“No me jodan”: la frase de un juez para intentar eludir un control policial

27 MAY 2019 - 21:20 | Actualizado

El domingo al mediodía, el juez de Paz de Esquel, Ramón Azolini, protagonizó un singular episodio en un control policial en el ingreso a esa jurisdicción. Los efectivos de Gendarmería y la Policía del Chubut quisieron hacer frenar su marcha pero el alto funcionario siguió. Debieron interceptarlo a pocos metros, donde descendió y mantuvo un altercado con los empleados policiales. “No me jodan”, habría manifestado en ese contexto. Se enojó y reprochó la acción de las fuerzas, atenido a su cargo.

Operativo

En el lugar estaban destacados efectivos de la Comisaría Segunda y personal del Escuadrón 36 Esquel de Gendarmería, -en el caso de los policías en el marco de un control preventivo dispuesto por la Unidad Regional y la dependencia mencionada-.

El comisario Javier Rhel, jefe de la Seccional Segunda, contó en FM Tiempo que en la portada además de su personal, se encontraban gendarmes, compartiendo los controles.

La Policía se encarga de verificar los vehículos que salen de la ciudad, y la otra fuerza de los que ingresan. Gendarmería realizó las señas pertinentes para que el vehículo Renault Clío disminuyera la velocidad y estacionara para el control. El conductor hizo caso omiso e intentó seguir. Allí debió intervenir el personal policial, para frenarlo.

“No me jodan”

El auto estacionó en el sector de rodados incautados al costado de la banquina y bajó del mismo quien es el juez de Paz. Viajaba de regreso a su ciudad con familiares. Finalmente cumplió con el pedido de la documentación y siguió circulando hacia la ciudad. Pero no sin antes mantener un altercado con los gendarmes y policías, queriendo hacer valer su carácter de funcionario. “No me jodan”, habría manifestado Azolini alterado.

Rhel recalcó que cualquiera sea la persona que circula en un control de ingreso o salida de una ciudad o en la ruta, es requerido para que exhiba la documentación personal y del automóvil, trámite que lleva cinco minutos aproximadamente.

Esta situación no es motivo para abrir una causa, pero queda el llamativo gesto de un funcionario que por su investidura debiera dar el ejemplo.

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27 MAY 2019 - 21:20

El domingo al mediodía, el juez de Paz de Esquel, Ramón Azolini, protagonizó un singular episodio en un control policial en el ingreso a esa jurisdicción. Los efectivos de Gendarmería y la Policía del Chubut quisieron hacer frenar su marcha pero el alto funcionario siguió. Debieron interceptarlo a pocos metros, donde descendió y mantuvo un altercado con los empleados policiales. “No me jodan”, habría manifestado en ese contexto. Se enojó y reprochó la acción de las fuerzas, atenido a su cargo.

Operativo

En el lugar estaban destacados efectivos de la Comisaría Segunda y personal del Escuadrón 36 Esquel de Gendarmería, -en el caso de los policías en el marco de un control preventivo dispuesto por la Unidad Regional y la dependencia mencionada-.

El comisario Javier Rhel, jefe de la Seccional Segunda, contó en FM Tiempo que en la portada además de su personal, se encontraban gendarmes, compartiendo los controles.

La Policía se encarga de verificar los vehículos que salen de la ciudad, y la otra fuerza de los que ingresan. Gendarmería realizó las señas pertinentes para que el vehículo Renault Clío disminuyera la velocidad y estacionara para el control. El conductor hizo caso omiso e intentó seguir. Allí debió intervenir el personal policial, para frenarlo.

“No me jodan”

El auto estacionó en el sector de rodados incautados al costado de la banquina y bajó del mismo quien es el juez de Paz. Viajaba de regreso a su ciudad con familiares. Finalmente cumplió con el pedido de la documentación y siguió circulando hacia la ciudad. Pero no sin antes mantener un altercado con los gendarmes y policías, queriendo hacer valer su carácter de funcionario. “No me jodan”, habría manifestado Azolini alterado.

Rhel recalcó que cualquiera sea la persona que circula en un control de ingreso o salida de una ciudad o en la ruta, es requerido para que exhiba la documentación personal y del automóvil, trámite que lleva cinco minutos aproximadamente.

Esta situación no es motivo para abrir una causa, pero queda el llamativo gesto de un funcionario que por su investidura debiera dar el ejemplo.


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