En un hecho inédito en el país, este miércoles a las 8:30 dio inicio al juicio contra el sargento Elías Saavedra quien el pasado 26 de marzo del 2020 ultimó de un disparo con su arma reglamentaria a la perra “Tita”, quien estaba en la calle frente a su vivienda en Playa Unión. El hecho es considerado inédito en el país porque es el primer juicio contra un servidor público donde se considera al animal como persona no humana. Al policía se le imputa el delito de maltrato animal y abuso de autoridad.
Se trata de Elías Saavedra, acusado por la Fiscalía de haber disparado y matado con su arma reglamentaria a una perra mestiza en un hecho ocurrido el 26 de marzo del 2020 frente a una vivienda ubicada sobre calle Teniente Coronel Roa 2202 de Playa Unión.
El debate es presidido por Gustavo Castro, en tanto que la acusación está a cargo del fiscal general Fernando Rivarola y María Eugenia Domínguez, funcionaria del Ministerio Público Fiscal; mientras que el Doctor Omar López, de la Defensa Pública tiene a su cargo la representación legal de Marionella Castillo, querellante en esta causa. El policía Saavedra es representado en el juicio por los abogados particulares Martín Castro y Rodrigo Miquelarena
Acusación
Fiscalía afirmó en la presentación de la acusación que a lo largo del juicio quedará demostrado que es un caso de maltrato animal y explicó que la perra Tita, un can mestizo de un año y tres meses, murió a raíz de las heridas producidas por un disparo del imputado, en un episodio ocurrido alrededor de las 14 horas del 26 de marzo de 2020, durante una recorrida que realizaba en Playa Unión en el marco de los controles que se efectuaban para dar cumplimiento a las medidas sanitarias dispuestas por la pandemia de coronavirus.
De acuerdo a ese relato, Saavedra habría efectuado el disparo tras ser mordido por la perra en su pierna izquierda, lo que habría motivado su conducta “abusando del uso de sus funciones, en un acto de crueldad”.
Si bien la teoría del caso de la querella es similar a la de Fiscalía, López negó que el policía hubiera sido mordido por la mascota perteneciente a la familia de Marianella Castillo.
El defensor público afirmó asimismo que de acuerdo al marco jurídico vigente en el país, se pena el maltrato animal y en ese sentido considera a los animales como “seres sintientes”, los cuales pueden ser puestos en un contexto de sufrimiento.
También afirmó que la perra Tita formaba parte de una familia multiespecie, en la que convivían la querellante, su pareja Maximiliano Muñoz, sus dos hijos y otras mascotas.
La querellante en la causa y propietaria del can muerto fue la primera testigo en el inicio del debate oral y público. La mujer relató que vive en una zona de Playa Unión que es de por sí muy tranquila, pero que esa situación se había potenciado por las medidas restrictivas de circulación que se impusieron en las primeras semanas de la pandemia en nuestro país.
Recordó que aquel día su marido llegó de hacer compras y la perra aprovechó la llegada del auto familiar para salir al exterior.
Fue en los minutos posteriores cuando a raíz de los insistentes ladridos de Tita observó por la ventana a un policía que salía de una construcción linder, y luego observó a la perra correr en dirección a la otra calle, ya que su vivienda está ubicada en una esquina.
Alertada por los insistentes ladridos de su mascota, salió al exterior donde ya estaba su pareja y fue en esos momentos que escuchó el disparo de arma de fuego.
Castillo dijo haber visto a la perra tirada en el piso y a su marido a un costado de la mascota, mientras el policía Saavedra corría con el arma en su mano rumbo al móvil policial.
La querellante aseguró haber corrido al policía y darle alcance cuando este arrancaba el auto, pero con la marcha del coche se cayó y luego al volver hacia su casa se desvaneció, tras lo cual fue auxiliada por vecinos.
En su extenso testimonio dio detalles sobre la llegada de móviles policiales al lugar como así también del acompañamiento de sus vecinos, hasta el momento en que su pareja le comunicó que el profesional veterinario que había atendido a la perra Tita no había podido salvar su vida y debió sacrificarla.
Dijo que ni ella ni su marido observaron que la perra haya mordido al policía. Negó también que el policía haya sido agredido o golpeado por su pareja conviviente. “La perra nunca mordió a nadie y al policía solamente le ladró”, dijo la mujer.
Manifestó que tras las averiguaciones previas y al momento de realizar la denuncia, nunca pudo lograr que le dijeran el nombre del efectivo que disparó contra la perra. Además dio detalles de cómo los efectivos intentaban de manera subrepticia alterar el lugar donde había caído el casquillo de la bala, aunque sin identificar con precisión a esos policías.
