Adiós, Diego: no habrá ninguno igual / Un suplemento en homenaje al más grande de todos los tiempos

Falleció a los 60 años, tras sufrir un paro cardíaco. Del impacto mundial por la noticia a los mejores recuerdos. Sus dos pasos por Chubut pisando una cancha de fútbol. Un respetuoso homenaje a D10S.

25 NOV 2020 - 22:00 | Actualizado 30 SEP 2022 - 13:09

El astro futbolístico y actual entrenador de Gimnasia y Esgrima La Plata Diego Armando Maradona, ídolo máximo de la Selección argentina y campeón del mundo 1986, falleció ayer a los 60 años luego de sufrir un paro cardíaco en su casa del barrio San Andrés, cercano a Nordelta, en el norte del conurbano bonaerense.

Maradona estaba con su sobrino Jony y algunos allegados cuando se descompensó antes del mediodía en su casa, lo que provocó que al menos diez ambulancias llegaran al lugar para tratar de reanimarlo, lo que no se logró.

La familia fue convocada de urgencia, lo que hizo presagiar la peor noticia, pero el grave cuadro de una deteriorada salud no le permitió gambetear esta nueva complicación.

Maradona había sido operado hace un mes de un hematoma subdural en la cabeza, en medio de su tratamiento por el cuadro de abstinencia que le detectaron luego de la intervención quirúrgica, vinculado al consumo de alcohol.

En el lugar, cerca de las 13:30, ya estaba presente Giannina Maradona, una de sus hijas, mientras se esperaba que llegara el resto de su familia.

Mientras tanto, las redes sociales colapsaron de mensajes de despedida, recuerdo de sus proezas, momentos de alegría y tristeza, a todo nivel y desde todas partes del mundo.

El Gobierno decretó de inmediato tres días de duelo nacional en homenaje a la memora del ídolo.

Sin signos de violencia

El fiscal general de San Isidro, John Broyard, confirmó por la tarde que el deceso de Diego Armando Maradona se produjo a las 12 del mediodía e indicó que en el cadáver “no hay signos de criminalidad”.

“No se advirtió signo de criminalidad ni de violencia”, informó a la prensa mientras era retirado el cuerpo del domicilio donde se produjo el fallecimiento para ser trasladado a la Morgue de San Fernando.

La autopsia

El cuerpo de Diego Armando Maradona llegó poco antes de las 18 horas a la Morgue de San Fernando, donde era sometido a la operación de autopsia que confirmaría las razones de su muerte.

Según estaba previsto, la autopsia iba a comenzar a partir de las 18:00 y una vez cumplida esa instancia legal el cuerpo del astro será entregado a su familia para las exequias, que tendrán como sede la Casa de Gobierno a partir de este jueves.#

Pulgares arriba. En Gimnasia y Esgrima de La Plata Maradona fue feliz por última vez, hasta que la salud se lo permitió. El “Lobo” también lo llora.

Se fue el mágico “Diez”

Por Ismael Tebes

No había conqué darle al Diez, con la pelota en los pies parecía indescifrable. Diego Maradona era en sí, la propia película de sí mismo. Con él mismo como protagonista. El fútbol mismo lo resumía, inclinándose a sus pies. Y como argentinos de bien, valoramos que haya sido “de los nuestros”; el héroe sin fusil que le mojó la oreja a los ingleses; un héroe deportivo sin igual, inmortal y sonriente; vanidoso, pobre con sueños de riqueza y un rico que nunca dejó de reconocer el barro.

Será fuerte la imagen de no tenerlo. De sentirlo ausente, de extrañar el 30-10-60 tatuado en la piel de muchos maradonianos. Será raro no verlo metido en alguna polémica mediática; con hijos que vienen y van; con disputas palaciegas y tratando de hilvanar con esfuerzas, las pocas palabras de sus últimos tiempos.

Diego terminó siendo un Dios terrenal; un tipo privilegiado; tocado por la varita en el medio de una villa de Fiorito; el morenito que de entrada, desafío a los ricos y que estando arriba, bien arriba llenó de orgullo a los pobres. Maradona fue el ícono, el jugador más emblemático que haya pisado cancha alguna. El villano y el prócer que resistirá a la muerte misma, porque su mito está en pañales y su magia se multiplicará en el tiempo.

Los “Messinistas” de la play quizás no tuvieron el privilegio generacional de verlo volar por los aires; evitando las patadas karatecas de los coreanos en el Mundial de Italia; el gol ante los griegos ante Grecia en su última escala mundialista en EEUU; el mismo que cerró entre lágrimas llevado de la mano por aquella odiosa enfermera. Ni Víctor Hugo, el artista, lo hubiera descripto mejor. Aquel “genio del fútbol mundial” desparramó ingleses; burló a los piratas con los huevos de los colimbas que se murieron en Malvinas y se rió en la cara del falso León, refregándoles la trampa por la cara. Y ese día, los argentinos sentimos con él, el puño más apretado que nunca. El Diez no morirá jamás. Mientras haya un pibe pateando una pelota; siempre que una red se embarace, caprichosa y cada vez que irrumpa un túnel en cualquier potrero de Argentina estará su alma dando vueltas, pidiendo una más y reclamando el aplauso. En ésta parte, la más redonda del continente, no nos caracterizamos por tener memoria. Y objetamos al ídolo, lo castigamos impiadosamente y le negamos cualquier desliz, como si vivir con semejante mochila fuera una cosa sencilla. Vivir siendo Maradona, te la regalo. Los flashes; la idolatría de 24x7; el fanatismo extremo, la intolerancia y el agarre físico que tanto solía incomodarle, le negaron el anonimato que por unos minutos quizás le hubiera gustado tener. Se hubiera merecido caminar un día cualquier por la calle Corrientes, comprando ropas o comiéndose una hamburguesa en un Mac Donald`s; viendo una película llenándose la boca de pochoclos y volverse en bondi como cualquier hijo de vecino.

No era fácil ser Maradona. Que te señalaran con el dedo; que te alejaran de esas malas tentaciones; de las miradas envidiosas y de las paternidades que terminó asumiendo, ya de éste lado de la vida. Tantas veces lo mataron que igual cantidad de veces, resucitó. El “Me equivoqué y pagué pero la pelota no se mancha” fue fenomenal, de antología. Resultó la manera más eficaz y sincera de pedir perdón, por si hiciera falta; un gesto terrenal y un resúmen casi perfecto de su vida en constante sube y baja.

La Claudia, aquel “Yo te propongo” de Roberto Carlos; los asados de Chitoro y los mimos de la Tota; los botines Puma; los jueguitos con cualquier forma redonda que se le cruzara; su pinta en las cámaras de “La Noche del Diez”; las sorpresas y las visitas inesperadas; las ayudas de las que nadie se enteró; los picos con Cóppola; el pase a Caniggia ante los brasileños; su odio a Havelange; su época de gordura y pelo platinado; su talento desplegado a pleno en el Mundial Juvenil de Japón; los rulos que lo identificaban; su debut adolescente en la Selección; aquel Argentinos del estreno; sus idas y vueltas con Pelé; sus tapados de piel y sus habanos; el amor fraternal con Fidel Castro y con el pueblo cubano; su pasión por Boca y su enorme sabiduría para resumir al futbol con extrema simpleza. El Nápoli con una región rendida a sus piés; su orgullo por los colores; las puteadas a los italianos por silbar el himno; Dalma y Giannina en todos lados, hasta en sus brazos; los excesos que más de una vez lo dejaron al borde de la muerte; los amigos “discutibles” y los que lo quisieron bien.

