Grandes partidos de Alemania se reúnen para tratar de formar Gobierno

Los principales partidos de Alemania iniciaron hoy complicadas conversaciones con otras fuerzas para intentar formar el primer Gobierno pos-Angela Merkel, en medio de señales de que el bloque conservador de la canciller saliente, tras la peor elección de su historia, deberá ceder el poder a sus rivales socialdemócratas por primera vez en 16 años.

03 OCT 2021 - 12:45 | Actualizado

El inicio del proceso de consultas, que se prefigura muy prolongado, coincidió con el 31° aniversario de la reunificación alemana y una exhortación de Merkel, en el que se espera sea uno de sus últimos grandes discursos, a proteger la democracia alemana de los demagogos y a superar divisiones.

"Tenemos diferencias pero también cosas en común. Estén dispuestos a reunirse con los demás [...] y tengan la capacidad de soportar las diferencias", dijo Merkel en la ciudad oriental de Halle en el acto oficial central por la reunificación del Este y el Oeste del país, en 1990, tras su superación al término de la Segunda Guerra Mundial.

Las declaraciones se interpretaron como un llamado implícito a los partidos políticos de Alemania, motor político y económico de la Unión Europea (UE), para que superen sus divisiones tras las elecciones generales del 26 de septiembre, en un contexto de difíciles negociaciones para formar Gobierno que se estima podrían durar varios meses.

Muy probablemente, se necesitará una alianza de tres formaciones con programas muy distintos para alcanzar una mayoría, algo que no ocurría desde los años 1950.

La opción que de momento se considera más plausible es la de una coalición del Partido Socialdemócrata (SPD), que fue el más votado, con 25%, con los ecologistas de los Verdes y los liberales del FDP, una fuerza de derecha.

El SPD, liderado por Olaf Scholz, mantuvo hoy sus primeras reuniones por separado con los verdes y el FPD, informaron las agrupaciones en redes sociales.

"Creo que podemos conseguir buenos resultados rápidamente", dijo tras los contactos el líder del grupo parlamentario socialdemócrata, Rolf Mützenich, a la agencia de noticias alemana DPA.

El bloque conservador de Merkel también intenta aliarse con los Verdes y el FDP.

Aunque los democristianos de la CDU, a la que pertenece Merkel, salieran debilitados y divididos de su derrota electoral, la formación prevé reunirse por separado hoy con el FDP y el martes con los Verdes.

Su líder, Armin Laschet, al que se le atribuye el peor resultado electoral jamás obtenido por los conservadores en la historia de la Alemania moderna (un 24,1% de los votos), parece cada vez más amenazado.

Sus rivales dentro del partido, que defienden una línea más orientada a la derecha, ya se están posicionando de cara a una eventual sucesión. Otros reclaman una renovación "completa" del partido tras 16 años de Merkel.

Y en este contexto, incluso los liberales del FDP, pese a estar políticamente más cerca de los democristianos, parecen cada vez más reacios a aliarse con ellos.

En este contexto tenso, la canciller pidió a los alemanes que no pierdan de vista lo que, según ella, es una prioridad: la defensa de la democracia.

"A veces nos tomamos las cosas demasiado a la ligera cuando se trata de conquistas democráticas, como si no tuviéramos que hacer nada más" para defenderlas, lamentó.

"Pero estamos asistiendo, en el periodo actual, a un número creciente de ataques", consideró, citando agresiones contra minorías religiosas o étnicas, y los intentos "demagógicos de expandir, sin escrúpulos ni vergüenza, el odio y el resentimiento".

Merkel también exhortó a los alemanes del oeste a mostrar más "respeto" hacia sus conciudadanos del Este, después de que las elecciones estuvieran marcadas en esta parte del país -la antigua RDA- por un fuerte respaldo a la ultraderecha, incentivado por la sensación que tiene parte de su población de que los han abandonado.

03 OCT 2021 - 12:45

El inicio del proceso de consultas, que se prefigura muy prolongado, coincidió con el 31° aniversario de la reunificación alemana y una exhortación de Merkel, en el que se espera sea uno de sus últimos grandes discursos, a proteger la democracia alemana de los demagogos y a superar divisiones.

"Tenemos diferencias pero también cosas en común. Estén dispuestos a reunirse con los demás [...] y tengan la capacidad de soportar las diferencias", dijo Merkel en la ciudad oriental de Halle en el acto oficial central por la reunificación del Este y el Oeste del país, en 1990, tras su superación al término de la Segunda Guerra Mundial.

Las declaraciones se interpretaron como un llamado implícito a los partidos políticos de Alemania, motor político y económico de la Unión Europea (UE), para que superen sus divisiones tras las elecciones generales del 26 de septiembre, en un contexto de difíciles negociaciones para formar Gobierno que se estima podrían durar varios meses.

Muy probablemente, se necesitará una alianza de tres formaciones con programas muy distintos para alcanzar una mayoría, algo que no ocurría desde los años 1950.

La opción que de momento se considera más plausible es la de una coalición del Partido Socialdemócrata (SPD), que fue el más votado, con 25%, con los ecologistas de los Verdes y los liberales del FDP, una fuerza de derecha.

El SPD, liderado por Olaf Scholz, mantuvo hoy sus primeras reuniones por separado con los verdes y el FPD, informaron las agrupaciones en redes sociales.

"Creo que podemos conseguir buenos resultados rápidamente", dijo tras los contactos el líder del grupo parlamentario socialdemócrata, Rolf Mützenich, a la agencia de noticias alemana DPA.

El bloque conservador de Merkel también intenta aliarse con los Verdes y el FDP.

Aunque los democristianos de la CDU, a la que pertenece Merkel, salieran debilitados y divididos de su derrota electoral, la formación prevé reunirse por separado hoy con el FDP y el martes con los Verdes.

Su líder, Armin Laschet, al que se le atribuye el peor resultado electoral jamás obtenido por los conservadores en la historia de la Alemania moderna (un 24,1% de los votos), parece cada vez más amenazado.

Sus rivales dentro del partido, que defienden una línea más orientada a la derecha, ya se están posicionando de cara a una eventual sucesión. Otros reclaman una renovación "completa" del partido tras 16 años de Merkel.

Y en este contexto, incluso los liberales del FDP, pese a estar políticamente más cerca de los democristianos, parecen cada vez más reacios a aliarse con ellos.

En este contexto tenso, la canciller pidió a los alemanes que no pierdan de vista lo que, según ella, es una prioridad: la defensa de la democracia.

"A veces nos tomamos las cosas demasiado a la ligera cuando se trata de conquistas democráticas, como si no tuviéramos que hacer nada más" para defenderlas, lamentó.

"Pero estamos asistiendo, en el periodo actual, a un número creciente de ataques", consideró, citando agresiones contra minorías religiosas o étnicas, y los intentos "demagógicos de expandir, sin escrúpulos ni vergüenza, el odio y el resentimiento".

Merkel también exhortó a los alemanes del oeste a mostrar más "respeto" hacia sus conciudadanos del Este, después de que las elecciones estuvieran marcadas en esta parte del país -la antigua RDA- por un fuerte respaldo a la ultraderecha, incentivado por la sensación que tiene parte de su población de que los han abandonado.


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