Una historia escrita a sangre: la familia de Paso del Sapo en la que el odio se cobró dos vidas

Dos hermanos peleados en una señalada. Una supuesta venganza en pleno día con puñaladas mortales. Y después, el incendio de la celda donde el más joven de los condenados cumplía una pena de 12 años: el ataque de ira por la quita de un celular que resultó fatal.

En la audiencia. Los Reynacul fueron hallados culpables y condenados. Una disputa familiar, el origen.
25 JUN 2022 - 20:57 | Actualizado 26 JUN 2022 - 16:25

Por Carlos Guajardo / Especial para Jornada

Que te pasa a vos… que le venís a decir cosas a mi viejo…”. Apenas había pasado el mediodía del 27 de febrero de 2018. Una tarde más de un verano agobiante en Paso del Sapo. Juan de la Cruz Reynacul a quien le dicen “Nano”, su hijo Roberto Marcelo, conocido como “Tica” y su mamá María Roxana Higuera vieron salir de un comercio del pueblo a Olegario Reynacul, hermano del primero y tío de “Tica”. Le gritaron. Olegario iba acompañado por su hija y se sorprendió. Aunque no tanto. Pertenecían a la misma familia pero había una disputa entre ellos que había comenzado en una señalada. Los tres primeros iban a bordo de un Renault 19. Bajaron con cuchillo en mano y se fueron contra Olegario que estaba indefenso. Su hija trató de detener a los agresores, pero no pudo. Higuera la tomó del pelo y la separó del lugar, arrastrándola. Resultó herida en la muñeca y un antebrazo con el cuchillo que portaba su agresora. Mientras, padre e hijo comenzaron a golpear a Olegario. Primero con los puños, después con los cuchillos. Dos heridas en la zona abdominal. Quedó herido de gravedad y por eso, fue trasladado rápidamente al Hospital de Gualjaina. No llegó. Murió en el camino.

Tres detenidos

Los tres atacantes fueron detenidos. El juicio fue un año después y el 7 de febrero de 2019 recibieron las condenas. Juan de la Cruz Reynacul, 18 años de prisión. Su hijo Roberto Mauricio, 12. Y su esposa, María Roxana Higuera, 4. Menos esta última, padre e hijo comenzaron a cumplir su condena en la pequeña comisaría del pueblo que había sido testigo del crimen. Paso del Sapo tiene apenas 400 habitantes. La mujer cumplió su pena y quedó en libertad. Pero “Nano” y Tico” continuaron con el encierro. Estaban en calabozos separados, hasta que sobrevino la otra tragedia de la familia.

Enojo y fuego

El 13 de este mes, “Tico” enfureció porque en una requisa le habían quitado su celular. Ya había iniciado una huelga de hambre. Entonces para hacer más visible su enojo, encendió fuego a los colchones de la celda que no eran ignífugos. Trabó la puerta. El fuego se hizo gigante y cuando quiso salir, no pudo. Tuvo quemadura en el 70 por ciento de su cuerpo. Murió el 22 de junio porque nada se pudo hacer para salvarlo. El triste final para una familia. Un muerto a cuchillazos y otro, a raíz de las quemaduras recibidas tras una protesta.

Coautores

“Tico” tiene una hija de 1 año y medio. Su pareja descree de lo que pasó. “Lo dejaron encerrado y ahora los milicos se defienden entre ellos”, dijo en declaraciones que recogió la prensa. Lo cierto es que en apenas 4 años, los Reynacul fueron protagonistas de hechos sangrientos que truncaron dos vidas. La pregunta que se hacen en el pequeño pueblo de la meseta central de nuestra provincia es si esto continuará. La discusión en una señalada, en la que los hermanos Reynacul habían trabajado los había enfrentado para siempre. La pena para Juan de la Cruz fue mayor por su parentesco directo con la víctima. Porque tanto él como su hijo fueron declarados “coautores del asesinato”. María Roxana Higuera tuvo el atenuante que nunca se acercó a la víctima y que solo agredió a su hija para sacarla del lugar.

