Puerto Madryn, la de mejor “calidad de vida”; la Meseta central, la peor

La investigación fue realizada por investigadores del CONICET y derivó en un mapa interactivo que permite conocer el índice de calidad de vida en cualquier punto del país.La ciudad portuaria es la más beneficiada de Chubut entre 528 conglomerados urbanos.

08 OCT 2019 - 20:59 | Actualizado

Guillermo Velázquez es investigador superior del CONICET en el Instituto de Geografía Historia y Ciencias Sociales (IGEHCS, CONICET-UNCPBA) y desde hace más de veinte años trabaja en el estudio de la calidad de vida desde una perspectiva geográfica. Esto es, tratar de definir, mediante una escala numérica que va del cero al diez, cuán bien viven las personas según su lugar de residencia.

El proyecto, que en sus comienzos se centró especialmente en la región pampeana y en el conurbano bonaerense, se fue expandiendo hasta abarcar toda la Argentina a través de la colaboración de una red nacional de más de cincuenta investigadores.

Recientemente, este equipo de investigadores, en un trabajo interdisciplinario en colaboración con el grupo que dirige Alejandro Zunino -investigador principal del CONICET en el Instituto Superior de Ingeniería de Software Tandil (ISISTAN, CONICET-UNCPBA)-, desarrolló un mapa interactivo que permite conocer el nivel de calidad de vida en los más de 52 mil radios censales en lo que se divide la Argentina.

Cuanto mayor es el índice en determinado lugar, más verde se lo verá el mapa, mientras que el rojo indica lo contrario. “El desarrollo de este software significó para nosotros un enorme desafío desde el punto de vista informático, dado que implica que en tiempo real se transfieran, a través de la red, una cantidad de datos y se permita, a su vez, un número y un tipo de operaciones -con alto grado de precisión y detalle- poco frecuentes en aplicaciones de mapeo por internet”, explica Zunino.

La interacción con la aplicación permite a los usuarios notar que existen provincias o regiones de la Argentina en las que, bajo una primera mirada, parecería que la calidad de vida es homogéneamente buena o mala. Sin embargo, al hacer zoom se observa claramente que hay zonas dentro de esas áreas cuya realidad -en términos de calidad de vida- contrasta con la situación general que las rodea: así ocurre, por ejemplo en sectores céntricos de algunas ciudades localizadas en regiones pauperizadas, que contrastan con el resto, o, aún más en detalle, con los barrios de emergencia o countries en algunos centros urbanos.

“Para definir qué tan bien vive la gente que reside en un área determinada tomamos dos grandes grupos de indicadores: los socioeconómicos y los ambientales.

En relación a los primeros tenemos en cuenta datos vinculados con dimensiones como la educación, la salud o la vivienda. En cuanto a los denominados ambientales, por un lado, atendemos a los clásicos problemas que pueden tener impacto negativo sobre el bienestar de los residentes –como inundabilidad, sismicidad, asentamientos precarios o contaminación- y, por otro, lo que llamamos ‘recursos recreativos’ –que pueden ser ‘de base natural’, como las playas, relieves, balnearios o espacios verdes, o ‘socialmente construidos’, es decir, teatros, centros deportivos u otras actividades de esparcimiento- como algo que favorece una mejor calidad de vida”, explica Guillermo Velázquez.

Actualmente, la ecuación que utilizan los investigadores para calcular el índice de calidad de vida (ICV) en diferentes puntos del país atribuye un 60 por ciento del peso a los diversos componentes socioeconómicos y un 40 por ciento a los ambientales. No obstante, la importancia otorgada a los datos ambientales ha crecido –otrora, pesaban sólo un 20 por ciento- en virtud de la mayor y mejor disponibilidad de información y el mayor reconocimiento social de su valor respecto del bienestar de la población.

El estudio toma en cuenta distintas variables. Entre las socioeconómicas, uno de los aspectos centrales es la educación y para ello se tomó como dato, por un lado el porcentaje de población de 15 años o más que ya no asiste y con nivelde instrucción alcanzado menor a primario completo; en tanto que el restante es la proporción de población de 15 años o más que ya no asiste y con nivelde instrucción alcanzado universitario completo.