Luego declaró una vecina de la familia, que también escuchó el disparo sin observar visualmente esa circunstancia. Se trata de Viviana Baragat, una operaria de una planta procesadora de pescado.
Entre los testigos también declaró la vecina Gladys Villanueva, amiga y vecina de la familia de la perra Tita.
En su casa tiene 5 cámaras de seguridad en donde se observa el paso del patrullero con los tres efectivos policiales que fueron al procedimiento que culminó de manera imprevista con la muerte de la perra Tita.
Policías
La testigo agente Solange Chacano, con servicio en la Comisaría de Playa Unión, participó del operativo en compañía del sargento Saavedra en búsqueda de la obra en construcción denunciada por violar normas impuestas por la pandemia del COVID. La mujer se quedó en el vehículo y observó cómo la perra Tita corría al policía y “le saltaba a la cara con intenciones de morderlo”. Dijo que antes el policía “había amagado con tirarle piedras”, pero que la perra insistía con su actitud agresiva.
Destacó que “nunca vio” que la perra lo mordiese al efectivo, que en esas circunstancias cargó el arma y le disparó.
También declaró el sargento primero Mario Pala, que iba al mando de la comisión policial y que no observó la circunstancia precisa del disparo que ultimó a la perra ya que estaba inspeccionando otra obra en construcción, informó un parte judicial.
Dijo que Saavedra reconoció haberle disparado al perro y que ante la agresión de los dueños del perro que a pedradas atacaron a los policías y al patrullero, le dio orden a Saavedra de que se vaya del lugar.
Hoy desde las 8.30 horas continuará el juicio que es presidido por el juez Gustavo Castro.
Se presentaron integrantes de la familia del pequeño a quien en el año 2016, junto a la agente Vanina Luque, el imputado le salvó la vida cuando sufrió un problema de salud en su vivienda.
Por entonces al niño de 2 años le practicaron RCP y trasladaron al Minihospital de la villa balnearia.
“El policía Saavedra miente”
Marianella Castillo, integrante de la familia multiespecie en donde se encontraba la perra “Tita”, aseguró que el policía enjuiciado “es una persona con un carácter alterado psicológicamente y vuelvo a decir que está mintiendo”. Para ella es un servidor público “que miente y trata de armar una causa, también se autoflagela porque nadie vio a Tita morderlo. Entonces esas heridas que mostró quién se las hizo, se hizo morder por otro perro”, se preguntó.
Para Castillo, el acusado “no tiene que ser más policía porque es peligrosos”, y asegura que le “genera temor” que siga siendo policía y siga pasando por el frente de su casa. “Hoy la Policía me da miedo” remarcó y pidió que “le saquen el arma para siempre”.
No mordió
Sobre la reacción del efectivo policial reiteró que ningún testigo vio que la perra lo haya mordido, por lo que él podría haber reaccionado de otra maner: “La hubiera pateado, pegado con la tonfa o se hubiera subido al patrullero”. Además afirmó que después de lo ocurrido, Saavedra “abandonó la zona y dejó a todos sus compañeros ahí”.
Comentó la compañera de la mascota que la perra al momento de recibir el disparo ingresó corriendo a la casa y se escondió debajo de la cama de su hija. De allí inmediatamente la llevaron a una veterinaria de Playa Unión donde la tuvieron que sacrificar ya que llegó apenas respirando y convulsionando. Es que el disparo “le perforó los pulmones y pulverizó vértebras”,.
Otro aspecto en el cual hizo hincapié es que ella consideraba a Tita como un integrante más de la familia. “La quería y cuidaba como a un hijo” por eso “nos consideramos una familia multiespecie”.
Si bien la acusación la lleva adelante el Ministerio Público Fiscal y en el juicio estaba presente el fiscal de Rawson, Fernando Rivarola, la familia es querellante con los defensores públicos Omar López y Damián D’Antonio representándolos.
Conmovedores
Precisamente D’Antonio destacó que en esta primera jornada del juicio entienden que “se viene confirmando lo que sostenemos” sobre cómo ocurrieron los hechos.
Calificó a los testimonios como “conmovedores” por el relato de los hechos, pero también del vínculo que tenía la familia con la perra Tita.
Por su parte uno de los defensores del policía, Rodrigo Miquelarena, expresó que no es la primera vez que hay “un perro agrediendo a un uniformado” y adelantó que el acusado “quiere hablar y dar su versión de los hechos”. A Elías Saavedra también lo defiende en conjunto con Miquelarena el abogado Martín Castro.
