Un smartphone es 1.500 veces más poderoso que las computadoras del Apolo XI

A 50 años de la llegada del hombre a la Luna especialistas recordaron las curiosidades de esta hazaña, como las cartas que "una por una" respondían desde la oficina de Neil Armstrong a las personas que descreían del alunizaje o que un iPhone 5 es 1.500 veces más poderoso que algunas computadoras del Apolo XI.

19 JUL 2019 - 13:30 | Actualizado

Este acontecimiento, situado en un contexto socio-político en el cual las dos superpotencias de entonces (Estados Unidos y la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas) se enfrentaban, despertó un sinfín de emociones entre los testigos de aquel histórico 20 de julio de 1969.

Tal es así que desde la oficina de Neil Armstrong contestaban "una por una todas las cartas que les mandaban al astronauta descreyendo del alunizaje", contó a Télam el doctor en Ingeniería Aeroespacial Livio Gratton, decano del Instituto Colomb (Cona-Unsam).

"Al final terminó siendo una carta estándar en la que muy amablemente se explicaban todas las pruebas", completó.

Es que fueron alrededor de 650 millones las personas que vieron por TV a Armstrong pisar la superficie de la Luna, lo cual fue resultado de una gigantesca misión en la que participaron 400.000 trabajadores.

En cuanto a las tecnologías, se podría resumir en que "un iPhone 5 de hoy es 1.500 veces más poderoso que una de las computadoras del Apolo 11", graficó Gratton.

Sin embargo, señaló que a pesar de esa distancia técnica el gran aporte del Apolo desde el plano tecnológico fue el concepto del "management", la coordinación y el trabajo en equipo, agregó el especialista citando a James Webb, uno de los directores de la NASA.

Para muchos con el Apolo nació el "concepto real de ingeniería de sistemas, que es como se hace hoy en día cualquier sistema complejo", subrayó Gratton.

"Algo que siempre llamó mi atención es el gran desarrollo espacial que se dio en tan solo 12 años, desde el lanzamiento del Sputnik 1 en 1957 hasta la llegada del hombre a la Luna en 1969", contó a Télam Diego Córdova, periodista aficionado a temas aeroespaciales que recientemente publicó el libro "Huellas en la Luna".

Córdova relató que la "electrónica estaba recién en sus inicios y nada se conocía de navegación espacial y mucho menos de cómo enviar un ser humano al espacio y traerlo de regreso sano y salvo".

Sin embargo "debido a los logros soviéticos en materia espacial, como el primer satélite, el envío del primer ser vivo a la órbita terrestre (la perra Laika) y del primer ser humano (Yuri Gagarin) hicieron que el presidente John Kennedy entendiera que la prioridad era poner un hombre en la Luna para ganarle a los soviéticos esta contienda", continuó.

"El gran secreto, y a mi modesto entender, la diferencia que hizo que Estados Unidos llegara a la Luna y no la Unión Soviética, fue la existencia de la NASA, la agencia espacial más antigua del mundo que ofició de gran director", resumió.

Si bien hubo un inmenso trabajo por detrás, la cara más visible de la misión fue la de los tres astronautas: Armstrong, Edwin "Buzz" Aldrin y Michael Collins, quienes viajaron a diferentes países del mundo, incluida la Argentina, después de haber dejado su huella en la Luna.

La misión fue un éxito pero tuvo algunos intentos fallidos: "Armstrong tuvo un famoso accidente con el simulador del vehículo en la Tierra", contó Gratton.

Con ese simulador, que recreaba condiciones lunares, hubo tres accidentes en total y uno de ellos fue una explosión.

"El legado científico que Apolo nos deja a 50 años del alunizaje es muy interesante ya que la mayor parte de lo que sabemos de la Luna es gracias a las misiones tripuladas Apolo, con sus kilos de rocas traídas en sus seis alunizajes, y los instrumentos científicos de medición que dejaron en la Luna y siguieron funcionando mucho tiempo después de finalizadas esas misiones", destacó Córdova.

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19 JUL 2019 - 13:30

Este acontecimiento, situado en un contexto socio-político en el cual las dos superpotencias de entonces (Estados Unidos y la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas) se enfrentaban, despertó un sinfín de emociones entre los testigos de aquel histórico 20 de julio de 1969.

Tal es así que desde la oficina de Neil Armstrong contestaban "una por una todas las cartas que les mandaban al astronauta descreyendo del alunizaje", contó a Télam el doctor en Ingeniería Aeroespacial Livio Gratton, decano del Instituto Colomb (Cona-Unsam).

"Al final terminó siendo una carta estándar en la que muy amablemente se explicaban todas las pruebas", completó.

Es que fueron alrededor de 650 millones las personas que vieron por TV a Armstrong pisar la superficie de la Luna, lo cual fue resultado de una gigantesca misión en la que participaron 400.000 trabajadores.

En cuanto a las tecnologías, se podría resumir en que "un iPhone 5 de hoy es 1.500 veces más poderoso que una de las computadoras del Apolo 11", graficó Gratton.

Sin embargo, señaló que a pesar de esa distancia técnica el gran aporte del Apolo desde el plano tecnológico fue el concepto del "management", la coordinación y el trabajo en equipo, agregó el especialista citando a James Webb, uno de los directores de la NASA.

Para muchos con el Apolo nació el "concepto real de ingeniería de sistemas, que es como se hace hoy en día cualquier sistema complejo", subrayó Gratton.

"Algo que siempre llamó mi atención es el gran desarrollo espacial que se dio en tan solo 12 años, desde el lanzamiento del Sputnik 1 en 1957 hasta la llegada del hombre a la Luna en 1969", contó a Télam Diego Córdova, periodista aficionado a temas aeroespaciales que recientemente publicó el libro "Huellas en la Luna".

Córdova relató que la "electrónica estaba recién en sus inicios y nada se conocía de navegación espacial y mucho menos de cómo enviar un ser humano al espacio y traerlo de regreso sano y salvo".

Sin embargo "debido a los logros soviéticos en materia espacial, como el primer satélite, el envío del primer ser vivo a la órbita terrestre (la perra Laika) y del primer ser humano (Yuri Gagarin) hicieron que el presidente John Kennedy entendiera que la prioridad era poner un hombre en la Luna para ganarle a los soviéticos esta contienda", continuó.

"El gran secreto, y a mi modesto entender, la diferencia que hizo que Estados Unidos llegara a la Luna y no la Unión Soviética, fue la existencia de la NASA, la agencia espacial más antigua del mundo que ofició de gran director", resumió.

Si bien hubo un inmenso trabajo por detrás, la cara más visible de la misión fue la de los tres astronautas: Armstrong, Edwin "Buzz" Aldrin y Michael Collins, quienes viajaron a diferentes países del mundo, incluida la Argentina, después de haber dejado su huella en la Luna.

La misión fue un éxito pero tuvo algunos intentos fallidos: "Armstrong tuvo un famoso accidente con el simulador del vehículo en la Tierra", contó Gratton.

Con ese simulador, que recreaba condiciones lunares, hubo tres accidentes en total y uno de ellos fue una explosión.

"El legado científico que Apolo nos deja a 50 años del alunizaje es muy interesante ya que la mayor parte de lo que sabemos de la Luna es gracias a las misiones tripuladas Apolo, con sus kilos de rocas traídas en sus seis alunizajes, y los instrumentos científicos de medición que dejaron en la Luna y siguieron funcionando mucho tiempo después de finalizadas esas misiones", destacó Córdova.


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