Para comenzar con la práctica necesitarás llevar la atención a un punto fijo visible que puede estar delante de tí, a la altura de tus ojos o en el piso en un ángulo de cuarenta y cinco grados aproximadamente, lejos de tus pies. En ese punto deberás mantener tu mirada durante todo el tiempo que dure la postura.
Comienza la práctica con ejercicio y movimientos sencillos que te permitirán tomar la confianza necesaria para luego continuar con posturas más completas y complejas.
Parado con los pies levemente separados, los talones más juntos que los dedos, allí pasa el peso del cuerpo a tu pierna izquierda, sintiendo el peso en el pie. A continuación despega levemente el pie derecho del piso para que ante cualquier inconveniente puedas apoyarlo inmediatamente. Si lo mantienes sin apoyar lleva la pierna hacia delante, atrás, abrirla hacia el costado y cruzarla. Siempre haz lo movimientos lentos y suaves para que estos no te hagan perder el equilibrio. Estos movimientos te van dando firmeza y seguridad.
También puede colocarte cerca de una pared y utilizar esta como apoyo, para poder soltarte o volverte apoyar sobre la misma.
Una vez que logres mantenerte en equilibrio, observa que tu cara está relajada, que los hombros también y que puedes relajar las partes del cuerpo que no utilizas.
Siente el pie donde descansa el peso del cuerpo totalmente apoyado en el piso, incluido los dedos.
No retengas la respiración, trata de respirar naturalmente y que esta se ubique en la región abdominal.
La postura tiene que irradiar armonía, equilibrio y firmeza. No olvides mantener la mirada en el punto fijo y hacer la práctica de ambos lados.
Hay que mantener el equilibrio mediante la inteligencia del cuerpo -por instinto o mediante el sentido del equilibrio, no por la fuerza-. Cuando el equilibrio se mantiene mediante la fuerza, se trata de una acción física. Cuando se mantiene mediante la inteligencia corporal, es relajación en acción.
Las posturas de equilibrio desarrollan ligereza, fuerza y agilidad. Se logra un tremendo control sobre el cuerpo. Se desarrolla el tono muscular. Aumentan la coordinación y la concentración.
Hay cantidad de posturas, parada, sentada, apoyando las manos, etcétera.
No las practique durante 12-18 meses posteriores a una intervención quirúrgica en el abdomen.
No las practique durante la menstruación y tenga cuidado si las muñecas están débiles o lesionadas.#
Para comenzar con la práctica necesitarás llevar la atención a un punto fijo visible que puede estar delante de tí, a la altura de tus ojos o en el piso en un ángulo de cuarenta y cinco grados aproximadamente, lejos de tus pies. En ese punto deberás mantener tu mirada durante todo el tiempo que dure la postura.
Comienza la práctica con ejercicio y movimientos sencillos que te permitirán tomar la confianza necesaria para luego continuar con posturas más completas y complejas.
Parado con los pies levemente separados, los talones más juntos que los dedos, allí pasa el peso del cuerpo a tu pierna izquierda, sintiendo el peso en el pie. A continuación despega levemente el pie derecho del piso para que ante cualquier inconveniente puedas apoyarlo inmediatamente. Si lo mantienes sin apoyar lleva la pierna hacia delante, atrás, abrirla hacia el costado y cruzarla. Siempre haz lo movimientos lentos y suaves para que estos no te hagan perder el equilibrio. Estos movimientos te van dando firmeza y seguridad.
También puede colocarte cerca de una pared y utilizar esta como apoyo, para poder soltarte o volverte apoyar sobre la misma.
Una vez que logres mantenerte en equilibrio, observa que tu cara está relajada, que los hombros también y que puedes relajar las partes del cuerpo que no utilizas.
Siente el pie donde descansa el peso del cuerpo totalmente apoyado en el piso, incluido los dedos.
No retengas la respiración, trata de respirar naturalmente y que esta se ubique en la región abdominal.
La postura tiene que irradiar armonía, equilibrio y firmeza. No olvides mantener la mirada en el punto fijo y hacer la práctica de ambos lados.
Hay que mantener el equilibrio mediante la inteligencia del cuerpo -por instinto o mediante el sentido del equilibrio, no por la fuerza-. Cuando el equilibrio se mantiene mediante la fuerza, se trata de una acción física. Cuando se mantiene mediante la inteligencia corporal, es relajación en acción.
Las posturas de equilibrio desarrollan ligereza, fuerza y agilidad. Se logra un tremendo control sobre el cuerpo. Se desarrolla el tono muscular. Aumentan la coordinación y la concentración.
Hay cantidad de posturas, parada, sentada, apoyando las manos, etcétera.
No las practique durante 12-18 meses posteriores a una intervención quirúrgica en el abdomen.
No las practique durante la menstruación y tenga cuidado si las muñecas están débiles o lesionadas.#