Editorial / A siete días de las definiciones

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Generaciones. Mariano Arcioni y Ricardo Sastre, la fórmula de Chubut al Frente que muestra sobria confianza rumbo al domingo 9 de junio.
01 JUN 2019 - 19:58 | Actualizado

Salvo que esta semana levanten la puntería -cosa poco probable-, los siete candidatos a gobernador de Chubut cerrarán esta semana una de las campañas más anodinas de la historia política de la provincia.

La suerte de cada uno de ellos parece estar echada entre otras cosas porque ninguno de los principales candidatos de la oposición logró redondear una propuesta superadora ni para las PASO ni para intentar dar vuelta ese resultado en las elecciones del próximo domingo.

Es obvio que nadie gana una carrera en la primera curva ni una elección hasta no abrir las urnas y contar todos los votos, pero algunos gestos públicos de Carlos Linares (Frente Patriótico) y Gustavo Menna (Cambiemos) no hacen más que confirmar que perdieron la brújula y que castigar todo el tiempo al gobernador Mariano Arcioni es la única estrategia para intentar revertir lo que a esta altura parece inevitable.

Linares y Menna pasaron un mal momento en el debate organizado por la Universidad Nacional de la Patagonia “San Juan Bosco” en Comodoro Rivadavia. Al no estar Arcioni, se convirtieron en el blanco de los partidos más chicos que ven al intendente de Comodoro y al diputado nacional como exponentes de un sistema político que se reparte el poder entre pocos.

En una ronda de preguntas entre candidatos, Linares resbaló cuando la aspirante del Partido Obrero, Gloria Sáez, le pidió sin vueltas que diga si está a favor o en contra del aborto. El comodorense tiene serias dificultades para expresarse de algunos temas y el aborto, precisamente, es uno de ellos. Quiso quedar en el medio y fue peor.

A Menna lo sacó de las casillas el candidato a vicegobernador del Polo Social, Mario Triviño, que le preguntó en tono irónico cómo podía llevar adelante su campaña “con el presidente que tenemos”. Menna, que no suele salir de su tono medido, se ofuscó por la ironía del representante del PS, lo trató de intolerante y le recordó que su candidato, Oscar Petersen, es funcionario del actual Gobierno.

Ver a los dos principales aspirantes a vencer a Arcioni enredados en polémicas con los candidatos del PO y el Polo Social es una muestra de lo que ha sido esta campaña.

Arcioni no se confía pero las últimas encuestas que le mostraron, que lo dan ganador por al menos diez puntos de diferencia con el segundo, lo dejaron un poco más tranquilo. Tampoco está para tirar manteca al techo. Su Gobierno enderezó el rumbo pero todavía sigue habiendo pocos funcionarios que estén a la altura de las circunstancias y muchos que no se sabe cómo se sostienen.

Su estrategia pasó por estar con la gente. Dio varias veces la vuelta a la provincia y en los últimos días se mostró con sus dos principales aliados, los intendentes Ricardo Sastre y Adrián Maderna.

El madrynense está muy confiado en confirmar el próximo domingo el claro triunfo que obtuvo su hermano Gustavo en las PASO. El trelewense la tiene un poco más complicada pero en su entorno aseguran que no hay chances de que Florencia Papaiani, la candidata del Frente Patriótico, remonte los 8 mil votos que Maderna le sacó en abril.

El intendente aspira a sumar parte de los votos peronistas que no fueron a Papaiani en las PASO. Y confía en su mayor arma: el armado político de base que viene haciendo hace más de una década y que le permite conocer el pulso de cada rincón de la ciudad.

La esposa de César Gustavo Mac Karthy sabe que hay votos peronistas que cruzarán de vereda porque jamás le darán su apoyo al Frente Peronista. En cambio, aspira a captar los votos del centro y de los barrios más pudientes de la zona sur, que en abril votaron a Cambiemos y que ahora estarían dispuestos a darle alguna utilidad a su sufragio. Sería la primera vez que la centro-derecha trelewense vote a un candidato (candidata, en este caso) de una boleta peronista. Creer o reventar.

