Los barras hacen sentir su ley en el fútbol del Valle

Pese a no tener el peso que tienen en Buenos Aires, los vándalos locales ejercen presión. Guillermo Brown les aplicó derecho de admisión tras provocar disturbios en pleno partido. En Germinal, se apostó a la convivencia. El miedo y la sensación de desemparo estatal son factores claves.

El principio del fin. Los barras de Germinal arrojan objetos contundentes a los jugadores de La Ribera.
02 MAR 2020 - 20:43 | Actualizado

Por Francisco Caputo

Los barrabravas son una auténtica peste . En Rawson, el domingo por la tarde, quedó demostrado una vez más. Los barras de Germinal asumieron un protagonismo que no les corresponde y forzaron la suspensión del clásico capitalino ante La Ribera.

Como en 2011 en Bariloche ante Estudiantes Unidos, los vándalos disfrazados de hinchas hicieron de las suyas. En aquella oportunidad, el Tribunal de Discplina del Consejo Federal descalificó al “Verde”. En esta ocasión, colocaron al equipo capitalino al borde de otra eliminación.

El caso de Brown

El conflicto no es sencillo. Los barras de esta región no tienen la estructura que poseen sus pares porteños, bonaerenses, rosarinos, santafesinos, cordobeses o mendocinos. Pero tienen un innegable peso.

Guillermo Brown, a inicios de la temporada de la Primera Nacional, les aplicó derecho de admisión a esta clase de simpatizantes. Esto ocurrió tras incidentes en los dos primeros partidos como local.

Tras el segundo episodio, fruto de una interna, la AFA amonestó a la “Banda” por los disturbios, ocurridos en pleno partido. El próximo suceso violento podía derivar en una quita de puntos a un equipo que pelea por no descender.

A partir de ese entonces, los miembros de “La Reco” y de “La Banda del Sandía” no ingresaron más al Raúl Conti el resto del año pasado. Tras la decisión, encabezada por Carlos Eliceche, presidente del club, no se registraron episodios. En 2020, la medida se suavizó muy ligeramente. Pero el mensaje browniano fue contundente.

La realidad de Germinal

Germinal, por su parte, no aplica derecho de admisión. Las consecuencias están a la vista. Pero hay un hecho innegable. Los dirigentes de fútbol le tienen pavor a los barras. Y la dirigencia germinalista no es la excepción. Temen sufrir represalias de todo tipo si los vetan del Fortín.

Esto tiene implícita otra cuestión: la sensación de desemparo del estado al momento de combatir a estos pseudo hinchas. El razonamiento que reina es el siguiente: Que Eliceche no haya tenido inconvenientes no implica que Jorge Durán, titular germinalista, no los sufra.

Y Durán resolvió adoptar el diálogo como estrategia de convivencia. “Después de lo que pasó en 2011, era tratar de hacerles ver a algunos que producían daños. Que ayudar al club era ayudar y no causar disturbios. A algunos los recuperamos. Lo llevábamos bien”, comentó.

“Por ejemplo, tuvimos eliminaciones como ante Villa Mitre en El Fortín, en 2015, sin incidentes. Y en el último festejo del título local no hubo invasión al campo de juego”, recalcó. “La verdad no pensé que iba a pasar lo del domingo. Pero la sociedad está jodida (sic)”, remató.

La voz de Mirantes

La comisario de Rawson, Laura Mirantes, a cargo del operativo del clásico capitalino, brindó su visión.

“Nos sorprende como hinchas de Germinal tenían en su poder bebidas alcohólicas y elementos contundentes. Terminada la requisa, ingresó el público y no sabemos de donde aparecieron. Hasta botellas con hielo le tiraron al arquero, que fue el motivo de la primera suspensión”, expresó Mirantes en Cadena Tiempo.

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El principio del fin. Los barras de Germinal arrojan objetos contundentes a los jugadores de La Ribera.
02 MAR 2020 - 20:43

Por Francisco Caputo

Los barrabravas son una auténtica peste . En Rawson, el domingo por la tarde, quedó demostrado una vez más. Los barras de Germinal asumieron un protagonismo que no les corresponde y forzaron la suspensión del clásico capitalino ante La Ribera.

Como en 2011 en Bariloche ante Estudiantes Unidos, los vándalos disfrazados de hinchas hicieron de las suyas. En aquella oportunidad, el Tribunal de Discplina del Consejo Federal descalificó al “Verde”. En esta ocasión, colocaron al equipo capitalino al borde de otra eliminación.

El caso de Brown

El conflicto no es sencillo. Los barras de esta región no tienen la estructura que poseen sus pares porteños, bonaerenses, rosarinos, santafesinos, cordobeses o mendocinos. Pero tienen un innegable peso.

Guillermo Brown, a inicios de la temporada de la Primera Nacional, les aplicó derecho de admisión a esta clase de simpatizantes. Esto ocurrió tras incidentes en los dos primeros partidos como local.

Tras el segundo episodio, fruto de una interna, la AFA amonestó a la “Banda” por los disturbios, ocurridos en pleno partido. El próximo suceso violento podía derivar en una quita de puntos a un equipo que pelea por no descender.

A partir de ese entonces, los miembros de “La Reco” y de “La Banda del Sandía” no ingresaron más al Raúl Conti el resto del año pasado. Tras la decisión, encabezada por Carlos Eliceche, presidente del club, no se registraron episodios. En 2020, la medida se suavizó muy ligeramente. Pero el mensaje browniano fue contundente.

La realidad de Germinal

Germinal, por su parte, no aplica derecho de admisión. Las consecuencias están a la vista. Pero hay un hecho innegable. Los dirigentes de fútbol le tienen pavor a los barras. Y la dirigencia germinalista no es la excepción. Temen sufrir represalias de todo tipo si los vetan del Fortín.

Esto tiene implícita otra cuestión: la sensación de desemparo del estado al momento de combatir a estos pseudo hinchas. El razonamiento que reina es el siguiente: Que Eliceche no haya tenido inconvenientes no implica que Jorge Durán, titular germinalista, no los sufra.

Y Durán resolvió adoptar el diálogo como estrategia de convivencia. “Después de lo que pasó en 2011, era tratar de hacerles ver a algunos que producían daños. Que ayudar al club era ayudar y no causar disturbios. A algunos los recuperamos. Lo llevábamos bien”, comentó.

“Por ejemplo, tuvimos eliminaciones como ante Villa Mitre en El Fortín, en 2015, sin incidentes. Y en el último festejo del título local no hubo invasión al campo de juego”, recalcó. “La verdad no pensé que iba a pasar lo del domingo. Pero la sociedad está jodida (sic)”, remató.

La voz de Mirantes

La comisario de Rawson, Laura Mirantes, a cargo del operativo del clásico capitalino, brindó su visión.

“Nos sorprende como hinchas de Germinal tenían en su poder bebidas alcohólicas y elementos contundentes. Terminada la requisa, ingresó el público y no sabemos de donde aparecieron. Hasta botellas con hielo le tiraron al arquero, que fue el motivo de la primera suspensión”, expresó Mirantes en Cadena Tiempo.


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