Luján Leal de Ibarra, de 19 años, es egresada del Instituto Austral de Comodoro Rivadavia, y en agosto del año pasado pisó por primera vez Boulder, Colorado, Estados Unidos, donde empezó una carrera universitaria con el sueño de ser astronauta y viajar al espacio.
La comodorense asiste a clases en la Universidad, trabaja en un organismo fundado por la NASA y en el campus se hizo de unas amigas que son "lo más parecidas a las argentinas" que encontró allí.
El big bang de la carrera espacial de Luján, lejos de las galaxias y la estrellas, está en los trajes que usaba de chica cuando miraba las películas de Apollo o se disfrazaba de astronauta en los actos escolares.
Todo empezó cuando Luján era una niña y le decía a los padres, como un juego, "cuando sea grande voy ser astronauta" y la miraban y decían "bueno..."
Luján cumplió 16 años, era una luz en física, matemáticas y otras ciencias exactas, aunque más bien era de esas chicas a las que les va bien en todo. Podría haber seguido la carrera que ella quisiera.
La cuestión es que no podía sacarse de la cabeza la idea de viajar al espacio, usar trajes de astronauta y desafiar la ley de gravedad.
Una vez, en el colegio, les pidieron que dibujara cómo se imaginaban dentro de diez años: ella se dibujó flotando.
"Cuando tenía 16 años se dieron cuenta de que era en serio; siempre me gustaron mucho las ciencias, la matemática y la física, entonces ahí me puse googlear y la carrera más común es ingeniería aeroespacial", cuenta a Jornada desde su cuarto en el campus.
EL LANZAMIENTO
En la Argentina esa carrera recién se abrió hace un par de años en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Los Estados Unidos y la NASA aparecían como un destino obligado para una chica que está determinada a ir al espacio.
En noviembre del 2021, Luján aplicó para ingresar en la Universidad de Colorado, Boulder, uno de los centros de referencia de la carrera espacial en los Estados Unidos. De ahí salieron unos 20 egresados que llegaron a ser astronautas.
Rindió exámenes de inglés, matemáticas y lengua; escribió ensayos que hablan de ella como persona -por qué sueña con ser astronauta-; y contó qué le gustaba hacer cuando no estaba en la escuela.
Como la mayoría tiene buenas calificaciones escolares, la Universidad le da importancia a la calidad humana de los aspirantes. Luján pasó la prueba.
“Siempre supe que no iba a ser fácil pero fui abanderada y mejor promedio todos los años, así que todo el mundo confiaba en mí. Las cartas recomendación decían cosas hermosas. Para diferenciar a cada estudiante quieren ver algo más personal. Que sea argentina probablemente les haya llamado la atención", dice.
¿Es aquello que tanto nos aterra es lo que nos lleva a enfrentar nuestros miedos más profundos? Luján le tenía tanto miedo a E.T cuando era chica,que quedó fascinada con la idea de adentrarse en lo desconocido.
"Mi mayor miedo siempre fue E.T, el extraterrestre. El espacio y lo desconocido me da un poco de miedo pero también me llama la atención. Lo que más quiero es hacer una caminata espacial, me encantaría ir a la luna. Estar flotando en el espacio debe ser unas de las sensaciones más lindas que podés sentir", comenta.
Lo extraordinario en UC Boulder no es que los estudiantes tengan los pies en la Tierra: muchos de ellos se anotan porque quieren ser ingenieros y construir cohetes. Lo extraordinario es que los estudiantes quieran ser astronautas.Y Luján está en el lugar indicado.
La chubutense reparte su tiempo entre clases de análisis matemático, fisica y otras materiasdifíciles, y 9 horas de trabajo semanales en el Consorcio Espacial de Colorado, fundado por la NASA.
Esa es una de las puertas de entrada a las empresas aeroespaciales y laboratorios de la NASA, que reclutan profesionales que están dando sus primeros pasos en la exploración del espacio.
ODISEA DEL ESPACIO 2026
Si bien las misiones al espacio han estado comandadas por hombres, en este último tiempo, las mujeres vienen ganando terreno en la exploración del universo.
El año que viene la NASA proyecta una misión a la luna en la que van a tener un rol protagónico. También hay empresas aeroespaciales que tienen como meta llegar a Marte.
Para el 2026 Luján proyecta haber terminado la carrera, que dura cuatro años. Para esa fecha -quizá- recién habrá empezado la cuenta regresiva del lanzamiento de su larga carrera al espacio.
Ella sabe que no es fácil entrar en la NASA, pero el sueño de ser astronauta la persigue desde que era chica.
