Editorial / Bajar un cambio, más gestión y menos rosca

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Inversión en Trelew. Se firmó la obra de la Central de Cargas, con 10 millones de dólares de por medio.
30 NOV 2019 - 20:36 | Actualizado

La reunión que el martes pasado juntó en una misma mesa al gobernador Mariano Arcioni, los intendentes Ricardo Sastre y Adrián Maderna, y al gremialista petrolero Jorge “Loma” Ávila, tuvo varios momentos álgidos, también algunas coincidencias pero, sobre todo, una serie de conclusiones que se pueden resumir en el título de este editorial.

Está claro que el frente electoral que armaron para ganarle a la pobre oferta electoral del peronismo con sello no les será suficiente para gobernar. Una cosa es juntar votos y otra, muy distinta, es llevar las riendas de una provincia en crisis durante cuatro años.

El martes a la noche, más allá de algunas broncas, todos entendieron que necesitan estar un poco más calmados y menos ansiosos.

Unas horas antes, en medio de la cada vez menos privada discusión política, alguien filtró un audio de WhatsApp en el que Sastre, con un tono enojado, les decía a los diputados oficialistas de la próxima Legislatura que había que “bajar un cambio” y que era necesario ponerse a trabajar para “juntar voluntades para tener un bloque que garantice las manos y las leyes que necesita Mariano para poder gobernar”.

Una frase final de ese audio pinta de cuerpo entero lo que algunos perciben pero otros, al parecer, todavía no. “La gente está recontra harta de nuestras peleas”, le dijo Sastre a los diputados. Tiene razón.

Equipo propio

En ocho días se acabarán los misterios sobre la composición del Gabinete y el reparto del poder en la Legislatura, y los graves problemas seguirán ahí, a la espera de soluciones.

El gobernador va a arrancar su segundo mandato con un equipo casi enteramente propio y apenas si les dio alguna participación menor a sus aliados electorales. Podría haber sido más repartido el poder pero, si las cosas no llegaban a funcionar de entrada también las culpas se habrían echado de manera repartida.

No se puede soslayar que su primera llegada a la gobernación fue de manera no planificada, tras la muerte de Mario Das Neves. La realidad lo obligó a tomar decisiones fuertes sin estar del todo preparado; a elegir funcionarios siempre de apuro y sin estar convencido; y a cambiar varias veces de rumbo.

Ahora será distinto. Arcioni llevará las riendas de su gobierno con los suyos, los que él eligió y en los que confía plenamente. Eso es bueno en parte pero también lo carga de obligaciones. Ya no podrá decir, por ejemplo, que heredó la situación. Lo bueno y lo malo que venga será entera responsabilidad de él.

Claro que gobernar es mucho más que tener el control del Poder Ejecutivo. Para eso necesitará conciliar y consensuar con sus aliados en la Legislatura y en las intendencias. Y ahí van a ser vitales los vínculos que logre mantener con Sastre, Maderna y muchos otros que lo ayudaron a ganar las elecciones que le permitieron seguir ocupando el despacho más importante de Fontana 50.

Arcioni marcó la cancha y está bien que lo haya hecho. Era algo esperable de alguien al que todos cuestionaron por su presunta falta de liderazgo pero que ahora quiere consolidarse como el líder. Pero debe ser lo suficientemente hábil para no dejar afuera del partido a sus aliados porque, entonces, las consecuencias y los daños colaterales pueden ser muy dañinos.

Una obra necesaria

Una imagen de lo que es esperable que suceda con más asiduidad a partir del 9 de diciembre la dieron Arcioni y Maderna el viernes en Buenos Aires, firmando una obra como la futura central de cargas de Trelew, con una inversión que hacía años la ciudad valletana no tenía. 10 millones de dólares.

El gobernador, que estaba en Buenos Aires, estuvo junto a Maderna en la firma realizada en la Casa del Chubut pero no se apropió del anuncio. “Felicito la gestión del intendente Maderna y su equipo por esta concreción”, dijo. “Vamos a seguir trabajando y proyectando en esta línea y para eso necesitamos el acompañamiento de todos: desde concejales, intendentes, diputados y también de los gobernadores de la región”, dijo Arcioni, pidiendo potenciar a toda la Patagonia.