Qué más se le podría pedir?. Cuánto más podría resistir ese cuerpo debilitado?. Nadie podrá sentirse ajeno a un adiós tan profundo, equivalente al de un amigo que ni siquiera conocíamos. Eso era el Diez, un tipo que solía vivir rodeado de personas pero sumido en las más profunda soledad. Era feliz solamente respiraba pasto y cuando su pie zurdo, acariciaba a esa amiga fiel que lo extrañaba. La que nunca lo dejó de a pie, la que lo entendió mejor que nadie. Por algo los grandes amores jamás se terminan. Apenas mueren cuando se los echa al olvido.#

El Diez bajo la lluvia en un amistoso de Selección en Comodoro Rivadavia

Ramón díaz, Maradona y Tarantini, el 12 de diciembre de 1980 en un amistoso entre la Selección y un combinado local en el Municipal de Comodoro.

El día que Diego Maradona jugó su único partido en “cancha grande” en Comodoro Rivadavia había sillas hasta en la pista de atletismo del entonces estadio de YPF. Una lluvia torrencial que se desató sobre la hora de inicio del partido hizo que todo se retrasara y que el Seleccionado dirigido por César Luis Menotti saliera a jugar pasadas las cinco de la tarde. No quedaban lugares vacíos y durante el tiempo que se estiró la espera, nadie se movió de sus lugares. Ni los laburantes petroleros que querían ver el histórico partido ante la Selección de Comodoro Rivadavia para después tomar turno en la empresa hicieron el esfuerzo de comprar la entrada. Y se palpitaba en el ambiente esa carga de adrenalina por ver de cerca a los ídolos.

Los rulos del número diez eran fácilmente divisables desde la última popular. Impresionaban los músculos de sus piernas aceitadas y untadas en aceite verde; la camiseta celeste flúo de Le Coq Sportif y en especial, una pelota que durmió con el pecho a la altura de la media cancha y que, de media vuelta, depositó en el ángulo obligando a un vuelo salvador de Juan Carlos Rodríguez, el “Bocha”, arquero y figura de aquella tarde.

No hubo partido, pero sí admiración y una voluntariosa oposición del equipo anfitrión que hizo lo que pudo ante la Selección que un año después fracasó en el Mundial de España. El resultado final fue 5 a 0 pero a nadie le importó: Obviamente Maradona que se retiró escoltado por un pasillo de efectivos policiales mientras los seleccionados de Comodoro intentaban fotografiarse con los jugadores de la Selección. Ubaldo Fillol; Rubén Pagnanini; Ljuis Galván, Daniel Passarella y Alberto Tarantini; Juan Barbas, Américo Gallego, Maradona, Juan Barbas; Ramón Díaz y Daniel Valencia formaron en la inicial de los ilustres visitantes. En el team de Comodoro jugaron entre otros Jorge Benítez, Oscar Ingani, Eduardo Soto, Vìctor Gordillo, Carlos Atencio, Daniel Lasso; Juan Maricoy, Manuel Carrizo, Marcos León; Angel Girardi; Luis Pizarro y Miguel Escudero. José Félix Lázaro fue el encargado por parte de la Liga de Fútbol de conformar aquel combinado que jugó casi sin conocerse, ni entrenar juntos y que apenas se reunió algunas horas antes del partido en una gamela de YPF para cambiarse y salir rumbo al estadio. En 1.980 ya la gente se enrojecía las palmas de tanto aplaudirlo… #

El día que Maradona hizo jugar hasta a las paredes

Con la pelota de Jornada en su mano derecha, Maradona saluda al público. Más de 2.500 personas pudieron presenciar en el estadio “Socios Fundadores” una noche mágica.

Diego en diciembre de 2007 en Comodoro, saludado por el empresario Jorge Aidar Bestene, entonces propietario de Jornada.

El 7 de diciembre del 2007 hasta las paredes se hicieron amigos. En una variante futbolística distinta, Diego Armando Maradona la volvió a romper en la Patagonia. Fue su segunda visita con los cortos, ya retirado pero formando parte de ésta troupe de reconocidas figuras y amigos. Una iniciativa del grupo JORNADA trajo al Diez al mismísimo “Socios Fundadores” del club Gimnasia y Esgrima. El rival de ocasión fue Uruguay y el partido, una simple excusa para disfrutar de las genialidades de un Maradona talentoso en cualquier rubro que tenga que ver con la pelota. Con zapatillas o con botines, daba igual…

Casi dos mil quinientos comodorenses dieron testimonio de aquella noche intensa, llena de goles: Argentina ganó 16 a 14 y el Diez la “descosió” marcando 7 goles. Casi como en su mejor época, rodeado de amigos pero jugando por momentos con dientes apretados.

El Socios se convirtió por momentos, en un templo de culto para el máximo ídolo que acusó recibo y jugó como nunca en éste formato de fútbol futurista en donde la pelota nunca se detiene, involucrando a las paredes como parte del juego mismo.

Maradona abrió el tanteador y sobre el final, lo empardó y señaló un golazo que movió la estantería. Gritó el primero cuando apenas se jugaban cuarenta segundos batiendo al arquero Seré. El segundo fue un cabezazo tras un rebote cuando el clásico sudamericano pareció tomar temperatura. Diego Maradona volvió a apretar los puños antes de irse ovacionado al vestuario: combinó con el “Turu” Flores y definió con un tiro cruzado.

El Diez siguió dibujando en el sintético mientras acaparaba admiración y aplausos. Tuvo un duelo aparte con el caudillo charrúa Hugo De León y fue tal su motivación que se puso en sus zapatillas, el epílogo. Marcó el décimosegundo con un remate abajo y el crucial del 14-14 desde un ángulo cerrado y con festejo exclusivo con el “Pitu” Barrientos, el comodorense que acompañó en todo momento al grupo. Ahí nomás, con picardía, aprovechó un descuido del árbitro Giacoponi, liquidó a Seré y aplastó a Uruguay. El talento del “Diez”pareció intacto, como los buenos vinos. Y aún consciente de su grandeza, es capaz de ser uno más acá en la tierra. Comodoro vio al mejor Diez, brillante en la cancha como siempre, amable y respetuoso ante las cientos de manos que lo aclamaron. Y también agradecido por un amor distinto de la gente de éstos lares como bien agradeció micrófono mediante entre las emociones propias y del resto.#

“Pepe” Castro: “Yo sentí el olor a Maradona”

La única foto de Eduardo “Pepe” Castro con Diego Maradona.

Por Francisco Caputo.

Ser chubutense y haber compartido cancha con Diego Maradona es un privilegio reservado a un puñado de futbolistas de la provincia. Es el caso de Eduardo “Pepe” Castro, quien enfrentó a Maradona en 1996.

El “Chueco”, en diálogo con Jornada, relató las vivencias del 1-1 entre Boca y Huracán, en el Tomás Ducó, válido, por la segunda fecha del Clausura 1996.

Tampoco pudo contener la tristeza, que le toca vivirla bien de cerca. Castro se encuentra por estas horas en Tigre, localidad donde pasó a la inmortalidad el “Diez” ayer

“Cuesta ver las imágenes por televisión. No puedo verlas. Me da una gran tristeza esta situación. Es muy dificil no emocionarse, no llorar ante esto. Es el mejor jugador de todos los tiempos. Lo que ha hecho por el fútbol y por el país es único”, expresó Castro, con congoja.

Su partido

Castro, lleno de nostalgia, evocó aquella tarde en el Ducó. Fue empate 1-1, ante un equipo “Xeneize” repleto de jugadores de renombre. En Boca, además de Maradona, estaban Claudio Caniggia, Juan Sebastián Verón y Carlos Navarro Montoya, entre otros. El DT era Carlos Bilardo.

