"Ordené al Ejército que refuerce" estas áreas "con miles de militares", declaró el ministro de Defensa, Beny Gantz, que esta mañana visitó un centro de control de la pandemia de las fuerzas armadas en Kfar Qasem, una ciudad árabe del centro de Israel con un elevado índice de infecciones.
El Ejército israelí -que forma parte del plan estratégico contra la pandemia- realizará tareas de control y asistencia en una cuarentena de localidades definidas como "zonas rojas", en su mayoría árabes y de población judía ultraortodoxa, reseñó la agencia de noticias EFE.
Estas serán sometidas a partir de hoy a un cierre nocturno desde las siete de la tarde hasta las cinco de la mañana, además de otras restricciones permanentes, como la clausura de escuelas y la limitación de reuniones públicas.
Inicialmente, el Gobierno había previsto el confinamiento total sobre las zonas más afectadas, pero ayer descartó esta opción a última hora tras presiones de líderes de la comunidad judía ultraortodoxa, que amenazaron con dejar de cooperar con las autoridades si alguna de sus urbes era confinada.
Mientras tanto, el Ministerio de Salud informó hoy que en las últimas 24 horas se contabilizaron 2.257 nuevos pacientes diagnosticados con coronavirus.
De las 19.353 pruebas realizadas, los resultados del 12,2% fueron positivos, el porcentaje más alto desde el inicio de la pandemia.
Por otra parte, la icónica Plaza Rabin de Tel Aviv amaneció hoy con más de mil sillas vacías para recordar los muertos por Covid-19, pedir rendición de cuentas al Gobierno y exigir una comisión de investigación sobre "su mala gestión" de la pandemia en Israel.
El movimiento político Todos Juntos (Standing Together) repartió 1.119 sillas -el total de muertos por el virus- entre la extensa superficie de la plaza: en cada una de ellas había un número, el nombre de la localidad del fallecido y una rosa en su recuerdo, describió a EFE un portavoz de la organización.
La acción fue el inicio de una campaña para solicitar un comité que examine "el manejo gubernamental inadecuado" de la crisis del coronavirus, mientras Israel sigue en una imparable segunda ola de contagios que por ahora no ha podido contener.
Irael lleva contabilizados 134.227 casos positivos y 1.119 fallecidos, según los datos oficiales.
"Ordené al Ejército que refuerce" estas áreas "con miles de militares", declaró el ministro de Defensa, Beny Gantz, que esta mañana visitó un centro de control de la pandemia de las fuerzas armadas en Kfar Qasem, una ciudad árabe del centro de Israel con un elevado índice de infecciones.
El Ejército israelí -que forma parte del plan estratégico contra la pandemia- realizará tareas de control y asistencia en una cuarentena de localidades definidas como "zonas rojas", en su mayoría árabes y de población judía ultraortodoxa, reseñó la agencia de noticias EFE.
Estas serán sometidas a partir de hoy a un cierre nocturno desde las siete de la tarde hasta las cinco de la mañana, además de otras restricciones permanentes, como la clausura de escuelas y la limitación de reuniones públicas.
Inicialmente, el Gobierno había previsto el confinamiento total sobre las zonas más afectadas, pero ayer descartó esta opción a última hora tras presiones de líderes de la comunidad judía ultraortodoxa, que amenazaron con dejar de cooperar con las autoridades si alguna de sus urbes era confinada.
Mientras tanto, el Ministerio de Salud informó hoy que en las últimas 24 horas se contabilizaron 2.257 nuevos pacientes diagnosticados con coronavirus.
De las 19.353 pruebas realizadas, los resultados del 12,2% fueron positivos, el porcentaje más alto desde el inicio de la pandemia.
Por otra parte, la icónica Plaza Rabin de Tel Aviv amaneció hoy con más de mil sillas vacías para recordar los muertos por Covid-19, pedir rendición de cuentas al Gobierno y exigir una comisión de investigación sobre "su mala gestión" de la pandemia en Israel.
El movimiento político Todos Juntos (Standing Together) repartió 1.119 sillas -el total de muertos por el virus- entre la extensa superficie de la plaza: en cada una de ellas había un número, el nombre de la localidad del fallecido y una rosa en su recuerdo, describió a EFE un portavoz de la organización.
La acción fue el inicio de una campaña para solicitar un comité que examine "el manejo gubernamental inadecuado" de la crisis del coronavirus, mientras Israel sigue en una imparable segunda ola de contagios que por ahora no ha podido contener.
Irael lleva contabilizados 134.227 casos positivos y 1.119 fallecidos, según los datos oficiales.