Relatos de Lago Puelo, a 94 años de su fundación

Un vecino de la localidad hace una reseña histórica: de los primeros pobladores, los “poyas” de hace 8.000 años, a los pueblos mapuches a principios del siglo XX.

02 ABR 2022 - 10:17 | Actualizado

Por Marcelo D. Giusiano, vecino de Lago Puelo / Especial para Jornada

La cordillerana localidad de Lago Puelo ocupa un lugar de privilegio en relación a sus recursos naturales y paisajísticos, representados por ríos, bosques, lago, abundante biodiversidad; oferta ampliamente complementada por su historia, tradiciones, movimientos culturales, mitos y leyendas que nos hablan de la relación del hombre con su entorno.

Hoy, 2 de abril, es su cumpleaños número 94. Pero su historia se remonta a unos 8.000 años antes del presente cuando los primeros pobladores de esta región la habitaron y dejaron tiempo después su arte en las rocas en numerosos aleros, cuevas y paredones que evidencian el poblamiento más temprano.

Antiguamente estos valles andinos eran recorridos por los llamados "gente del borde", también conocidos como "poyas" y que habitaban la franja cordillerana entre los ríos Limay y Senguer.

Este pueblo se relacionó con los canoeros o Puelches Piragüeros del Nahuel Huapi, hábiles navegantes que utilizaban la canoa o piragüa para sus traslados.

Las pinturas rupestres de Lago Puelo y la Comarca Andina pertenecen al estilo de grecas que aparece tardíamente en Patagonia. Sus motivos más frecuentes son figuras irregulares, caminos perdidos en línea escalonada continua con sentido laberíntico.

Los sitios localizados en el bosque puelense parecerían indicar que el arte se asocia a lugares de tránsito, paradas temporarias dentro de los circuitos programados por estos pueblos cazadores en sus ingresiones al bosque.

Las comunidades mapuches Motoco Cárdenas y Cayún, ocupantes desde principios del siglo XX de parte de la margen Oeste del Río Azul y Huanguelen Puelo, son los pueblos originarios que habitan el Lago Puelo de hoy.

Hacia el año 1620, las crónicas nos relatan sobre el capitán Juan Fernández, primer blanco que llega al Lago Puelo, en busca de la Ciudad de los Césares. Cuenta la historia que esta “ciudad encantada se encuentra en la Cordillera de los Andes, a la orilla de un gran lago, el día viernes santo se puede ver, desde lejos, como brillan las cúpulas de sus torres y los techos de sus casas, que son de oro y plata macizos...”. Es en esa expedición que sale desde Chile que se descubre el lago y los habitantes originarios ya lo llamaban Puelo.

Fueron estos pueblos los que debieron enfrentar la avanzada del blanco en la denominada “Campaña al Desierto”, la que paradójicamente pone fin al mundo indígena como se lo conocía hasta entonces y abre las fronteras para dar inicio al arribo de los “pioneros” que comenzaron a llegar a estas tierras, fundamentalmente chilenos quienes aprovechan la accesibilidad de los pasos fronterizos eligiendo estos valles para afincarse.

Así lo hace Pedro “Motoco” Cárdenas hacia 1895, desde entonces seguirán llegando desde el vecino país muchas familias en las primeras décadas del siglo XX.

Doña María Cruz Muñoz recordaba que sus padres, José Rosario Muñoz y Blanca Marillan, llegaron a Puelo desde Chile en el año 1917, ya habían vivido en la zona de Junín de los Andes cuando recién cruzaron por un paso de Neuquén en carro.

Por su parte, don Ruimberto Vigueras Rodríguez relataba esa odisea que significaba cruzar la cordillera y llegar hasta estos parajes tan distantes: “…yo nací en Chile en 1905, en el año 1921 nos vinimos a la Argentina. Mi papá, mi mamá, mi abuelita, María y Víctor Vilches, pariente de mi abuelita, traíamos la yegua, dos carritos de bueyes, una puntita de cabras y de ovejas. Los más grandecitos veníamos a caballo para ir arriando los animales el resto de los familiares en los carros con toda la mercadería; bolsas de porotos, harina… Mi tío José Nicolás Rodríguez había comprado acá a un señor que no recuerdo el nombre, él ya había llegado a Puelo antes, en 1917…”.

