El día que Lady Di visitó Chubut: una princesa triste y que se mojó los labios con un poco de té

Esta semana se cumplió un nuevo aniversario del trágico accidente que le costó la vida en Paris. Dos años antes estuvo en nuestra provincia, desafiando a la corona británica. El avistaje y su paso por Gaiman. Y la visita a una isla perdida antes de decir adiós.

“Una princesa triste y ausente”. Lady Di visitó Chubut en noviembre de 1995. Una imagen inolvidable.
03 SEP 2022 - 20:14 | Actualizado 03 SEP 2022 - 20:16

Por Carlos Guajardo

Estaba triste y ausente y apenas se mojó los labios con una taza de te”. La frase del exgobernador Carlos Maestro definió con exactitud el estado de ánimo de la princesa Lady Di durante su visita a Chubut en noviembre de 1995. Nadie mejor que Maestro para contarlo: fue testigo privilegiado de la visita dada su investidura y quien compartió la estadía de la princesa de punta a punta: desde Puerto Pirámides hasta Gaiman. Desde el primer minuto hasta el último. Diana Spencer transitaba el peor momento de su vida, tras la reciente separación del Príncipe Carlos y el alejamiento de sus hijos Harris y Williams. Era la antesala del infierno que vivió después y que terminó con su vida trágicamente en un túnel semioscuro de Paris, en un accidente que todavía está lleno de misterios y sospechas. El pasado 31 de agosto se cumplieron 25 años de aquella jornada que conmovió al mundo.

“Estaba tranquila. No quiso ponerse el salvavidas pese al pedido de sus custodios. Disfrutó mucho de las ballenas que se acercaron a la lancha. Yo creo que se asociaron a la fiesta de su visita”, recordó Jorge Schmid, el histórico prestador de Puerto Pirámides que condujo la lancha “Berretín”, que todavía descansa en los hangares de su empresa en la última bajada de Pirámides.

Pero hay más detalles que pintaba de cuerpo entero la mirada de una princesa triste, que una vez más, desafiaba a una nobleza británica que nunca la quiso y a un marido que quizá, nunca la hizo feliz. Lo único que le arrancaba una sonrisa a su belleza eran sus dos hijos. Por eso, dijo en una carta que su deseo era volver a Chubut con ellos. Nunca pudo cumplirlo porque la muerte trágica la sorprendió a mitad de camino.

Descendientes galeses

Pero vale la pena recordar aquella jornada del 25 de noviembre de 1995 cuando pisó suelo chubutense con la intención principal de ir al pueblo donde se encuentra la población de descendientes galeses más importantes de la Argentina. Ese lugar es Gaiman, el primer municipio de Chubut que la recibió con melodías y aplausos que ella disfrutó a medias porque su tristeza la ganaba a cualquier momento de felicidad que podía vivir, aún lejos de las presiones de la corona británica.

Avistaje de ballenas

Al mediodía de aquel histórico día para los chubutenses realizó el avistaje de ballenas en Puerto Pirámides. Como bien lo describió Schmid fue un día especial. En todo. Un clima ideal, con un sol resplandeciente. Una cantidad importante de ballenas que la esperaban muy cerca de la costa de la paradisíaca villa de Península Valdés. Después fue a la Estancia Ferro, el histórico emplazamiento del lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Le habían preparado un caldo especial. Y la esperaba el exquisito cordero patagónico. “No probó ni el caldo ni el cordero”, recordó Maestro por aquellos días. Solo estuvo cerca de una hora y después, un helicóptero la llevó hasta Gaiman, el pintoresco pueblo de nuestra provincia y principal motivo de su viaje. Alli la recibió un coro de chicos que le cantó un carnavalito y el emblemático té británico de las 5, rodeado de una decena de exquisitas tortas preparadas por las manos expertas de reposteras de familias galesas. No probó las tortas y apenas se mojó los labios con el té que casi quedó completo. “No quiso probar ni un solo trozo de tortas, se mostró sonriente en todo momento. Y amable con la gente que la rodeaba. Se prestó a todas las fotos pese a la incomodidad que mostraba su custodia”, dijo Miguel Mirantes, dueño de “Ty Te Caerdydd”, la casa que se convirtió en leyenda

“Estaba triste y ausente”, comentaría años después el propio gobernador Maestro. Ya estaba separada del príncipe Carlos y solo pensaba en sus hijos Harris y Williams.

“Nunca hubo tantas ballenas como ese día”, dijo tiempo después Schmid quien también recordó que “la península estaba blindada, había custodia hasta en medio de la estepa.”. Y que días antes, “la “Berretín”, fue prácticamente desguasada. Hasta le vaciaron el combustible que tenía y lo volvieron a cargar”.

