La infancia es esa etapa de la vida cuando se forma nuestra noción de hogar, nuestros recuerdos, los sueños que nunca nos abandonan del todo, nuestra nostalgia.
El cine está lleno de esos álbumes de recuerdos y son muchos los directores que retratan sus propia historia en algunos de sus films.
“Apolo 10 ½ una infancia espacial”, es el álbum personal y familiar de su director, Richard Linklater.
Con la técnica de rotoscopia, que consiste básicamente en dibujar encima de la película para convertirla en un film animado, recrea su infancia y la de muchos en los Estados Unidos alrededor de la misión del hombre a la luna. No desde lo político, no importa si verdad o mentira, nada que le interese a un niño de 10 años en esa época y en ese momento en la que todos soñaban o soñábamos con ser astronautas.
Tan lineal como contamos y nos vienen los recuerdos a la cabeza, tan fantástica como las vivimos cuando somos chicos y como se recrean en nuestra mente una y otra vez, así transcurre esta tierna postal apta para nostálgicos.
Detrás de escena
El director Richard Linklater ya ha demostrado ser paciente y que gusta de los experimentos a la hora de contar.
BoyHood, otra de sus pelis, fue rodada durante 13 años con los mismos actores para seguir el real crecimiento del niño protagonista hasta convertirse en adolescente. Otra de sus extensas producciones, fue la reconocida trilogía de amor “Antes del amanecer”, “Antes del atardecer” y “Antes del anochecer”.
En estos tres largometrajes y por mucho tiempo, vimos crecer y concretarse una historia de amor desde que sus protagonistas se conocen, se desencuentran y vuelven a encontrar hasta formar una familia.
Con esta última producción especial para Netflix, filmó a los actores sobre pantalla verde, luego los animadores le insertaron los escenarios con el estilo de los años 60 y todo junto se somete al proceso de ser redibujado encima para culminar en un film animado técnicamente impecable y muy atractivo.
La infancia es esa etapa de la vida cuando se forma nuestra noción de hogar, nuestros recuerdos, los sueños que nunca nos abandonan del todo, nuestra nostalgia.
El cine está lleno de esos álbumes de recuerdos y son muchos los directores que retratan sus propia historia en algunos de sus films.
“Apolo 10 ½ una infancia espacial”, es el álbum personal y familiar de su director, Richard Linklater.
Con la técnica de rotoscopia, que consiste básicamente en dibujar encima de la película para convertirla en un film animado, recrea su infancia y la de muchos en los Estados Unidos alrededor de la misión del hombre a la luna. No desde lo político, no importa si verdad o mentira, nada que le interese a un niño de 10 años en esa época y en ese momento en la que todos soñaban o soñábamos con ser astronautas.
Tan lineal como contamos y nos vienen los recuerdos a la cabeza, tan fantástica como las vivimos cuando somos chicos y como se recrean en nuestra mente una y otra vez, así transcurre esta tierna postal apta para nostálgicos.
Detrás de escena
El director Richard Linklater ya ha demostrado ser paciente y que gusta de los experimentos a la hora de contar.
BoyHood, otra de sus pelis, fue rodada durante 13 años con los mismos actores para seguir el real crecimiento del niño protagonista hasta convertirse en adolescente. Otra de sus extensas producciones, fue la reconocida trilogía de amor “Antes del amanecer”, “Antes del atardecer” y “Antes del anochecer”.
En estos tres largometrajes y por mucho tiempo, vimos crecer y concretarse una historia de amor desde que sus protagonistas se conocen, se desencuentran y vuelven a encontrar hasta formar una familia.
Con esta última producción especial para Netflix, filmó a los actores sobre pantalla verde, luego los animadores le insertaron los escenarios con el estilo de los años 60 y todo junto se somete al proceso de ser redibujado encima para culminar en un film animado técnicamente impecable y muy atractivo.