Una mujer sufre amenazas y suplantación de identidad digital en un caso de “pornovenganza”

Así lo hizo saber públicamente a raíz de que no tiene respuestas de la Justicia ante el acoso de su expareja que, según la denunciante, tiene 21 causas en trámite. La víctima está separada desde 2017 y el hombre cuenta con una tobillera electrónica, pero ella cuestiona el proceso porque la sigue acosando.

20 JUN 2020 - 21:04 | Actualizado

Una mujer víctima de porno-venganza y abuso sexual, una variante de violencia de género, expuso públicamente las situaciones que debe afrontar a partir del acoso cibernético que sufre de parte de su expareja que incluye duplicaciones de chips telefónicos, difusión de materiales íntimos en páginas pornográficas y la creación de falsos perfiles en redes sociales.

La mujer, separada en 2017, denunció el caso en la Justicia de Comodoro Rivadavia, interviniendo inclusive la Justicia Federal. Pero cuestiona el uso de la tobillera electrónica del acusado quien sigue en libertad y ejerciendo amenazas con constantes incumplimientos de las órdenes judiciales de prohibición de acercamiento. De hecho, tiene en la actualidad 21 causas en trámite.

“Estoy realmente cansada de esto y ya no sé a quién más pedirle ayuda. Hice denuncias desde el primer momento y nunca obtuve una respuesta, ni pararon esta situación. En las páginas pornográficas ponés mi nombre y aparezco y realmente me molesta mucho porque yo nunca autoricé eso y no quiero que esto siga pasando. Recurrí a los medios porque ya no sé de qué manera denunciarlo”, explicó Natalia, madre y víctima de esta situación.

“Yo no tengo vida. Salgo a comprar y me cruzo a algún tipo que me conoce por ese tema y que no sabe que no soy yo la que lo contacta. Creen que hablaron conmigo y me persiguen aún estando yo con mis hijos. Es feo, vergonzoso y algo que no le deseo a nadie”.

La mujer denuncia que su expareja toma represalias cada vez que recibe denuncias en su contra y que los ataques virtuales se agudizan. “No sé de qué manera pararlo, quiero justicia. A esta persona la llevan presa y al otro día ya está libre y por cada denuncia que yo le hago, después la paso peor todavía. No sé a quién recurrir”.

“Me amenazó –dijo en Radio del Mar- de muerte, está grabado y denunciado; tenía medidas restrictivas cuando me amenazó y la jueza no quiso detenerlo porque estamos en emergencia sanitaria. Ella lo cuida a él del virus pero a mí no me cuida nadie”.

“La tobillera que él tiene no funciona ya que eso no le impide que siga hostigándome como lo está haciendo; ofreciéndome sexualmente con cualquiera. Él les da mi dirección, mi número de teléfono y mi nombre para que me llamen”. Y aunque dijo haber cambiado su número telefónico en más de una ocasión, personas desconocidas le envían fotos obscenas, de índole sexual. “Me proponen videollamadas y como no las atiendo, me insultan y cuando me cruzan, me tratan como a una cualquiera y la verdad que no me gusta. Quienes me conocen saben que yo no permito que se me falte el respeto, no soy así y no me manejo de esa forma en la vida”.

Natalia denunció que a las causas acumuladas por el autor de estos ataques, con desobediencia judicial incluída es monitoreado con una tobillera electrónica. “Igual hace lo que quiere. Inclusive cada vez que queda en libertad me lo hace saber, metiéndose en mi perfil de Facebook y poniéndole ´Me gusta´ a mis publicaciones. Es una burla no solamente a mí sino a la Justicia. La tobillera no le impide ir a mi casa. El botón antipánico se tilda o se apaga y cuando lo activo no me contestan o no saben quién soy. Es un dispositivo para darme seguridad pero cuando lo utilizo me tilda de `exagerada´ la misma Policía”.

“Que me mande a violar”

La mujer indicó que sufre el robo de sus cuentas telefónicas y que las empresas prestadoras del servicio facilitan su chip y datos personales con los cuales se realiza la “duplicación” de los datos. “Él lo activa en su celular; me roba los contactos, usa mi número y a partir de eso empieza a mandarle ese material pornográfico a todo el mundo. Se lo hizo a mi hijo inclusive, mandándole esas cosas hasta que le cambié el número”.