Inolvidable

Gaiman nunca olvidó esta visita. La casa “Ty Te Caerdydd”, donde Diana Spencer apenas se mojó los labios con el exquisito te galés se convirtió en un verdadero lugar de culto. Tan solo dos años después de su visita, Lady Di murió en la semioscuridad de un túnel de Paris, en un accidente sobre el que todavía caen las sospechas. Entonces, la casa de te, rodeada de amplios jardines y monumentos pasó a ser un santuario donde cada 31 de agosto se le rendía un emotivo homenaje. Los turistas llegaban de a cientos para posar junto a la vitrina donde Miguel Mirantes había colocado todo lo que había usado la princesa durante su visita. Hay que recordar que tras esta etapa de esplendor, la casa de Mirantes pagó caro como tantos otros comercios la pandemia del Covid: debió cerrar por falta de turistas y recién ahora está renaciendo después de algunos arreglos en su edificio.

En el atardecer de aquel día, Lady Di y su comitiva viajaron otra vez a Trelew para abordar el avión que los llevaría a Buenos Aires. Vestía un impecable traje verde agua, a tono con sus ojos. Alguien describió después esa despedida como “la triste sonrisa de una princesa”.

Críticas

Pese a las críticas que este viaje recibió de parte de la corona británica, Lady Di desafiaría otra vez a quienes nunca la quisieron. La de Chubut no fue la única visita que realizó durante su paso por la Argentina. Al otro día, le pidió a quienes organizaron su visita que la lleven, sin ruido alguno a un lugar escondido sobre el Río Luján llamado Isla Silvia. Se puede decir que fue un viaje secreto. No quería exponerse más después que una revista lograra una foto en la que se la podía ver envuelta en una toalla tras salir de una pileta en el lugar donde se alojaba. A orillas del Río Luján había una colonia de un centenar de chicos con problemas penales y de adicciones. Llegó temprano, vestida con un traje claro pero esta vez con sólo algunos acompañantes y poca custodia. Se juntó con los chicos que allí trataban de recuperarse.Junto a ellos recorrió la colonia y preguntó a los encargados que clase de tarea realizaban en el lugar. Dicen que hizo una donación. Nunca se supo si fue verdaderamente asi porque la princesa nunca hacía gala de sus obras de bien. Caminó por la isla con los chicos durante un largo rato. Hasta que, en un momento de descanso uno de ellos le preguntó: “Para qué sirve ser princesa”. Lo miró algunos segundos y le dijo: “Para venir acá y conocerte a vos”. Un rato después se fue y a las pocas horas subió a un avión y cruzó nuevamente el Atlántico.#

“Una princesa triste y ausente”. Lady Di visitó Chubut en noviembre de 1995. Una imagen inolvidable.
03 SEP 2022 - 20:14

Por Carlos Guajardo

Estaba triste y ausente y apenas se mojó los labios con una taza de te”. La frase del exgobernador Carlos Maestro definió con exactitud el estado de ánimo de la princesa Lady Di durante su visita a Chubut en noviembre de 1995. Nadie mejor que Maestro para contarlo: fue testigo privilegiado de la visita dada su investidura y quien compartió la estadía de la princesa de punta a punta: desde Puerto Pirámides hasta Gaiman. Desde el primer minuto hasta el último. Diana Spencer transitaba el peor momento de su vida, tras la reciente separación del Príncipe Carlos y el alejamiento de sus hijos Harris y Williams. Era la antesala del infierno que vivió después y que terminó con su vida trágicamente en un túnel semioscuro de Paris, en un accidente que todavía está lleno de misterios y sospechas. El pasado 31 de agosto se cumplieron 25 años de aquella jornada que conmovió al mundo.

“Estaba tranquila. No quiso ponerse el salvavidas pese al pedido de sus custodios. Disfrutó mucho de las ballenas que se acercaron a la lancha. Yo creo que se asociaron a la fiesta de su visita”, recordó Jorge Schmid, el histórico prestador de Puerto Pirámides que condujo la lancha “Berretín”, que todavía descansa en los hangares de su empresa en la última bajada de Pirámides.

Pero hay más detalles que pintaba de cuerpo entero la mirada de una princesa triste, que una vez más, desafiaba a una nobleza británica que nunca la quiso y a un marido que quizá, nunca la hizo feliz. Lo único que le arrancaba una sonrisa a su belleza eran sus dos hijos. Por eso, dijo en una carta que su deseo era volver a Chubut con ellos. Nunca pudo cumplirlo porque la muerte trágica la sorprendió a mitad de camino.