El incipiente poblado demandaba educar a sus niños, se crea entonces la Escuela Nº 16 en Las Golondrinas un 26 de Marzo de 1906, siendo su primer director el Maestro Normal Nacional Pedro Pascual Ponce.

Doña Manuela Rubilar viuda de Muñoz, pobladora de Lago Puelo, recordaba: " mis padres llegaron más o menos en 1912 de Chile. Cuando ellos llegaron acá no había casi nadie, era un lugar inhóspito, la vida era muy difícil y había que rebuscárselas para vivir, se hacía muy difícil cuando nos quedábamos sin mercaderías...".

Hasta no hace tanto podíamos aún contemplar el fiel testimonio de aquellas primeras poblaciones caracterizadas por sus viviendas precarias de madera con técnicas traídas desde su país de origen, como es el caso de las viviendas con paredes de troncos amordazados, o pared francesa, techo de tejuelas de ciprés o alerce, cercos y corrales de palos a pique, además de las huertas con papas, legumbres, y ganado menor con el que completaban la base de su alimentación.

El relato de Don Emiliano Rodríguez coincide con tantos otros, "... la vida de antes era muy difícil, la gente vivía de lo que sembraba, criaban animales, vacas, pavos, chanchos, gallinas. Se juntaba las cosechas y se vendía en Esquel, Cushamen, Cholila... La gente cazaba liebres, zorros, gato montés y compraban a un buen precio los cueros ...".

Los primeros antecedentes referidos a la organización civil de Lago Puelo datan del año 1928 aproximadamente cuando el primer maestro de la Escuela Nº 36, Don Remigio Nogués se dirige por nota manuscrita al Gobernador del entonces Territorio Nacional del Chubut, haciéndole saber sobre la imperiosa necesidad de crear en este paraje una comuna, fundamentando la misma en el peligro de perder la soberanía precisamente por el acentuamiento de las costumbres chilenas.

Es así que con fecha 2 de Abril de 1928, el Gobernador del Territorio, crea la primera Comisión de Fomento en el lugar denominado Lago Puelo jurisdicción de Epuyén, la cual estará integrada por: Pedro P. Ponce, Anacleto Salaberry, Eduardo Mayorga, Rogelio Avila y Remigio Nogués.

Luego, por Decreto del Presidente del Gobierno de la Nación Argentina, General Félix Uriburu, con fecha del 15 de Diciembre de 1931, se aprueba la creación de la Comisión de Fomento de Lago Puelo, designándose una superficie de 7999 hectáreas como ejido.

Al primer poblamiento desde Chile debe sumarse posteriormente la llegada de otros habitantes provenientes de otros países, tal es el caso de los libaneses, alemanes, españoles, polacos, aportando sus costumbres y su actitud frente al trabajo y la producción.

La Escuela Nº 36 tiene su nacimiento en el año 1921 y su primer director será Remigio Nogués, se ubicaba en el centro del pueblo, si bien para entonces era un tanto difuso su centro urbano ya que se trataba de un caserío desparramado. La presencia del Estado se va haciendo sentir poco a poco, mientras en esta aldea cordillerana sus habitantes llevan una vida de sacrificios y esfuerzo consecuencia de la falta de comunicaciones y el aislamiento geográfico.

Llega el año 1937, y con él la creación del Parque Nacional Los Alerces con su Anexo Lago Puelo, este acontecimiento sacude la tranquila vida pueblerina, ya que con el primer guardaparque se producen los primeros desalojos de muchas familias de pioneros de sus chacras para dar lugar a la Reserva Nacional Lago Puelo y con ello a la protección de la flora Valdiviana ingresante por el Paso Puelo. También ese año se realiza la primera Mensura del pueblo.

El tiempo transcurre y es el Intendente Waldimiro Sinigoj quien bosqueja la primera planta urbana, abriéndose muchas de las actuales calles.

La publicación “El Patagónico”, con fecha 19 y 26 de enero de 1976, detalla un esquema de requerimientos presentado por el Intendente Roberts al equipo económico de la provincia, en donde se pueden observar temas como el de agua para riego, caminos, turismo, producción, teléfonos, correo, escuela industrial, alumbrado público, agua corriente, entre otros.

