Con la llegada del invierno, las bandadas de avutardas ocupan los mallines y aportan su colorido al paisaje, con las cumbres de los cerros nevadas y el rojo de las lengas cubriendo las laderas.
A cada paso, Cholila sorprende con su policromía: el turquesa de los ríos creciendo con las primeras lluvias, el verde perenne de los bosques de cipreses, el azul incomparable de sus lagos y el amarillo de otoño que todavía persiste en los álamos.
El camino serpentea hasta llegar a la cabaña de Butch Cassidy, la primera referencia de la rica historia del lugar, que se prolonga con el edificio en ruinas de la primera escuela del maestro Vicente Calderón, y se extiende con la postal de aquella fábrica de cerveza de la familia Anzó (a principios del siglo XX con su propio lúpulo y cebada); los edificios de almacenes de ramos generales de los sirios libaneses Daher, Nataine, Boudargham y Breide, y termina con las construcciones de una colonia alemana de postguerra llegada a las costas del lago Mosquito.
Por los campos, cientos de vacas, caballos y ovejas dan testimonio de la tradición ganadera que dio fama a la localidad para ofrecer “la mejor carne del mundo”, sustentada en la calidad de sus pastos naturales y en la genética animal introducida en los últimos años. Con todo, los lugareños hacen gala de su orgullo de pertenecer a un linaje cordillerano muy especial , con varias generaciones a lo largo de un siglo dedicadas a las actividades rurales.
Cabe recordar que hacia 1910 eran apenas 14 familias dispersas las que ocupaban los valles de Cholila. En su totalidad, habían arribado desde Chile beneficiadas por la Ley de Hogar impulsaba por el gobierno argentino para poblar la frontera en tiempos en que los límites aún eran difusos y con poderosos intereses en juego. A cada uno de los pioneros se le asignó 625 hectáreas para el pastoreo de su hacienda y desarrollar emprendimientos productivos, como sembrar trigo y plantar frutales.
Colonia
Por aquellos años, también apareció en escena el plan de crear una colonia norteamericana sobre 730.000 hectáreas ubicadas entre el lago Mascardi y Cholila, impulsaba por los hermanos Ralph y George Newbery (padre y tío del famoso aviador) y con el aval del presidente Julio A. Roca, incluyendo una publicación en Texas en búsqueda de colonos interesados en viajar al sur. Producto de dicho proyecto, llegaron Butch Cassidy, Sundance Kid y Etta Place, líderes de una temible banda de asaltantes de bancos y trenes, quienes construyeron la famosa cabaña a orillas del río Blanco.
En la actualidad, el turismo es la principal actividad económica de los lugareños. El destino es conocido mundialmente por la excelencia de la pesca en los cuatro lagos de su jurisdicción (Mosquito, Lezana, Rivadavia y Cholila); sumando además al río Carrileufu con sus flotadas en busca del salmón encerrado. En los meses de verano, también se puede hacer travesías en kayak, trekking por los cerros o cabalgatas de todo un día para conocer lugares recónditos como Los Laguitos, el cerro La Momia o el arroyo Turco.
Esqui
Si las restricciones por la pandemia lo permiten, este invierno también se podrá practicar esquí de travesía, un deporte que se viene desarrollando desde hace 10 años en el cordón Leleque, “con una superficie de más de 30 km de extensión y con pendientes hacia el este y hacia el oeste, que cargan muchísima nieve sobre los 900 msnm. Son cordilleras con un metro y medio de nieve, donde existen varios puestos de veranada de los ganaderos. Son lugares que muchas veces utilizamos como refugios para pasar la noche. Se transforman en la infraestructura indispensable luego de largas jornadas de esquí intenso”, detalló el secretario de Turismo, Darío Calfunao.
“Hay ocasiones –agregó- en que hacemos travesías programadas, con circuitos de uno o más días. Son escenarios que nos permiten hasta una semana de actividad y que motivan al visitante a seguir explorando”. Otro de los puntos privilegiados para el esquí de montaña es el cerro tres Picos (2500 m), en una zona conocida como “Los arbolitos”, que permite descensos prolongados. De igual modo, el municipio construyó varios miradores turísticos: en la Villa Lago Rivadavia, permite una hermosa panorámica del poblado (con sus lodges y restaurantes), además del cerro La Momia y todo el encanto del río Carrilefu.Hay otro saliendo de El Rincón, donde se puede observar el potencial de la ganadería.