Hubo incidencias que tuvieron a Maradona y Castro de protagonistas. “Trato de no hablar mucho, porque si no quedo como un fantasma (sic). Pero hubo algunas acciones compartidas. E incluso me habló. Pero lo que puedo decir con orgullo es que sentí el olor a Maradona, puedo decirlo”, expresó Castro, lateral.

“En una de esas jugadas, en el primer tiempo iba a marcarlo fuerte. Esperaba que controlara la pelota. Pero no. La tocó de primera de espaldas y me dejó descolocado. Un fuera de serie, la velocidad mental que tenía era única”, comentó Castro.

“Hubo otra acción, la de la foto que se ve de espaldas, que también mostró su repertorio. Un distinto. Tendría que haberme sacado una foto con él antes del partido. Me arrepiento de no haberlo hecho. Pero en ese momento, estaba por jugar contra él y no quería distraerme. No todos los días jugabas contra Maradona. No en mi caso”, narró.

Las palabras

El momento de las palabras de Maradona fue especial. “En una acción, marcando a Caniggia, le hago un foul al ´Pájaro´. Se me acerca Diego y me dice:´Tranquilo Castro, cálmate´. Me habló como si fuese un par suyo. Y no hay ni hubo ninguno como él. Un fenómeno”, concluyó.#

El día que el “Globo” enfrentó al más grande

Fue en el Torneo Nacional de 1976, cuando Huracán de Comodoro Rivadavia cumplía con su tercera participación de los certámenes de AFA. Aquel equipo de Oscar Cadars había debutado ganando en Salta (2-0) ante Central Norte y en la segunda fecha, en su debut en la Loma cayó ante Argentinos Juniors por 1-0 (gol de López) el 19-09-76. La revancha de aquel duelo en la fecha 11, llevó al “Globo” a la vieja cancha de Argentinos en La Paternal. Allí el 7 de noviembre del 76, Huracán cumplió una sólida tarea hasta que en el segundo tiempo el “Bicho” llegó al gol con dos apariciones de Ernesto “Cococho” Álvarez.

La nota novedosa de aquel juego, fue el ingreso en el segundo tiempo de Diego Armando Maradona por entonces un juvenil que ya había saltado a Primera de la mano de Jorge Enrico, el DT de aquel plantel. Desde el banco, suplantó a Ovelar en el ST de un partido que terminó en triunfo local y recuerdo imborrable para otros. Argentinos formó con Munutti; Roma, Gette, Fusani y Minutti; Di Donato; Roux Larrosa y Giordano; López; Hallar (Alvarez) y Ovelar (Maradona). Huracán hizo lo propio con Carlos Rodríguez; Peralta, Laffitte, Zuccarelli y Murgia; Di Meola (Parra); Olivera y Soto; Sayago (Karamarko); Britapaja y Giantomassi. Dirigió el encuentro Carlos Matías González.

Hace pocos días, en “Cadena Tiempo Comodoro”, Carlos “Pantera” Rodríguez recordó a Diego Maradona con quien compartió plantel en 1981. “Tuve el privilegio y el placer de compartir con él, no solamente como adversario sino también como compañero. “Le ví hacer cosas impensadas –reconoció y además salimos campeones con Boca, lo que no es poco. A veces no puedo creerlo y parece que estoy viviendo la historia de otra persona. Me mandan fotos, recortes y material en blanco y negro inclusive de una gira que hicimos por Japón en el 82 en donde está Diego con el famoso tapado de piel y yo a un costado en el tren bala yendo de Tokio a Kobe para jugar un partido”. El arquero ex Huracán recuerda haberse quedado al término del entrenamiento a practicar con Maradona penales y tiros libres. “Usábamos barreras movibles y había pibes que tiraban centros para que definiera de primera. Siempre hablé con él cosas de la vida”.

“Cuando Boca sale campeón con gol del Chapa Suñé a Fillol en cancha de Rácing yo lo ví en mi casa el 20 de diciembre de 1976 y el 10 de enero estaba practicando con el mismo Suñé, Mastrángelo y el Loco Gatti. Imagínense lo que es eso. Después jugamos Libertadores y termino saliendo campeón con Maradona. Siempre tuve el sueño de ser futbolista, entrenaba y el futbol me dio mucho más de lo que yo le dí”. A los 68 años, el ex arquero no solamente recuerda con emoción su paso por el histórico Huracán del 76. En coincidencia con los sesenta años de Maradona, reconoció que éste tenía una “rebeldía con causa” por su orígen y por haber recorrido el mundo prácticamente sin escalas. “Siempre decía que quería ir a un supermercado a comprar y no lo puede hacer”, comparó.

“Diego y Messi son dos cracks. Uno jugó en el Barcelona y metió 7 millones de goles y Diego hizo lo propio. No sirve comparar, gracias a Dios son argentinos. Tenemos que ser orgullosos de lo que tuvimos y lo que tenemos”.

Las frases emblemáticas de Maradona

“La pelota no se mancha”, pronunció en su partido despedida en 2001.

Las siguientes son las frases más emblemáticas del astro futbolístico Diego Armando Maradona, quien falleció hoy a los 60 años, luego de sufrir un paro cardíaco en su casa del barrio San Andrés, cercano a Nordelta, en el norte del conurbano bonaerense.

“Yo crecí en un barrio privado de Buenos Aires. Privado de agua, de luz y de teléfono” (acerca de sus orígenes en Fiorito).

“Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha” (en su partido despedida en la cancha de Boca). “Me cortaron las piernas” (Mundial de 1994).

“¿El primer gol a Inglaterra? Fue la mano de Dios. Les ofrezco mil disculpas a los ingleses, de verdad, pero volvería a hacerlo una y mil veces. Les robé la billetera sin que se dieran cuenta, sin que pestañearan”. (Sobre su gol en el Mundial de 1986)

“Jugar sin público es jugar adentro de un cementerio” (sobre los partidos en pandemia).

“Con perdón de las damas, que la sigan chupando” (en respuesta a los cuestionamientos sobre su labor como DT de la Selección argentina)

“Vos también, Pasman, vos también la tenés adentro” (al periodista que lo criticó siendo DT de la Selección.

“Escuché al Papa decir que la Iglesia se preocupaba por los chicos pobres. Pero ¡vendé el techo, fiera, hacé algo!”. (críticas a la Iglesia).

“Segurola y Habana 4310, séptimo piso. Y vamos a ver si me dura 30 segundos” (la disputa con el ex jugador Julio César Toresani).

“Pelé debutó con un pibe. Sí, sí, debutó con un pibe. Esto es para todos los brasileños... y para los argentinos también” (su rivalidad con el ex jugador brasileño).

“Soy más importante que (Mauricio) Macri: él puede vender 100.000 autos, pero yo regalé fútbol en todo el mundo” (su rivalidad con el ex presidente de Boca y de la Argentina).

“A Papá Noel le pediría que parara mi vida a los 25 años, para que pudiera jugar siempre a la pelota”. .”Los boludos son como las hormigas, están en todas las partes”.

“Déjenme vivir mi vida, yo no quiero ser ejemplo de nadie” (al hablar de la idolatría que genera)

“A Grondona se le escapó la tortuga” (críticas al ex presidente de AFA)

“Con mi enfermedad yo di ventajas, ¿sabés qué jugador hubiese sido yo si no hubiese tomado droga?” (respecto a sus adicciones).

“Mis sueños son dos. Mi primer sueño es jugar en el Mundial y el segundo es salir campeón de Octava y lo que siga en el campeonato este” (a los 12 años en un video).

“Pase lo que pase y dirija quien dirija, la camiseta número 10 será siempre mía” (sobre la Selección argentina).

“Ganarle a River es como que tu mamá te venga a despertar con un beso a la mañana” (la sensación única de ganar un superclásico).