Se va perfilando así el destino de esta progresista localidad de Lago Puelo.

Mientras tanto, los caminos eran mejorados a pico y pala y luego con tractor, por Parques Nacionales en el trayecto Lago Puelo-El Bolsón, interviniendo en los mismos los vecinos Juan Uribe, Patricio Lozada, Segundo Lozada, Alejandro Lobos, Oscar Rietman, entre otros.

La gente vivía de sus cultivos y la cría de ganado, y se inicia la explotación maderera con las primeras concesiones de Parques Nacionales en zonas afectadas por los incendios forestales.

Numerosas familias se dedican a las distintas actividades que proporciona la madera, como es el caso de las tejuelas, aserrado de rollizos, obtención de postes, tranquillas, surgiendo los primeros aserraderos como es el caso de las familias Pozas, Prieto, Hube, Solari.

Aparece el cultivo del lúpulo y frambuesas con Afredo Vega Olmos en 1957, en una chacra lindera al Parque Nacional y poco tiempo después Antonio Sinigoj inicia también la mayor producción de lúpulo de la comarca. Lago Puelo se va convirtiendo en un incipiente polo de desarrollo productivo. Destacaron también las producciones de las chacras de Esteban Zaniuk, Guillermo Gueydan de Roussel, Francisco Oertle, Pampa Costa que propiciaron con sus cultivos una importante mano de obra local.

La presencia Estatal, a través de las Instituciones Públicas, va acompañando el crecimiento. Se crean más escuelas, llega el gas natural, el asfalto, crece a partir de los 90 casi exponencialmente la población la que se va distribuyendo en la planta urbana, Villa del Lago, la Isla Norte y Sur y en los parajes Entre Ríos, Cerro Radal y Las Golondrinas.

Se incorporan o fortalecen las producciones de fruta fina, aromáticas, dulces, viveros, horticultura orgánica, cerveza artesanal, que imprimen al paisaje natural de Lago Puelo una clara y profunda impronta productiva, la que hoy esta siendo puesta en valor para brindar al visitante una oferta de atractivos turísticos diversificada, original y de calidad.

Hoy Lago Puelo cumple un año más, a todos sus pobladores un ¡feliz cumpleaños!

02 ABR 2022 - 10:17

Por Marcelo D. Giusiano, vecino de Lago Puelo / Especial para Jornada

La cordillerana localidad de Lago Puelo ocupa un lugar de privilegio en relación a sus recursos naturales y paisajísticos, representados por ríos, bosques, lago, abundante biodiversidad; oferta ampliamente complementada por su historia, tradiciones, movimientos culturales, mitos y leyendas que nos hablan de la relación del hombre con su entorno.

Hoy, 2 de abril, es su cumpleaños número 94. Pero su historia se remonta a unos 8.000 años antes del presente cuando los primeros pobladores de esta región la habitaron y dejaron tiempo después su arte en las rocas en numerosos aleros, cuevas y paredones que evidencian el poblamiento más temprano.

Antiguamente estos valles andinos eran recorridos por los llamados "gente del borde", también conocidos como "poyas" y que habitaban la franja cordillerana entre los ríos Limay y Senguer.

Este pueblo se relacionó con los canoeros o Puelches Piragüeros del Nahuel Huapi, hábiles navegantes que utilizaban la canoa o piragüa para sus traslados.

Las pinturas rupestres de Lago Puelo y la Comarca Andina pertenecen al estilo de grecas que aparece tardíamente en Patagonia. Sus motivos más frecuentes son figuras irregulares, caminos perdidos en línea escalonada continua con sentido laberíntico.

Los sitios localizados en el bosque puelense parecerían indicar que el arte se asocia a lugares de tránsito, paradas temporarias dentro de los circuitos programados por estos pueblos cazadores en sus ingresiones al bosque.

Las comunidades mapuches Motoco Cárdenas y Cayún, ocupantes desde principios del siglo XX de parte de la margen Oeste del Río Azul y Huanguelen Puelo, son los pueblos originarios que habitan el Lago Puelo de hoy.