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01 JUN 2019 - 19:58

Salvo que esta semana levanten la puntería -cosa poco probable-, los siete candidatos a gobernador de Chubut cerrarán esta semana una de las campañas más anodinas de la historia política de la provincia.

La suerte de cada uno de ellos parece estar echada entre otras cosas porque ninguno de los principales candidatos de la oposición logró redondear una propuesta superadora ni para las PASO ni para intentar dar vuelta ese resultado en las elecciones del próximo domingo.

Es obvio que nadie gana una carrera en la primera curva ni una elección hasta no abrir las urnas y contar todos los votos, pero algunos gestos públicos de Carlos Linares (Frente Patriótico) y Gustavo Menna (Cambiemos) no hacen más que confirmar que perdieron la brújula y que castigar todo el tiempo al gobernador Mariano Arcioni es la única estrategia para intentar revertir lo que a esta altura parece inevitable.

Linares y Menna pasaron un mal momento en el debate organizado por la Universidad Nacional de la Patagonia “San Juan Bosco” en Comodoro Rivadavia. Al no estar Arcioni, se convirtieron en el blanco de los partidos más chicos que ven al intendente de Comodoro y al diputado nacional como exponentes de un sistema político que se reparte el poder entre pocos.

En una ronda de preguntas entre candidatos, Linares resbaló cuando la aspirante del Partido Obrero, Gloria Sáez, le pidió sin vueltas que diga si está a favor o en contra del aborto. El comodorense tiene serias dificultades para expresarse de algunos temas y el aborto, precisamente, es uno de ellos. Quiso quedar en el medio y fue peor.

A Menna lo sacó de las casillas el candidato a vicegobernador del Polo Social, Mario Triviño, que le preguntó en tono irónico cómo podía llevar adelante su campaña “con el presidente que tenemos”. Menna, que no suele salir de su tono medido, se ofuscó por la ironía del representante del PS, lo trató de intolerante y le recordó que su candidato, Oscar Petersen, es funcionario del actual Gobierno.

Ver a los dos principales aspirantes a vencer a Arcioni enredados en polémicas con los candidatos del PO y el Polo Social es una muestra de lo que ha sido esta campaña.

Arcioni no se confía pero las últimas encuestas que le mostraron, que lo dan ganador por al menos diez puntos de diferencia con el segundo, lo dejaron un poco más tranquilo. Tampoco está para tirar manteca al techo. Su Gobierno enderezó el rumbo pero todavía sigue habiendo pocos funcionarios que estén a la altura de las circunstancias y muchos que no se sabe cómo se sostienen.

Su estrategia pasó por estar con la gente. Dio varias veces la vuelta a la provincia y en los últimos días se mostró con sus dos principales aliados, los intendentes Ricardo Sastre y Adrián Maderna.

El madrynense está muy confiado en confirmar el próximo domingo el claro triunfo que obtuvo su hermano Gustavo en las PASO. El trelewense la tiene un poco más complicada pero en su entorno aseguran que no hay chances de que Florencia Papaiani, la candidata del Frente Patriótico, remonte los 8 mil votos que Maderna le sacó en abril.

El intendente aspira a sumar parte de los votos peronistas que no fueron a Papaiani en las PASO. Y confía en su mayor arma: el armado político de base que viene haciendo hace más de una década y que le permite conocer el pulso de cada rincón de la ciudad.

La esposa de César Gustavo Mac Karthy sabe que hay votos peronistas que cruzarán de vereda porque jamás le darán su apoyo al Frente Peronista. En cambio, aspira a captar los votos del centro y de los barrios más pudientes de la zona sur, que en abril votaron a Cambiemos y que ahora estarían dispuestos a darle alguna utilidad a su sufragio. Sería la primera vez que la centro-derecha trelewense vote a un candidato (candidata, en este caso) de una boleta peronista. Creer o reventar.


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