En cuanto a salud, las dos situaciones son centrales de remarcar fueron: la tasa de mortalidad infantil (TMI) según lugar de residencia de la madre, sobre la media de los tres años pericensales para disminuir lasoscilaciones aleatorias propias de esta tasa y por otra parte la proporción de población sin cobertura por obra social, plan de saludprivado o mutual.

Otro dato socioeconómico fue el referido a las viviendas y en ese aspecto se tuvieron en cuenta también dos variables. Por un lado el porcentaje de población que reside en hogares que tienen inodoro sindescarga de agua o carecen de inodoro; y por otra parte la proporción de población en hogares hacinados, considerando como talesa aquellos que superan las 2 personas por cuarto.

En cuanto a la dimensión ambiental, el trabajo y su posterior representación en el mapa, toman en cuenta variables tales como el uso de plaguicidas en agricultura, participación de la industria y minería en el Producto Bruto Geográfico (PBG); contaminación, ruido y congestionamiento; localizaciones peligrosas, externalidades negativas; inseguridad en función de tasa de delitos; inundabilidad; sismicidad y vulcanismo o tornados, además de disconfort climático.

Tambien se valoraron aquellos recursos recreativos de base natural, como playas, balnearios a orillas de ríos, lagunas o diques; centros termales; centros con actividades de invierno (nieve o hielo); parques y espacios. En línea con ese perfil, también se valoraron espacios socialmente construidos como patrimonio urbano, centros culturales, deportivos, centros comerciales y de esparcimiento.

De acuerdo al estudio que da sustento al mapa interactivo, en el NEA se registran los menores niveles de calidad de vida de laArgentina. En este contexto la combinación de indicadores en mayormedida socioeconómicos -aunque también pesan los ambientales- relega ados provincias de la región (Chaco y Formosa) a valores muy bajos, de los calidad de vida en Argentina, al cual solo escapan sus capitales provinciales. Corrientes muestra tambiénvalores bajos, especialmente en su interior meridional. Misiones exhibe unasituación más heterogénea: el núcleo del sur y el eje del Río Paranámuestran mejor situación relativa.

En cuanto a la región Patagónica también exhibe cierta heterogeneidad. Según el estudio, “enun contexto socioeconómico relativamente favorable (fundamentalmente enlo que respecta a la población urbana, ampliamente mayoritaria) los recursosrecreativos y los problemas ambientales marcan parte de las diferencias. Losdepartamentos más poblados de la región (los de la costa y la cordillera) exhiben, en general, buenas condiciones de vida. Esto se relaciona conciertas mejoras socioeconómicas, mayor dotación relativa de recursosrecreativos de base natural y relativa ausencia de problemas ambientales”. “Muy distinta es la situación desfavorable de vastas zonas de la región,particularmente la meseta ganadera de Chubut y Río Negro. En el caso deSanta Cruz la división política fragmenta su respectiva porción de la mesetapatagónica (con peores condiciones de vida), “licuando” su situación con lamejor posición relativa de las zonas cordillerana y costera” dice el informe difundido como “Geografía y Calidad de Vida en Argentina. Análisis regional y departamental (2010)”. Por otra parte, otro trabajo denominado “Calidad de Vida en Argentina. Ranking del Bienestar por departamentos”, también del año 2010, establece un ranking de calidad de vida para 528 ciudades con más de 50 mil habitantes en nuestro país, desde la metrópolis de Buenos Aires hasta conglomerados de distintos puntos del país que fueron analizados. En ese esquema, el Ranking de Calidad de Vida sostiene que los cuatro primeros lugares tienen a comunas de la Región Metropolitana de Buenos Aires, mientra que la quinta es Mendoza (capital), con un índice 8,14.

En la región patagónica la ciudad mejor ubicada es Ushuaia, quien se encuentra en el puesto 8 del ranking con 8,20. Entre las chubutenses, Puerto Madryn (Depto. Biedma) con un índice de 7,34 se ubica en la 41º posición, mientras que Comodoro Rivadavia (Escalante) califica en el puesto 60, entre 528 ciudades, con 7,14 de ICV. Trelew y Rawson, en conjunto, se ubican en la posición 66º, con un índice de 7,07, apenas por debajo de Bahía Blanca.

