Policías sospechados: investigan operativo en el Tiro Federal de Trelew

Un vecino denunció que lo balearon con postas de goma en el pecho. La Policía dice que atacó a los uniformados. Prohibición de acercamiento para tres efectivos.

02 AGO 2020 - 21:20 | Actualizado

El juez César Zaratiegui ordenó una prohibición de acercamiento para tres policías denunciados por vejaciones y abuso de autoridad tras un operativo la noche del lunes 27 de julio en el barrio Tiro Federal de Trelew. Los efectivos no podrán contactar al vecino que hizo el reclamo.

La primera versión de la fuerza fue que los uniformados habían sido atacados por Daniel Mansilla, que armado de un cuchillo intentó impedir la detención de su hijo. Fue preso imputado de “resistencia a la autoridad”.

Pero el miércoles siguiente, en la audiencia de control de detención, se verificó que le habían disparado balazos de goma en el pecho y que no había prueba de su ataque a los uniformados. Además, la carátula había cambiado a “tentativa de homicidio”.

Ante las nuevas evidencias, la funcionaria de Fiscalía, Verónica Van Vliet, no pidió la apertura de investigación y buscará más evidencias para determinar si en verdad hubo agresión a la fuerza o, en cambio, es un caso de “violencia institucional”.

Comunicado

Según un comunicado de prensa del Ministerio de la Defensa Pública, su Área de Prevención de Violencia Institucional participó de la audiencia con su coordinador, Carlos Pericich. El abogado Alejandro García preparó el caso.

Tras la audiencia, Van Vliet como la Defensoría “entendimos que este caso no debía ser tratado como una tentativa de homicidio, tal como se dio a conocer en un primer momento”, dice la gacetilla.

Mansilla declaró que “recibió los impactos cuando se encontraba detrás de una reja pidiendo explicaciones por el procedimiento”.

A raíz de las pruebas que se develaron, el juez Zaratiegui dispuso protegerlo con una prohibición de acercamiento. “Entrevistamos al imputado y a sus hijos”, explicó Pericich. “Se hizo la denuncia de inmediato en su representación. Se pidió intervención del Cuerpo Médico Forense para que los revisara”.

Primera noticia

El lunes del incidente, a Van Vliet le avisan de la Comisaría 2ª que habían detectado a cuatro personas que conducían bebiendo alcohol. Les habían hechos señas de luces para identificarlas. No acataron la orden y las persiguieron.

El vehículo se detuvo en Borges al 800. Dos se fugan y 2 entran a una casa. La policía alcanza a detener a uno, el hijo del dueño de la vivienda, de 19 años. Los uniformados reciben piedrazos e insultos de los vecinos. Según la versión original, Mansilla, que presuntamente se había bajado del auto, vuelve a salir con un cuchillo para amenazar al personal para que liberen a su hijo. Se dispersan y queda el cuchillo tirado en medio de la calle. El hombre vuelve a ingresar a domicilio y desde ahí pide una ambulancia. Tenía sangre.

En primera instancia Van Vliet dispuso que el padre una vez hospitalizado, siga detenido por resistencia a la autoridad con arma blanca. Pericich explicó que a los dos hijos los notificaron por contravenciones pero los liberaron para que no los revisara un médico en ese momento. “Es un modus operandi”, subrayó.

Contradicciones

Pero la tarde del día siguiente, la funcionaria retira las actuaciones en la Comisaría y le sorprende la nueva carátula del hecho: “Tentativa de homicidio”, con datos que no conocía. Según el acta había un chaleco de policía con un corte de cuchillo y el sargento Raúl Roldán, de la División Canes, había disparado dos veces balas de goma con una escopeta antitumulto. En la prensa había datos que no figuraban en las actuaciones. Se decía que Mansilla lo había atacado con el cuchillo. Pero a la funcionaria le habían informado sólo una amenaza.

La policía que hizo el acta relató que al llegar como refuerzo los vecinos les arrojaban objetos contundentes a Roldán y el cabo Guillermo González, de la Unidad Regional. Roldán le contó que como detuvieron a una persona los apedrearon y tuvo que disparar.