“Pensé que venía Berlusconi y me encontré con el cartonero Báez” (sobre Mauricio Macri como presidente de Boca).

“Cuando dicen que soy Dios yo respondo que están equivocados: soy un simple jugador de fútbol. Dios es Dios y yo soy Diego”

“La Tota integró la barrera cuando me peloteaban de todos lados” (sobre su relación de amor con su madre).

“Me había propuesto hacerle dos goles a Gatti, pero ahora que me dijo ‘gordito’ le voy a meter cuatro” (antes de un Boca ante Argentinos Juniors, donde él jugaba).

“Fui, soy y seré drogadicto” (sobre su adicción a las drogas. La dijo en 1996). “Ser Maradona es hermoso. Soy un tipo normal que por hacerle un gol a los ingleses, que nos mataron a los pibes en Malvinas, hoy la gente me conoce. Pero soy el tipo más normal” (sobre sí mismo).#

Los gloriosos números de Maradona como jugador

Fue considerado por la FIFA como el mejor gol del siglo XX.

Fueron diez segundos. Con pelota al pie. Cincuenta y dos metros, 44 pasos y seis rivales desairados por su gambeta, talento y velocidad.

Se la dio el Negro, Enrique, un 8 que pegó, cortó y jugó como nunca y arrancó. Contra ellos, los inventores del fútbol. Los ignominiosos ingleses, que tenían un 9 que metía miedo y un once, negro robusto, que también asustaba.

A él no le importó. Encaró. Y encaró. Y encaró. Y pasó. Contra toda lógica. Ya les había metido la mano en el bolsillo. A la que la nombró “la de Dios”. los británicos, como creadores de este juego que son, se quejaron, pero se la comieron.

Ellos habían hecho lo mismo en el 66. Se acordó de un error de definición fallida ante estos mismos rivales en Wembley años atrás y decidió no pasársele a Valdano que venía por el otro lado. Todo en diez segundos.

En diez segundos y con los talones apuntándosele. Y la utopía la convirtió en realidad, pues todo futbolero de ley sueña, alguna vez en la vida, en gambetear a la mitad del equipo contrario más importante, al arquero y hacer el gol de su vida. El lo logró. Demostró que aquella es posible.

Y con las Malvinas cerquita, en el duelo y en el recuerdo de la gente. Su gente.

El gol más maravilloso de todos los tiempos. Y para entronizarse como un dios redivivo.

Hace 34 años, Argentina vencía, finalmente, 2 a 1 a Inglaterra en México 86 y se encaminaba a su segunda conquista planetaria en un deporte que más que eso es una religión sin ateos en nuestro pais.

Y un morocho retacón, nacido en un suburbio donde la miseria liquida cualquier esperanza, conducía el camino. Diego Armando Maradona.

El crack, el contradictorio, el borracho, el mujeriego, el falopero, el jetón, el cojudo, el torturado, humano. El mejor.#

Los conflictos extrafutbolísticos de Maradona

Maradona estuvo distanciado de Guillermo Coppola varios años.

Diego Maradona vivió una vida en la que fue protagonista de una serie de escándalos que se hicieron públicos y que van desde hijos no reconocidos, peleas con sus parejas, su adicción por las drogas y también enfrentamientos con la prensa.

Sus conflictos

Uno de las primeras polémicas se conoció en el año 1992, cuando un juez italiano dictaminó que era el padre de Diego Jr y que tenía que llevar su apellido y pagarle 4 mil dólares mensuales. También reconoció en público a su hija Jana, quien nació de una relación que tuvo con Valeria Sabalain.

Actualmente Maradona se encontraba en proceso de reconocer a otros tres hijos nacidos en Cuba, fruto de cuando él estuvo en ese país tratando sus adicciones, entre los años 2000 y 2005.

También, se peleó con Guillermo Coppola, representante del Diez durante 15 años. Se distanciaron por un escándalo judicial, luego de que Maradona lo denunciara por robarle dinero. Pero tras la primera audiencia de conciliación, Diego levantó los cargos, y no se volvieron a ver hasta la muerte del padre de Maradona, ocurrida en junio de 2015. Uno de los primeros problemas que Maradona tuvo con la prensa data de febrero de 1994, cuando agredió con un rifle de aire comprimido a un grupo de periodistas y fotógrafos que lo esperaban en las afueras de su casa en Buenos Aires.

Por este episodio fue condenado a dos años de prisión en suspenso y tuvo que indemnizar a los periodistas y fotógrafos agredidos.

Otra polémica ocurrió con su ex pareja Claudia Villafañe se conoció en 2017, cuando Diego la acusó de “ladrona” y la demandó por supuestos manejos ilegales en la división de bienes tras su divorcio y por haberse quedado con camisetas de fútbol que le pertenecían.#

Sin olvido, con la rabia de los hambrientos de gloria

Por Juan Miguel Bigrevich

Su enorme talento le permitió crecer, alcanzar la fama, el dinero y cruzar una peligrosa frontera que deriva en la impunidad. Nunca se consideró ser un ejemplo de nada. Pero opinó de todo. Ha tenido definiciones muy ocurrentes y otras mejor ni recordarlas. Supo ofrecer gestos sublimes, pero también actitudes abyectas. Fue una contradicción andante. Como cualquiera de nosotros. Tan humano.

Ayer, a los 60 años, falleció. Con dolores por adentro y por afuera, dijo chau, no va más. Y se fue como ese pájaro rápido y voraz que era. Una marea humana lo acompañará hasta su descanso final. Será una despedida incomparable a uno de sus artistas más amados. Porque nos dio felicidad. Lo que lo vimos pleno, los que vieron a la leyenda, los que aclamaron su sombra y los que acecharon su fracaso.

Transmitió al mundo su arte envasado en un físico retacón exponiendo su imagen de rebelde con y sin causa dentro y fuera de las canchas. Y condujo, con la rabia de los hambrientos de gloria. Su mirada altiva y desafiante; torva y desconfiada la siguió por todos lados. Y fue dueño de su propio estilo y una personalidad desbordante que se impuso sin hablar, por simple acto de presencia, por natural transmisión de superioridad. Moderno César al volver a Roma tras una nueva conquista en su apogeo hormonal hizo vibrar a un pueblo entero con su magia, era antes de su muerte una sombra cruel de su propio eclipse. En las retinas sigue siendo esa fantasía visual, De cuna marginal. De una niñez carenciada y de una mayoría de edad plagada de excesos. Y se escuchan los gritos de una muchedumbre que parecen rebotar desde algún eco lejano. Y se ven. Sus emociones. Y las nuestras.

Habrá reconocimientos por doquier. Y, por supuesto pasarán sus jugadas memorables y sus arrebatos. Gladiador de mil batallas que nunca dio ni pidió tregua. Se fue el mejor jugador de todos en el juego que mejor juegan los argentinos. Diego. El que hizo salir a la calle a una Bangladesh fracturada tras sus goles a la pérfida Albion. Diego. El padre abandónico. Diego. El que hizo una huelga para que los de la Primera D cobren. Algo. Diego. El de la marca registrada. Diego. El de los días felices. Diego. El fiestero. Diego. El que le daba de comer a los chicos de La Candela. Diego. El crack. Diego. El provocador. Diego. El falopero. Diego. El corajudo. Diego. El contradictorio. Diego. El hombre. Diego. El desprotegido. El de la mano de Dios y la zurda del diablo. Siempre Diego. El Pelusa de Fiorito. Que se apellida Maradona.Ese que con la sola mención de su nombre consigue dibujar una sonrisa, henchir de orgullo los corazones y modular las voces con el timbre del entusiasmo. El nacimiento de la leyenda de un pobre y pequeño mortal que ayudó a un país a superar sus tristezas, más allá que las desdichas vuelven y ya no hay un Diego disponible. Se fue a volar y nunca más lo atraparon.#

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25 NOV 2020 - 22:00

El astro futbolístico y actual entrenador de Gimnasia y Esgrima La Plata Diego Armando Maradona, ídolo máximo de la Selección argentina y campeón del mundo 1986, falleció ayer a los 60 años luego de sufrir un paro cardíaco en su casa del barrio San Andrés, cercano a Nordelta, en el norte del conurbano bonaerense.

