El teléfono no para de sonar, hasta que salta a un contestador. Del otro lado, se adivina una mujer escuchando música clásica, con el aparato desenchufado, esperando que la fecha de su cumpleaños se aleje lo suficiente como para no recibir más saludos y ofertas de homenajes. <br /><br />Nelly Omar cumple este sábado 10 de septiembre 100 años y a pesar de que el año pasado había anunciado que iba “a tirar la casa por la ventana”, en marzo de este año decidió que no. Que está cansada, que no quiere hablar con nadie, que no hay mucho para festejar porque está sola y casi nunca es fácil de llevar adelante la explosiva combinación de lucidez, soledad y años.<br /><br />La llaman “la cantora nacional”, es la Gardel con polleras, y dicen que también es Malena, la del tango de Homero Manzi.<br /><br />Desde el 10 de septiembre en el que nació, hace 100 años, pasaron muchas cosas. De su sueño de aviadora pasó a ser cantora, tuvo tres maridos que ya murieron; recibió decenas de premios y reconocimientos, tuvo muchos amigos, que ya murieron, por eso, hoy no quiere saber mucho de festejos.<br /><br />La cantante es la última sobreviviente de una estirpe dorada de voces femeninas como Tita Merello, Azucena Maizani, Libertad Lamarque y Ada Falcón. Ante la insistencia prometió un concierto para octubre en el Luna Park porque ella, dice “es del pueblo”.<br /><br />Nelly Omar nació como Nilda Elvira Vattuone Pesoa el 10 de septiembre de 1911 en el pueblito bonaerense de Bonifacio, pero creció en Guaminí.<br /><br />Cuando era una bebé de meses, sus padres ganaron la lotería y con el premio se compraron la estancia “La atrevida”, donde Nelly vivió hasta los seis años. En esta estancia nació su relación con las guitarras. Desde muy chica, se iba a la cocina con los peones y pasaba horas mirando y escuchando cómo tocaban la guitarra y cantaban. Pero su vida como cantora empezó muchos años después, cuando cantó en un festival del club Colegiales. “Yo canté porque me contrató el administrador del teatro, lo llamó a (Ignacio) Corsini porque según decían yo era un fenómeno”, contó en varias entrevistas Nelly Omar. “Mi sueño era ser aviadora, pero nadie estaba de acuerdo en mi familia. Cuando me ofrecieron cantar, yo tenía 17 años y tenía que pedirle permiso a mi mamá y me dijo que sí, que había nacido para cantar, no para volar.”<br /><br />Entonces, se presentó en un concurso para integrar el grupo folklórico Cenizas del fogón, que la incorpora para actuar en Radio Rivadavia como cantora y actriz. En los años treinta comparte el canto en dúo, con su hermana Nélida, que adoptó su nombre (Nilda). Desde entonces –ya no como Nilda, sino como Nelly Omar– dedicó gran parte de su carrera al repertorio pampeano: estilos, milongas, canciones y el tango.<br /><br />Era la época de esplendor de las radios y de los escenarios barriales, donde Nelly se movía como pez en el agua. Su fama llegó en 1937, cuando en la revista Caras y Caretas la eligen como la primera de las cancionistas de música popular.<br /><br />En 1938 la empezaron a llamar “La Gardel con polleras”. “Ese nombre me lo puso el público, luego de un recital en un cine de Valentín Alsina a fines de los treinta. Me sacaron en andas y yo les pedía por favor que me bajaran porque era muy delgadita y tenía miedo de caerme. La verdad es que al principio de mi carrera cantaba sólo el repertorio de Gardel. Seguí su escuela porque siempre me pareció el número uno, pero un día me dije: ‘¿Por qué tengo que cantar todo de Gardel?’ Ahí empecé a armar mi propio repertorio.”<br /><br />La hora de grabar llegó casi diez años después, cuando Francisco Canaro la convoca para grabar en el sello Odeón, donde registra los temas “Adiós pampa mía”, “Canción desesperada”, “Rosas de otoño”, “Sentimiento gaucho”, “Sus ojos se cerraron”, “La canción de Buenos Aires”, “Desde el alma”, “Nobleza de arrabal”, y otros.<br /><br />Su vida la llevó a transitar diferentes escenarios, y en su largo camino conoció a Eva Duarte. “Yo estuve el día en que se la presentaron al general Perón. Había ido al Luna Park con una urnita para pedir fondos para los damnificados por el terremoto de San Juan, y el coronel Imbert los presentó, ella era una actriz de radioteatro. A mí me la habían presentado un día que yo estaba esperando para volar un avión”, cuenta Nelly Omar.<br /><br />Aquellos ideales de justicia social y solidaridad para con los desposeídos formaron parte de sus convicciones, que siempre hizo públicas en sus presentaciones.