El Bolsón: dos enfermeras con mucha vocación y pertenencia

Reconocimiento. Las enfermeras Elvira Blanco y Verónica Jhon se identifican con sus vecinos.
12 MAY 2021 - 20:13 | Actualizado

En el Día Internacional de la Enfermería, Elvira Blanco y Verónica Jhon dedicaron la jornada a vacunar a sus vecinos del barrio San José, en la zona norte de El Bolsón, donde todos los días atienden en el puesto sanitario. A punto de jubilarse, y con más de 30 años de profesión, Elvira Blanco valoró que “lo principal es el cariño y el respeto por el ser humano que está sufriendo, más allá de las dificultades que siempre surgen”.

Puntualizó que su mayor satisfacción ha sido “atender varias generaciones de las familias bolsonesas. Muchos ya son padres o adolescentes y también voy conociendo a sus nietos. Ya tengo todos los papeles en trámite y en cualquier momento me sale el retiro. Ahora volví a trabajar porque estoy vacunada contra el Covid, soy personal de riesgo”, agregó.

Acerca de su pertenencia con el barrio San José, recordó que “fui parte del vecindario, recién hace siete años me mudé. Acá crié a mis hijos, quienes ya son mujeres y hombres grandes”.

A su lado, Jhon graficó que “trabajo en Salud Pública desde hace 32 años, donde los primeros 10 años me desempeñé en intramuros, aprendiendo el abordaje de cada patología. Hace 22 años que estoy en el primer nivel, de los cuales 17 años me dediqué al centro sanitario del barrio Esperanza. Desde 2016, estoy en el barrio San José”.

Más allá de reconocer que “es una profesión que te tiene que gustar”, dijo que “el primer nivel es maravilloso para la enfermería, porque se trabaja más con la comunidad y en el seno de la familia. En cambio, en un hospital, es la relación más fría con un paciente anónimo. Quizás los familiares más cercanos vengan a visitarlo cuando esté internado, pero es diferente el trato con la gente del barrio, con la que se interactúa permanentemente”.

Valoró que las viejas prácticas de las sanadoras populares “forma parte de las tradiciones de la comunidad. Aún existen y es normal que se las consulte a la hora de curar un empacho, por ejemplo”.

A su turno, Blanco señaló que “creo en ellas y las respeto, es una cuestión cultural. Si una mamá piensa que midiendo con una cinta métrica a su hijo le hará bien, tranquilamente lo puede llevar. Lo que no recomendamos es la utilización de hierbas: hay quienes recetan un té de paico o ajenjo, por ejemplo, pero ya se sabe que hace mal a los más pequeños. Si bien sirven para algunas dolencias, a una criatura no. No se trata de prohibir, sino de aconsejar para que lo hagan bien”, insistió.

Entre las anécdotas laborales que quedaron en su memoria, detalló “aquella vez que en plena oscuridad tuve que atender un parto, solo ayudada por el chofer de la ambulancia que alumbraba con la linterna. Por suerte, todo salió bien”.

En tanto, para Jhon, la enfermera “es quien acompaña desde el nacimiento hasta la muerte. Lo más difícil es estar junto al paciente en el momento de su partida física. Si se trata de una cuestión natural, porque el paciente ya es grande, uno se despide bien y hasta se prepara. Ahora, si es de forma repentina o se trata de un niño o alguien joven, duele mucho”.

Sobre el plan de vacunación contra el Covid que están desarrollando en el centro de atención primaria de la salud, dijeron que “estamos de lunes a viernes y tratamos que las personas de riesgo vengan cerca del mediodía, cuando la atención médica ya está terminando y con la premisa de evitar aglomeraciones y contagios”.

Historia

El Día Internacional de la Enfermería se celebra el 12 de mayo en conmemoración del nacimiento de Florence Nightingale, considerada “la madre de la enfermería moderna”. Entre 1853 y 1856 tuvo lugar la llamada guerra de Crimea, en la que se enfrentaron el imperio ruso entre contra una coalición de países que incluía a Reino Unido, Inglaterra y al Imperio Otomano. Durante el conflicto, muchos soldados fueron heridos y murieron porque no había nadie para tratarlos.

Una enfermera llamada Florence Nightingale se ofreció como voluntaria para ir al campo de batalla y salvar vidas. Se estableció en el hospital Barrack y desde allí reformó los servicios de atención médica y de enfermería.

La mujer se hizo muy conocida por su extraordinaria labor humanitaria y su cruzada por el avance de las medidas de salud pública en todo el mundo, incluso se la llamó “la diosa linterna”.

Una vez finalizado el conflicto, en 1860, Florence creó una escuela de enfermería, que alcanzó gran fama y dio muchos profesionales al mundo. Dos años después de su muerte, en 1912, el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) estableció el 12 de mayo (fecha de su nacimiento) como Día Internacional de la Enfermería.