Hacia el año 1620, las crónicas nos relatan sobre el capitán Juan Fernández, primer blanco que llega al Lago Puelo, en busca de la Ciudad de los Césares. Cuenta la historia que esta “ciudad encantada se encuentra en la Cordillera de los Andes, a la orilla de un gran lago, el día viernes santo se puede ver, desde lejos, como brillan las cúpulas de sus torres y los techos de sus casas, que son de oro y plata macizos...”. Es en esa expedición que sale desde Chile que se descubre el lago y los habitantes originarios ya lo llamaban Puelo.

Fueron estos pueblos los que debieron enfrentar la avanzada del blanco en la denominada “Campaña al Desierto”, la que paradójicamente pone fin al mundo indígena como se lo conocía hasta entonces y abre las fronteras para dar inicio al arribo de los “pioneros” que comenzaron a llegar a estas tierras, fundamentalmente chilenos quienes aprovechan la accesibilidad de los pasos fronterizos eligiendo estos valles para afincarse.

Así lo hace Pedro “Motoco” Cárdenas hacia 1895, desde entonces seguirán llegando desde el vecino país muchas familias en las primeras décadas del siglo XX.

Doña María Cruz Muñoz recordaba que sus padres, José Rosario Muñoz y Blanca Marillan, llegaron a Puelo desde Chile en el año 1917, ya habían vivido en la zona de Junín de los Andes cuando recién cruzaron por un paso de Neuquén en carro.

Por su parte, don Ruimberto Vigueras Rodríguez relataba esa odisea que significaba cruzar la cordillera y llegar hasta estos parajes tan distantes: “…yo nací en Chile en 1905, en el año 1921 nos vinimos a la Argentina. Mi papá, mi mamá, mi abuelita, María y Víctor Vilches, pariente de mi abuelita, traíamos la yegua, dos carritos de bueyes, una puntita de cabras y de ovejas. Los más grandecitos veníamos a caballo para ir arriando los animales el resto de los familiares en los carros con toda la mercadería; bolsas de porotos, harina… Mi tío José Nicolás Rodríguez había comprado acá a un señor que no recuerdo el nombre, él ya había llegado a Puelo antes, en 1917…”.

El incipiente poblado demandaba educar a sus niños, se crea entonces la Escuela Nº 16 en Las Golondrinas un 26 de Marzo de 1906, siendo su primer director el Maestro Normal Nacional Pedro Pascual Ponce.

Doña Manuela Rubilar viuda de Muñoz, pobladora de Lago Puelo, recordaba: " mis padres llegaron más o menos en 1912 de Chile. Cuando ellos llegaron acá no había casi nadie, era un lugar inhóspito, la vida era muy difícil y había que rebuscárselas para vivir, se hacía muy difícil cuando nos quedábamos sin mercaderías...".

Hasta no hace tanto podíamos aún contemplar el fiel testimonio de aquellas primeras poblaciones caracterizadas por sus viviendas precarias de madera con técnicas traídas desde su país de origen, como es el caso de las viviendas con paredes de troncos amordazados, o pared francesa, techo de tejuelas de ciprés o alerce, cercos y corrales de palos a pique, además de las huertas con papas, legumbres, y ganado menor con el que completaban la base de su alimentación.

El relato de Don Emiliano Rodríguez coincide con tantos otros, "... la vida de antes era muy difícil, la gente vivía de lo que sembraba, criaban animales, vacas, pavos, chanchos, gallinas. Se juntaba las cosechas y se vendía en Esquel, Cushamen, Cholila... La gente cazaba liebres, zorros, gato montés y compraban a un buen precio los cueros ...".

Los primeros antecedentes referidos a la organización civil de Lago Puelo datan del año 1928 aproximadamente cuando el primer maestro de la Escuela Nº 36, Don Remigio Nogués se dirige por nota manuscrita al Gobernador del entonces Territorio Nacional del Chubut, haciéndole saber sobre la imperiosa necesidad de crear en este paraje una comuna, fundamentando la misma en el peligro de perder la soberanía precisamente por el acentuamiento de las costumbres chilenas.

Es así que con fecha 2 de Abril de 1928, el Gobernador del Territorio, crea la primera Comisión de Fomento en el lugar denominado Lago Puelo jurisdicción de Epuyén, la cual estará integrada por: Pedro P. Ponce, Anacleto Salaberry, Eduardo Mayorga, Rogelio Avila y Remigio Nogués.

