El hecho tuvo lugar sobre la ruta 26, momento en que el hombre fue a abonar el servicio de una hora, pero la encargada le remarcó –luego de "requisar" la habitación-, que había un detalle en la ropa de cama.
Sin dudarlo se negó afirmando que “no estaban mojadas”, se negó a pagar, y ahí comenzó la pesadilla: llegó la policía.
El hecho tuvo lugar sobre la ruta 26, momento en que el hombre fue a abonar el servicio de una hora, pero la encargada le remarcó –luego de "requisar" la habitación-, que había un detalle en la ropa de cama.
Sin dudarlo se negó afirmando que “no estaban mojadas”, se negó a pagar, y ahí comenzó la pesadilla: llegó la policía.