“El Embrujo”: si es condenado, los bienes de Correa quedarían para el Estado
Los inspeccionaron jueces, fiscales y defensores. Si el ex funcionario provincial pierde el juicio, sus propiedades pasarán a formar parte del erario público.
Durante una hora y media, jueces, fiscales y defensores de la causa El Embrujo recorrieron en caravana las propiedades inmobiliarias y los vehículos secuestrados que la presunta banda liderada por Diego Correa habría adquirido con dinero robado al Estado.
Al operativo lo pidieron los fiscales de la Unidad Anticorrupción Alex Williams y Omar Rodríguez. Su objetivo fue que los jueces Marcela Pérez, Ricardo Rolón y Alejandro Soñís verificaran en persona y en terreno los datos que hasta ahora sólo se habían reflejado en declaraciones, documentos y fotos. Quieren saldar la discusión sobre el valor real del patrimonio embargado. Para la acusación es de al menos $ 45 millones.
Tras abrir la audiencia en la Oficina Judicial de Rawson, la fila de vehículos tomó ruta 25 hacia Trelew. La encabezaron los fiscales, los únicos que conocían todas las locaciones. Los escoltó un patrullero. Todo mientras lloviznaba frío.
Hubo sólo una discusión: el defensor Fabián Gabalachis pidió que el fiscal Williams no aportara la tasación de cada bien para no condicionar a los jueces, y se limitara a indicar cuál era cada uno. El tribunal le dio la razón.
El penalista también se quejó de que debió viajar a la capital y volver a Trelew sólo para el procedimiento.
De gira
La recorrida se inició por la chacra que Diego Lüters adquirió en una zona aledaña a la toma de agua que Servicoop de Puerto Madryn posee en el río Chubut, en la zona sudeste de Trelew. Pagó $ 1 millón en efectivo y está casi pegada a Los 3 Monitos. Su fondo da al río. La propiedad está descuidada y la vegetación, muy crecida.
Luego observaron dos terrenos comprados en el barrio San Benito 2: una esquina y un baldío con fondo, separados por 150 metros.
La comitiva tomó ruta 7 de vuelta a la capital. Llegaron a la multimillonaria obra inconclusa del complejo médico de Mezeta Consulting, junto a la sede de Gendarmería Nacional y frente a la Escuela 752. Quedan los restos del movimiento de suelo e intactos, los cimientos de los subsuelos, todo protegido por una mediasombra que los jueces corrieron para observar en detalle. Rolón fotografió cada lugar con su propia cámara. Y Pérez eligió tacos para chacras y baldíos.
Como estaban cerca, el grupo caminó hasta la sede de la Jefatura de Policía del Chubut, en pleno centro de Rawson. Los recibió el jefe de la fuerza, Miguel Gómez. Allí se estacionan los vehículos secuestrados. El tribunal chequeó su estado. La Hyundai H1 lució más descuidada: cubierta de tierra en su carrocería y adentro. En su asiento delantero quedaron 3 controles remotos.
También una Mercedes Benz GLK 300 que manejaba Natalia Mac Leod; una camioneta Hyundai Tucson 2.0 de Correa; la Volkswagen Amarok 2.0 que usaba Daniela Souza y un Ford Fiesta Kinetic de Diego Lüters.
Luego la comitiva partió hacia Playa Unión para observar la propiedad más simbólica de la causa y cuya construcción manejó Correa en persona: la vivienda de dos plantas, varios dormitorios, quincho, pileta y jacuzzi. Está valuada en $ 8.600.000. Su parrilla, en casi $ 300 mil.
Aunque la poca agua de la pileta se pudrió, el resto de la propiedad está limpio, cuidado y listo para una mudanza.
Hay muebles nuevos pero envueltos y varias cortinas instaladas. Latas de pintura y materiales de construcción sueltos, y la escalera y los balcones sin baranda. Hasta un termotanque preparado para colocar. Hubo varias bromas por lo lujoso de la casa.
El grupo no recorrió los dúplex: uno está ocupado, otro bajo llave que prefieren no romper y el tercero, vacío.
Cuando aleguen, los fiscales pedirán que todo el patrimonio se decomise y se convierta en bienes del Estado. Incluso los 6 lotes de Lago Puelo que no fueron recorridos.
