La discriminación, el potente motor de las críticas a la conducción de la AFA

Hay un aspecto negado en las críticas a la conducción de la AFA. Los cuestionamientos a la gestión de Claudio Tapia tiene raíces en un hecho: discriminación.

19 FEB 2020 - 21:12 | Actualizado

Por Francisco Caputo

Existe un desprecio discriminatorio a Tapia y Pablo Toviggino, su mano derecha en Viamonte 1366. El razonamiento se resume en esta frase: “¿Cómo es posible que estos negros manejen la AFA?”. Esa idea, negada en público, es la matriz de todo el esquema.

La clase baja

Hay una doble discriminación. Por un lado, se objeta la procedencia de ambos como dirigentes. Mientras que Tapia nació en el ascenso metropolitano, Toviggino proviene de las ligas del Interior.

Ambos integran la clase baja del fútbol argentino, marginada históricamente de la toma de decisiones.

Por integrar este escalón, el mandato es que deben acompañar con sumisión las decisiones de la aristocracia del balompié nacional. Equivale a afirmar que el obrero nunca puede ser patrón por el hecho de ser obrero.

Por el otro, se cuestiona el origen personal de ambos directivos. Tapia es un emigrante sanjuanino, que empezó a abrirse camino en Buenos Aires como barrendero.

Toviggino, en tanto, es oriundo de Santiago del Estero. Sobre dicha provincia pesa un preconcepto infame y falaz: sus habitantes son vagos porque viven durmiendo la siesta.

La discriminación

Todos los “conceptos” de este sistema de pensamiento están implícitos en las críticas a la AFA. No importa la legitimidad democrática, que indica que Tapia fue electo en 2017 como presidente de AFA.

En este esquema, lo trascendente es la provincia natal, el origen social o el sector que representan en la pirámide del fútbol. Por eso mismo, no deberían ocupar el puesto que ocupan.

Logros ocultados

En este contexto, el camino de Tapia y Toviggino para ganar las elecciones, es desacreditado. A finales de 2015, sumaron en un sólido bloque los votos del ascenso metropolitano y los del Interior profundo en la Asamblea.

Esa alianza aseguraba 33 de los 75 votos para elegir presidente. Esa estrategia, que ningún otro sector político anticipó, les abrió las puertas al gobierno.

Los aspectos a pulir de la gestión son objeto de feroces críticas, que en determinadas circustancias cruzan fronteras peligrosas.

Los logros, en cambio, son omitidos. Desde la asunción de Tapia, los blances de Viamonte 1366 dieron superavit. Tener orden en las cuentas permite realizar iniciativas. Uno de ellas es la profesionalización del fútbol femenino.

Asimismo, el contrato con Adidas, la marca de ropa que viste a la Selección, fue renegociado a finales de 2017 y otorgó un mayor número de ingresos a las arcas de la Asociación del Fútbol Argentino

Otro ítem que merece atención es el proyecto de las selecciones nacionales. Los primeros frutos empiezan a observarse. Entre otras cuestiones, Argentina cosechó la victoria en el Preolímpico y aseguró el pase a Tokio 2020

Un precio alto

Dentro de ciertas lógicas discriminatorias, estos hechos no pueden ser concretados por Tapia y Toviggino, dado que no pertenecen a la aristocracia del fútbol argentino.

Estos desafíos al status quo establecido tienen un precio que se paga en discriminación, disfrazada de cuestionamiento y sensatez.#

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19 FEB 2020 - 21:12

Por Francisco Caputo

Existe un desprecio discriminatorio a Tapia y Pablo Toviggino, su mano derecha en Viamonte 1366. El razonamiento se resume en esta frase: “¿Cómo es posible que estos negros manejen la AFA?”. Esa idea, negada en público, es la matriz de todo el esquema.

La clase baja

Hay una doble discriminación. Por un lado, se objeta la procedencia de ambos como dirigentes. Mientras que Tapia nació en el ascenso metropolitano, Toviggino proviene de las ligas del Interior.

Ambos integran la clase baja del fútbol argentino, marginada históricamente de la toma de decisiones.

Por integrar este escalón, el mandato es que deben acompañar con sumisión las decisiones de la aristocracia del balompié nacional. Equivale a afirmar que el obrero nunca puede ser patrón por el hecho de ser obrero.

Por el otro, se cuestiona el origen personal de ambos directivos. Tapia es un emigrante sanjuanino, que empezó a abrirse camino en Buenos Aires como barrendero.

Toviggino, en tanto, es oriundo de Santiago del Estero. Sobre dicha provincia pesa un preconcepto infame y falaz: sus habitantes son vagos porque viven durmiendo la siesta.

La discriminación

Todos los “conceptos” de este sistema de pensamiento están implícitos en las críticas a la AFA. No importa la legitimidad democrática, que indica que Tapia fue electo en 2017 como presidente de AFA.

En este esquema, lo trascendente es la provincia natal, el origen social o el sector que representan en la pirámide del fútbol. Por eso mismo, no deberían ocupar el puesto que ocupan.

Logros ocultados

En este contexto, el camino de Tapia y Toviggino para ganar las elecciones, es desacreditado. A finales de 2015, sumaron en un sólido bloque los votos del ascenso metropolitano y los del Interior profundo en la Asamblea.

Esa alianza aseguraba 33 de los 75 votos para elegir presidente. Esa estrategia, que ningún otro sector político anticipó, les abrió las puertas al gobierno.

Los aspectos a pulir de la gestión son objeto de feroces críticas, que en determinadas circustancias cruzan fronteras peligrosas.

Los logros, en cambio, son omitidos. Desde la asunción de Tapia, los blances de Viamonte 1366 dieron superavit. Tener orden en las cuentas permite realizar iniciativas. Uno de ellas es la profesionalización del fútbol femenino.

Asimismo, el contrato con Adidas, la marca de ropa que viste a la Selección, fue renegociado a finales de 2017 y otorgó un mayor número de ingresos a las arcas de la Asociación del Fútbol Argentino

Otro ítem que merece atención es el proyecto de las selecciones nacionales. Los primeros frutos empiezan a observarse. Entre otras cuestiones, Argentina cosechó la victoria en el Preolímpico y aseguró el pase a Tokio 2020

Un precio alto

Dentro de ciertas lógicas discriminatorias, estos hechos no pueden ser concretados por Tapia y Toviggino, dado que no pertenecen a la aristocracia del fútbol argentino.

Estos desafíos al status quo establecido tienen un precio que se paga en discriminación, disfrazada de cuestionamiento y sensatez.#


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