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08 OCT 2019 - 20:59

Guillermo Velázquez es investigador superior del CONICET en el Instituto de Geografía Historia y Ciencias Sociales (IGEHCS, CONICET-UNCPBA) y desde hace más de veinte años trabaja en el estudio de la calidad de vida desde una perspectiva geográfica. Esto es, tratar de definir, mediante una escala numérica que va del cero al diez, cuán bien viven las personas según su lugar de residencia.

El proyecto, que en sus comienzos se centró especialmente en la región pampeana y en el conurbano bonaerense, se fue expandiendo hasta abarcar toda la Argentina a través de la colaboración de una red nacional de más de cincuenta investigadores.

Recientemente, este equipo de investigadores, en un trabajo interdisciplinario en colaboración con el grupo que dirige Alejandro Zunino -investigador principal del CONICET en el Instituto Superior de Ingeniería de Software Tandil (ISISTAN, CONICET-UNCPBA)-, desarrolló un mapa interactivo que permite conocer el nivel de calidad de vida en los más de 52 mil radios censales en lo que se divide la Argentina.

Cuanto mayor es el índice en determinado lugar, más verde se lo verá el mapa, mientras que el rojo indica lo contrario. “El desarrollo de este software significó para nosotros un enorme desafío desde el punto de vista informático, dado que implica que en tiempo real se transfieran, a través de la red, una cantidad de datos y se permita, a su vez, un número y un tipo de operaciones -con alto grado de precisión y detalle- poco frecuentes en aplicaciones de mapeo por internet”, explica Zunino.

La interacción con la aplicación permite a los usuarios notar que existen provincias o regiones de la Argentina en las que, bajo una primera mirada, parecería que la calidad de vida es homogéneamente buena o mala. Sin embargo, al hacer zoom se observa claramente que hay zonas dentro de esas áreas cuya realidad -en términos de calidad de vida- contrasta con la situación general que las rodea: así ocurre, por ejemplo en sectores céntricos de algunas ciudades localizadas en regiones pauperizadas, que contrastan con el resto, o, aún más en detalle, con los barrios de emergencia o countries en algunos centros urbanos.

“Para definir qué tan bien vive la gente que reside en un área determinada tomamos dos grandes grupos de indicadores: los socioeconómicos y los ambientales.

En relación a los primeros tenemos en cuenta datos vinculados con dimensiones como la educación, la salud o la vivienda. En cuanto a los denominados ambientales, por un lado, atendemos a los clásicos problemas que pueden tener impacto negativo sobre el bienestar de los residentes –como inundabilidad, sismicidad, asentamientos precarios o contaminación- y, por otro, lo que llamamos ‘recursos recreativos’ –que pueden ser ‘de base natural’, como las playas, relieves, balnearios o espacios verdes, o ‘socialmente construidos’, es decir, teatros, centros deportivos u otras actividades de esparcimiento- como algo que favorece una mejor calidad de vida”, explica Guillermo Velázquez.

Actualmente, la ecuación que utilizan los investigadores para calcular el índice de calidad de vida (ICV) en diferentes puntos del país atribuye un 60 por ciento del peso a los diversos componentes socioeconómicos y un 40 por ciento a los ambientales. No obstante, la importancia otorgada a los datos ambientales ha crecido –otrora, pesaban sólo un 20 por ciento- en virtud de la mayor y mejor disponibilidad de información y el mayor reconocimiento social de su valor respecto del bienestar de la población.

El estudio toma en cuenta distintas variables. Entre las socioeconómicas, uno de los aspectos centrales es la educación y para ello se tomó como dato, por un lado el porcentaje de población de 15 años o más que ya no asiste y con nivelde instrucción alcanzado menor a primario completo; en tanto que el restante es la proporción de población de 15 años o más que ya no asiste y con nivelde instrucción alcanzado universitario completo.