<br /><br />Con el golpe de Estado que derrocó a Perón, en 1955, muchos artistas afiliados al peronismo se encontraron perseguidos por sus ideas, por lo que Nelly Omar tuvo que vender su departamento y luego emigró primero al Uruguay y luego a Venezuela.<br /><br />“Allanaron mi casa y después de eso me silenciaron. Entraron atropelladamente, uno vino con una bolsa de esas rústicas, como del correo. El notario abrió un cuaderno y preguntó: ‘¿Qué pongo? –Cierre, no ponga nada, –le dijo el otro.’ Yo no me asusté. Después empecé a deambular por un lado y otro, golpeando puertas, nadie me daba bolilla. Desaparecieron todos los amigos. Yo iba a pedir trabajo, nada más. Hasta que apareció un trabajo en la cantina de Forastiero, y me metí ahí, donde me dieron la oportunidad de reintegrarme y componerme, porque había vendido lo poco que tenía, estaba muy mal. En 1958, Tita Merello me consiguió un trabajo en Montevideo, y me salió un contrato para Caracas, donde estuve un año.”<br /><br />Retornó a la Argentina en 1969, cuando grabó un disco con las guitarras de Roberto Grela. Uno de los últimos discos lo grabó en 2007 (con 96 años) con tangos. Lo llamó La criolla y, antes de registralos, los cantó en vivo en el Luna Park.<br /><br />En 2009 se presentó en el Luna Park con el ballet de Juan Carlos Copes y el guitarrista Carlos Juárez. El año pasado recibió el premio Pablo Podestá en el Senado de la Nación.<br /><br />“Me casé la primera vez en el 35 para irme de mi casa, pero me ensarté. A los dos meses ya estaba separada, pero viviendo bajo el mismo techo. Y cuando decidí romper con ese desgraciado, mi familia estuvo cinco años sin hablarme. Él era un malandra.” <br /><br />Después se casó con el compositor de folklore Aníbal Cufré, que tenía una familia paralela en la provincia de San Luis. “Yo estaba enamorada de él, hasta que un día me enteré de todo por un telegrama. Ese mismo día lo eché de patitas a la calle.”“El que sí fue buenísimo conmigo fue Héctor Oviedo. Un hombre excepcional, con el que me hubiese quedado toda la vida.” <br /><br />Hoy, con 100 años cumplidos, el corazón de Nelly late fuerte como siempre. Seguir cantando y enamorarse son los sueños que la llenan de vida.<br /><br /><em>(Fuente: Tiempo Argentino)</em>
El teléfono no para de sonar, hasta que salta a un contestador. Del otro lado, se adivina una mujer escuchando música clásica, con el aparato desenchufado, esperando que la fecha de su cumpleaños se aleje lo suficiente como para no recibir más saludos y ofertas de homenajes. <br /><br />Nelly Omar cumple este sábado 10 de septiembre 100 años y a pesar de que el año pasado había anunciado que iba “a tirar la casa por la ventana”, en marzo de este año decidió que no. Que está cansada, que no quiere hablar con nadie, que no hay mucho para festejar porque está sola y casi nunca es fácil de llevar adelante la explosiva combinación de lucidez, soledad y años.<br /><br />La llaman “la cantora nacional”, es la Gardel con polleras, y dicen que también es Malena, la del tango de Homero Manzi.<br /><br />Desde el 10 de septiembre en el que nació, hace 100 años, pasaron muchas cosas. De su sueño de aviadora pasó a ser cantora, tuvo tres maridos que ya murieron; recibió decenas de premios y reconocimientos, tuvo muchos amigos, que ya murieron, por eso, hoy no quiere saber mucho de festejos.<br /><br />La cantante es la última sobreviviente de una estirpe dorada de voces femeninas como Tita Merello, Azucena Maizani, Libertad Lamarque y Ada Falcón. Ante la insistencia prometió un concierto para octubre en el Luna Park porque ella, dice “es del pueblo”.<br /><br />Nelly Omar nació como Nilda Elvira Vattuone Pesoa el 10 de septiembre de 1911 en el pueblito bonaerense de Bonifacio, pero creció en Guaminí.<br /><br />Cuando era una bebé de meses, sus padres ganaron la lotería y con el premio se compraron la estancia “La atrevida”, donde Nelly vivió hasta los seis años. En esta estancia nació su relación con las guitarras. Desde muy chica, se iba a la cocina con los peones y pasaba horas mirando y escuchando cómo tocaban la guitarra y cantaban. Pero su vida como cantora empezó muchos años después, cuando cantó en un festival del club Colegiales. “Yo canté porque me contrató el administrador del teatro, lo llamó a (Ignacio) Corsini porque según decían yo era un fenómeno”, contó en varias entrevistas Nelly Omar. “Mi sueño era ser aviadora, pero nadie estaba de acuerdo en mi familia. Cuando me ofrecieron cantar, yo tenía 17 años y tenía que pedirle permiso a mi mamá y me dijo que sí, que había nacido para cantar, no para volar.”