Por Lorena Leeming / @loreleeming
La perspectiva de género tiene que ver con la sensibilidad. Pero se inicia desde otro lugar. Cuando interviene un fiscal ya el sistema fracasó porque tenemos lesiones o femicidios” deslizó Camila Banfi Saavedra. Es una de las dos ministras del Superior Tribunal de Justicia. En diciembre del año pasado este organismo luego de 64 años incorporó mujeres para conformar la cúpula. Dijo que se planteó en lo personal estar lo más cerca posible de la comunidad y respondió a las críticas sobre el consenso a la hora de su designación: “No hay forma de llegar a un consenso. Algunas críticas son constructivas y para aprender. Otras, las asumí como intereses personales. ¿Quién no quiere llegar?”.
Camila Banfi habló de todo. En una entrevista con Jornada hizo hincapié en sus inicios, en los objetivos desde su lugar en el Superior Tribunal y no esquivó hablar de las críticas de varios sectores respecto a la modalidad de su designación en el cargo. Es clara en sus conceptos y remarca todo el tiempo la importancia de aplicar a distintas causas la perspectiva de género que tiene que ver con una modalidad totalmente distinta de abordaje a temáticas que hoy ya el mundo reclama y que particularmente Chubut demuestra un gran avance.
Abogada y fiscal
Banfi se recibió de abogada en la UBA en 2006 (especialización Derecho Penal), en 2020 se tituló en México tras haber realizado un curso Superior en Violencia de Género, actualmente cursa una maestría en Genero, Sociedad y Política en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. Fue jueza de Faltas en Bariloche y desde el año 2010 se desempeñó en la Fiscalía de Comodoro Rivadavia hasta llegar a ser fiscal general jefa.
“Tengo muchas expectativas. En principio, que mujeres puedan ocupar cargos como ministras del Superior Tribunal de Justicia es importante. Además, que se pueda trabajar y tomar decisiones desde la perspectiva de género. La meta es importante pero el camino también es esencial. Desde la Universidad empecé a trabajar en Género, luego como becaria, también con mujeres vulnerables en distintos ámbitos. Siempre me fui haciendo un camino que me interesa y me marca el rumbo en esta perspectiva: cómo trabajar en el Poder Judicial como mujer y cumpliendo este rol, el fin es integrar la igualdad. Lo importante es esto: la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres”, resumió.
La primera audiencia
La primera audiencia que debutó como ministra fue justamente el pasado 8 de marzo, día de la mujer. “Fue ese día, y fue saber que durante 64 años no hubo mujeres. En mis trabajos anteriores la perspectiva de género tenía que ver con esto de la mirada transversal, de ponerse un lente. Es tratar las problemáticas desde un lugar completamente diferentes. Las desigualdades de las diferencias hacen que las mujeres estén más vulnerables” dijo.
Y ejemplificó: “Si hay mujeres imputadas, podías ver que si no trabajabas con perspectiva de género iban a ser diferentes los resultados del trabajo. En el caso de las mujeres víctimas hay todo un trabajo que hace a la sensibilidad: escucha activa, esperar que la victima pueda relatar lo que pasó más allá del tiempo. A veces, los tiempos de las víctimas no son los que lleva el sistema judicial. La perspectiva tiene que ver con la sensibilidad. Esto se inicia en otro lugar. Cuando interviene el fiscal ya el sistema fracasó: femicidios, lesiones”, detalló.
Educación argentina
Admitió Banfi que “con respecto a la Educación Argentina está avanzada en la Ley del ESI, con los cuidados que requiere en distintos niveles, Ley Micaela que nos ayuda a los operadores del sistema a formarnos, por citar algunos. En todos los ámbitos, en la universidad, organizaciones sociales. Es muy importante esto para no llegar a tener las desigualdades”, puntualizó.
Reveló la ministra que “muchos varones se van deconstruyendo. Nos va a costar mucho tiempo trabajar la temática. Es la sensibilidad que le está pasando a mujeres víctimas del sistema. Hay que seguir en el camino”, manifestó.
Camila Banfi aborda los temas desde un ángulo diferente, poniéndole su impronta a cada concepto. Su formación y experiencia mucho le han aportado a su trabajo. “El feminismo lo que pretende es un plano de igualdad. Es un tema complicado. No queremos ser más que los varones, queremos ser iguals. Las mujeres aunque no lo digan sí son feministas porque todas quieren igualdad: poder acceder a todos los cargos”, deslizó.
No escapó a las críticas y con naturalidad respondió respecto a su designación. “Ser una de las dos mujeres que llegó al Tribunal para mi es una responsabilidad y me honra,. El proceso lo vivi como mujer. Hablamos de la palabra sororidad. En mi caso, que trabajé 12 años, se me hizo muy difícil. No hay forma de llegar a un consenso. Algunas críticas eran constructivas para aprender y otras, las asumí como intereses personales. ¿Quien no tiene interés en llegar? Pero por alguna razón creo en las misiones que tiene la gente. Por qué fui yo y no otra mujer”, expresó.