Con la llegada del invierno, las bandadas de avutardas ocupan los mallines y aportan su colorido al paisaje, con las cumbres de los cerros nevadas y el rojo de las lengas cubriendo las laderas.
A cada paso, Cholila sorprende con su policromía: el turquesa de los ríos creciendo con las primeras lluvias, el verde perenne de los bosques de cipreses, el azul incomparable de sus lagos y el amarillo de otoño que todavía persiste en los álamos.
El camino serpentea hasta llegar a la cabaña de Butch Cassidy, la primera referencia de la rica historia del lugar, que se prolonga con el edificio en ruinas de la primera escuela del maestro Vicente Calderón, y se extiende con la postal de aquella fábrica de cerveza de la familia Anzó (a principios del siglo XX con su propio lúpulo y cebada); los edificios de almacenes de ramos generales de los sirios libaneses Daher, Nataine, Boudargham y Breide, y termina con las construcciones de una colonia alemana de postguerra llegada a las costas del lago Mosquito.
Por los campos, cientos de vacas, caballos y ovejas dan testimonio de la tradición ganadera que dio fama a la localidad para ofrecer “la mejor carne del mundo”, sustentada en la calidad de sus pastos naturales y en la genética animal introducida en los últimos años. Con todo, los lugareños hacen gala de su orgullo de pertenecer a un linaje cordillerano muy especial , con varias generaciones a lo largo de un siglo dedicadas a las actividades rurales.
Cabe recordar que hacia 1910 eran apenas 14 familias dispersas las que ocupaban los valles de Cholila. En su totalidad, habían arribado desde Chile beneficiadas por la Ley de Hogar impulsaba por el gobierno argentino para poblar la frontera en tiempos en que los límites aún eran difusos y con poderosos intereses en juego. A cada uno de los pioneros se le asignó 625 hectáreas para el pastoreo de su hacienda y desarrollar emprendimientos productivos, como sembrar trigo y plantar frutales.
Colonia
Por aquellos años, también apareció en escena el plan de crear una colonia norteamericana sobre 730.000 hectáreas ubicadas entre el lago Mascardi y Cholila, impulsaba por los hermanos Ralph y George Newbery (padre y tío del famoso aviador) y con el aval del presidente Julio A. Roca, incluyendo una publicación en Texas en búsqueda de colonos interesados en viajar al sur. Producto de dicho proyecto, llegaron Butch Cassidy, Sundance Kid y Etta Place, líderes de una temible banda de asaltantes de bancos y trenes, quienes construyeron la famosa cabaña a orillas del río Blanco.
En la actualidad, el turismo es la principal actividad económica de los lugareños. El destino es conocido mundialmente por la excelencia de la pesca en los cuatro lagos de su jurisdicción (Mosquito, Lezana, Rivadavia y Cholila); sumando además al río Carrileufu con sus flotadas en busca del salmón encerrado. En los meses de verano, también se puede hacer travesías en kayak, trekking por los cerros o cabalgatas de todo un día para conocer lugares recónditos como Los Laguitos, el cerro La Momia o el arroyo Turco.
Esqui
Si las restricciones por la pandemia lo permiten, este invierno también se podrá practicar esquí de travesía, un deporte que se viene desarrollando desde hace 10 años en el cordón Leleque, “con una superficie de más de 30 km de extensión y con pendientes hacia el este y hacia el oeste, que cargan muchísima nieve sobre los 900 msnm. Son cordilleras con un metro y medio de nieve, donde existen varios puestos de veranada de los ganaderos. Son lugares que muchas veces utilizamos como refugios para pasar la noche. Se transforman en la infraestructura indispensable luego de largas jornadas de esquí intenso”, detalló el secretario de Turismo, Darío Calfunao.
“Hay ocasiones –agregó- en que hacemos travesías programadas, con circuitos de uno o más días. Son escenarios que nos permiten hasta una semana de actividad y que motivan al visitante a seguir explorando”. Otro de los puntos privilegiados para el esquí de montaña es el cerro tres Picos (2500 m), en una zona conocida como “Los arbolitos”, que permite descensos prolongados. De igual modo, el municipio construyó varios miradores turísticos: en la Villa Lago Rivadavia, permite una hermosa panorámica del poblado (con sus lodges y restaurantes), además del cerro La Momia y todo el encanto del río Carrilefu.Hay otro saliendo de El Rincón, donde se puede observar el potencial de la ganadería.