Descendientes galeses

Pero vale la pena recordar aquella jornada del 25 de noviembre de 1995 cuando pisó suelo chubutense con la intención principal de ir al pueblo donde se encuentra la población de descendientes galeses más importantes de la Argentina. Ese lugar es Gaiman, el primer municipio de Chubut que la recibió con melodías y aplausos que ella disfrutó a medias porque su tristeza la ganaba a cualquier momento de felicidad que podía vivir, aún lejos de las presiones de la corona británica.

Avistaje de ballenas

Al mediodía de aquel histórico día para los chubutenses realizó el avistaje de ballenas en Puerto Pirámides. Como bien lo describió Schmid fue un día especial. En todo. Un clima ideal, con un sol resplandeciente. Una cantidad importante de ballenas que la esperaban muy cerca de la costa de la paradisíaca villa de Península Valdés. Después fue a la Estancia Ferro, el histórico emplazamiento del lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Le habían preparado un caldo especial. Y la esperaba el exquisito cordero patagónico. “No probó ni el caldo ni el cordero”, recordó Maestro por aquellos días. Solo estuvo cerca de una hora y después, un helicóptero la llevó hasta Gaiman, el pintoresco pueblo de nuestra provincia y principal motivo de su viaje. Alli la recibió un coro de chicos que le cantó un carnavalito y el emblemático té británico de las 5, rodeado de una decena de exquisitas tortas preparadas por las manos expertas de reposteras de familias galesas. No probó las tortas y apenas se mojó los labios con el té que casi quedó completo. “No quiso probar ni un solo trozo de tortas, se mostró sonriente en todo momento. Y amable con la gente que la rodeaba. Se prestó a todas las fotos pese a la incomodidad que mostraba su custodia”, dijo Miguel Mirantes, dueño de “Ty Te Caerdydd”, la casa que se convirtió en leyenda

“Estaba triste y ausente”, comentaría años después el propio gobernador Maestro. Ya estaba separada del príncipe Carlos y solo pensaba en sus hijos Harris y Williams.

“Nunca hubo tantas ballenas como ese día”, dijo tiempo después Schmid quien también recordó que “la península estaba blindada, había custodia hasta en medio de la estepa.”. Y que días antes, “la “Berretín”, fue prácticamente desguasada. Hasta le vaciaron el combustible que tenía y lo volvieron a cargar”.

Inolvidable

Gaiman nunca olvidó esta visita. La casa “Ty Te Caerdydd”, donde Diana Spencer apenas se mojó los labios con el exquisito te galés se convirtió en un verdadero lugar de culto. Tan solo dos años después de su visita, Lady Di murió en la semioscuridad de un túnel de Paris, en un accidente sobre el que todavía caen las sospechas. Entonces, la casa de te, rodeada de amplios jardines y monumentos pasó a ser un santuario donde cada 31 de agosto se le rendía un emotivo homenaje. Los turistas llegaban de a cientos para posar junto a la vitrina donde Miguel Mirantes había colocado todo lo que había usado la princesa durante su visita. Hay que recordar que tras esta etapa de esplendor, la casa de Mirantes pagó caro como tantos otros comercios la pandemia del Covid: debió cerrar por falta de turistas y recién ahora está renaciendo después de algunos arreglos en su edificio.

En el atardecer de aquel día, Lady Di y su comitiva viajaron otra vez a Trelew para abordar el avión que los llevaría a Buenos Aires. Vestía un impecable traje verde agua, a tono con sus ojos. Alguien describió después esa despedida como “la triste sonrisa de una princesa”.

Críticas

Pese a las críticas que este viaje recibió de parte de la corona británica, Lady Di desafiaría otra vez a quienes nunca la quisieron. La de Chubut no fue la única visita que realizó durante su paso por la Argentina. Al otro día, le pidió a quienes organizaron su visita que la lleven, sin ruido alguno a un lugar escondido sobre el Río Luján llamado Isla Silvia. Se puede decir que fue un viaje secreto. No quería exponerse más después que una revista lograra una foto en la que se la podía ver envuelta en una toalla tras salir de una pileta en el lugar donde se alojaba. A orillas del Río Luján había una colonia de un centenar de chicos con problemas penales y de adicciones. Llegó temprano, vestida con un traje claro pero esta vez con sólo algunos acompañantes y poca custodia. Se juntó con los chicos que allí trataban de recuperarse.Junto a ellos recorrió la colonia y preguntó a los encargados que clase de tarea realizaban en el lugar. Dicen que hizo una donación. Nunca se supo si fue verdaderamente asi porque la princesa nunca hacía gala de sus obras de bien. Caminó por la isla con los chicos durante un largo rato. Hasta que, en un momento de descanso uno de ellos le preguntó: “Para qué sirve ser princesa”. Lo miró algunos segundos y le dijo: “Para venir acá y conocerte a vos”. Un rato después se fue y a las pocas horas subió a un avión y cruzó nuevamente el Atlántico.#


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