Investigadoras argentinas identifican hormona que aceleraría los tumores cerebrales

Investigadores argentinas realizaron un estudio que sugiere que en los hombres la hormona prolactina no solo favorece la progresión del glioblastoma, el tumor cerebral más frecuente y agresivo en adultos, sino también su resistencia a los tratamientos actuales.

12 FEB 2020 - 16:10 | Actualizado

La prolactina es principalmente secretada por la hipófisis, y se produce localmente en la glándula mamaria y la próstata, entre otros tejidos; esta hormona participa en la regulación endocrina de la reproducción y la lactancia, entre otras funciones.

“A la luz de los resultados de nuestro trabajo, proponemos que la prolactina podría ser un biomarcador en esta enfermedad y un blanco terapéutico para mejorar la respuesta del tumor al tratamiento convencional”, explicó a la Agencia CyTA-Leloir la doctora de la UBA Marianela Candolfi, investigadora del Conicet e integrante del Instituto de Investigaciones Biomédicas (Inbiomed).

El glioblastoma es un tumor que afecta a 5 de cada 100 mil adultos por año a nivel mundial, lo que en Argentina significaría entre 1500 y 1800 casos nuevos cada año.

Su tratamiento consiste en la extracción quirúrgica de la masa tumoral principal, seguido de quimioterapia y radioterapia.

Sin embargo, los pacientes tienen una sobrevida muy limitada, porque no se logran extirpar todas las células malignas y es un tumor muy resistente a los rayos y la quimioterapia.

En el estudio, cuya primera autora fue la genetista del Inbiomed Antonela Asad, el grupo liderado por Candolfi comprobó que tanto la prolactina como su receptor se expresan en líneas celulares de glioblastoma, tanto de roedores como de humanos; y que esa hormona se expresa más en biopsias de glioblastoma que en otros tumores cerebrales.

También observaron que los receptores de prolactina son funcionales y que, cuando son activados, las células tumorales migran más y se vuelven más resistentes a la quimioterapia, lo que sugiere que pueden invadir mejor los tejidos.

El trabajo, publicado en la revista “Scientific Reports”, también aporta evidencia respecto de diferencias sexuales en la presentación del glioblastoma. Mientras que en los hombres la expresión del receptor de prolactina en el tumor está asociada a menor sobrevida, en las mujeres se observó el resultado opuesto.

“Bloquear el receptor de prolactina podría mejorar la respuesta al tratamiento en los pacientes masculinos”, afirmó Asad.

Otro de los autores de la investigación, el endocrinólogo molecular belga Vincent Goffin, de la Universidad René Descartes de París, lideró el desarrollo de una molécula que puede inhibir el receptor de la prolactina, y en una próxima etapa se va a estudiar su efecto sobre la respuesta del glioblastoma a la quimioterapia.

“Esto abriría la puerta a la evaluación clínica de esta estrategia en pacientes con glioblastoma”, se esperanzó Candolfi.

Del estudio también participaron otros científicos del Inbiomed: Alejandro Nicola Candia, Camila Zuccato, Santiago Jordi Orrillo, Adriana Seilicovich, Daniel Alberto Pisera y María Jimena Ferraris.

También, Yael Lastra y Emilio De Simone, de la Cátedra de Fisiología Animal de la Facultad de Veterinaria de la UBA; Nazareno González, del Laboratorio Max Planck de Biología Estructural, Química y Biofísica Molecular de Rosario; y Florence Boutillon, de la Universidad René Descartes de París, Francia.

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12 FEB 2020 - 16:10

La prolactina es principalmente secretada por la hipófisis, y se produce localmente en la glándula mamaria y la próstata, entre otros tejidos; esta hormona participa en la regulación endocrina de la reproducción y la lactancia, entre otras funciones.

“A la luz de los resultados de nuestro trabajo, proponemos que la prolactina podría ser un biomarcador en esta enfermedad y un blanco terapéutico para mejorar la respuesta del tumor al tratamiento convencional”, explicó a la Agencia CyTA-Leloir la doctora de la UBA Marianela Candolfi, investigadora del Conicet e integrante del Instituto de Investigaciones Biomédicas (Inbiomed).

El glioblastoma es un tumor que afecta a 5 de cada 100 mil adultos por año a nivel mundial, lo que en Argentina significaría entre 1500 y 1800 casos nuevos cada año.

Su tratamiento consiste en la extracción quirúrgica de la masa tumoral principal, seguido de quimioterapia y radioterapia.

Sin embargo, los pacientes tienen una sobrevida muy limitada, porque no se logran extirpar todas las células malignas y es un tumor muy resistente a los rayos y la quimioterapia.

En el estudio, cuya primera autora fue la genetista del Inbiomed Antonela Asad, el grupo liderado por Candolfi comprobó que tanto la prolactina como su receptor se expresan en líneas celulares de glioblastoma, tanto de roedores como de humanos; y que esa hormona se expresa más en biopsias de glioblastoma que en otros tumores cerebrales.

También observaron que los receptores de prolactina son funcionales y que, cuando son activados, las células tumorales migran más y se vuelven más resistentes a la quimioterapia, lo que sugiere que pueden invadir mejor los tejidos.

El trabajo, publicado en la revista “Scientific Reports”, también aporta evidencia respecto de diferencias sexuales en la presentación del glioblastoma. Mientras que en los hombres la expresión del receptor de prolactina en el tumor está asociada a menor sobrevida, en las mujeres se observó el resultado opuesto.

“Bloquear el receptor de prolactina podría mejorar la respuesta al tratamiento en los pacientes masculinos”, afirmó Asad.

Otro de los autores de la investigación, el endocrinólogo molecular belga Vincent Goffin, de la Universidad René Descartes de París, lideró el desarrollo de una molécula que puede inhibir el receptor de la prolactina, y en una próxima etapa se va a estudiar su efecto sobre la respuesta del glioblastoma a la quimioterapia.

“Esto abriría la puerta a la evaluación clínica de esta estrategia en pacientes con glioblastoma”, se esperanzó Candolfi.

Del estudio también participaron otros científicos del Inbiomed: Alejandro Nicola Candia, Camila Zuccato, Santiago Jordi Orrillo, Adriana Seilicovich, Daniel Alberto Pisera y María Jimena Ferraris.

También, Yael Lastra y Emilio De Simone, de la Cátedra de Fisiología Animal de la Facultad de Veterinaria de la UBA; Nazareno González, del Laboratorio Max Planck de Biología Estructural, Química y Biofísica Molecular de Rosario; y Florence Boutillon, de la Universidad René Descartes de París, Francia.


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