Los investigadores del crimen de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado a golpes en enero último en Villa Gesell, identificaron al denominado "sospechoso 11" como un amigo de los rugbiers detenidos por el homicidio y que en la madrugada del hecho estuvo en el mismo boliche que la víctima y los acusados, aunque aseguraron que no hay elementos que lo vinculen al ataque, informaron fuentes judiciales.
"Es un chico que sale (del local bailable "Le Brique") once minutos después que el resto, es decir, cuando el hecho ya había ocurrido", explicó a Télam un vocero vinculado a la causa.
De acuerdo al investigador consultado, este "sospechoso 11" fue identificado en la causa por ser amigo de los diez rugbiers imputados del homicidio de Fernando y al igual que aquellos también es oriundo de la ciudad bonaerense de Zárate.
No obstante, el vocero judicial aclaró que no hay elementos para llamarlo a indagatoria, por lo que es probable que sea citado a declarar como testigo.
En tanto, uno de los abogados que representa como querellante a la familia Báez Sosa, Fabián Améndola, dijo a Télam que ya sabían de quién se trata este muchacho y que aguardan algunos peritajes más realizados en torno a esta persona.
"Para nosotros ya estaba identificado. Está incluido en la causa aunque aún no se tomó una decisión sobre si va a estar como testigo o como imputado", indicó el letrado y agregó que el joven había ido de vacaciones a la localidad balnearia de Villa Gesell con su familia y allí se encontró con sus amigos los rugbiers.
"Entiendo que hay pericias esperándose, como la digitalización de imágenes que va a permitir una mejor precisión en cuanto a ubicar el rostro de esta persona en algunos momentos específicos", explicó Améndola.
Según los testimonios y las cámaras de seguridad del boliche "Le Brique", el joven señalado no había participado de la discusión adentro del local ni de la pelea a la salida, por lo que la fiscal de la causa, Verónica Zamboni, no tiene previsto indagarlo.
Días atrás, la fiscal gesellina comenzó a redactar la requisitoria de elevación a juicio para los 10 imputados, a quienes acusa del "homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas" de Báez Sosa, delito que contempla como pena la prisión perpetua.
"Seguramente en pocos días más la fiscalía va a cerrar la etapa de instrucción y elevar la causa a juicio", indicó Améndola.
Por el crimen permanecen con prisión preventiva los rugbiers Máximo Thomsen (20), Ciro Pertossi (20), Luciano Pertossi (18), Lucas Pertossi (21), Enzo Comelli (20), Matías Benicelli (20), Blas Cinalli (19) y Ayrton Viollaz (21), a quienes Zamboni considera coautores del crimen del joven.
En tanto, Juan Pedro Guarino (19) y Alejo Milanesi (19) están en libertad, acusados de ser "partícipes necesarios" del hecho.
El hecho ocurrió en la madrugada del 18 de enero último frente a "Le Brique", en pleno centro de Villa Gesell, donde Fernando y al menos dos de sus amigos comenzaron a ser golpeados por un grupo de jóvenes.
Báez Sosa (18) recibió golpes y patadas en la cabeza que le provocaron la muerte antes de que pudiera ser atendido por médicos, mientras que sus agresores huyeron de la escena.
Sin embargo, el ataque quedó registrado en distintas cámaras de seguridad y en teléfonos celulares de otras personas que se hallaban en la zona, por lo que los sospechosos fueron identificados y detenidos horas más tarde en la casa que alquilaban, a pocas cuadras del boliche.
En sus respectivas indagatorias, todos los acusados se negaron a declarar y sólo uno de ellos, Cinalli, habló por única vez durante una audiencia ante el juez de Garantías de la causa, David Mancinelli, y aseguró que nunca tuvieron la intención de matar a la víctima.
Tras ser alojados primero en la cárcel de Dolores y luego en la Alcaidía de Melchor Romero, en abril quedó firme el procesamiento con prisión preventiva dictado por el magistrado, a pedido de la fiscalía.
En ese fallo, la Cámara de Apelaciones dolorense describió a los imputados como personas "frías y calculadoras" y consideró que llevaron a cabo "una cacería humana".
Entre las pruebas recolectadas en el expediente que comprometen a los acusados están, además de las filmaciones y las testimoniales, una serie de reconocimientos en rueda, un peritaje de ADN que halló perfil genético de Cinalli debajo de una uña de Fernando y un estudio scopométrico que determinó que la víctima presentaba dos marcas en el rostro, una de las cuales coincide con unas zapatillas secuestradas a Thomsen.
El crimen de Báez Sosa provocó una serie de marchas en reclamo de justicia en todo el país y hasta se levantó una especie de santuario en el lugar del hecho para recordar a la víctima con fotos, carteles y flores.
