Un “playboy” que se codeó con el jet set

La Convertibilidad, el plan de privatizaciones masivas y el mega endeudamiento no fueron las únicas huellas que dejó el fallecido ex presidente Carlos Menem en su paso por la Casa Rosada.

14 FEB 2021 - 20:17 | Actualizado

Su gestión estuvo desde el principio salpicada por todo tipo de escándalos, algunos de ellos vinculados a causas de corrupción y otros a hechos como la no esclarecida muerte de su hijo en un supuesto accidente de helicóptero, y el asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas en Pinamar.

Cultor de una imagen icónica de “playboy”, Menem inauguró un estilo propio de líder seductor y carismático, cercano a la frivolidad y la farandulización de la política, a tono con los aires que soplaban en la década de los 90.

Se codeó con el jet set de la época, y se lo recuerda, entre tantas otras cosas, por recibir a las grandes luminarias nacionales e internacionales, tanto del ámbito del deporte como del espectáculo.

La imagen de Carlos Menem conduciendo una lujosa Ferrari roja -un regalo de 120.000 dólares de un empresario italiano, potencial contratista del Estado- por la ruta a más de 190 kilómetros por hora para llegar a Pinamar, vulnerando todas las reglas de tránsito, fue un símbolo de cómo se exhibía y se hacía alarde del poder en una época dominada por la frivolidad y la promiscuidad entre la política y sectores del establishment económico.

La farándula y los lujos

Máximo exponente de la relación entre la política y la farándula, Menem fue capaz de unir el universo de lo popular con la suntuosidad y el lujo desmedido. Pizza con champagne.

Seductor nato, Menem nunca ocultó su afición por las mujeres y en general por una vida de placeres superfluos.

Con estilo innovador y descontracturado, Menem hacía gala de una forma de vestir con trajes de primeras marcas, de colores llamativos. Muy amigo de los medios de comunicación, trabó vínculos con los principales animadores del espectáculo televisivo de la época como Susana Giménez o Gerardo Sofovich.

En la Quinta de Olivos se organizaban veladas con celebridades del deporte y del espectáculo. Algunos de los encuentros internacionales fueron con Claudia Schiffer, Xuxa, Madonna y los Rolling Stones. Pero una de las veladas más recordadas fue con Charly García, quien tocó canciones en vivo con su teclado.

Con el astro del fútbol Diego Maradona también entabló una relación de mutuo afecto, juntos organizaron un partido a beneficio en 1989 en el estadio de Vélez, donde Menem se calzó la camiseta de la selección.

Repitió lo mismo con la selección argentina de básquet, compartiendo cancha en el Luna Park con figuras como “Pichi” Campana y el “Gigante” González. Años después se juntaría en Mar del Plata con la megaestrella de la NBA “Magic” Johnson.

En pleno apogeo de la NASA norteamericana, Menem dio la nota en 1996 prometiendo la instalación de una base espacial en Córdoba de la cual partirían, en un futuro cercano, cohetes espaciales que llegarían a Japón o Corea en una hora y media.

14 FEB 2021 - 20:17

Su gestión estuvo desde el principio salpicada por todo tipo de escándalos, algunos de ellos vinculados a causas de corrupción y otros a hechos como la no esclarecida muerte de su hijo en un supuesto accidente de helicóptero, y el asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas en Pinamar.

Cultor de una imagen icónica de “playboy”, Menem inauguró un estilo propio de líder seductor y carismático, cercano a la frivolidad y la farandulización de la política, a tono con los aires que soplaban en la década de los 90.

Se codeó con el jet set de la época, y se lo recuerda, entre tantas otras cosas, por recibir a las grandes luminarias nacionales e internacionales, tanto del ámbito del deporte como del espectáculo.

La imagen de Carlos Menem conduciendo una lujosa Ferrari roja -un regalo de 120.000 dólares de un empresario italiano, potencial contratista del Estado- por la ruta a más de 190 kilómetros por hora para llegar a Pinamar, vulnerando todas las reglas de tránsito, fue un símbolo de cómo se exhibía y se hacía alarde del poder en una época dominada por la frivolidad y la promiscuidad entre la política y sectores del establishment económico.

La farándula y los lujos

Máximo exponente de la relación entre la política y la farándula, Menem fue capaz de unir el universo de lo popular con la suntuosidad y el lujo desmedido. Pizza con champagne.

Seductor nato, Menem nunca ocultó su afición por las mujeres y en general por una vida de placeres superfluos.

Con estilo innovador y descontracturado, Menem hacía gala de una forma de vestir con trajes de primeras marcas, de colores llamativos. Muy amigo de los medios de comunicación, trabó vínculos con los principales animadores del espectáculo televisivo de la época como Susana Giménez o Gerardo Sofovich.

En la Quinta de Olivos se organizaban veladas con celebridades del deporte y del espectáculo. Algunos de los encuentros internacionales fueron con Claudia Schiffer, Xuxa, Madonna y los Rolling Stones. Pero una de las veladas más recordadas fue con Charly García, quien tocó canciones en vivo con su teclado.

Con el astro del fútbol Diego Maradona también entabló una relación de mutuo afecto, juntos organizaron un partido a beneficio en 1989 en el estadio de Vélez, donde Menem se calzó la camiseta de la selección.

Repitió lo mismo con la selección argentina de básquet, compartiendo cancha en el Luna Park con figuras como “Pichi” Campana y el “Gigante” González. Años después se juntaría en Mar del Plata con la megaestrella de la NBA “Magic” Johnson.

En pleno apogeo de la NASA norteamericana, Menem dio la nota en 1996 prometiendo la instalación de una base espacial en Córdoba de la cual partirían, en un futuro cercano, cohetes espaciales que llegarían a Japón o Corea en una hora y media.


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