Maradona estaba con su sobrino Jony y algunos allegados cuando se descompensó antes del mediodía en su casa, lo que provocó que al menos diez ambulancias llegaran al lugar para tratar de reanimarlo, lo que no se logró.

La familia fue convocada de urgencia, lo que hizo presagiar la peor noticia, pero el grave cuadro de una deteriorada salud no le permitió gambetear esta nueva complicación.

Maradona había sido operado hace un mes de un hematoma subdural en la cabeza, en medio de su tratamiento por el cuadro de abstinencia que le detectaron luego de la intervención quirúrgica, vinculado al consumo de alcohol.

En el lugar, cerca de las 13:30, ya estaba presente Giannina Maradona, una de sus hijas, mientras se esperaba que llegara el resto de su familia.

Mientras tanto, las redes sociales colapsaron de mensajes de despedida, recuerdo de sus proezas, momentos de alegría y tristeza, a todo nivel y desde todas partes del mundo.

El Gobierno decretó de inmediato tres días de duelo nacional en homenaje a la memora del ídolo.

Sin signos de violencia

El fiscal general de San Isidro, John Broyard, confirmó por la tarde que el deceso de Diego Armando Maradona se produjo a las 12 del mediodía e indicó que en el cadáver “no hay signos de criminalidad”.

“No se advirtió signo de criminalidad ni de violencia”, informó a la prensa mientras era retirado el cuerpo del domicilio donde se produjo el fallecimiento para ser trasladado a la Morgue de San Fernando.

La autopsia

El cuerpo de Diego Armando Maradona llegó poco antes de las 18 horas a la Morgue de San Fernando, donde era sometido a la operación de autopsia que confirmaría las razones de su muerte.

Según estaba previsto, la autopsia iba a comenzar a partir de las 18:00 y una vez cumplida esa instancia legal el cuerpo del astro será entregado a su familia para las exequias, que tendrán como sede la Casa de Gobierno a partir de este jueves.#

Pulgares arriba. En Gimnasia y Esgrima de La Plata Maradona fue feliz por última vez, hasta que la salud se lo permitió. El “Lobo” también lo llora.

Se fue el mágico “Diez”

Por Ismael Tebes

No había conqué darle al Diez, con la pelota en los pies parecía indescifrable. Diego Maradona era en sí, la propia película de sí mismo. Con él mismo como protagonista. El fútbol mismo lo resumía, inclinándose a sus pies. Y como argentinos de bien, valoramos que haya sido “de los nuestros”; el héroe sin fusil que le mojó la oreja a los ingleses; un héroe deportivo sin igual, inmortal y sonriente; vanidoso, pobre con sueños de riqueza y un rico que nunca dejó de reconocer el barro.

Será fuerte la imagen de no tenerlo. De sentirlo ausente, de extrañar el 30-10-60 tatuado en la piel de muchos maradonianos. Será raro no verlo metido en alguna polémica mediática; con hijos que vienen y van; con disputas palaciegas y tratando de hilvanar con esfuerzas, las pocas palabras de sus últimos tiempos.

Diego terminó siendo un Dios terrenal; un tipo privilegiado; tocado por la varita en el medio de una villa de Fiorito; el morenito que de entrada, desafío a los ricos y que estando arriba, bien arriba llenó de orgullo a los pobres. Maradona fue el ícono, el jugador más emblemático que haya pisado cancha alguna. El villano y el prócer que resistirá a la muerte misma, porque su mito está en pañales y su magia se multiplicará en el tiempo.

Los “Messinistas” de la play quizás no tuvieron el privilegio generacional de verlo volar por los aires; evitando las patadas karatecas de los coreanos en el Mundial de Italia; el gol ante los griegos ante Grecia en su última escala mundialista en EEUU; el mismo que cerró entre lágrimas llevado de la mano por aquella odiosa enfermera. Ni Víctor Hugo, el artista, lo hubiera descripto mejor. Aquel “genio del fútbol mundial” desparramó ingleses; burló a los piratas con los huevos de los colimbas que se murieron en Malvinas y se rió en la cara del falso León, refregándoles la trampa por la cara. Y ese día, los argentinos sentimos con él, el puño más apretado que nunca. El Diez no morirá jamás. Mientras haya un pibe pateando una pelota; siempre que una red se embarace, caprichosa y cada vez que irrumpa un túnel en cualquier potrero de Argentina estará su alma dando vueltas, pidiendo una más y reclamando el aplauso. En ésta parte, la más redonda del continente, no nos caracterizamos por tener memoria. Y objetamos al ídolo, lo castigamos impiadosamente y le negamos cualquier desliz, como si vivir con semejante mochila fuera una cosa sencilla. Vivir siendo Maradona, te la regalo. Los flashes; la idolatría de 24x7; el fanatismo extremo, la intolerancia y el agarre físico que tanto solía incomodarle, le negaron el anonimato que por unos minutos quizás le hubiera gustado tener. Se hubiera merecido caminar un día cualquier por la calle Corrientes, comprando ropas o comiéndose una hamburguesa en un Mac Donald`s; viendo una película llenándose la boca de pochoclos y volverse en bondi como cualquier hijo de vecino.

No era fácil ser Maradona. Que te señalaran con el dedo; que te alejaran de esas malas tentaciones; de las miradas envidiosas y de las paternidades que terminó asumiendo, ya de éste lado de la vida. Tantas veces lo mataron que igual cantidad de veces, resucitó. El “Me equivoqué y pagué pero la pelota no se mancha” fue fenomenal, de antología. Resultó la manera más eficaz y sincera de pedir perdón, por si hiciera falta; un gesto terrenal y un resúmen casi perfecto de su vida en constante sube y baja.

La Claudia, aquel “Yo te propongo” de Roberto Carlos; los asados de Chitoro y los mimos de la Tota; los botines Puma; los jueguitos con cualquier forma redonda que se le cruzara; su pinta en las cámaras de “La Noche del Diez”; las sorpresas y las visitas inesperadas; las ayudas de las que nadie se enteró; los picos con Cóppola; el pase a Caniggia ante los brasileños; su odio a Havelange; su época de gordura y pelo platinado; su talento desplegado a pleno en el Mundial Juvenil de Japón; los rulos que lo identificaban; su debut adolescente en la Selección; aquel Argentinos del estreno; sus idas y vueltas con Pelé; sus tapados de piel y sus habanos; el amor fraternal con Fidel Castro y con el pueblo cubano; su pasión por Boca y su enorme sabiduría para resumir al futbol con extrema simpleza. El Nápoli con una región rendida a sus piés; su orgullo por los colores; las puteadas a los italianos por silbar el himno; Dalma y Giannina en todos lados, hasta en sus brazos; los excesos que más de una vez lo dejaron al borde de la muerte; los amigos “discutibles” y los que lo quisieron bien.