<br /><br />Entonces, se presentó en un concurso para integrar el grupo folklórico Cenizas del fogón, que la incorpora para actuar en Radio Rivadavia como cantora y actriz. En los años treinta comparte el canto en dúo, con su hermana Nélida, que adoptó su nombre (Nilda). Desde entonces –ya no como Nilda, sino como Nelly Omar– dedicó gran parte de su carrera al repertorio pampeano: estilos, milongas, canciones y el tango.<br /><br />Era la época de esplendor de las radios y de los escenarios barriales, donde Nelly se movía como pez en el agua. Su fama llegó en 1937, cuando en la revista Caras y Caretas la eligen como la primera de las cancionistas de música popular.<br /><br />En 1938 la empezaron a llamar “La Gardel con polleras”. “Ese nombre me lo puso el público, luego de un recital en un cine de Valentín Alsina a fines de los treinta. Me sacaron en andas y yo les pedía por favor que me bajaran porque era muy delgadita y tenía miedo de caerme. La verdad es que al principio de mi carrera cantaba sólo el repertorio de Gardel. Seguí su escuela porque siempre me pareció el número uno, pero un día me dije: ‘¿Por qué tengo que cantar todo de Gardel?’ Ahí empecé a armar mi propio repertorio.”<br /><br />La hora de grabar llegó casi diez años después, cuando Francisco Canaro la convoca para grabar en el sello Odeón, donde registra los temas “Adiós pampa mía”, “Canción desesperada”, “Rosas de otoño”, “Sentimiento gaucho”, “Sus ojos se cerraron”, “La canción de Buenos Aires”, “Desde el alma”, “Nobleza de arrabal”, y otros.<br /><br />Su vida la llevó a transitar diferentes escenarios, y en su largo camino conoció a Eva Duarte. “Yo estuve el día en que se la presentaron al general Perón. Había ido al Luna Park con una urnita para pedir fondos para los damnificados por el terremoto de San Juan, y el coronel Imbert los presentó, ella era una actriz de radioteatro. A mí me la habían presentado un día que yo estaba esperando para volar un avión”, cuenta Nelly Omar.<br /><br />Aquellos ideales de justicia social y solidaridad para con los desposeídos formaron parte de sus convicciones, que siempre hizo públicas en sus presentaciones.<br /><br />Con el golpe de Estado que derrocó a Perón, en 1955, muchos artistas afiliados al peronismo se encontraron perseguidos por sus ideas, por lo que Nelly Omar tuvo que vender su departamento y luego emigró primero al Uruguay y luego a Venezuela.<br /><br />“Allanaron mi casa y después de eso me silenciaron. Entraron atropelladamente, uno vino con una bolsa de esas rústicas, como del correo. El notario abrió un cuaderno y preguntó: ‘¿Qué pongo? –Cierre, no ponga nada, –le dijo el otro.’ Yo no me asusté. Después empecé a deambular por un lado y otro, golpeando puertas, nadie me daba bolilla. Desaparecieron todos los amigos. Yo iba a pedir trabajo, nada más. Hasta que apareció un trabajo en la cantina de Forastiero, y me metí ahí, donde me dieron la oportunidad de reintegrarme y componerme, porque había vendido lo poco que tenía, estaba muy mal. En 1958, Tita Merello me consiguió un trabajo en Montevideo, y me salió un contrato para Caracas, donde estuve un año.”<br /><br />Retornó a la Argentina en 1969, cuando grabó un disco con las guitarras de Roberto Grela. Uno de los últimos discos lo grabó en 2007 (con 96 años) con tangos. Lo llamó La criolla y, antes de registralos, los cantó en vivo en el Luna Park.<br /><br />En 2009 se presentó en el Luna Park con el ballet de Juan Carlos Copes y el guitarrista Carlos Juárez. El año pasado recibió el premio Pablo Podestá en el Senado de la Nación.<br /><br />“Me casé la primera vez en el 35 para irme de mi casa, pero me ensarté. A los dos meses ya estaba separada, pero viviendo bajo el mismo techo. Y cuando decidí romper con ese desgraciado, mi familia estuvo cinco años sin hablarme. Él era un malandra.” <br /><br />Después se casó con el compositor de folklore Aníbal Cufré, que tenía una familia paralela en la provincia de San Luis. “Yo estaba enamorada de él, hasta que un día me enteré de todo por un telegrama. Ese mismo día lo eché de patitas a la calle.”“El que sí fue buenísimo conmigo fue Héctor Oviedo. Un hombre excepcional, con el que me hubiese quedado toda la vida.” <br /><br />Hoy, con 100 años cumplidos, el corazón de Nelly late fuerte como siempre. Seguir cantando y enamorarse son los sueños que la llenan de vida.<br /><br /><em>(Fuente: Tiempo Argentino)</em>