Luego, por Decreto del Presidente del Gobierno de la Nación Argentina, General Félix Uriburu, con fecha del 15 de Diciembre de 1931, se aprueba la creación de la Comisión de Fomento de Lago Puelo, designándose una superficie de 7999 hectáreas como ejido.

Al primer poblamiento desde Chile debe sumarse posteriormente la llegada de otros habitantes provenientes de otros países, tal es el caso de los libaneses, alemanes, españoles, polacos, aportando sus costumbres y su actitud frente al trabajo y la producción.

La Escuela Nº 36 tiene su nacimiento en el año 1921 y su primer director será Remigio Nogués, se ubicaba en el centro del pueblo, si bien para entonces era un tanto difuso su centro urbano ya que se trataba de un caserío desparramado. La presencia del Estado se va haciendo sentir poco a poco, mientras en esta aldea cordillerana sus habitantes llevan una vida de sacrificios y esfuerzo consecuencia de la falta de comunicaciones y el aislamiento geográfico.

Llega el año 1937, y con él la creación del Parque Nacional Los Alerces con su Anexo Lago Puelo, este acontecimiento sacude la tranquila vida pueblerina, ya que con el primer guardaparque se producen los primeros desalojos de muchas familias de pioneros de sus chacras para dar lugar a la Reserva Nacional Lago Puelo y con ello a la protección de la flora Valdiviana ingresante por el Paso Puelo. También ese año se realiza la primera Mensura del pueblo.

El tiempo transcurre y es el Intendente Waldimiro Sinigoj quien bosqueja la primera planta urbana, abriéndose muchas de las actuales calles.

La publicación “El Patagónico”, con fecha 19 y 26 de enero de 1976, detalla un esquema de requerimientos presentado por el Intendente Roberts al equipo económico de la provincia, en donde se pueden observar temas como el de agua para riego, caminos, turismo, producción, teléfonos, correo, escuela industrial, alumbrado público, agua corriente, entre otros.

Se va perfilando así el destino de esta progresista localidad de Lago Puelo.

Mientras tanto, los caminos eran mejorados a pico y pala y luego con tractor, por Parques Nacionales en el trayecto Lago Puelo-El Bolsón, interviniendo en los mismos los vecinos Juan Uribe, Patricio Lozada, Segundo Lozada, Alejandro Lobos, Oscar Rietman, entre otros.

La gente vivía de sus cultivos y la cría de ganado, y se inicia la explotación maderera con las primeras concesiones de Parques Nacionales en zonas afectadas por los incendios forestales.

Numerosas familias se dedican a las distintas actividades que proporciona la madera, como es el caso de las tejuelas, aserrado de rollizos, obtención de postes, tranquillas, surgiendo los primeros aserraderos como es el caso de las familias Pozas, Prieto, Hube, Solari.

Aparece el cultivo del lúpulo y frambuesas con Afredo Vega Olmos en 1957, en una chacra lindera al Parque Nacional y poco tiempo después Antonio Sinigoj inicia también la mayor producción de lúpulo de la comarca. Lago Puelo se va convirtiendo en un incipiente polo de desarrollo productivo. Destacaron también las producciones de las chacras de Esteban Zaniuk, Guillermo Gueydan de Roussel, Francisco Oertle, Pampa Costa que propiciaron con sus cultivos una importante mano de obra local.

La presencia Estatal, a través de las Instituciones Públicas, va acompañando el crecimiento. Se crean más escuelas, llega el gas natural, el asfalto, crece a partir de los 90 casi exponencialmente la población la que se va distribuyendo en la planta urbana, Villa del Lago, la Isla Norte y Sur y en los parajes Entre Ríos, Cerro Radal y Las Golondrinas.

Se incorporan o fortalecen las producciones de fruta fina, aromáticas, dulces, viveros, horticultura orgánica, cerveza artesanal, que imprimen al paisaje natural de Lago Puelo una clara y profunda impronta productiva, la que hoy esta siendo puesta en valor para brindar al visitante una oferta de atractivos turísticos diversificada, original y de calidad.

Hoy Lago Puelo cumple un año más, a todos sus pobladores un ¡feliz cumpleaños!