En un hecho inédito en el país, este miércoles a las 8:30 dio inicio al juicio contra el sargento Elías Saavedra quien el pasado 26 de marzo del 2020 ultimó de un disparo con su arma reglamentaria a la perra “Tita”, quien estaba en la calle frente a su vivienda en Playa Unión. El hecho es considerado inédito en el país porque es el primer juicio contra un servidor público donde se considera al animal como persona no humana. Al policía se le imputa el delito de maltrato animal y abuso de autoridad.
Se trata de Elías Saavedra, acusado por la Fiscalía de haber disparado y matado con su arma reglamentaria a una perra mestiza en un hecho ocurrido el 26 de marzo del 2020 frente a una vivienda ubicada sobre calle Teniente Coronel Roa 2202 de Playa Unión.
El debate es presidido por Gustavo Castro, en tanto que la acusación está a cargo del fiscal general Fernando Rivarola y María Eugenia Domínguez, funcionaria del Ministerio Público Fiscal; mientras que el Doctor Omar López, de la Defensa Pública tiene a su cargo la representación legal de Marionella Castillo, querellante en esta causa. El policía Saavedra es representado en el juicio por los abogados particulares Martín Castro y Rodrigo Miquelarena
Acusación
Fiscalía afirmó en la presentación de la acusación que a lo largo del juicio quedará demostrado que es un caso de maltrato animal y explicó que la perra Tita, un can mestizo de un año y tres meses, murió a raíz de las heridas producidas por un disparo del imputado, en un episodio ocurrido alrededor de las 14 horas del 26 de marzo de 2020, durante una recorrida que realizaba en Playa Unión en el marco de los controles que se efectuaban para dar cumplimiento a las medidas sanitarias dispuestas por la pandemia de coronavirus.
De acuerdo a ese relato, Saavedra habría efectuado el disparo tras ser mordido por la perra en su pierna izquierda, lo que habría motivado su conducta “abusando del uso de sus funciones, en un acto de crueldad”.
Si bien la teoría del caso de la querella es similar a la de Fiscalía, López negó que el policía hubiera sido mordido por la mascota perteneciente a la familia de Marianella Castillo.
El defensor público afirmó asimismo que de acuerdo al marco jurídico vigente en el país, se pena el maltrato animal y en ese sentido considera a los animales como “seres sintientes”, los cuales pueden ser puestos en un contexto de sufrimiento.
También afirmó que la perra Tita formaba parte de una familia multiespecie, en la que convivían la querellante, su pareja Maximiliano Muñoz, sus dos hijos y otras mascotas.
La querellante en la causa y propietaria del can muerto fue la primera testigo en el inicio del debate oral y público. La mujer relató que vive en una zona de Playa Unión que es de por sí muy tranquila, pero que esa situación se había potenciado por las medidas restrictivas de circulación que se impusieron en las primeras semanas de la pandemia en nuestro país.
Recordó que aquel día su marido llegó de hacer compras y la perra aprovechó la llegada del auto familiar para salir al exterior.
Fue en los minutos posteriores cuando a raíz de los insistentes ladridos de Tita observó por la ventana a un policía que salía de una construcción linder, y luego observó a la perra correr en dirección a la otra calle, ya que su vivienda está ubicada en una esquina.
Alertada por los insistentes ladridos de su mascota, salió al exterior donde ya estaba su pareja y fue en esos momentos que escuchó el disparo de arma de fuego.
Castillo dijo haber visto a la perra tirada en el piso y a su marido a un costado de la mascota, mientras el policía Saavedra corría con el arma en su mano rumbo al móvil policial.
La querellante aseguró haber corrido al policía y darle alcance cuando este arrancaba el auto, pero con la marcha del coche se cayó y luego al volver hacia su casa se desvaneció, tras lo cual fue auxiliada por vecinos.
En su extenso testimonio dio detalles sobre la llegada de móviles policiales al lugar como así también del acompañamiento de sus vecinos, hasta el momento en que su pareja le comunicó que el profesional veterinario que había atendido a la perra Tita no había podido salvar su vida y debió sacrificarla.
Dijo que ni ella ni su marido observaron que la perra haya mordido al policía. Negó también que el policía haya sido agredido o golpeado por su pareja conviviente. “La perra nunca mordió a nadie y al policía solamente le ladró”, dijo la mujer.
Manifestó que tras las averiguaciones previas y al momento de realizar la denuncia, nunca pudo lograr que le dijeran el nombre del efectivo que disparó contra la perra. Además dio detalles de cómo los efectivos intentaban de manera subrepticia alterar el lugar donde había caído el casquillo de la bala, aunque sin identificar con precisión a esos policías.
