La jueza María Tolomei resolvió la apertura de investigación preparatoria y prisión preventiva por un mes, para un individuo que este martes en el Puerto de Rawson agredió y amenazó a la Policía que había concurrido en función de que se había quitado una tobillera electrónica que tenía colocada por un caso de violencia familiar.
El domicilio de Ernesto Raffa fue allanado porque se había quitado la tobillera electrónica que tenía colocada por una prohibición de acercamiento dictada por el Juzgado de Familia por dos casos de violencia de género. Tiene además dos casos que también sigue la Justicia por daños y desobediencia a la autoridad, que culminaron con la colocación de la tobillera electrónica.
Tras escuchar la acusación de la Fiscalía y la posición de la Defensa, Tolomei dispuso otorgar la apertura de investigación por los delitos de daño agravado, desobediencia y amenazas, informó una gacetilla fiscal.
La funcionaria de Fiscalía, Silvana Lagarrigue pidió la prisión preventiva por el término de un mes por ser “persistente su actitud de no someterse a la Justicia”.
Fundamentó su pedido siguiendo normas internacionales vinculadas con la violencia de género y “expresas instrucciones del procurador general Jorge Miquelarena en función de las circunstancias especiales de la cuarentena por el Covid 19”. Dijo que la mujer de Raffa y sus dos hijos de 4 y 7 años de edad “viven aterrados”, a pocas cuadras del domicilio de Raffa en Puerto Rawson.
A su turno, la defensora Janet Davies dijo “que en realidad Raffa había llamado varias veces a la Policía por un supuesto mal funcionamiento de la tobillera electrónica y que ello pudo haberlo enojado”.
Reconoció que Raffa está en tratamiento por alcoholismo y que “solo quiere ver a sus hijos”.
Además indicó que los lugares de detención están sobrepoblados y las condiciones no son las adecuadas, también pidió que se tenga presente que el sujeto tiene 54 años y debería permanecer 14 días aislado.
Ofreció que su defendido cumpla con presión domiciliaria, con tobillera electrónica por considerar que la medida es excesiva.
EL hecho por el cual Raffa fue detenido ocurrió el 11 de mayo aproximadamente a las 19.55, instante en que personal policial de la Comisaría de Playa Unión recibe un llamado de la Directora General de Acceso a la Justicia, a quien se encuentra a cargo del Programa Provincial de Tobilleras Electrónicas, informando que Raffa registraba ruptura de su tobillera electrónica.
Al hacerse presente personal policial en su domicilio, observó que el sujeto se encontraba bajo los efectos del alcohol en virtud de presentar dislalia y dificultad en sus coordinaciones motoras no colaborando con personal policial propinándoles insultos y amenazas.
La jueza María Tolomei resolvió la apertura de investigación preparatoria y prisión preventiva por un mes, para un individuo que este martes en el Puerto de Rawson agredió y amenazó a la Policía que había concurrido en función de que se había quitado una tobillera electrónica que tenía colocada por un caso de violencia familiar.
El domicilio de Ernesto Raffa fue allanado porque se había quitado la tobillera electrónica que tenía colocada por una prohibición de acercamiento dictada por el Juzgado de Familia por dos casos de violencia de género. Tiene además dos casos que también sigue la Justicia por daños y desobediencia a la autoridad, que culminaron con la colocación de la tobillera electrónica.
Tras escuchar la acusación de la Fiscalía y la posición de la Defensa, Tolomei dispuso otorgar la apertura de investigación por los delitos de daño agravado, desobediencia y amenazas, informó una gacetilla fiscal.
La funcionaria de Fiscalía, Silvana Lagarrigue pidió la prisión preventiva por el término de un mes por ser “persistente su actitud de no someterse a la Justicia”.
Fundamentó su pedido siguiendo normas internacionales vinculadas con la violencia de género y “expresas instrucciones del procurador general Jorge Miquelarena en función de las circunstancias especiales de la cuarentena por el Covid 19”. Dijo que la mujer de Raffa y sus dos hijos de 4 y 7 años de edad “viven aterrados”, a pocas cuadras del domicilio de Raffa en Puerto Rawson.
A su turno, la defensora Janet Davies dijo “que en realidad Raffa había llamado varias veces a la Policía por un supuesto mal funcionamiento de la tobillera electrónica y que ello pudo haberlo enojado”.
Reconoció que Raffa está en tratamiento por alcoholismo y que “solo quiere ver a sus hijos”.
Además indicó que los lugares de detención están sobrepoblados y las condiciones no son las adecuadas, también pidió que se tenga presente que el sujeto tiene 54 años y debería permanecer 14 días aislado.
Ofreció que su defendido cumpla con presión domiciliaria, con tobillera electrónica por considerar que la medida es excesiva.
EL hecho por el cual Raffa fue detenido ocurrió el 11 de mayo aproximadamente a las 19.55, instante en que personal policial de la Comisaría de Playa Unión recibe un llamado de la Directora General de Acceso a la Justicia, a quien se encuentra a cargo del Programa Provincial de Tobilleras Electrónicas, informando que Raffa registraba ruptura de su tobillera electrónica.
Al hacerse presente personal policial en su domicilio, observó que el sujeto se encontraba bajo los efectos del alcohol en virtud de presentar dislalia y dificultad en sus coordinaciones motoras no colaborando con personal policial propinándoles insultos y amenazas.