Es por ahí.

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Inversión en Trelew. Se firmó la obra de la Central de Cargas, con 10 millones de dólares de por medio.
30 NOV 2019 - 20:36

La reunión que el martes pasado juntó en una misma mesa al gobernador Mariano Arcioni, los intendentes Ricardo Sastre y Adrián Maderna, y al gremialista petrolero Jorge “Loma” Ávila, tuvo varios momentos álgidos, también algunas coincidencias pero, sobre todo, una serie de conclusiones que se pueden resumir en el título de este editorial.

Está claro que el frente electoral que armaron para ganarle a la pobre oferta electoral del peronismo con sello no les será suficiente para gobernar. Una cosa es juntar votos y otra, muy distinta, es llevar las riendas de una provincia en crisis durante cuatro años.

El martes a la noche, más allá de algunas broncas, todos entendieron que necesitan estar un poco más calmados y menos ansiosos.

Unas horas antes, en medio de la cada vez menos privada discusión política, alguien filtró un audio de WhatsApp en el que Sastre, con un tono enojado, les decía a los diputados oficialistas de la próxima Legislatura que había que “bajar un cambio” y que era necesario ponerse a trabajar para “juntar voluntades para tener un bloque que garantice las manos y las leyes que necesita Mariano para poder gobernar”.

Una frase final de ese audio pinta de cuerpo entero lo que algunos perciben pero otros, al parecer, todavía no. “La gente está recontra harta de nuestras peleas”, le dijo Sastre a los diputados. Tiene razón.

Equipo propio

En ocho días se acabarán los misterios sobre la composición del Gabinete y el reparto del poder en la Legislatura, y los graves problemas seguirán ahí, a la espera de soluciones.

El gobernador va a arrancar su segundo mandato con un equipo casi enteramente propio y apenas si les dio alguna participación menor a sus aliados electorales. Podría haber sido más repartido el poder pero, si las cosas no llegaban a funcionar de entrada también las culpas se habrían echado de manera repartida.

No se puede soslayar que su primera llegada a la gobernación fue de manera no planificada, tras la muerte de Mario Das Neves. La realidad lo obligó a tomar decisiones fuertes sin estar del todo preparado; a elegir funcionarios siempre de apuro y sin estar convencido; y a cambiar varias veces de rumbo.

Ahora será distinto. Arcioni llevará las riendas de su gobierno con los suyos, los que él eligió y en los que confía plenamente. Eso es bueno en parte pero también lo carga de obligaciones. Ya no podrá decir, por ejemplo, que heredó la situación. Lo bueno y lo malo que venga será entera responsabilidad de él.

Claro que gobernar es mucho más que tener el control del Poder Ejecutivo. Para eso necesitará conciliar y consensuar con sus aliados en la Legislatura y en las intendencias. Y ahí van a ser vitales los vínculos que logre mantener con Sastre, Maderna y muchos otros que lo ayudaron a ganar las elecciones que le permitieron seguir ocupando el despacho más importante de Fontana 50.

Arcioni marcó la cancha y está bien que lo haya hecho. Era algo esperable de alguien al que todos cuestionaron por su presunta falta de liderazgo pero que ahora quiere consolidarse como el líder. Pero debe ser lo suficientemente hábil para no dejar afuera del partido a sus aliados porque, entonces, las consecuencias y los daños colaterales pueden ser muy dañinos.

Una obra necesaria

Una imagen de lo que es esperable que suceda con más asiduidad a partir del 9 de diciembre la dieron Arcioni y Maderna el viernes en Buenos Aires, firmando una obra como la futura central de cargas de Trelew, con una inversión que hacía años la ciudad valletana no tenía. 10 millones de dólares.

El gobernador, que estaba en Buenos Aires, estuvo junto a Maderna en la firma realizada en la Casa del Chubut pero no se apropió del anuncio. “Felicito la gestión del intendente Maderna y su equipo por esta concreción”, dijo. “Vamos a seguir trabajando y proyectando en esta línea y para eso necesitamos el acompañamiento de todos: desde concejales, intendentes, diputados y también de los gobernadores de la región”, dijo Arcioni, pidiendo potenciar a toda la Patagonia.

Es por ahí.


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