder Judicial se ha convertido en una herramienta de persecución política: hay cada vez más causas armadas contra los opositores al gobierno mientras que cada vez son menos las audiencias para juzgar a los genocidas".
Tras describir al gobierno de Macri como de "ajuste, represión e impunidad", denunciaron la "política represiva" del Estado y reclamaron "justicia" por los militantes a favor de los derechos de los mapuches Rafael Nahuel y Santiago Maldonado, por cuya muerta acusaron a la ministra Patricia Bullrich.
El discurso fue seguido por miles de participantes que arribaron a la Plaza de Mayo embanderados con estandartes de varios sindicatos y en particular del Partido Justicialista Bonaerense, La Cámpora, Nuevo Encuentro, el MST, el Movimiento Evita y banderas de Palestina y de los movimientos indígenas.
En otro pasaje del discurso, el que fue leído por Estela de Carlotto, se acusaba al gobierno también de impulsar un "discurso que impulsa el olvido y justifica de los delitos de lesa humanidad" lo que "no genera un clima propicio para quienes aún quieren indagar su identidad".
"La herida solamente sana con la verdad", sostuvo Carlotto y agregó: "No queremos despedir a más abuelas sin que hayan podido encontrar a sus nietos y tampoco queremos que la apropiación se siga traspasando de gen a gen".