Banfi aclara todo el tiempo que el cambio de paradigma y el trabajo de perspectiva de género se ira logrando con el transcurrir de los años, no promete un cambio en lo inmediato, sería imposible. No obstante, reveló que “siempre las sugerencias y el abordaje tiene que ser con respeto, con tolerancia. Nosotros representamos a todos, las puertas de mi despacho siempre están abiertas”.
Su despacho, su escritorio, el lugar en el que ingresa cada día de su vida parece muchas veces inalcanzable para los ciudadanos en general. Esa imagen, Camila Banfi pretende deconstruirla y ejemplificó: “Durante muchos años estuve trabajando en terreno, en todas las actividades siempre fue estar en contacto con vecinales, víctimas, testigos. Una de las cosas que pensaba es que no me gustaría tener que estar en un trabajo en el que resigne eso. Me hace bien estar cerca de la realidad y la situación social. Mujeres que padecieron al propio sistema. Lo primero que me plantée es tratar de estar lo más cerca posible de la comunidad en general. Pero teniendo claro que es esta, una tarea importante. Hay causas que tienen tareas colectivas. Me ha pasado tratar cubrir determinados roles y en realidad cada uno debe cumplir el suyo. Hay que coordinarlo”.
“Con cara de mala, mejor”
Tomó distancia de en su relato en primera persona y con una sonrisa describió la situación. Si bien cuando nos dicen ministra se piensan que es una señora muy mayor y si tiene cara de mala mejor. Todo es muy estricto, pero es buena la decisión de tener personas con ganas de estar con la realidad. Pero también trabajando desde la perspectiva de género y conocimiento. Desde lo profesional, hace a la calidad de la respuesta. Mi compromiso es para trabajar y abrir siendo una de las primeras mujeres, otras personas puedan tener acceso a la respuesta de una ministra”, concluyó.
La asunción
El pasado 22 de diciembre se formalizó en la Oficina Judicial de Rawson, la asunción de los cuatro nuevos ministros del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia: Daniel Báez, Ricardo Napolitani, Silvia Bustos y Camila Banfi Saavedra, cuyos pliegos fueron aprobados por unanimidad la por la Legislatura.
La incorporación de dos mujeres sucedió tras 64 años. Ambas juezas comprometieron una mirada «sensible y con perspectiva de género».
“Es una lucha que tenemos día a día las mujeres de poder ocupar estos espacios. Durante muchos momentos de mi vida viví situaciones que tenían que ver con circunstancias propias del ser mujer, que te releguen a tareas de cuidado no estábamos pensadas para estos lugares que eran propios de los hombres», reveló Banfi ese día.
Por Lorena Leeming / @loreleeming
La perspectiva de género tiene que ver con la sensibilidad. Pero se inicia desde otro lugar. Cuando interviene un fiscal ya el sistema fracasó porque tenemos lesiones o femicidios” deslizó Camila Banfi Saavedra. Es una de las dos ministras del Superior Tribunal de Justicia. En diciembre del año pasado este organismo luego de 64 años incorporó mujeres para conformar la cúpula. Dijo que se planteó en lo personal estar lo más cerca posible de la comunidad y respondió a las críticas sobre el consenso a la hora de su designación: “No hay forma de llegar a un consenso. Algunas críticas son constructivas y para aprender. Otras, las asumí como intereses personales. ¿Quién no quiere llegar?”.
Camila Banfi habló de todo. En una entrevista con Jornada hizo hincapié en sus inicios, en los objetivos desde su lugar en el Superior Tribunal y no esquivó hablar de las críticas de varios sectores respecto a la modalidad de su designación en el cargo. Es clara en sus conceptos y remarca todo el tiempo la importancia de aplicar a distintas causas la perspectiva de género que tiene que ver con una modalidad totalmente distinta de abordaje a temáticas que hoy ya el mundo reclama y que particularmente Chubut demuestra un gran avance.
Abogada y fiscal
Banfi se recibió de abogada en la UBA en 2006 (especialización Derecho Penal), en 2020 se tituló en México tras haber realizado un curso Superior en Violencia de Género, actualmente cursa una maestría en Genero, Sociedad y Política en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. Fue jueza de Faltas en Bariloche y desde el año 2010 se desempeñó en la Fiscalía de Comodoro Rivadavia hasta llegar a ser fiscal general jefa.
“Tengo muchas expectativas. En principio, que mujeres puedan ocupar cargos como ministras del Superior Tribunal de Justicia es importante. Además, que se pueda trabajar y tomar decisiones desde la perspectiva de género. La meta es importante pero el camino también es esencial. Desde la Universidad empecé a trabajar en Género, luego como becaria, también con mujeres vulnerables en distintos ámbitos. Siempre me fui haciendo un camino que me interesa y me marca el rumbo en esta perspectiva: cómo trabajar en el Poder Judicial como mujer y cumpliendo este rol, el fin es integrar la igualdad. Lo importante es esto: la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres”, resumió.