La audiencia se dio por terminada en la vereda de la mansión. El juicio sigue el martes a las 8.30. Se prevé que declaren dos testigos de los defensores y los fiscales exhiban la abundante prueba documental.
Durante una hora y media, jueces, fiscales y defensores de la causa El Embrujo recorrieron en caravana las propiedades inmobiliarias y los vehículos secuestrados que la presunta banda liderada por Diego Correa habría adquirido con dinero robado al Estado.
Al operativo lo pidieron los fiscales de la Unidad Anticorrupción Alex Williams y Omar Rodríguez. Su objetivo fue que los jueces Marcela Pérez, Ricardo Rolón y Alejandro Soñís verificaran en persona y en terreno los datos que hasta ahora sólo se habían reflejado en declaraciones, documentos y fotos. Quieren saldar la discusión sobre el valor real del patrimonio embargado. Para la acusación es de al menos $ 45 millones.
Tras abrir la audiencia en la Oficina Judicial de Rawson, la fila de vehículos tomó ruta 25 hacia Trelew. La encabezaron los fiscales, los únicos que conocían todas las locaciones. Los escoltó un patrullero. Todo mientras lloviznaba frío.
Hubo sólo una discusión: el defensor Fabián Gabalachis pidió que el fiscal Williams no aportara la tasación de cada bien para no condicionar a los jueces, y se limitara a indicar cuál era cada uno. El tribunal le dio la razón.
El penalista también se quejó de que debió viajar a la capital y volver a Trelew sólo para el procedimiento.
De gira
La recorrida se inició por la chacra que Diego Lüters adquirió en una zona aledaña a la toma de agua que Servicoop de Puerto Madryn posee en el río Chubut, en la zona sudeste de Trelew. Pagó $ 1 millón en efectivo y está casi pegada a Los 3 Monitos. Su fondo da al río. La propiedad está descuidada y la vegetación, muy crecida.
Luego observaron dos terrenos comprados en el barrio San Benito 2: una esquina y un baldío con fondo, separados por 150 metros.
La comitiva tomó ruta 7 de vuelta a la capital. Llegaron a la multimillonaria obra inconclusa del complejo médico de Mezeta Consulting, junto a la sede de Gendarmería Nacional y frente a la Escuela 752. Quedan los restos del movimiento de suelo e intactos, los cimientos de los subsuelos, todo protegido por una mediasombra que los jueces corrieron para observar en detalle. Rolón fotografió cada lugar con su propia cámara. Y Pérez eligió tacos para chacras y baldíos.
Como estaban cerca, el grupo caminó hasta la sede de la Jefatura de Policía del Chubut, en pleno centro de Rawson. Los recibió el jefe de la fuerza, Miguel Gómez. Allí se estacionan los vehículos secuestrados. El tribunal chequeó su estado. La Hyundai H1 lució más descuidada: cubierta de tierra en su carrocería y adentro. En su asiento delantero quedaron 3 controles remotos.
También una Mercedes Benz GLK 300 que manejaba Natalia Mac Leod; una camioneta Hyundai Tucson 2.0 de Correa; la Volkswagen Amarok 2.0 que usaba Daniela Souza y un Ford Fiesta Kinetic de Diego Lüters.
Luego la comitiva partió hacia Playa Unión para observar la propiedad más simbólica de la causa y cuya construcción manejó Correa en persona: la vivienda de dos plantas, varios dormitorios, quincho, pileta y jacuzzi. Está valuada en $ 8.600.000. Su parrilla, en casi $ 300 mil.
Aunque la poca agua de la pileta se pudrió, el resto de la propiedad está limpio, cuidado y listo para una mudanza.
Hay muebles nuevos pero envueltos y varias cortinas instaladas. Latas de pintura y materiales de construcción sueltos, y la escalera y los balcones sin baranda. Hasta un termotanque preparado para colocar. Hubo varias bromas por lo lujoso de la casa.
El grupo no recorrió los dúplex: uno está ocupado, otro bajo llave que prefieren no romper y el tercero, vacío.
Cuando aleguen, los fiscales pedirán que todo el patrimonio se decomise y se convierta en bienes del Estado. Incluso los 6 lotes de Lago Puelo que no fueron recorridos.
La audiencia se dio por terminada en la vereda de la mansión. El juicio sigue el martes a las 8.30. Se prevé que declaren dos testigos de los defensores y los fiscales exhiban la abundante prueba documental.