Pero de lo documentado no surge que Mansilla haya bajado del auto para refugiarse en la casa y salir con el arma. Ni siquiera se menciona una amenaza. El cuchillo tampoco figura en el acta. Sólo el secuestro de un chaleco con un corte, sin precisiones de cómo ocurrió.

Cuando la uniformada llega, el chico de 19 años estaba en el patrullero y su padre lastimado. Roldán tenía un golpe en la cabeza. Criminalística secuestró municiones de posta de goma. No dice dónde. Van Vliet dispuso el secuestro de la escopeta y el chaleco y se hace un dermotest a Roldán.

Versiones

Javier García, cabo 1º de Operaciones de la UR, fue uno de los primeros que llegó. No explicó qué le generó sospecha para querer identificarlos. Sólo contó que se les escapan 2 personas y detienen al joven de 19 años. Roldán efectúa 2 disparos intimidatorios al aire. Meten al patrullero al muchacho y escuchan un disparo. Piden refuerzos y ahí Roldan dice que tiene un golpe en la cabeza. No confirmó que Mansilla haya salido con un cuchillo. El cabo González reiteró el relato policial.

A Van Vliet le llamó la atención que ni García ni González mencionen el dato más grave: que una persona saltara la reja con un cuchillo para intentar matar a un policía. Por eso no imputó a Mansilla. Otra incongruencia es el certificado del Hospital Zonal: habla de múltiples heridas de armas de fuego. A la funcionaria le habían informado “roces de un proyectil”.

La intervención de la Defensa Pública

Carlos Pericich, defensor público y responsable del área de Violencia Institucional de la Defensa Pública, relató a Jornada que el incidente se produjo cuando un hijo de Daniel Mansilla estaba fuera de su casa en un vehículo, con un hermano y un amigo.

“De adentro de su casa ve que llega la Policía y escucha ruidos, vive en un lugar donde para salir a la calle hay un paredón, una reja y la vereda”. Desde el patio interior observa que un policía “le está pegando en la cabeza a su hijo; le pide explicaciones y le pide que no le pegue”. La respuesta fue: “¿Qué problema tenés?, ¿te la aguantás?” y dos escopetazos a través de la reja. Entonces salen los vecinos para insultar y apedrear a la Policía.

Malherido y tirado, Mansilla pide auxilio. “Trata de pasar para el patio del vecino, al costado, y eso es lo que justifica el policía diciendo que querían saltar el paredón y agredirlo; es falso ya que el hombre estaba huyendo”. Policía está autorizada a disparar escopetas antitumulto al piso, al menos a 5 metros, para disuadir con el rebote. Esa noche fueron balazos al pecho a 3 metros.

“Les pegaron a los pibes en la vía pública, sus dos hijos también fueron lesionados”. El Cuerpo Médico Forense constató golpes de puño “y un elemento parecido a un garrote”.

La versión oficial telefónica para la funcionaria fiscal Verónica Van Vliet fue que había menores tomando en la calle. “Pero no es una contravención que amerite intervenir; hay que hacer bullicio o ruidos molestos para intervenir”.

Los policías explicaron que hubo una discusión al pedirles identificación y por eso los detienen. La funcionaria ordenó la detención provisoria por resistencia a la autoridad pero al chequear los papeles en la Comisaría lee “Tentativa de homicidio”. No era lo que le relataron por teléfono. “Entonces Van Vliet sospecha que le faltan a la verdad o que pasaron otras cosas que no le informaron”. Tampoco le habían hablado de un cuchillo para atacar a un policía, como después lo escribieron, ni de un chaleco. “Van Vliet pregunta y le dicen que usaron la escopeta pero que apenas lo rozaron con postas de goma, que tampoco le habían dicho que habían usado”. Por eso pidió el secuestro del arma.

Al entrevistar a Mansilla en la audiencia de control, “clarito tenía dos escopetazos en el pecho y sangraba por todos lados, había estado internado”. Se lo comunican al fiscal y al juez. “Se verificó que le habían disparado directamente al cuerpo”.