Los investigadores del crimen de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado a golpes en enero último en Villa Gesell, identificaron al denominado "sospechoso 11" como un amigo de los rugbiers detenidos por el homicidio y que en la madrugada del hecho estuvo en el mismo boliche que la víctima y los acusados, aunque aseguraron que no hay elementos que lo vinculen al ataque, informaron fuentes judiciales.
"Es un chico que sale (del local bailable "Le Brique") once minutos después que el resto, es decir, cuando el hecho ya había ocurrido", explicó a Télam un vocero vinculado a la causa.
De acuerdo al investigador consultado, este "sospechoso 11" fue identificado en la causa por ser amigo de los diez rugbiers imputados del homicidio de Fernando y al igual que aquellos también es oriundo de la ciudad bonaerense de Zárate.
No obstante, el vocero judicial aclaró que no hay elementos para llamarlo a indagatoria, por lo que es probable que sea citado a declarar como testigo.
En tanto, uno de los abogados que representa como querellante a la familia Báez Sosa, Fabián Améndola, dijo a Télam que ya sabían de quién se trata este muchacho y que aguardan algunos peritajes más realizados en torno a esta persona.
"Para nosotros ya estaba identificado. Está incluido en la causa aunque aún no se tomó una decisión sobre si va a estar como testigo o como imputado", indicó el letrado y agregó que el joven había ido de vacaciones a la localidad balnearia de Villa Gesell con su familia y allí se encontró con sus amigos los rugbiers.
"Entiendo que hay pericias esperándose, como la digitalización de imágenes que va a permitir una mejor precisión en cuanto a ubicar el rostro de esta persona en algunos momentos específicos", explicó Améndola.
Según los testimonios y las cámaras de seguridad del boliche "Le Brique", el joven señalado no había participado de la discusión adentro del local ni de la pelea a la salida, por lo que la fiscal de la causa, Verónica Zamboni, no tiene previsto indagarlo.
Días atrás, la fiscal gesellina comenzó a redactar la requisitoria de elevación a juicio para los 10 imputados, a quienes acusa del "homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas" de Báez Sosa, delito que contempla como pena la prisión perpetua.
"Seguramente en pocos días más la fiscalía va a cerrar la etapa de instrucción y elevar la causa a juicio", indicó Améndola.
Por el crimen permanecen con prisión preventiva los rugbiers Máximo Thomsen (20), Ciro Pertossi (20), Luciano Pertossi (18), Lucas Pertossi (21), Enzo Comelli (20), Matías Benicelli (20), Blas Cinalli (19) y Ayrton Viollaz (21), a quienes Zamboni considera coautores del crimen del joven.
En tanto, Juan Pedro Guarino (19) y Alejo Milanesi (19) están en libertad, acusados de ser "partícipes necesarios" del hecho.
El hecho ocurrió en la madrugada del 18 de enero último frente a "Le Brique", en pleno centro de Villa Gesell, donde Fernando y al menos dos de sus amigos comenzaron a ser golpeados por un grupo de jóvenes.
Báez Sosa (18) recibió golpes y patadas en la cabeza que le provocaron la muerte antes de que pudiera ser atendido por médicos, mientras que sus agresores huyeron de la escena.
Sin embargo, el ataque quedó registrado en distintas cámaras de seguridad y en teléfonos celulares de otras personas que se hallaban en la zona, por lo que los sospechosos fueron identificados y detenidos horas más tarde en la casa que alquilaban, a pocas cuadras del boliche.
En sus respectivas indagatorias, todos los acusados se negaron a declarar y sólo uno de ellos, Cinalli, habló por única vez durante una audiencia ante el juez de Garantías de la causa, David Mancinelli, y aseguró que nunca tuvieron la intención de matar a la víctima.
Tras ser alojados primero en la cárcel de Dolores y luego en la Alcaidía de Melchor Romero, en abril quedó firme el procesamiento con prisión preventiva dictado por el magistrado, a pedido de la fiscalía.
En ese fallo, la Cámara de Apelaciones dolorense describió a los imputados como personas "frías y calculadoras" y consideró que llevaron a cabo "una cacería humana".
Entre las pruebas recolectadas en el expediente que comprometen a los acusados están, además de las filmaciones y las testimoniales, una serie de reconocimientos en rueda, un peritaje de ADN que halló perfil genético de Cinalli debajo de una uña de Fernando y un estudio scopométrico que determinó que la víctima presentaba dos marcas en el rostro, una de las cuales coincide con unas zapatillas secuestradas a Thomsen.
El crimen de Báez Sosa provocó una serie de marchas en reclamo de justicia en todo el país y hasta se levantó una especie de santuario en el lugar del hecho para recordar a la víctima con fotos, carteles y flores.