Un Hospital salvado por un milagro del viento

A metros de una pared de fuego, de un bosque al rojo vivo, la naturaleza obró un milagro. Fue en El Hoyo, donde las llamas amenazaron las instalaciones del Hospital Rural.

14 MAR 2021 - 20:57 | Actualizado

Por Ismael Tebes / @ismatebes

A pocos minutos de evacuar a los pacientes y al personal debido al avance del fuego, un inesperado cambio en la dirección del viento, alejó el peligro y generó una de las historias del peor incendio en la Comarca. “Llevo 12 radicado en El Hoyo y desde hace 5 años soy director del Hospital. Llevo cuatro incendios forestales pero ninguno como éste. La velocidad y la ferocidad del fuego yo no la había vivido nunca. Fue rápido y muy complicado porque atacó por todos lados y el saldo que dejó fue lamentable”, dijo Febo Sosa, comodorense radicado en la Cordillera y responsable del Hospital.

“Mucha gente la está pasando mal. El fuego no dio tiempo a nada. Desde el primer momento, desde las 16 tuvimos un intenso trabajo hasta las 3. Tuvimos que hacer derivaciones a otros centros porque no tenemos complejidad y hubo pacientes derivados a El Maitén y a Esquel, algunos de gravedad con quemaduras menores, irritación ocular y problemas respiratorios”.

Lo que viene, el lento y tortuoso proceso de reconstrucción plantea revisar el esquema social y ayudar a quienes lo perdieron todo, menos el orgullo. “Ahora tenemos que contener el coletazo social; trabajar esta situación con Salud Mental y con trabajadores comunitarios en terreno. Es una tarea titánica porque recién comienza. Es desolador porque las familias huyeron de su casa, no pudieron sacar nada y salieron con lo puesto”, lamenta Sosa.

“Esto es muy chiquito. Acá no somos números, somos nombres. Y nos conocemos todos. Todos tenemos algún amigo; familiar o conocido que se quedó en la calle. Los trabajadores de la salud tenemos que ser lo más fríos posible pero tratamos con gente que nos cruzamos en la calle y el supermercado”.

Aventuró que al panorama desalentador post-incendio se suma una época del año difícil desde lo climático. “Tuvimos recursos humanos y material para afrontar el primer ataque y contener la situación. No nos vimos desbordados. Rescato el trabajo de los compañeros porque sin llamar nadie, todos se acercaron a colaborar, dejaron sus casas y sus familias. Y simplemente vinieron a ayudar”.

El director del Hospital de El Hoyo dijo que el cerro Piltriquitrón “se quemó en cinco horas” y que la situación extrema se vivió, a metros del fuego y con un avance imparable.

“Estaba en comunicación permanente con el ministro de Salud transmitiendo casi en vivo lo que pasaba. Y además atendiendo a pacientes. En el patio trasero del Hospital veíamos la cercanía de las llamas a 200 o 300 metros con la amenaza de tener que evacuar. Por un milagro o la mano de Dios, como quiera llamársele, el viento rotó y no tuvimos que hacerlo. Era el momento de mayor demanda y hubiera sido muy complejo”.

El cambio fortuito del viento hizo que el fuego se redireccionara. “Tuvimos la bendición de que no nos llegara pero estuvimos a media hora o quince minutos de tener que irnos del hospital”. En el exterior, personal y vehículos de Gendarmería y de Defensa Civil ya se disponían a trasladar personal y pacientes; con ambulancias preparadas para la peor situación. “Con las instalaciones si llegaba el fuego, lamentablemente no hubiéramos podido hacer nada”.