Todo ocurrió en jurisdicción de la Comisaría 2ª pero participó la División Canes y la Unidad Regional. “O sea que la 2ª interviene mucho después y no ve el hecho, por eso siempre hablan en tercera persona, según dijeron los policías actuantes”.

Pericich destacó el trabajo de Van Vliet. “Actuó bárbaro y supo discriminar las dos situaciones: cuando ordenó la detención y cuando advirtió los hechos nuevos”.

Lo que dijo la fuerza ese día

En la noche del lunes 27 de julio se produjo un violento episodio entre vecinos del barrio Tiro Federal y efectivos de la Policía del Chubut que patrullaban una zona sensible de la ciudad. Allí, un uniformado sufrió lesiones en la cabeza.

Según la primera versión, el violento episodio se produjo cuando los policías se dispusieron a identificar a cuatro individuos movilizados en un vehículo, que al descender agredieron directamente a piedrazos y cuchillazos a los efectivos quienes al verse superados en número utilizaron la fuerza de forma progresiva para repeler el ataque, señalaron desde la fuerza policial chubutense.

Al hospital

Por las heridas recibidas, el sargento Raúl Roldán fue hospitalizado y se recuperó de forma favorable. Dos de los agresores fueron detenidos por tentativa de homicidio y además un vehículo -en el que se trasladaban- fue secuestrado.

El hecho se originó cuando personal policial de la Sección Canes de la Unidad Regional de Trelew, a bordo de una camioneta, detectaron a los jóvenes de entre 22 y 23 años que bebían alcohol en un auto.

Al identificarlos- señaló la Policía-, emprendieron rápidamente una fuga de tres cuadras en el mencionado barrio de la zona noreste de Trelew. Frente a un domicilio de la calle Saavedra uno de los jóvenes entró a su casa, otro escapó y dos fueron reducidos. En ese momento, siempre según la Policía- salió el padre de uno de ellos (Daniel Mansilla), quien con un cuchillo atacó a un efectivo, le cortó su chaleco antibalas en el medio de un ataque a piedrazos a los policías por vecinos del lugar. El personal debió usar una escopeta antitumulto. El hombre, de contextura robusta, cayó baleado y fue trasladado al Hospital Zonal.#

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02 AGO 2020 - 21:20

El juez César Zaratiegui ordenó una prohibición de acercamiento para tres policías denunciados por vejaciones y abuso de autoridad tras un operativo la noche del lunes 27 de julio en el barrio Tiro Federal de Trelew. Los efectivos no podrán contactar al vecino que hizo el reclamo.

La primera versión de la fuerza fue que los uniformados habían sido atacados por Daniel Mansilla, que armado de un cuchillo intentó impedir la detención de su hijo. Fue preso imputado de “resistencia a la autoridad”.

Pero el miércoles siguiente, en la audiencia de control de detención, se verificó que le habían disparado balazos de goma en el pecho y que no había prueba de su ataque a los uniformados. Además, la carátula había cambiado a “tentativa de homicidio”.

Ante las nuevas evidencias, la funcionaria de Fiscalía, Verónica Van Vliet, no pidió la apertura de investigación y buscará más evidencias para determinar si en verdad hubo agresión a la fuerza o, en cambio, es un caso de “violencia institucional”.

Comunicado

Según un comunicado de prensa del Ministerio de la Defensa Pública, su Área de Prevención de Violencia Institucional participó de la audiencia con su coordinador, Carlos Pericich. El abogado Alejandro García preparó el caso.

Tras la audiencia, Van Vliet como la Defensoría “entendimos que este caso no debía ser tratado como una tentativa de homicidio, tal como se dio a conocer en un primer momento”, dice la gacetilla.

Mansilla declaró que “recibió los impactos cuando se encontraba detrás de una reja pidiendo explicaciones por el procedimiento”.

A raíz de las pruebas que se develaron, el juez Zaratiegui dispuso protegerlo con una prohibición de acercamiento. “Entrevistamos al imputado y a sus hijos”, explicó Pericich. “Se hizo la denuncia de inmediato en su representación. Se pidió intervención del Cuerpo Médico Forense para que los revisara”.