Lo cierto es que la primera desgracia nunca debió ocurrir si se hacía respetar la orden de la Justicia. Porque el 11 de enero de aquel 2018 la justicia le había dictado a padre e hijo la prohibición de acercamiento a Olegario y viceversa. Fue el juez de paz de la localidad el que tomó esa decisión en virtud de varios hechos, con agresiones e insultos incluidos. Decisión que claro, no cumplieron. El pueblo es demasiado pequeño como para que estas imposiciones judiciales se respeten.

Las penas

Es de hacer notar que la diferencia del monto de la pena entre los tres condenados estuvo dada en primer lugar por las conductas por las que fueron hallados responsables. Juan de la Cruz Reynacul fue declarado penalmente responsable como coautor de homicidio y autor del delito de desobediencia. Roberto, su hijo, como coautor de homicidio, en tanto que María Roxana, pareja del primero y madre del segundo, como partícipe secundaria del homicidio de Olegario.

Hay varios interrogantes en torno a este trágico drama familiar que suele producirse en general por el exceso en la ingesta de alcohol, lo cual no ocurrió. Era mediodía cuando se produjo el ataque y todos los protagonistas estaban en perfecto estado, conscientes de sus actos.

Según constan en las actas policiales de entonces “el ataque a Olegario fue realizado de manera conjunta y coordinada”. Además, nada explica por qué llevaban armas blancas en el auto. Era evidente que andaban dando vueltas por el pueblo buscando a la víctima.

La pena para Juan de la Cruz fue mayor por su parentesco directo con la víctima. Porque tanto él como su hijo, como quedó dicho anteriormente fueron declarados “coautores del asesinato”. María Roxana Higuera tuvo el atenuante que nunca se acercó a Olegario y que solo agredió a su hija para sacarla del lugar.

Cuando su hijo “Tico” tuvo el ataque de ira, incendió su celda y sentenció su muerte, ella ya había cumplido con su condena. Una tragedia demasiado grande, para un pueblo tan chico. #

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En la audiencia. Los Reynacul fueron hallados culpables y condenados. Una disputa familiar, el origen.
25 JUN 2022 - 20:57

Por Carlos Guajardo / Especial para Jornada

Que te pasa a vos… que le venís a decir cosas a mi viejo…”. Apenas había pasado el mediodía del 27 de febrero de 2018. Una tarde más de un verano agobiante en Paso del Sapo. Juan de la Cruz Reynacul a quien le dicen “Nano”, su hijo Roberto Marcelo, conocido como “Tica” y su mamá María Roxana Higuera vieron salir de un comercio del pueblo a Olegario Reynacul, hermano del primero y tío de “Tica”. Le gritaron. Olegario iba acompañado por su hija y se sorprendió. Aunque no tanto. Pertenecían a la misma familia pero había una disputa entre ellos que había comenzado en una señalada. Los tres primeros iban a bordo de un Renault 19. Bajaron con cuchillo en mano y se fueron contra Olegario que estaba indefenso. Su hija trató de detener a los agresores, pero no pudo. Higuera la tomó del pelo y la separó del lugar, arrastrándola. Resultó herida en la muñeca y un antebrazo con el cuchillo que portaba su agresora. Mientras, padre e hijo comenzaron a golpear a Olegario. Primero con los puños, después con los cuchillos. Dos heridas en la zona abdominal. Quedó herido de gravedad y por eso, fue trasladado rápidamente al Hospital de Gualjaina. No llegó. Murió en el camino.

