Por Diego Crova
“Cuando estoy en océano siento lo que es el mundo; lo hago por mi sueño y por el de mi compañero”, resume, en un rudimentario español, Evgeny Kovalevskiy, cuyo diáfano tono de voz transmite experiencia y seguridad.
A bordo del trimarán Russian Ocean Way van solo dos ciudadanos de la gélida Siberia, cuya experiencia y conocimientos valen por una tripulación. El capitán Stanislav Berjozkin campeón de Rusia en turismo de vela y miembro de la Sociedad Geográfica Rusa; y Evgeny Kovalevsky, científico y viajero, dos veces nombrado Viajero Destacado de Rusia, también campeón en navegación y turismo acuático de ese país.
El derrotero seguirá dentro de 4 días, cuando las velas se vuelvan a hinchar para llevarlos a hasta Tierra del Fuego, rodear el Cabo de Hornos e ir hasta la Isla de Pascua. De allí, planean llegar a Tahití, pasar por Australia y la India, para luego visitar Madagascar, parte de África y Europa y regresar a su ciudad de origen, San Petersburgo.
El objetivo de los viajeros siberianos es dar la vuelta al mundo, siguiendo los caminos navales trazados por los navegantes rusos del siglo XIX. Y tienen la misión principal de hermanar los pueblos que visitan, como estandarte de ello, llevan la Bandera de la Paz: un bastión que representa su corolario de viaje.
Inclemencias
Viajar por el mundo es algo que muchas personas sueñan, pero la realidad es que no todo es agradable y menos en las condiciones en las que encararon su expedición los exploradores siberianos. Exacerbando su situación por la modalidad y el entorno.
Los viajeros reconocieron que “vivir en un trimarán no es para nada cómodo”. Y no es para menos, ambos duermen en una carpa montada sobre la estructura. No cuentan con calefacción, y en muchas situaciones el frio es demoledor. Asimismo, cuando el mar está embravecido y ataca con el oleaje, “el agua puede entrar a la carpa y nos moja todas las cosas”.
Al llegar, los viajeros siberianos fueron recibidos por varias personas y se mostraron muy cómodos: “La gente de la Patagonia es muy agradable. Nos recibieron muy bien en todos lados, la gente de Comodoro también, nos ayudaron mucho todos”, concluyó Evgeny.
Por Diego Crova
“Cuando estoy en océano siento lo que es el mundo; lo hago por mi sueño y por el de mi compañero”, resume, en un rudimentario español, Evgeny Kovalevskiy, cuyo diáfano tono de voz transmite experiencia y seguridad.
A bordo del trimarán Russian Ocean Way van solo dos ciudadanos de la gélida Siberia, cuya experiencia y conocimientos valen por una tripulación. El capitán Stanislav Berjozkin campeón de Rusia en turismo de vela y miembro de la Sociedad Geográfica Rusa; y Evgeny Kovalevsky, científico y viajero, dos veces nombrado Viajero Destacado de Rusia, también campeón en navegación y turismo acuático de ese país.
El derrotero seguirá dentro de 4 días, cuando las velas se vuelvan a hinchar para llevarlos a hasta Tierra del Fuego, rodear el Cabo de Hornos e ir hasta la Isla de Pascua. De allí, planean llegar a Tahití, pasar por Australia y la India, para luego visitar Madagascar, parte de África y Europa y regresar a su ciudad de origen, San Petersburgo.
El objetivo de los viajeros siberianos es dar la vuelta al mundo, siguiendo los caminos navales trazados por los navegantes rusos del siglo XIX. Y tienen la misión principal de hermanar los pueblos que visitan, como estandarte de ello, llevan la Bandera de la Paz: un bastión que representa su corolario de viaje.
Inclemencias
Viajar por el mundo es algo que muchas personas sueñan, pero la realidad es que no todo es agradable y menos en las condiciones en las que encararon su expedición los exploradores siberianos. Exacerbando su situación por la modalidad y el entorno.
Los viajeros reconocieron que “vivir en un trimarán no es para nada cómodo”. Y no es para menos, ambos duermen en una carpa montada sobre la estructura. No cuentan con calefacción, y en muchas situaciones el frio es demoledor. Asimismo, cuando el mar está embravecido y ataca con el oleaje, “el agua puede entrar a la carpa y nos moja todas las cosas”.
Al llegar, los viajeros siberianos fueron recibidos por varias personas y se mostraron muy cómodos: “La gente de la Patagonia es muy agradable. Nos recibieron muy bien en todos lados, la gente de Comodoro también, nos ayudaron mucho todos”, concluyó Evgeny.