Qué más se le podría pedir?. Cuánto más podría resistir ese cuerpo debilitado?. Nadie podrá sentirse ajeno a un adiós tan profundo, equivalente al de un amigo que ni siquiera conocíamos. Eso era el Diez, un tipo que solía vivir rodeado de personas pero sumido en las más profunda soledad. Era feliz solamente respiraba pasto y cuando su pie zurdo, acariciaba a esa amiga fiel que lo extrañaba. La que nunca lo dejó de a pie, la que lo entendió mejor que nadie. Por algo los grandes amores jamás se terminan. Apenas mueren cuando se los echa al olvido.#

El Diez bajo la lluvia en un amistoso de Selección en Comodoro Rivadavia

Ramón díaz, Maradona y Tarantini, el 12 de diciembre de 1980 en un amistoso entre la Selección y un combinado local en el Municipal de Comodoro.

El día que Diego Maradona jugó su único partido en “cancha grande” en Comodoro Rivadavia había sillas hasta en la pista de atletismo del entonces estadio de YPF. Una lluvia torrencial que se desató sobre la hora de inicio del partido hizo que todo se retrasara y que el Seleccionado dirigido por César Luis Menotti saliera a jugar pasadas las cinco de la tarde. No quedaban lugares vacíos y durante el tiempo que se estiró la espera, nadie se movió de sus lugares. Ni los laburantes petroleros que querían ver el histórico partido ante la Selección de Comodoro Rivadavia para después tomar turno en la empresa hicieron el esfuerzo de comprar la entrada. Y se palpitaba en el ambiente esa carga de adrenalina por ver de cerca a los ídolos.

Los rulos del número diez eran fácilmente divisables desde la última popular. Impresionaban los músculos de sus piernas aceitadas y untadas en aceite verde; la camiseta celeste flúo de Le Coq Sportif y en especial, una pelota que durmió con el pecho a la altura de la media cancha y que, de media vuelta, depositó en el ángulo obligando a un vuelo salvador de Juan Carlos Rodríguez, el “Bocha”, arquero y figura de aquella tarde.

No hubo partido, pero sí admiración y una voluntariosa oposición del equipo anfitrión que hizo lo que pudo ante la Selección que un año después fracasó en el Mundial de España. El resultado final fue 5 a 0 pero a nadie le importó: Obviamente Maradona que se retiró escoltado por un pasillo de efectivos policiales mientras los seleccionados de Comodoro intentaban fotografiarse con los jugadores de la Selección. Ubaldo Fillol; Rubén Pagnanini; Ljuis Galván, Daniel Passarella y Alberto Tarantini; Juan Barbas, Américo Gallego, Maradona, Juan Barbas; Ramón Díaz y Daniel Valencia formaron en la inicial de los ilustres visitantes. En el team de Comodoro jugaron entre otros Jorge Benítez, Oscar Ingani, Eduardo Soto, Vìctor Gordillo, Carlos Atencio, Daniel Lasso; Juan Maricoy, Manuel Carrizo, Marcos León; Angel Girardi; Luis Pizarro y Miguel Escudero. José Félix Lázaro fue el encargado por parte de la Liga de Fútbol de conformar aquel combinado que jugó casi sin conocerse, ni entrenar juntos y que apenas se reunió algunas horas antes del partido en una gamela de YPF para cambiarse y salir rumbo al estadio. En 1.980 ya la gente se enrojecía las palmas de tanto aplaudirlo… #

El día que Maradona hizo jugar hasta a las paredes

Con la pelota de Jornada en su mano derecha, Maradona saluda al público. Más de 2.500 personas pudieron presenciar en el estadio “Socios Fundadores” una noche mágica.

Diego en diciembre de 2007 en Comodoro, saludado por el empresario Jorge Aidar Bestene, entonces propietario de Jornada.

El 7 de diciembre del 2007 hasta las paredes se hicieron amigos. En una variante futbolística distinta, Diego Armando Maradona la volvió a romper en la Patagonia. Fue su segunda visita con los cortos, ya retirado pero formando parte de ésta troupe de reconocidas figuras y amigos. Una iniciativa del grupo JORNADA trajo al Diez al mismísimo “Socios Fundadores” del club Gimnasia y Esgrima. El rival de ocasión fue Uruguay y el partido, una simple excusa para disfrutar de las genialidades de un Maradona talentoso en cualquier rubro que tenga que ver con la pelota. Con zapatillas o con botines, daba igual…

Casi dos mil quinientos comodorenses dieron testimonio de aquella noche intensa, llena de goles: Argentina ganó 16 a 14 y el Diez la “descosió” marcando 7 goles. Casi como en su mejor época, rodeado de amigos pero jugando por momentos con dientes apretados.

El Socios se convirtió por momentos, en un templo de culto para el máximo ídolo que acusó recibo y jugó como nunca en éste formato de fútbol futurista en donde la pelota nunca se detiene, involucrando a las paredes como parte del juego mismo.

Maradona abrió el tanteador y sobre el final, lo empardó y señaló un golazo que movió la estantería. Gritó el primero cuando apenas se jugaban cuarenta segundos batiendo al arquero Seré. El segundo fue un cabezazo tras un rebote cuando el clásico sudamericano pareció tomar temperatura. Diego Maradona volvió a apretar los puños antes de irse ovacionado al vestuario: combinó con el “Turu” Flores y definió con un tiro cruzado.

El Diez siguió dibujando en el sintético mientras acaparaba admiración y aplausos. Tuvo un duelo aparte con el caudillo charrúa Hugo De León y fue tal su motivación que se puso en sus zapatillas, el epílogo. Marcó el décimosegundo con un remate abajo y el crucial del 14-14 desde un ángulo cerrado y con festejo exclusivo con el “Pitu” Barrientos, el comodorense que acompañó en todo momento al grupo. Ahí nomás, con picardía, aprovechó un descuido del árbitro Giacoponi, liquidó a Seré y aplastó a Uruguay. El talento del “Diez”pareció intacto, como los buenos vinos. Y aún consciente de su grandeza, es capaz de ser uno más acá en la tierra. Comodoro vio al mejor Diez, brillante en la cancha como siempre, amable y respetuoso ante las cientos de manos que lo aclamaron. Y también agradecido por un amor distinto de la gente de éstos lares como bien agradeció micrófono mediante entre las emociones propias y del resto.#

“Pepe” Castro: “Yo sentí el olor a Maradona”

La única foto de Eduardo “Pepe” Castro con Diego Maradona.

Por Francisco Caputo.

Ser chubutense y haber compartido cancha con Diego Maradona es un privilegio reservado a un puñado de futbolistas de la provincia. Es el caso de Eduardo “Pepe” Castro, quien enfrentó a Maradona en 1996.

El “Chueco”, en diálogo con Jornada, relató las vivencias del 1-1 entre Boca y Huracán, en el Tomás Ducó, válido, por la segunda fecha del Clausura 1996.

Tampoco pudo contener la tristeza, que le toca vivirla bien de cerca. Castro se encuentra por estas horas en Tigre, localidad donde pasó a la inmortalidad el “Diez” ayer

“Cuesta ver las imágenes por televisión. No puedo verlas. Me da una gran tristeza esta situación. Es muy dificil no emocionarse, no llorar ante esto. Es el mejor jugador de todos los tiempos. Lo que ha hecho por el fútbol y por el país es único”, expresó Castro, con congoja.

Su partido

Castro, lleno de nostalgia, evocó aquella tarde en el Ducó. Fue empate 1-1, ante un equipo “Xeneize” repleto de jugadores de renombre. En Boca, además de Maradona, estaban Claudio Caniggia, Juan Sebastián Verón y Carlos Navarro Montoya, entre otros. El DT era Carlos Bilardo.

Hubo incidencias que tuvieron a Maradona y Castro de protagonistas. “Trato de no hablar mucho, porque si no quedo como un fantasma (sic). Pero hubo algunas acciones compartidas. E incluso me habló. Pero lo que puedo decir con orgullo es que sentí el olor a Maradona, puedo decirlo”, expresó Castro, lateral.