Tres detenidos

Los tres atacantes fueron detenidos. El juicio fue un año después y el 7 de febrero de 2019 recibieron las condenas. Juan de la Cruz Reynacul, 18 años de prisión. Su hijo Roberto Mauricio, 12. Y su esposa, María Roxana Higuera, 4. Menos esta última, padre e hijo comenzaron a cumplir su condena en la pequeña comisaría del pueblo que había sido testigo del crimen. Paso del Sapo tiene apenas 400 habitantes. La mujer cumplió su pena y quedó en libertad. Pero “Nano” y Tico” continuaron con el encierro. Estaban en calabozos separados, hasta que sobrevino la otra tragedia de la familia.

Enojo y fuego

El 13 de este mes, “Tico” enfureció porque en una requisa le habían quitado su celular. Ya había iniciado una huelga de hambre. Entonces para hacer más visible su enojo, encendió fuego a los colchones de la celda que no eran ignífugos. Trabó la puerta. El fuego se hizo gigante y cuando quiso salir, no pudo. Tuvo quemadura en el 70 por ciento de su cuerpo. Murió el 22 de junio porque nada se pudo hacer para salvarlo. El triste final para una familia. Un muerto a cuchillazos y otro, a raíz de las quemaduras recibidas tras una protesta.

Coautores

“Tico” tiene una hija de 1 año y medio. Su pareja descree de lo que pasó. “Lo dejaron encerrado y ahora los milicos se defienden entre ellos”, dijo en declaraciones que recogió la prensa. Lo cierto es que en apenas 4 años, los Reynacul fueron protagonistas de hechos sangrientos que truncaron dos vidas. La pregunta que se hacen en el pequeño pueblo de la meseta central de nuestra provincia es si esto continuará. La discusión en una señalada, en la que los hermanos Reynacul habían trabajado los había enfrentado para siempre. La pena para Juan de la Cruz fue mayor por su parentesco directo con la víctima. Porque tanto él como su hijo fueron declarados “coautores del asesinato”. María Roxana Higuera tuvo el atenuante que nunca se acercó a la víctima y que solo agredió a su hija para sacarla del lugar.

Lo cierto es que la primera desgracia nunca debió ocurrir si se hacía respetar la orden de la Justicia. Porque el 11 de enero de aquel 2018 la justicia le había dictado a padre e hijo la prohibición de acercamiento a Olegario y viceversa. Fue el juez de paz de la localidad el que tomó esa decisión en virtud de varios hechos, con agresiones e insultos incluidos. Decisión que claro, no cumplieron. El pueblo es demasiado pequeño como para que estas imposiciones judiciales se respeten.

Las penas

Es de hacer notar que la diferencia del monto de la pena entre los tres condenados estuvo dada en primer lugar por las conductas por las que fueron hallados responsables. Juan de la Cruz Reynacul fue declarado penalmente responsable como coautor de homicidio y autor del delito de desobediencia. Roberto, su hijo, como coautor de homicidio, en tanto que María Roxana, pareja del primero y madre del segundo, como partícipe secundaria del homicidio de Olegario.

Hay varios interrogantes en torno a este trágico drama familiar que suele producirse en general por el exceso en la ingesta de alcohol, lo cual no ocurrió. Era mediodía cuando se produjo el ataque y todos los protagonistas estaban en perfecto estado, conscientes de sus actos.

Según constan en las actas policiales de entonces “el ataque a Olegario fue realizado de manera conjunta y coordinada”. Además, nada explica por qué llevaban armas blancas en el auto. Era evidente que andaban dando vueltas por el pueblo buscando a la víctima.

La pena para Juan de la Cruz fue mayor por su parentesco directo con la víctima. Porque tanto él como su hijo, como quedó dicho anteriormente fueron declarados “coautores del asesinato”. María Roxana Higuera tuvo el atenuante que nunca se acercó a Olegario y que solo agredió a su hija para sacarla del lugar.

Cuando su hijo “Tico” tuvo el ataque de ira, incendió su celda y sentenció su muerte, ella ya había cumplido con su condena. Una tragedia demasiado grande, para un pueblo tan chico. #


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