López Obrador rechaza darle la jefatura de la Alianza del Pacífico a Perú

El presidente de México, Andrés López Obrador, anunció hoy que consultará con los países latinoamericanos integrantes del Grupo de Río si entrega la presidencia de la Alianza del Pacífico a Perú, al tachar de "espurio" al actual gobierno de la nación andina, sumida en una crisis política tras la destitución de Pedro Castillo.

17 FEB 2023 - 15:23 | Actualizado 17 FEB 2023 - 15:26

"Le voy a dar instrucciones al secretario de Relaciones Exteriores que le notifique a los miembros del Grupo de Río qué hacemos, porque yo no quiero entregar a un gobierno que considero espurio. Que decidan los miembros del Grupo de Río", dijo el mandatario durante su tradicional conferencia de prensa matutina.

"Lo vamos a notificar, a informar, para ver cuál es la opinión que tienen. Si ellos dicen 'entreguen la presidencia' lo hacemos, pero sí voy a hacer la consulta porque además yo no quiero legitimar un golpe de Estado", sentenció.

Creado en 1986, el Grupo de Río es un mecanismo regional permanente de consulta y concertación política que, además de México y Perú, incluye a Brasil, Argentina, Colombia, Panamá, Uruguay y Venezuela.

Los comentarios del gobernante mexicano se dan un día después que su par peruana, Dina Boluarte, afirmara que México se niega a entregarle la jefatura del bloque regional que conforman ambos países junto a Chile y Colombia porque López Obrador sigue apoyando al encarcelado expresidente Pedro Castillo.

Perú "debió asumir en enero la presidencia pro tempore", pero ello no ocurrió debido a "esta situación política (en la) que el presidente de México está perjudicando a los pueblos que comprenden la Alianza del Pacífico".

En noviembre, el gobierno de López Obrador debía entregar la presidencia de la alianza a Perú en México pero la cumbre no se celebró porque el Congreso peruano rechazó autorizar el viaje del entonces presidente Castillo.

Tras esta decisión, López Obrador propuso la cancelación del evento y se consideró celebrarlo en Lima, pero finalmente tuvo que suspenderse por la crisis que atravesaba el país andino.

"Íbamos a visitar Perú y (a Pedro Castillo) lo detuvieron (luego de intentar cerrar el Congreso), por esto que yo considero que fue un golpe de Estado técnico, aunque también ha utilizado a la policía, y creo que fue un acto ilegal arbitrario antidemocrático, no se respetó la voluntad del pueblo de Perú", recordó este viernes el mandatario mexicano.

López Obrador ha expresado en varias oportunidades su apoyo a Castillo, quien el 7 de diciembre, cuando estaba a punto de enfrentar una votación de destitución por el Congreso, anunció que disolvía el Parlamento y que gobernaría por decreto.

Pocas horas después, el Congreso unicameral lo destituyó y designó a Boluarte, entonces vicepresidenta, como mandataria constitucional.

Acusado de rebelión y conspiración, Castillo fue detenido cuando intentaba llegar a la embajada de México, y un juez le dictó prisión preventiva de 18 meses por rebelión.

Su esposa, Lilia Paredes, sí alcanzó la sede diplomática mexicana, cuyo gobierno le concedió a ella y sus dos hijos la condición de asilo.

Tras esta situación, el gobierno peruano declaró persona non grata y expulsó al embajador mexicano en Lima, Pablo Monroy, lo que ha generado una fricción diplomática entre los dos países.

La destitución de Castillo desató una ola de manifestaciones que exigen la renuncia de Boluarte y elecciones generales, y que dejaron medio centenar de muertos.

Castillo también ha recibido muestras de respaldo de Colombia, Argentina y Bolivia, lo que provocó en diciembre y enero que Lima llamara a consultas a sus embajadores en esos países.

Boluarte consideró ayer que "las relaciones internacionales están nuevamente volviendo a la calma, ya nuestros embajadores en Argentina estarán retornando próximamente", sin ofrecer mayores detalles, pero la situación con México se mantiene tensa.

17 FEB 2023 - 15:23

"Le voy a dar instrucciones al secretario de Relaciones Exteriores que le notifique a los miembros del Grupo de Río qué hacemos, porque yo no quiero entregar a un gobierno que considero espurio. Que decidan los miembros del Grupo de Río", dijo el mandatario durante su tradicional conferencia de prensa matutina.

"Lo vamos a notificar, a informar, para ver cuál es la opinión que tienen. Si ellos dicen 'entreguen la presidencia' lo hacemos, pero sí voy a hacer la consulta porque además yo no quiero legitimar un golpe de Estado", sentenció.

Creado en 1986, el Grupo de Río es un mecanismo regional permanente de consulta y concertación política que, además de México y Perú, incluye a Brasil, Argentina, Colombia, Panamá, Uruguay y Venezuela.

Los comentarios del gobernante mexicano se dan un día después que su par peruana, Dina Boluarte, afirmara que México se niega a entregarle la jefatura del bloque regional que conforman ambos países junto a Chile y Colombia porque López Obrador sigue apoyando al encarcelado expresidente Pedro Castillo.

Perú "debió asumir en enero la presidencia pro tempore", pero ello no ocurrió debido a "esta situación política (en la) que el presidente de México está perjudicando a los pueblos que comprenden la Alianza del Pacífico".

En noviembre, el gobierno de López Obrador debía entregar la presidencia de la alianza a Perú en México pero la cumbre no se celebró porque el Congreso peruano rechazó autorizar el viaje del entonces presidente Castillo.

Tras esta decisión, López Obrador propuso la cancelación del evento y se consideró celebrarlo en Lima, pero finalmente tuvo que suspenderse por la crisis que atravesaba el país andino.

"Íbamos a visitar Perú y (a Pedro Castillo) lo detuvieron (luego de intentar cerrar el Congreso), por esto que yo considero que fue un golpe de Estado técnico, aunque también ha utilizado a la policía, y creo que fue un acto ilegal arbitrario antidemocrático, no se respetó la voluntad del pueblo de Perú", recordó este viernes el mandatario mexicano.

López Obrador ha expresado en varias oportunidades su apoyo a Castillo, quien el 7 de diciembre, cuando estaba a punto de enfrentar una votación de destitución por el Congreso, anunció que disolvía el Parlamento y que gobernaría por decreto.

Pocas horas después, el Congreso unicameral lo destituyó y designó a Boluarte, entonces vicepresidenta, como mandataria constitucional.

Acusado de rebelión y conspiración, Castillo fue detenido cuando intentaba llegar a la embajada de México, y un juez le dictó prisión preventiva de 18 meses por rebelión.

Su esposa, Lilia Paredes, sí alcanzó la sede diplomática mexicana, cuyo gobierno le concedió a ella y sus dos hijos la condición de asilo.

Tras esta situación, el gobierno peruano declaró persona non grata y expulsó al embajador mexicano en Lima, Pablo Monroy, lo que ha generado una fricción diplomática entre los dos países.

La destitución de Castillo desató una ola de manifestaciones que exigen la renuncia de Boluarte y elecciones generales, y que dejaron medio centenar de muertos.

Castillo también ha recibido muestras de respaldo de Colombia, Argentina y Bolivia, lo que provocó en diciembre y enero que Lima llamara a consultas a sus embajadores en esos países.

Boluarte consideró ayer que "las relaciones internacionales están nuevamente volviendo a la calma, ya nuestros embajadores en Argentina estarán retornando próximamente", sin ofrecer mayores detalles, pero la situación con México se mantiene tensa.


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