Luego declaró una vecina de la familia, que también escuchó el disparo sin observar visualmente esa circunstancia. Se trata de Viviana Baragat, una operaria de una planta procesadora de pescado.
Entre los testigos también declaró la vecina Gladys Villanueva, amiga y vecina de la familia de la perra Tita.
En su casa tiene 5 cámaras de seguridad en donde se observa el paso del patrullero con los tres efectivos policiales que fueron al procedimiento que culminó de manera imprevista con la muerte de la perra Tita.
Policías
La testigo agente Solange Chacano, con servicio en la Comisaría de Playa Unión, participó del operativo en compañía del sargento Saavedra en búsqueda de la obra en construcción denunciada por violar normas impuestas por la pandemia del COVID. La mujer se quedó en el vehículo y observó cómo la perra Tita corría al policía y “le saltaba a la cara con intenciones de morderlo”. Dijo que antes el policía “había amagado con tirarle piedras”, pero que la perra insistía con su actitud agresiva.
Destacó que “nunca vio” que la perra lo mordiese al efectivo, que en esas circunstancias cargó el arma y le disparó.
También declaró el sargento primero Mario Pala, que iba al mando de la comisión policial y que no observó la circunstancia precisa del disparo que ultimó a la perra ya que estaba inspeccionando otra obra en construcción, informó un parte judicial.
Dijo que Saavedra reconoció haberle disparado al perro y que ante la agresión de los dueños del perro que a pedradas atacaron a los policías y al patrullero, le dio orden a Saavedra de que se vaya del lugar.
Hoy desde las 8.30 horas continuará el juicio que es presidido por el juez Gustavo Castro.
Se presentaron integrantes de la familia del pequeño a quien en el año 2016, junto a la agente Vanina Luque, el imputado le salvó la vida cuando sufrió un problema de salud en su vivienda.
Por entonces al niño de 2 años le practicaron RCP y trasladaron al Minihospital de la villa balnearia.
“El policía Saavedra miente”
Marianella Castillo, integrante de la familia multiespecie en donde se encontraba la perra “Tita”, aseguró que el policía enjuiciado “es una persona con un carácter alterado psicológicamente y vuelvo a decir que está mintiendo”. Para ella es un servidor público “que miente y trata de armar una causa, también se autoflagela porque nadie vio a Tita morderlo. Entonces esas heridas que mostró quién se las hizo, se hizo morder por otro perro”, se preguntó.
Para Castillo, el acusado “no tiene que ser más policía porque es peligrosos”, y asegura que le “genera temor” que siga siendo policía y siga pasando por el frente de su casa. “Hoy la Policía me da miedo” remarcó y pidió que “le saquen el arma para siempre”.
No mordió
Sobre la reacción del efectivo policial reiteró que ningún testigo vio que la perra lo haya mordido, por lo que él podría haber reaccionado de otra maner: “La hubiera pateado, pegado con la tonfa o se hubiera subido al patrullero”. Además afirmó que después de lo ocurrido, Saavedra “abandonó la zona y dejó a todos sus compañeros ahí”.
Comentó la compañera de la mascota que la perra al momento de recibir el disparo ingresó corriendo a la casa y se escondió debajo de la cama de su hija. De allí inmediatamente la llevaron a una veterinaria de Playa Unión donde la tuvieron que sacrificar ya que llegó apenas respirando y convulsionando. Es que el disparo “le perforó los pulmones y pulverizó vértebras”,.
Otro aspecto en el cual hizo hincapié es que ella consideraba a Tita como un integrante más de la familia. “La quería y cuidaba como a un hijo” por eso “nos consideramos una familia multiespecie”.
Si bien la acusación la lleva adelante el Ministerio Público Fiscal y en el juicio estaba presente el fiscal de Rawson, Fernando Rivarola, la familia es querellante con los defensores públicos Omar López y Damián D’Antonio representándolos.
Conmovedores
Precisamente D’Antonio destacó que en esta primera jornada del juicio entienden que “se viene confirmando lo que sostenemos” sobre cómo ocurrieron los hechos.
Calificó a los testimonios como “conmovedores” por el relato de los hechos, pero también del vínculo que tenía la familia con la perra Tita.
Por su parte uno de los defensores del policía, Rodrigo Miquelarena, expresó que no es la primera vez que hay “un perro agrediendo a un uniformado” y adelantó que el acusado “quiere hablar y dar su versión de los hechos”. A Elías Saavedra también lo defiende en conjunto con Miquelarena el abogado Martín Castro.