Con motivo del segundo aniversario de la muerte de la sargento post mortem Daiana Reales, el viernes por la mañana se pintó una estrella en la Ruta provincial N° 25, para recordar a la agente de la Comisaría de Gaiman, quien falleció el 17 de noviembre de 2020.
Del acto participaron miembros de su familia, compañeros y efectivos de la Comisaría de Gaiman y el intendente Darío James.
La jornada comenzó con una concentración en el casco céntrico de Gaiman y desde allí familiares y autoridades marcharon hacia el lugar del accidente. Hubo palabras del Padre Adrián Mari y la entrega de una placa para los familiares.
Su pareja, Gustavo Mirantes pidió que se haga justicia: “Esta la primera vez que se coloca una estrella en la Ruta N°25, acá donde me la mataron a Daiana. Todos se callan la boca y eso me hace ruido porque ya se cumplieron dos años de su muerte y me dejaron solo con mi hijo de 6 años”.
“Lo que siempre pido es justicia, que no la hay”, continuó: “El hombre que manejaba el vehículo que la atropelló sigue manejando. A tres días de habérmela matado se pusieron a chupar y comer asado con los policías de Gan Gan. Le pido a los jueces que se pongan en mi lugar y hagan justicia real. Que esto no quede impune. Espero que esa persona no maneje nunca más”.
Con motivo del segundo aniversario de la muerte de la sargento post mortem Daiana Reales, el viernes por la mañana se pintó una estrella en la Ruta provincial N° 25, para recordar a la agente de la Comisaría de Gaiman, quien falleció el 17 de noviembre de 2020.
Del acto participaron miembros de su familia, compañeros y efectivos de la Comisaría de Gaiman y el intendente Darío James.
La jornada comenzó con una concentración en el casco céntrico de Gaiman y desde allí familiares y autoridades marcharon hacia el lugar del accidente. Hubo palabras del Padre Adrián Mari y la entrega de una placa para los familiares.
Su pareja, Gustavo Mirantes pidió que se haga justicia: “Esta la primera vez que se coloca una estrella en la Ruta N°25, acá donde me la mataron a Daiana. Todos se callan la boca y eso me hace ruido porque ya se cumplieron dos años de su muerte y me dejaron solo con mi hijo de 6 años”.
“Lo que siempre pido es justicia, que no la hay”, continuó: “El hombre que manejaba el vehículo que la atropelló sigue manejando. A tres días de habérmela matado se pusieron a chupar y comer asado con los policías de Gan Gan. Le pido a los jueces que se pongan en mi lugar y hagan justicia real. Que esto no quede impune. Espero que esa persona no maneje nunca más”.