En cuanto a salud, las dos situaciones son centrales de remarcar fueron: la tasa de mortalidad infantil (TMI) según lugar de residencia de la madre, sobre la media de los tres años pericensales para disminuir lasoscilaciones aleatorias propias de esta tasa y por otra parte la proporción de población sin cobertura por obra social, plan de saludprivado o mutual.

Otro dato socioeconómico fue el referido a las viviendas y en ese aspecto se tuvieron en cuenta también dos variables. Por un lado el porcentaje de población que reside en hogares que tienen inodoro sindescarga de agua o carecen de inodoro; y por otra parte la proporción de población en hogares hacinados, considerando como talesa aquellos que superan las 2 personas por cuarto.

En cuanto a la dimensión ambiental, el trabajo y su posterior representación en el mapa, toman en cuenta variables tales como el uso de plaguicidas en agricultura, participación de la industria y minería en el Producto Bruto Geográfico (PBG); contaminación, ruido y congestionamiento; localizaciones peligrosas, externalidades negativas; inseguridad en función de tasa de delitos; inundabilidad; sismicidad y vulcanismo o tornados, además de disconfort climático.

Tambien se valoraron aquellos recursos recreativos de base natural, como playas, balnearios a orillas de ríos, lagunas o diques; centros termales; centros con actividades de invierno (nieve o hielo); parques y espacios. En línea con ese perfil, también se valoraron espacios socialmente construidos como patrimonio urbano, centros culturales, deportivos, centros comerciales y de esparcimiento.

De acuerdo al estudio que da sustento al mapa interactivo, en el NEA se registran los menores niveles de calidad de vida de laArgentina. En este contexto la combinación de indicadores en mayormedida socioeconómicos -aunque también pesan los ambientales- relega ados provincias de la región (Chaco y Formosa) a valores muy bajos, de los calidad de vida en Argentina, al cual solo escapan sus capitales provinciales. Corrientes muestra tambiénvalores bajos, especialmente en su interior meridional. Misiones exhibe unasituación más heterogénea: el núcleo del sur y el eje del Río Paranámuestran mejor situación relativa.

En cuanto a la región Patagónica también exhibe cierta heterogeneidad. Según el estudio, “enun contexto socioeconómico relativamente favorable (fundamentalmente enlo que respecta a la población urbana, ampliamente mayoritaria) los recursosrecreativos y los problemas ambientales marcan parte de las diferencias. Losdepartamentos más poblados de la región (los de la costa y la cordillera) exhiben, en general, buenas condiciones de vida. Esto se relaciona conciertas mejoras socioeconómicas, mayor dotación relativa de recursosrecreativos de base natural y relativa ausencia de problemas ambientales”. “Muy distinta es la situación desfavorable de vastas zonas de la región,particularmente la meseta ganadera de Chubut y Río Negro. En el caso deSanta Cruz la división política fragmenta su respectiva porción de la mesetapatagónica (con peores condiciones de vida), “licuando” su situación con lamejor posición relativa de las zonas cordillerana y costera” dice el informe difundido como “Geografía y Calidad de Vida en Argentina. Análisis regional y departamental (2010)”. Por otra parte, otro trabajo denominado “Calidad de Vida en Argentina. Ranking del Bienestar por departamentos”, también del año 2010, establece un ranking de calidad de vida para 528 ciudades con más de 50 mil habitantes en nuestro país, desde la metrópolis de Buenos Aires hasta conglomerados de distintos puntos del país que fueron analizados. En ese esquema, el Ranking de Calidad de Vida sostiene que los cuatro primeros lugares tienen a comunas de la Región Metropolitana de Buenos Aires, mientra que la quinta es Mendoza (capital), con un índice 8,14.

En la región patagónica la ciudad mejor ubicada es Ushuaia, quien se encuentra en el puesto 8 del ranking con 8,20. Entre las chubutenses, Puerto Madryn (Depto. Biedma) con un índice de 7,34 se ubica en la 41º posición, mientras que Comodoro Rivadavia (Escalante) califica en el puesto 60, entre 528 ciudades, con 7,14 de ICV. Trelew y Rawson, en conjunto, se ubican en la posición 66º, con un índice de 7,07, apenas por debajo de Bahía Blanca.


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