“No sé qué espera la Justicia y qué más quieren que me pase. Que me mande a violar o a alguien que me lastime mucho”, se lamentó.

Enterate de las noticias de POLICIALES a través de nuestro newsletter

Anotate para recibir las noticias más importantes de esta sección.

Te podés dar de baja en cualquier momento con un solo clic.
20 JUN 2020 - 21:04

Una mujer víctima de porno-venganza y abuso sexual, una variante de violencia de género, expuso públicamente las situaciones que debe afrontar a partir del acoso cibernético que sufre de parte de su expareja que incluye duplicaciones de chips telefónicos, difusión de materiales íntimos en páginas pornográficas y la creación de falsos perfiles en redes sociales.

La mujer, separada en 2017, denunció el caso en la Justicia de Comodoro Rivadavia, interviniendo inclusive la Justicia Federal. Pero cuestiona el uso de la tobillera electrónica del acusado quien sigue en libertad y ejerciendo amenazas con constantes incumplimientos de las órdenes judiciales de prohibición de acercamiento. De hecho, tiene en la actualidad 21 causas en trámite.

“Estoy realmente cansada de esto y ya no sé a quién más pedirle ayuda. Hice denuncias desde el primer momento y nunca obtuve una respuesta, ni pararon esta situación. En las páginas pornográficas ponés mi nombre y aparezco y realmente me molesta mucho porque yo nunca autoricé eso y no quiero que esto siga pasando. Recurrí a los medios porque ya no sé de qué manera denunciarlo”, explicó Natalia, madre y víctima de esta situación.

“Yo no tengo vida. Salgo a comprar y me cruzo a algún tipo que me conoce por ese tema y que no sabe que no soy yo la que lo contacta. Creen que hablaron conmigo y me persiguen aún estando yo con mis hijos. Es feo, vergonzoso y algo que no le deseo a nadie”.

La mujer denuncia que su expareja toma represalias cada vez que recibe denuncias en su contra y que los ataques virtuales se agudizan. “No sé de qué manera pararlo, quiero justicia. A esta persona la llevan presa y al otro día ya está libre y por cada denuncia que yo le hago, después la paso peor todavía. No sé a quién recurrir”.

“Me amenazó –dijo en Radio del Mar- de muerte, está grabado y denunciado; tenía medidas restrictivas cuando me amenazó y la jueza no quiso detenerlo porque estamos en emergencia sanitaria. Ella lo cuida a él del virus pero a mí no me cuida nadie”.

“La tobillera que él tiene no funciona ya que eso no le impide que siga hostigándome como lo está haciendo; ofreciéndome sexualmente con cualquiera. Él les da mi dirección, mi número de teléfono y mi nombre para que me llamen”. Y aunque dijo haber cambiado su número telefónico en más de una ocasión, personas desconocidas le envían fotos obscenas, de índole sexual. “Me proponen videollamadas y como no las atiendo, me insultan y cuando me cruzan, me tratan como a una cualquiera y la verdad que no me gusta. Quienes me conocen saben que yo no permito que se me falte el respeto, no soy así y no me manejo de esa forma en la vida”.

Natalia denunció que a las causas acumuladas por el autor de estos ataques, con desobediencia judicial incluída es monitoreado con una tobillera electrónica. “Igual hace lo que quiere. Inclusive cada vez que queda en libertad me lo hace saber, metiéndose en mi perfil de Facebook y poniéndole ´Me gusta´ a mis publicaciones. Es una burla no solamente a mí sino a la Justicia. La tobillera no le impide ir a mi casa. El botón antipánico se tilda o se apaga y cuando lo activo no me contestan o no saben quién soy. Es un dispositivo para darme seguridad pero cuando lo utilizo me tilda de `exagerada´ la misma Policía”.

“Que me mande a violar”

La mujer indicó que sufre el robo de sus cuentas telefónicas y que las empresas prestadoras del servicio facilitan su chip y datos personales con los cuales se realiza la “duplicación” de los datos. “Él lo activa en su celular; me roba los contactos, usa mi número y a partir de eso empieza a mandarle ese material pornográfico a todo el mundo. Se lo hizo a mi hijo inclusive, mandándole esas cosas hasta que le cambié el número”.

“No sé qué espera la Justicia y qué más quieren que me pase. Que me mande a violar o a alguien que me lastime mucho”, se lamentó.


NOTICIAS RELACIONADAS