Falleció el productor Robert Evans, creador de grandes éxitos y famoso por sus adicciones

El productor cinematográfico estadounidense, a quien se le deben títulos como “El padrino” y “Barrio Chino”, y fue figura de los estudios Paramount, falleció el sábado a los 89 años, según Variety, la publicación especializada en espectáculos.

28 OCT 2019 - 16:39 | Actualizado

Aunque tuvo un gran peso en la génesis de obras maestras de la gran pantalla, también fue muy conocido en la industria cinematográfica por su conflictivo carácter y sus graves problemas con las drogas, que lo llevaron a alejarse de sus oficinas y a realizar sus tareas desde la cama.

Evans perteneció durante más de 50 años a las huestes de Paramount, en la que se hizo cargo a mediados de la década de 1960, en coincidencia con el nacimiento del Nuevo Cine Americano, una tendencia que desafiaba las viejas prohibiciones e incluía temáticas como sexo y violencia.

Bajo la supervisión de Evans se gestaron cintas como "El bebé de Rosemary" (1968) y "Barrio Chino" (1974), de Roman Polanski, las dos primeras partes de "El padrino" (1972 y 1974), de Francis Ford Coppola, "Love Story" (1970), de Arthur Hiller, y "Enséñame a vivir" (1971), de Hal Ashby, entre otras.

Su conflictivo carácter también fue muy famoso en Hollywood como demuestra su relación de amor-odio con Coppola, con quien tuvo famosas peleas en el muy turbulento rodaje de "Cotton Club" (1980).

Se casó y se divorció en siete ocasiones -entre ellas tuvo como esposa a Ali MacGraw (1969-1972)-, y se hundió en la depresión y los problemas de adicciones a partir de los años 80.

Además, Evans publicó una autobiografía titulada "The Kid Stays in the Picture", que en 2002 se convirtió en un documental dirigido por Nanette Burstein y Brett Morgen.

Según Peter Biskind, en su libro "Easy Riders, Raging Bulls", “lo que a Evans más le gustaba era la compañía de las mujeres, sobre todo la de modelos, actrices y prostitutas”.

28 OCT 2019 - 16:39

Aunque tuvo un gran peso en la génesis de obras maestras de la gran pantalla, también fue muy conocido en la industria cinematográfica por su conflictivo carácter y sus graves problemas con las drogas, que lo llevaron a alejarse de sus oficinas y a realizar sus tareas desde la cama.

Evans perteneció durante más de 50 años a las huestes de Paramount, en la que se hizo cargo a mediados de la década de 1960, en coincidencia con el nacimiento del Nuevo Cine Americano, una tendencia que desafiaba las viejas prohibiciones e incluía temáticas como sexo y violencia.

Bajo la supervisión de Evans se gestaron cintas como "El bebé de Rosemary" (1968) y "Barrio Chino" (1974), de Roman Polanski, las dos primeras partes de "El padrino" (1972 y 1974), de Francis Ford Coppola, "Love Story" (1970), de Arthur Hiller, y "Enséñame a vivir" (1971), de Hal Ashby, entre otras.

Su conflictivo carácter también fue muy famoso en Hollywood como demuestra su relación de amor-odio con Coppola, con quien tuvo famosas peleas en el muy turbulento rodaje de "Cotton Club" (1980).

Se casó y se divorció en siete ocasiones -entre ellas tuvo como esposa a Ali MacGraw (1969-1972)-, y se hundió en la depresión y los problemas de adicciones a partir de los años 80.

Además, Evans publicó una autobiografía titulada "The Kid Stays in the Picture", que en 2002 se convirtió en un documental dirigido por Nanette Burstein y Brett Morgen.

Según Peter Biskind, en su libro "Easy Riders, Raging Bulls", “lo que a Evans más le gustaba era la compañía de las mujeres, sobre todo la de modelos, actrices y prostitutas”.