Buena parte de ellos prefiere ir temprano y hacer la excursión hasta la laguna Los Alerces, que implica una caminata de unas dos horas, con vistas realmente espectaculares del espejo lacustre y las cadenas montañosas. En coincidencia, hay quienes optan por llegar hasta la cascada de los Cinco Saltos, un lugar encantador al que se accede por un sendero que va bordeando la ribera del lago. Al principio, el entorno permite observar los bosques de pinos arrasados por los incendios forestales, aunque un poco más adelante se ingresa a un bosque nativo caracterizado por coihues, radales, cipreses y lengas en todo su esplendor.
Ya sobre media mañana, la ruta (en condiciones deplorables por estos días) de 14 km desde la localidad de El Hoyo, refleja el intenso tránsito de vehículos con pasajeros apurados por llegar a conseguir un lugar “lo más cerca posible del agua”, con un fogón para preparar algún asadito o simplemente calentar la pava para los mates que acompañan los sándwiches.
En medio, aparecen las quejas de “los más lugareños”: “Desde el puente Salamín, sobre la ruta 40 nacional 40, no hay un solo control. Fijate que viene mucha gente de El Bolsón, que cruza el paralelo por los pasos clandestinos y nadie le pide autorización. También he visto algunos de Bariloche o Esquel, después no nos quejemos si empiezan a aparecer los casos positivos”, reflejó uno de los concesionarios turísticos.
De igual modo, graficó que “la mayoría rebota en el acceso al Parque Nacional Lago Puelo y termina acá, encima les encanta estar amontonados. Ni hablar del distanciamiento social o un barbijo”.
Más allá de “las buenas y malas” de la asistencia popular, este balneario –quizás el más recomendado de la zona andina-, ofrece amplias playas con arenas blancas y doradas y otras con pequeños guijarros que contrastan con la claridad y transparencia absoluta de las aguas siempre calmas.
Todo el sector está protegido de los vientos, rodeado por enormes montañas de picos cubiertos por nieves eternas. Es por ello que durante las jornadas de calor es imposible resistir la tentación de un buen baño o practicar deportes acuáticos como kayak, stand up paddle, bote a remo, vela o recorrer la orilla haciendo pesca con mosca.
Aquí está estrictamente prohibido el uso de motores en las embarcaciones, así que la paz y tranquilidad de los visitantes está garantizada. No existe servicio de bañero, aunque la misma geografía no reviste mayor peligro para los acampantes, más allá de las precauciones siempre necesarias con los niños.
Puerto Patriada ofrece además varias alternativas gastronómicas, con comidas elaboradas por las propias familias residentes (hay varias cervecerías artesanales), y la posibilidad de disfrutar de un buen curanto o cordero al asador preparados por la junta vecinal del paraje.
El Desemboque
En tanto, para llegar hasta El Desemboque hay que desandar 15 km desde el mismo puente Salamín hasta el Parque Natural Raúl Solari, pequeña reserva natural de gran valor ecológico que sorprende con sus arrayanes, pitrantos y enormes coihues.
Es el punto exacto de la salida del río Epuyén hacia el lago Puelo, con amplias playas de arenas y una bahía de troncos, escenario donde de los patos y hualas que tienen allí su propio paraíso.
Existe un camping con todos los servicios y además se pueden realizar otras actividades náuticas, pesca deportiva, cabalgatas, trekking por los bosques cercanos o navegar hasta El Turbio.
Buena parte de ellos prefiere ir temprano y hacer la excursión hasta la laguna Los Alerces, que implica una caminata de unas dos horas, con vistas realmente espectaculares del espejo lacustre y las cadenas montañosas. En coincidencia, hay quienes optan por llegar hasta la cascada de los Cinco Saltos, un lugar encantador al que se accede por un sendero que va bordeando la ribera del lago. Al principio, el entorno permite observar los bosques de pinos arrasados por los incendios forestales, aunque un poco más adelante se ingresa a un bosque nativo caracterizado por coihues, radales, cipreses y lengas en todo su esplendor.
Ya sobre media mañana, la ruta (en condiciones deplorables por estos días) de 14 km desde la localidad de El Hoyo, refleja el intenso tránsito de vehículos con pasajeros apurados por llegar a conseguir un lugar “lo más cerca posible del agua”, con un fogón para preparar algún asadito o simplemente calentar la pava para los mates que acompañan los sándwiches.
En medio, aparecen las quejas de “los más lugareños”: “Desde el puente Salamín, sobre la ruta 40 nacional 40, no hay un solo control. Fijate que viene mucha gente de El Bolsón, que cruza el paralelo por los pasos clandestinos y nadie le pide autorización. También he visto algunos de Bariloche o Esquel, después no nos quejemos si empiezan a aparecer los casos positivos”, reflejó uno de los concesionarios turísticos.
De igual modo, graficó que “la mayoría rebota en el acceso al Parque Nacional Lago Puelo y termina acá, encima les encanta estar amontonados. Ni hablar del distanciamiento social o un barbijo”.
Más allá de “las buenas y malas” de la asistencia popular, este balneario –quizás el más recomendado de la zona andina-, ofrece amplias playas con arenas blancas y doradas y otras con pequeños guijarros que contrastan con la claridad y transparencia absoluta de las aguas siempre calmas.
Todo el sector está protegido de los vientos, rodeado por enormes montañas de picos cubiertos por nieves eternas. Es por ello que durante las jornadas de calor es imposible resistir la tentación de un buen baño o practicar deportes acuáticos como kayak, stand up paddle, bote a remo, vela o recorrer la orilla haciendo pesca con mosca.
Aquí está estrictamente prohibido el uso de motores en las embarcaciones, así que la paz y tranquilidad de los visitantes está garantizada. No existe servicio de bañero, aunque la misma geografía no reviste mayor peligro para los acampantes, más allá de las precauciones siempre necesarias con los niños.
Puerto Patriada ofrece además varias alternativas gastronómicas, con comidas elaboradas por las propias familias residentes (hay varias cervecerías artesanales), y la posibilidad de disfrutar de un buen curanto o cordero al asador preparados por la junta vecinal del paraje.
El Desemboque
En tanto, para llegar hasta El Desemboque hay que desandar 15 km desde el mismo puente Salamín hasta el Parque Natural Raúl Solari, pequeña reserva natural de gran valor ecológico que sorprende con sus arrayanes, pitrantos y enormes coihues.
Es el punto exacto de la salida del río Epuyén hacia el lago Puelo, con amplias playas de arenas y una bahía de troncos, escenario donde de los patos y hualas que tienen allí su propio paraíso.
Existe un camping con todos los servicios y además se pueden realizar otras actividades náuticas, pesca deportiva, cabalgatas, trekking por los bosques cercanos o navegar hasta El Turbio.