Primera noticia

El lunes del incidente, a Van Vliet le avisan de la Comisaría 2ª que habían detectado a cuatro personas que conducían bebiendo alcohol. Les habían hechos señas de luces para identificarlas. No acataron la orden y las persiguieron.

El vehículo se detuvo en Borges al 800. Dos se fugan y 2 entran a una casa. La policía alcanza a detener a uno, el hijo del dueño de la vivienda, de 19 años. Los uniformados reciben piedrazos e insultos de los vecinos. Según la versión original, Mansilla, que presuntamente se había bajado del auto, vuelve a salir con un cuchillo para amenazar al personal para que liberen a su hijo. Se dispersan y queda el cuchillo tirado en medio de la calle. El hombre vuelve a ingresar a domicilio y desde ahí pide una ambulancia. Tenía sangre.

En primera instancia Van Vliet dispuso que el padre una vez hospitalizado, siga detenido por resistencia a la autoridad con arma blanca. Pericich explicó que a los dos hijos los notificaron por contravenciones pero los liberaron para que no los revisara un médico en ese momento. “Es un modus operandi”, subrayó.

Contradicciones

Pero la tarde del día siguiente, la funcionaria retira las actuaciones en la Comisaría y le sorprende la nueva carátula del hecho: “Tentativa de homicidio”, con datos que no conocía. Según el acta había un chaleco de policía con un corte de cuchillo y el sargento Raúl Roldán, de la División Canes, había disparado dos veces balas de goma con una escopeta antitumulto. En la prensa había datos que no figuraban en las actuaciones. Se decía que Mansilla lo había atacado con el cuchillo. Pero a la funcionaria le habían informado sólo una amenaza.

La policía que hizo el acta relató que al llegar como refuerzo los vecinos les arrojaban objetos contundentes a Roldán y el cabo Guillermo González, de la Unidad Regional. Roldán le contó que como detuvieron a una persona los apedrearon y tuvo que disparar.

Pero de lo documentado no surge que Mansilla haya bajado del auto para refugiarse en la casa y salir con el arma. Ni siquiera se menciona una amenaza. El cuchillo tampoco figura en el acta. Sólo el secuestro de un chaleco con un corte, sin precisiones de cómo ocurrió.

Cuando la uniformada llega, el chico de 19 años estaba en el patrullero y su padre lastimado. Roldán tenía un golpe en la cabeza. Criminalística secuestró municiones de posta de goma. No dice dónde. Van Vliet dispuso el secuestro de la escopeta y el chaleco y se hace un dermotest a Roldán.

Versiones

Javier García, cabo 1º de Operaciones de la UR, fue uno de los primeros que llegó. No explicó qué le generó sospecha para querer identificarlos. Sólo contó que se les escapan 2 personas y detienen al joven de 19 años. Roldán efectúa 2 disparos intimidatorios al aire. Meten al patrullero al muchacho y escuchan un disparo. Piden refuerzos y ahí Roldan dice que tiene un golpe en la cabeza. No confirmó que Mansilla haya salido con un cuchillo. El cabo González reiteró el relato policial.

A Van Vliet le llamó la atención que ni García ni González mencionen el dato más grave: que una persona saltara la reja con un cuchillo para intentar matar a un policía. Por eso no imputó a Mansilla. Otra incongruencia es el certificado del Hospital Zonal: habla de múltiples heridas de armas de fuego. A la funcionaria le habían informado “roces de un proyectil”.

La intervención de la Defensa Pública

Carlos Pericich, defensor público y responsable del área de Violencia Institucional de la Defensa Pública, relató a Jornada que el incidente se produjo cuando un hijo de Daniel Mansilla estaba fuera de su casa en un vehículo, con un hermano y un amigo.

“De adentro de su casa ve que llega la Policía y escucha ruidos, vive en un lugar donde para salir a la calle hay un paredón, una reja y la vereda”. Desde el patio interior observa que un policía “le está pegando en la cabeza a su hijo; le pide explicaciones y le pide que no le pegue”. La respuesta fue: “¿Qué problema tenés?, ¿te la aguantás?” y dos escopetazos a través de la reja. Entonces salen los vecinos para insultar y apedrear a la Policía.