La primera audiencia
La primera audiencia que debutó como ministra fue justamente el pasado 8 de marzo, día de la mujer. “Fue ese día, y fue saber que durante 64 años no hubo mujeres. En mis trabajos anteriores la perspectiva de género tenía que ver con esto de la mirada transversal, de ponerse un lente. Es tratar las problemáticas desde un lugar completamente diferentes. Las desigualdades de las diferencias hacen que las mujeres estén más vulnerables” dijo.
Y ejemplificó: “Si hay mujeres imputadas, podías ver que si no trabajabas con perspectiva de género iban a ser diferentes los resultados del trabajo. En el caso de las mujeres víctimas hay todo un trabajo que hace a la sensibilidad: escucha activa, esperar que la victima pueda relatar lo que pasó más allá del tiempo. A veces, los tiempos de las víctimas no son los que lleva el sistema judicial. La perspectiva tiene que ver con la sensibilidad. Esto se inicia en otro lugar. Cuando interviene el fiscal ya el sistema fracasó: femicidios, lesiones”, detalló.
Educación argentina
Admitió Banfi que “con respecto a la Educación Argentina está avanzada en la Ley del ESI, con los cuidados que requiere en distintos niveles, Ley Micaela que nos ayuda a los operadores del sistema a formarnos, por citar algunos. En todos los ámbitos, en la universidad, organizaciones sociales. Es muy importante esto para no llegar a tener las desigualdades”, puntualizó.
Reveló la ministra que “muchos varones se van deconstruyendo. Nos va a costar mucho tiempo trabajar la temática. Es la sensibilidad que le está pasando a mujeres víctimas del sistema. Hay que seguir en el camino”, manifestó.
Camila Banfi aborda los temas desde un ángulo diferente, poniéndole su impronta a cada concepto. Su formación y experiencia mucho le han aportado a su trabajo. “El feminismo lo que pretende es un plano de igualdad. Es un tema complicado. No queremos ser más que los varones, queremos ser iguals. Las mujeres aunque no lo digan sí son feministas porque todas quieren igualdad: poder acceder a todos los cargos”, deslizó.
No escapó a las críticas y con naturalidad respondió respecto a su designación. “Ser una de las dos mujeres que llegó al Tribunal para mi es una responsabilidad y me honra,. El proceso lo vivi como mujer. Hablamos de la palabra sororidad. En mi caso, que trabajé 12 años, se me hizo muy difícil. No hay forma de llegar a un consenso. Algunas críticas eran constructivas para aprender y otras, las asumí como intereses personales. ¿Quien no tiene interés en llegar? Pero por alguna razón creo en las misiones que tiene la gente. Por qué fui yo y no otra mujer”, expresó.
Banfi aclara todo el tiempo que el cambio de paradigma y el trabajo de perspectiva de género se ira logrando con el transcurrir de los años, no promete un cambio en lo inmediato, sería imposible. No obstante, reveló que “siempre las sugerencias y el abordaje tiene que ser con respeto, con tolerancia. Nosotros representamos a todos, las puertas de mi despacho siempre están abiertas”.
Su despacho, su escritorio, el lugar en el que ingresa cada día de su vida parece muchas veces inalcanzable para los ciudadanos en general. Esa imagen, Camila Banfi pretende deconstruirla y ejemplificó: “Durante muchos años estuve trabajando en terreno, en todas las actividades siempre fue estar en contacto con vecinales, víctimas, testigos. Una de las cosas que pensaba es que no me gustaría tener que estar en un trabajo en el que resigne eso. Me hace bien estar cerca de la realidad y la situación social. Mujeres que padecieron al propio sistema. Lo primero que me plantée es tratar de estar lo más cerca posible de la comunidad en general. Pero teniendo claro que es esta, una tarea importante. Hay causas que tienen tareas colectivas. Me ha pasado tratar cubrir determinados roles y en realidad cada uno debe cumplir el suyo. Hay que coordinarlo”.
“Con cara de mala, mejor”
Tomó distancia de en su relato en primera persona y con una sonrisa describió la situación. Si bien cuando nos dicen ministra se piensan que es una señora muy mayor y si tiene cara de mala mejor. Todo es muy estricto, pero es buena la decisión de tener personas con ganas de estar con la realidad. Pero también trabajando desde la perspectiva de género y conocimiento. Desde lo profesional, hace a la calidad de la respuesta. Mi compromiso es para trabajar y abrir siendo una de las primeras mujeres, otras personas puedan tener acceso a la respuesta de una ministra”, concluyó.
La asunción
El pasado 22 de diciembre se formalizó en la Oficina Judicial de Rawson, la asunción de los cuatro nuevos ministros del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia: Daniel Báez, Ricardo Napolitani, Silvia Bustos y Camila Banfi Saavedra, cuyos pliegos fueron aprobados por unanimidad la por la Legislatura.
La incorporación de dos mujeres sucedió tras 64 años. Ambas juezas comprometieron una mirada «sensible y con perspectiva de género».
“Es una lucha que tenemos día a día las mujeres de poder ocupar estos espacios. Durante muchos momentos de mi vida viví situaciones que tenían que ver con circunstancias propias del ser mujer, que te releguen a tareas de cuidado no estábamos pensadas para estos lugares que eran propios de los hombres», reveló Banfi ese día.