“En una de esas jugadas, en el primer tiempo iba a marcarlo fuerte. Esperaba que controlara la pelota. Pero no. La tocó de primera de espaldas y me dejó descolocado. Un fuera de serie, la velocidad mental que tenía era única”, comentó Castro.

“Hubo otra acción, la de la foto que se ve de espaldas, que también mostró su repertorio. Un distinto. Tendría que haberme sacado una foto con él antes del partido. Me arrepiento de no haberlo hecho. Pero en ese momento, estaba por jugar contra él y no quería distraerme. No todos los días jugabas contra Maradona. No en mi caso”, narró.

Las palabras

El momento de las palabras de Maradona fue especial. “En una acción, marcando a Caniggia, le hago un foul al ´Pájaro´. Se me acerca Diego y me dice:´Tranquilo Castro, cálmate´. Me habló como si fuese un par suyo. Y no hay ni hubo ninguno como él. Un fenómeno”, concluyó.#

El día que el “Globo” enfrentó al más grande

Fue en el Torneo Nacional de 1976, cuando Huracán de Comodoro Rivadavia cumplía con su tercera participación de los certámenes de AFA. Aquel equipo de Oscar Cadars había debutado ganando en Salta (2-0) ante Central Norte y en la segunda fecha, en su debut en la Loma cayó ante Argentinos Juniors por 1-0 (gol de López) el 19-09-76. La revancha de aquel duelo en la fecha 11, llevó al “Globo” a la vieja cancha de Argentinos en La Paternal. Allí el 7 de noviembre del 76, Huracán cumplió una sólida tarea hasta que en el segundo tiempo el “Bicho” llegó al gol con dos apariciones de Ernesto “Cococho” Álvarez.

La nota novedosa de aquel juego, fue el ingreso en el segundo tiempo de Diego Armando Maradona por entonces un juvenil que ya había saltado a Primera de la mano de Jorge Enrico, el DT de aquel plantel. Desde el banco, suplantó a Ovelar en el ST de un partido que terminó en triunfo local y recuerdo imborrable para otros. Argentinos formó con Munutti; Roma, Gette, Fusani y Minutti; Di Donato; Roux Larrosa y Giordano; López; Hallar (Alvarez) y Ovelar (Maradona). Huracán hizo lo propio con Carlos Rodríguez; Peralta, Laffitte, Zuccarelli y Murgia; Di Meola (Parra); Olivera y Soto; Sayago (Karamarko); Britapaja y Giantomassi. Dirigió el encuentro Carlos Matías González.

Hace pocos días, en “Cadena Tiempo Comodoro”, Carlos “Pantera” Rodríguez recordó a Diego Maradona con quien compartió plantel en 1981. “Tuve el privilegio y el placer de compartir con él, no solamente como adversario sino también como compañero. “Le ví hacer cosas impensadas –reconoció y además salimos campeones con Boca, lo que no es poco. A veces no puedo creerlo y parece que estoy viviendo la historia de otra persona. Me mandan fotos, recortes y material en blanco y negro inclusive de una gira que hicimos por Japón en el 82 en donde está Diego con el famoso tapado de piel y yo a un costado en el tren bala yendo de Tokio a Kobe para jugar un partido”. El arquero ex Huracán recuerda haberse quedado al término del entrenamiento a practicar con Maradona penales y tiros libres. “Usábamos barreras movibles y había pibes que tiraban centros para que definiera de primera. Siempre hablé con él cosas de la vida”.

“Cuando Boca sale campeón con gol del Chapa Suñé a Fillol en cancha de Rácing yo lo ví en mi casa el 20 de diciembre de 1976 y el 10 de enero estaba practicando con el mismo Suñé, Mastrángelo y el Loco Gatti. Imagínense lo que es eso. Después jugamos Libertadores y termino saliendo campeón con Maradona. Siempre tuve el sueño de ser futbolista, entrenaba y el futbol me dio mucho más de lo que yo le dí”. A los 68 años, el ex arquero no solamente recuerda con emoción su paso por el histórico Huracán del 76. En coincidencia con los sesenta años de Maradona, reconoció que éste tenía una “rebeldía con causa” por su orígen y por haber recorrido el mundo prácticamente sin escalas. “Siempre decía que quería ir a un supermercado a comprar y no lo puede hacer”, comparó.

“Diego y Messi son dos cracks. Uno jugó en el Barcelona y metió 7 millones de goles y Diego hizo lo propio. No sirve comparar, gracias a Dios son argentinos. Tenemos que ser orgullosos de lo que tuvimos y lo que tenemos”.

Las frases emblemáticas de Maradona

“La pelota no se mancha”, pronunció en su partido despedida en 2001.

Las siguientes son las frases más emblemáticas del astro futbolístico Diego Armando Maradona, quien falleció hoy a los 60 años, luego de sufrir un paro cardíaco en su casa del barrio San Andrés, cercano a Nordelta, en el norte del conurbano bonaerense.

“Yo crecí en un barrio privado de Buenos Aires. Privado de agua, de luz y de teléfono” (acerca de sus orígenes en Fiorito).

“Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha” (en su partido despedida en la cancha de Boca). “Me cortaron las piernas” (Mundial de 1994).

“¿El primer gol a Inglaterra? Fue la mano de Dios. Les ofrezco mil disculpas a los ingleses, de verdad, pero volvería a hacerlo una y mil veces. Les robé la billetera sin que se dieran cuenta, sin que pestañearan”. (Sobre su gol en el Mundial de 1986)

“Jugar sin público es jugar adentro de un cementerio” (sobre los partidos en pandemia).

“Con perdón de las damas, que la sigan chupando” (en respuesta a los cuestionamientos sobre su labor como DT de la Selección argentina)

“Vos también, Pasman, vos también la tenés adentro” (al periodista que lo criticó siendo DT de la Selección.

“Escuché al Papa decir que la Iglesia se preocupaba por los chicos pobres. Pero ¡vendé el techo, fiera, hacé algo!”. (críticas a la Iglesia).

“Segurola y Habana 4310, séptimo piso. Y vamos a ver si me dura 30 segundos” (la disputa con el ex jugador Julio César Toresani).

“Pelé debutó con un pibe. Sí, sí, debutó con un pibe. Esto es para todos los brasileños... y para los argentinos también” (su rivalidad con el ex jugador brasileño).

“Soy más importante que (Mauricio) Macri: él puede vender 100.000 autos, pero yo regalé fútbol en todo el mundo” (su rivalidad con el ex presidente de Boca y de la Argentina).

“A Papá Noel le pediría que parara mi vida a los 25 años, para que pudiera jugar siempre a la pelota”. .”Los boludos son como las hormigas, están en todas las partes”.

“Déjenme vivir mi vida, yo no quiero ser ejemplo de nadie” (al hablar de la idolatría que genera)

“A Grondona se le escapó la tortuga” (críticas al ex presidente de AFA)

“Con mi enfermedad yo di ventajas, ¿sabés qué jugador hubiese sido yo si no hubiese tomado droga?” (respecto a sus adicciones).

“Mis sueños son dos. Mi primer sueño es jugar en el Mundial y el segundo es salir campeón de Octava y lo que siga en el campeonato este” (a los 12 años en un video).

“Pase lo que pase y dirija quien dirija, la camiseta número 10 será siempre mía” (sobre la Selección argentina).

“Ganarle a River es como que tu mamá te venga a despertar con un beso a la mañana” (la sensación única de ganar un superclásico).

“Pensé que venía Berlusconi y me encontré con el cartonero Báez” (sobre Mauricio Macri como presidente de Boca).

