Se cumplieron 39 años de la gesta de Malvinas. Hubo actos y homenajes en diferentes puntos de la provincia y todo el país. Después de casi cuatro décadas, no hay mejor lucha que el recuerdo de nuestros héroes, que fueron por la Patria a defender lo nuestro, aquello que no debió ser apropiado.
La memoria colectiva, el saber que las Malvinas son y serán argentinas, es lo que hay que seguir manteniendo vigente. Algo innegociable, más allá de los idas y vueltas propios de las diplomacias.
Por un lado, los que quedaron en terreno, entregando su vida por la causa. Y aquellos que pudieron volver y que hoy transmiten al resto de las generaciones el valor por la Patria, el amor por el país sin nada a cambio. Valores colectivos, en momentos en que suelen abundar los egoísmos, el sálvese quien pueda.
Esa llama, la que aún sigue viva, el sentimiento de pertenencia por nuestra tierra, lo que nos pertenece, pero también la imagen en la gloria de los que ya no están, es lo que debe proyectar hacia adelante para continuar con la discusión de la soberanía. No como una batalla sin sentido, sino como parte de nuestra cultura. Reivindicar la soberanía, no es sólo palabrerío, ideología sin sentido. Es la filosofía, el modo de sentir de un país, conforma su cosmovisión. El ser argentino.
Miles de historias contadas de heroísmo y las que están por descubrirse, son patrimonio de la humanidad que como país tenemos los argentinos. La defensa de las Islas Malvinas no tiene que ser una obligación, sino un sentir. Forma parte de lo que somos, de nuestra idiosincrasia. La lucha, es contra quienes niegan la historia, que buscan gobernar terrenos desde más de 12 mil kilómetros de distancia. Que buscan mantener el colonialismo bajo la amenaza bélica.
Hoy la Memoria Colectiva, la movilización, deber ser nuestra principal arma para combatir por nuestro territorio.
Se cumplieron 39 años de la gesta de Malvinas. Hubo actos y homenajes en diferentes puntos de la provincia y todo el país. Después de casi cuatro décadas, no hay mejor lucha que el recuerdo de nuestros héroes, que fueron por la Patria a defender lo nuestro, aquello que no debió ser apropiado.
La memoria colectiva, el saber que las Malvinas son y serán argentinas, es lo que hay que seguir manteniendo vigente. Algo innegociable, más allá de los idas y vueltas propios de las diplomacias.
Por un lado, los que quedaron en terreno, entregando su vida por la causa. Y aquellos que pudieron volver y que hoy transmiten al resto de las generaciones el valor por la Patria, el amor por el país sin nada a cambio. Valores colectivos, en momentos en que suelen abundar los egoísmos, el sálvese quien pueda.
Esa llama, la que aún sigue viva, el sentimiento de pertenencia por nuestra tierra, lo que nos pertenece, pero también la imagen en la gloria de los que ya no están, es lo que debe proyectar hacia adelante para continuar con la discusión de la soberanía. No como una batalla sin sentido, sino como parte de nuestra cultura. Reivindicar la soberanía, no es sólo palabrerío, ideología sin sentido. Es la filosofía, el modo de sentir de un país, conforma su cosmovisión. El ser argentino.
Miles de historias contadas de heroísmo y las que están por descubrirse, son patrimonio de la humanidad que como país tenemos los argentinos. La defensa de las Islas Malvinas no tiene que ser una obligación, sino un sentir. Forma parte de lo que somos, de nuestra idiosincrasia. La lucha, es contra quienes niegan la historia, que buscan gobernar terrenos desde más de 12 mil kilómetros de distancia. Que buscan mantener el colonialismo bajo la amenaza bélica.
Hoy la Memoria Colectiva, la movilización, deber ser nuestra principal arma para combatir por nuestro territorio.