Ubicado frente al puerto de Rawson, íconos pesqueros ambientan el cálido salón de Cantina Marcelino. La propuesta gastronómica es amplísima, pero su especialidad gira en torno a los pescados y mariscos.
El lugar se encuentra colmado de historia. Fundado en el 10 de octubre de 1971 por la abuela de los actuales dueños, doña Gina Dominga De Luca de González, continúa con las reglas que le hicieron ganarse un lugar en el puerto de la ciudad y en los corazones de todos los rawenses: higiene, calidad y buena atención. Hoy lleva el nombre de quien fuera su esposo, don Marcelino González, que en el año 1955 llegó a la región para construir la escollera norte, convirtiéndose en uno de los primeros pobladores del lugar.
Una vitrina exhibe varios trofeos obtenidos por Carlos Rocco, uno de los camareros del lugar, que ganó en repetidas oportunidades los campeonatos regionales de mozos, coronándose con el título de Campeón Sudamericano de la especialidad, allá por el año ´82.
Otras de las estrellas del lugar es la clásica picada de frutos del mar. Una bandeja con veinticinco cazuelitas poblaron nuestra mesa. Rabas, cornalitos, cholgas, vieiras, pulpitos, calamaretis, calamares, caracoles, pejerrey, salmón, langostinos y diversas salsas fueron regados ante nuestros sentidos.#
Ubicado frente al puerto de Rawson, íconos pesqueros ambientan el cálido salón de Cantina Marcelino. La propuesta gastronómica es amplísima, pero su especialidad gira en torno a los pescados y mariscos.
El lugar se encuentra colmado de historia. Fundado en el 10 de octubre de 1971 por la abuela de los actuales dueños, doña Gina Dominga De Luca de González, continúa con las reglas que le hicieron ganarse un lugar en el puerto de la ciudad y en los corazones de todos los rawenses: higiene, calidad y buena atención. Hoy lleva el nombre de quien fuera su esposo, don Marcelino González, que en el año 1955 llegó a la región para construir la escollera norte, convirtiéndose en uno de los primeros pobladores del lugar.
Una vitrina exhibe varios trofeos obtenidos por Carlos Rocco, uno de los camareros del lugar, que ganó en repetidas oportunidades los campeonatos regionales de mozos, coronándose con el título de Campeón Sudamericano de la especialidad, allá por el año ´82.
Otras de las estrellas del lugar es la clásica picada de frutos del mar. Una bandeja con veinticinco cazuelitas poblaron nuestra mesa. Rabas, cornalitos, cholgas, vieiras, pulpitos, calamaretis, calamares, caracoles, pejerrey, salmón, langostinos y diversas salsas fueron regados ante nuestros sentidos.#