“Cuando dicen que soy Dios yo respondo que están equivocados: soy un simple jugador de fútbol. Dios es Dios y yo soy Diego”

“La Tota integró la barrera cuando me peloteaban de todos lados” (sobre su relación de amor con su madre).

“Me había propuesto hacerle dos goles a Gatti, pero ahora que me dijo ‘gordito’ le voy a meter cuatro” (antes de un Boca ante Argentinos Juniors, donde él jugaba).

“Fui, soy y seré drogadicto” (sobre su adicción a las drogas. La dijo en 1996). “Ser Maradona es hermoso. Soy un tipo normal que por hacerle un gol a los ingleses, que nos mataron a los pibes en Malvinas, hoy la gente me conoce. Pero soy el tipo más normal” (sobre sí mismo).#

Los gloriosos números de Maradona como jugador

Fue considerado por la FIFA como el mejor gol del siglo XX.

Fueron diez segundos. Con pelota al pie. Cincuenta y dos metros, 44 pasos y seis rivales desairados por su gambeta, talento y velocidad.

Se la dio el Negro, Enrique, un 8 que pegó, cortó y jugó como nunca y arrancó. Contra ellos, los inventores del fútbol. Los ignominiosos ingleses, que tenían un 9 que metía miedo y un once, negro robusto, que también asustaba.

A él no le importó. Encaró. Y encaró. Y encaró. Y pasó. Contra toda lógica. Ya les había metido la mano en el bolsillo. A la que la nombró “la de Dios”. los británicos, como creadores de este juego que son, se quejaron, pero se la comieron.

Ellos habían hecho lo mismo en el 66. Se acordó de un error de definición fallida ante estos mismos rivales en Wembley años atrás y decidió no pasársele a Valdano que venía por el otro lado. Todo en diez segundos.

En diez segundos y con los talones apuntándosele. Y la utopía la convirtió en realidad, pues todo futbolero de ley sueña, alguna vez en la vida, en gambetear a la mitad del equipo contrario más importante, al arquero y hacer el gol de su vida. El lo logró. Demostró que aquella es posible.

Y con las Malvinas cerquita, en el duelo y en el recuerdo de la gente. Su gente.

El gol más maravilloso de todos los tiempos. Y para entronizarse como un dios redivivo.

Hace 34 años, Argentina vencía, finalmente, 2 a 1 a Inglaterra en México 86 y se encaminaba a su segunda conquista planetaria en un deporte que más que eso es una religión sin ateos en nuestro pais.

Y un morocho retacón, nacido en un suburbio donde la miseria liquida cualquier esperanza, conducía el camino. Diego Armando Maradona.

El crack, el contradictorio, el borracho, el mujeriego, el falopero, el jetón, el cojudo, el torturado, humano. El mejor.#

Los conflictos extrafutbolísticos de Maradona

Maradona estuvo distanciado de Guillermo Coppola varios años.

Diego Maradona vivió una vida en la que fue protagonista de una serie de escándalos que se hicieron públicos y que van desde hijos no reconocidos, peleas con sus parejas, su adicción por las drogas y también enfrentamientos con la prensa.

Sus conflictos

Uno de las primeras polémicas se conoció en el año 1992, cuando un juez italiano dictaminó que era el padre de Diego Jr y que tenía que llevar su apellido y pagarle 4 mil dólares mensuales. También reconoció en público a su hija Jana, quien nació de una relación que tuvo con Valeria Sabalain.

Actualmente Maradona se encontraba en proceso de reconocer a otros tres hijos nacidos en Cuba, fruto de cuando él estuvo en ese país tratando sus adicciones, entre los años 2000 y 2005.

También, se peleó con Guillermo Coppola, representante del Diez durante 15 años. Se distanciaron por un escándalo judicial, luego de que Maradona lo denunciara por robarle dinero. Pero tras la primera audiencia de conciliación, Diego levantó los cargos, y no se volvieron a ver hasta la muerte del padre de Maradona, ocurrida en junio de 2015. Uno de los primeros problemas que Maradona tuvo con la prensa data de febrero de 1994, cuando agredió con un rifle de aire comprimido a un grupo de periodistas y fotógrafos que lo esperaban en las afueras de su casa en Buenos Aires.

Por este episodio fue condenado a dos años de prisión en suspenso y tuvo que indemnizar a los periodistas y fotógrafos agredidos.

Otra polémica ocurrió con su ex pareja Claudia Villafañe se conoció en 2017, cuando Diego la acusó de “ladrona” y la demandó por supuestos manejos ilegales en la división de bienes tras su divorcio y por haberse quedado con camisetas de fútbol que le pertenecían.#

Sin olvido, con la rabia de los hambrientos de gloria

Por Juan Miguel Bigrevich

Su enorme talento le permitió crecer, alcanzar la fama, el dinero y cruzar una peligrosa frontera que deriva en la impunidad. Nunca se consideró ser un ejemplo de nada. Pero opinó de todo. Ha tenido definiciones muy ocurrentes y otras mejor ni recordarlas. Supo ofrecer gestos sublimes, pero también actitudes abyectas. Fue una contradicción andante. Como cualquiera de nosotros. Tan humano.

Ayer, a los 60 años, falleció. Con dolores por adentro y por afuera, dijo chau, no va más. Y se fue como ese pájaro rápido y voraz que era. Una marea humana lo acompañará hasta su descanso final. Será una despedida incomparable a uno de sus artistas más amados. Porque nos dio felicidad. Lo que lo vimos pleno, los que vieron a la leyenda, los que aclamaron su sombra y los que acecharon su fracaso.

Transmitió al mundo su arte envasado en un físico retacón exponiendo su imagen de rebelde con y sin causa dentro y fuera de las canchas. Y condujo, con la rabia de los hambrientos de gloria. Su mirada altiva y desafiante; torva y desconfiada la siguió por todos lados. Y fue dueño de su propio estilo y una personalidad desbordante que se impuso sin hablar, por simple acto de presencia, por natural transmisión de superioridad. Moderno César al volver a Roma tras una nueva conquista en su apogeo hormonal hizo vibrar a un pueblo entero con su magia, era antes de su muerte una sombra cruel de su propio eclipse. En las retinas sigue siendo esa fantasía visual, De cuna marginal. De una niñez carenciada y de una mayoría de edad plagada de excesos. Y se escuchan los gritos de una muchedumbre que parecen rebotar desde algún eco lejano. Y se ven. Sus emociones. Y las nuestras.

Habrá reconocimientos por doquier. Y, por supuesto pasarán sus jugadas memorables y sus arrebatos. Gladiador de mil batallas que nunca dio ni pidió tregua. Se fue el mejor jugador de todos en el juego que mejor juegan los argentinos. Diego. El que hizo salir a la calle a una Bangladesh fracturada tras sus goles a la pérfida Albion. Diego. El padre abandónico. Diego. El que hizo una huelga para que los de la Primera D cobren. Algo. Diego. El de la marca registrada. Diego. El de los días felices. Diego. El fiestero. Diego. El que le daba de comer a los chicos de La Candela. Diego. El crack. Diego. El provocador. Diego. El falopero. Diego. El corajudo. Diego. El contradictorio. Diego. El hombre. Diego. El desprotegido. El de la mano de Dios y la zurda del diablo. Siempre Diego. El Pelusa de Fiorito. Que se apellida Maradona.Ese que con la sola mención de su nombre consigue dibujar una sonrisa, henchir de orgullo los corazones y modular las voces con el timbre del entusiasmo. El nacimiento de la leyenda de un pobre y pequeño mortal que ayudó a un país a superar sus tristezas, más allá que las desdichas vuelven y ya no hay un Diego disponible. Se fue a volar y nunca más lo atraparon.#


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