Con el tiempo, Estados Unidos y Canadá celebran toda una Semana Nacional de la Enfermería -del 6 al 12 de mayo-, donde se aprovecha a conceder las medallas Florence Nightingale en reconocimiento a las enfermeras y enfermeros más destacados en su profesión. Además, se preparan y difunden muchos materiales educativos de salud.#

Reconocimiento. Las enfermeras Elvira Blanco y Verónica Jhon se identifican con sus vecinos.
12 MAY 2021 - 20:13

En el Día Internacional de la Enfermería, Elvira Blanco y Verónica Jhon dedicaron la jornada a vacunar a sus vecinos del barrio San José, en la zona norte de El Bolsón, donde todos los días atienden en el puesto sanitario. A punto de jubilarse, y con más de 30 años de profesión, Elvira Blanco valoró que “lo principal es el cariño y el respeto por el ser humano que está sufriendo, más allá de las dificultades que siempre surgen”.

Puntualizó que su mayor satisfacción ha sido “atender varias generaciones de las familias bolsonesas. Muchos ya son padres o adolescentes y también voy conociendo a sus nietos. Ya tengo todos los papeles en trámite y en cualquier momento me sale el retiro. Ahora volví a trabajar porque estoy vacunada contra el Covid, soy personal de riesgo”, agregó.

Acerca de su pertenencia con el barrio San José, recordó que “fui parte del vecindario, recién hace siete años me mudé. Acá crié a mis hijos, quienes ya son mujeres y hombres grandes”.

A su lado, Jhon graficó que “trabajo en Salud Pública desde hace 32 años, donde los primeros 10 años me desempeñé en intramuros, aprendiendo el abordaje de cada patología. Hace 22 años que estoy en el primer nivel, de los cuales 17 años me dediqué al centro sanitario del barrio Esperanza. Desde 2016, estoy en el barrio San José”.

Más allá de reconocer que “es una profesión que te tiene que gustar”, dijo que “el primer nivel es maravilloso para la enfermería, porque se trabaja más con la comunidad y en el seno de la familia. En cambio, en un hospital, es la relación más fría con un paciente anónimo. Quizás los familiares más cercanos vengan a visitarlo cuando esté internado, pero es diferente el trato con la gente del barrio, con la que se interactúa permanentemente”.

Valoró que las viejas prácticas de las sanadoras populares “forma parte de las tradiciones de la comunidad. Aún existen y es normal que se las consulte a la hora de curar un empacho, por ejemplo”.

A su turno, Blanco señaló que “creo en ellas y las respeto, es una cuestión cultural. Si una mamá piensa que midiendo con una cinta métrica a su hijo le hará bien, tranquilamente lo puede llevar. Lo que no recomendamos es la utilización de hierbas: hay quienes recetan un té de paico o ajenjo, por ejemplo, pero ya se sabe que hace mal a los más pequeños. Si bien sirven para algunas dolencias, a una criatura no. No se trata de prohibir, sino de aconsejar para que lo hagan bien”, insistió.

Entre las anécdotas laborales que quedaron en su memoria, detalló “aquella vez que en plena oscuridad tuve que atender un parto, solo ayudada por el chofer de la ambulancia que alumbraba con la linterna. Por suerte, todo salió bien”.

En tanto, para Jhon, la enfermera “es quien acompaña desde el nacimiento hasta la muerte. Lo más difícil es estar junto al paciente en el momento de su partida física. Si se trata de una cuestión natural, porque el paciente ya es grande, uno se despide bien y hasta se prepara. Ahora, si es de forma repentina o se trata de un niño o alguien joven, duele mucho”.

Sobre el plan de vacunación contra el Covid que están desarrollando en el centro de atención primaria de la salud, dijeron que “estamos de lunes a viernes y tratamos que las personas de riesgo vengan cerca del mediodía, cuando la atención médica ya está terminando y con la premisa de evitar aglomeraciones y contagios”.

Historia

El Día Internacional de la Enfermería se celebra el 12 de mayo en conmemoración del nacimiento de Florence Nightingale, considerada “la madre de la enfermería moderna”. Entre 1853 y 1856 tuvo lugar la llamada guerra de Crimea, en la que se enfrentaron el imperio ruso entre contra una coalición de países que incluía a Reino Unido, Inglaterra y al Imperio Otomano. Durante el conflicto, muchos soldados fueron heridos y murieron porque no había nadie para tratarlos.

Una enfermera llamada Florence Nightingale se ofreció como voluntaria para ir al campo de batalla y salvar vidas. Se estableció en el hospital Barrack y desde allí reformó los servicios de atención médica y de enfermería.

La mujer se hizo muy conocida por su extraordinaria labor humanitaria y su cruzada por el avance de las medidas de salud pública en todo el mundo, incluso se la llamó “la diosa linterna”.

Una vez finalizado el conflicto, en 1860, Florence creó una escuela de enfermería, que alcanzó gran fama y dio muchos profesionales al mundo. Dos años después de su muerte, en 1912, el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) estableció el 12 de mayo (fecha de su nacimiento) como Día Internacional de la Enfermería.

Con el tiempo, Estados Unidos y Canadá celebran toda una Semana Nacional de la Enfermería -del 6 al 12 de mayo-, donde se aprovecha a conceder las medallas Florence Nightingale en reconocimiento a las enfermeras y enfermeros más destacados en su profesión. Además, se preparan y difunden muchos materiales educativos de salud.#


NOTICIAS RELACIONADAS