“Estamos –dijo Febo Sosa- medio acostumbrados. Todos los años tenemos incendios forestales y no es algo nuevo pero se sale adelante con la unión de los compañeros. Rescato el apoyo del personal para seguir y de la gente. No puedo dejar de agradecer los gestos y el apoyo moral. Lo que está llegando es monstruoso y sobrepasa todo lo que uno imagine. Todas estas cosas nos dan fuerzas para seguir”.#

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14 MAR 2021 - 20:57

Por Ismael Tebes / @ismatebes

A pocos minutos de evacuar a los pacientes y al personal debido al avance del fuego, un inesperado cambio en la dirección del viento, alejó el peligro y generó una de las historias del peor incendio en la Comarca. “Llevo 12 radicado en El Hoyo y desde hace 5 años soy director del Hospital. Llevo cuatro incendios forestales pero ninguno como éste. La velocidad y la ferocidad del fuego yo no la había vivido nunca. Fue rápido y muy complicado porque atacó por todos lados y el saldo que dejó fue lamentable”, dijo Febo Sosa, comodorense radicado en la Cordillera y responsable del Hospital.

“Mucha gente la está pasando mal. El fuego no dio tiempo a nada. Desde el primer momento, desde las 16 tuvimos un intenso trabajo hasta las 3. Tuvimos que hacer derivaciones a otros centros porque no tenemos complejidad y hubo pacientes derivados a El Maitén y a Esquel, algunos de gravedad con quemaduras menores, irritación ocular y problemas respiratorios”.

Lo que viene, el lento y tortuoso proceso de reconstrucción plantea revisar el esquema social y ayudar a quienes lo perdieron todo, menos el orgullo. “Ahora tenemos que contener el coletazo social; trabajar esta situación con Salud Mental y con trabajadores comunitarios en terreno. Es una tarea titánica porque recién comienza. Es desolador porque las familias huyeron de su casa, no pudieron sacar nada y salieron con lo puesto”, lamenta Sosa.

“Esto es muy chiquito. Acá no somos números, somos nombres. Y nos conocemos todos. Todos tenemos algún amigo; familiar o conocido que se quedó en la calle. Los trabajadores de la salud tenemos que ser lo más fríos posible pero tratamos con gente que nos cruzamos en la calle y el supermercado”.

Aventuró que al panorama desalentador post-incendio se suma una época del año difícil desde lo climático. “Tuvimos recursos humanos y material para afrontar el primer ataque y contener la situación. No nos vimos desbordados. Rescato el trabajo de los compañeros porque sin llamar nadie, todos se acercaron a colaborar, dejaron sus casas y sus familias. Y simplemente vinieron a ayudar”.

El director del Hospital de El Hoyo dijo que el cerro Piltriquitrón “se quemó en cinco horas” y que la situación extrema se vivió, a metros del fuego y con un avance imparable.

“Estaba en comunicación permanente con el ministro de Salud transmitiendo casi en vivo lo que pasaba. Y además atendiendo a pacientes. En el patio trasero del Hospital veíamos la cercanía de las llamas a 200 o 300 metros con la amenaza de tener que evacuar. Por un milagro o la mano de Dios, como quiera llamársele, el viento rotó y no tuvimos que hacerlo. Era el momento de mayor demanda y hubiera sido muy complejo”.

El cambio fortuito del viento hizo que el fuego se redireccionara. “Tuvimos la bendición de que no nos llegara pero estuvimos a media hora o quince minutos de tener que irnos del hospital”. En el exterior, personal y vehículos de Gendarmería y de Defensa Civil ya se disponían a trasladar personal y pacientes; con ambulancias preparadas para la peor situación. “Con las instalaciones si llegaba el fuego, lamentablemente no hubiéramos podido hacer nada”.

“Estamos –dijo Febo Sosa- medio acostumbrados. Todos los años tenemos incendios forestales y no es algo nuevo pero se sale adelante con la unión de los compañeros. Rescato el apoyo del personal para seguir y de la gente. No puedo dejar de agradecer los gestos y el apoyo moral. Lo que está llegando es monstruoso y sobrepasa todo lo que uno imagine. Todas estas cosas nos dan fuerzas para seguir”.#


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