Malherido y tirado, Mansilla pide auxilio. “Trata de pasar para el patio del vecino, al costado, y eso es lo que justifica el policía diciendo que querían saltar el paredón y agredirlo; es falso ya que el hombre estaba huyendo”. Policía está autorizada a disparar escopetas antitumulto al piso, al menos a 5 metros, para disuadir con el rebote. Esa noche fueron balazos al pecho a 3 metros.

“Les pegaron a los pibes en la vía pública, sus dos hijos también fueron lesionados”. El Cuerpo Médico Forense constató golpes de puño “y un elemento parecido a un garrote”.

La versión oficial telefónica para la funcionaria fiscal Verónica Van Vliet fue que había menores tomando en la calle. “Pero no es una contravención que amerite intervenir; hay que hacer bullicio o ruidos molestos para intervenir”.

Los policías explicaron que hubo una discusión al pedirles identificación y por eso los detienen. La funcionaria ordenó la detención provisoria por resistencia a la autoridad pero al chequear los papeles en la Comisaría lee “Tentativa de homicidio”. No era lo que le relataron por teléfono. “Entonces Van Vliet sospecha que le faltan a la verdad o que pasaron otras cosas que no le informaron”. Tampoco le habían hablado de un cuchillo para atacar a un policía, como después lo escribieron, ni de un chaleco. “Van Vliet pregunta y le dicen que usaron la escopeta pero que apenas lo rozaron con postas de goma, que tampoco le habían dicho que habían usado”. Por eso pidió el secuestro del arma.

Al entrevistar a Mansilla en la audiencia de control, “clarito tenía dos escopetazos en el pecho y sangraba por todos lados, había estado internado”. Se lo comunican al fiscal y al juez. “Se verificó que le habían disparado directamente al cuerpo”.

Todo ocurrió en jurisdicción de la Comisaría 2ª pero participó la División Canes y la Unidad Regional. “O sea que la 2ª interviene mucho después y no ve el hecho, por eso siempre hablan en tercera persona, según dijeron los policías actuantes”.

Pericich destacó el trabajo de Van Vliet. “Actuó bárbaro y supo discriminar las dos situaciones: cuando ordenó la detención y cuando advirtió los hechos nuevos”.

Lo que dijo la fuerza ese día

En la noche del lunes 27 de julio se produjo un violento episodio entre vecinos del barrio Tiro Federal y efectivos de la Policía del Chubut que patrullaban una zona sensible de la ciudad. Allí, un uniformado sufrió lesiones en la cabeza.

Según la primera versión, el violento episodio se produjo cuando los policías se dispusieron a identificar a cuatro individuos movilizados en un vehículo, que al descender agredieron directamente a piedrazos y cuchillazos a los efectivos quienes al verse superados en número utilizaron la fuerza de forma progresiva para repeler el ataque, señalaron desde la fuerza policial chubutense.

Al hospital

Por las heridas recibidas, el sargento Raúl Roldán fue hospitalizado y se recuperó de forma favorable. Dos de los agresores fueron detenidos por tentativa de homicidio y además un vehículo -en el que se trasladaban- fue secuestrado.

El hecho se originó cuando personal policial de la Sección Canes de la Unidad Regional de Trelew, a bordo de una camioneta, detectaron a los jóvenes de entre 22 y 23 años que bebían alcohol en un auto.

Al identificarlos- señaló la Policía-, emprendieron rápidamente una fuga de tres cuadras en el mencionado barrio de la zona noreste de Trelew. Frente a un domicilio de la calle Saavedra uno de los jóvenes entró a su casa, otro escapó y dos fueron reducidos. En ese momento, siempre según la Policía- salió el padre de uno de ellos (Daniel Mansilla), quien con un cuchillo atacó a un efectivo, le cortó su chaleco antibalas en el medio de un ataque a piedrazos a los policías por vecinos del lugar. El personal debió usar una escopeta antitumulto. El hombre, de contextura robusta, cayó baleado y fue trasladado al Hospital Zonal.#


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