Otra de las posibilidades es regresar a la Argentina, pero -al menos por ahora- no está dispuesta a relegar su deseo de flotar y caminar en la luna.
Luján, que tiene su corazón acá y la mente en el cosmos, asegura que si la Argentina necesita astronautas "voy a ser la primera en anotarme".
El tiempo dirá.
Luján Leal de Ibarra, de 19 años, es egresada del Instituto Austral de Comodoro Rivadavia, y en agosto del año pasado pisó por primera vez Boulder, Colorado, Estados Unidos, donde empezó una carrera universitaria con el sueño de ser astronauta y viajar al espacio.
La comodorense asiste a clases en la Universidad, trabaja en un organismo fundado por la NASA y en el campus se hizo de unas amigas que son "lo más parecidas a las argentinas" que encontró allí.
El big bang de la carrera espacial de Luján, lejos de las galaxias y la estrellas, está en los trajes que usaba de chica cuando miraba las películas de Apollo o se disfrazaba de astronauta en los actos escolares.
Todo empezó cuando Luján era una niña y le decía a los padres, como un juego, "cuando sea grande voy ser astronauta" y la miraban y decían "bueno..."
Luján cumplió 16 años, era una luz en física, matemáticas y otras ciencias exactas, aunque más bien era de esas chicas a las que les va bien en todo. Podría haber seguido la carrera que ella quisiera.
La cuestión es que no podía sacarse de la cabeza la idea de viajar al espacio, usar trajes de astronauta y desafiar la ley de gravedad.
Una vez, en el colegio, les pidieron que dibujara cómo se imaginaban dentro de diez años: ella se dibujó flotando.
"Cuando tenía 16 años se dieron cuenta de que era en serio; siempre me gustaron mucho las ciencias, la matemática y la física, entonces ahí me puse googlear y la carrera más común es ingeniería aeroespacial", cuenta a Jornada desde su cuarto en el campus.
EL LANZAMIENTO
En la Argentina esa carrera recién se abrió hace un par de años en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Los Estados Unidos y la NASA aparecían como un destino obligado para una chica que está determinada a ir al espacio.
En noviembre del 2021, Luján aplicó para ingresar en la Universidad de Colorado, Boulder, uno de los centros de referencia de la carrera espacial en los Estados Unidos. De ahí salieron unos 20 egresados que llegaron a ser astronautas.
Rindió exámenes de inglés, matemáticas y lengua; escribió ensayos que hablan de ella como persona -por qué sueña con ser astronauta-; y contó qué le gustaba hacer cuando no estaba en la escuela.
Como la mayoría tiene buenas calificaciones escolares, la Universidad le da importancia a la calidad humana de los aspirantes. Luján pasó la prueba.
“Siempre supe que no iba a ser fácil pero fui abanderada y mejor promedio todos los años, así que todo el mundo confiaba en mí. Las cartas recomendación decían cosas hermosas. Para diferenciar a cada estudiante quieren ver algo más personal. Que sea argentina probablemente les haya llamado la atención", dice.
¿Es aquello que tanto nos aterra es lo que nos lleva a enfrentar nuestros miedos más profundos? Luján le tenía tanto miedo a E.T cuando era chica,que quedó fascinada con la idea de adentrarse en lo desconocido.
"Mi mayor miedo siempre fue E.T, el extraterrestre. El espacio y lo desconocido me da un poco de miedo pero también me llama la atención. Lo que más quiero es hacer una caminata espacial, me encantaría ir a la luna. Estar flotando en el espacio debe ser unas de las sensaciones más lindas que podés sentir", comenta.
Lo extraordinario en UC Boulder no es que los estudiantes tengan los pies en la Tierra: muchos de ellos se anotan porque quieren ser ingenieros y construir cohetes. Lo extraordinario es que los estudiantes quieran ser astronautas.Y Luján está en el lugar indicado.
La chubutense reparte su tiempo entre clases de análisis matemático, fisica y otras materiasdifíciles, y 9 horas de trabajo semanales en el Consorcio Espacial de Colorado, fundado por la NASA.
Esa es una de las puertas de entrada a las empresas aeroespaciales y laboratorios de la NASA, que reclutan profesionales que están dando sus primeros pasos en la exploración del espacio.
ODISEA DEL ESPACIO 2026
Si bien las misiones al espacio han estado comandadas por hombres, en este último tiempo, las mujeres vienen ganando terreno en la exploración del universo.
El año que viene la NASA proyecta una misión a la luna en la que van a tener un rol protagónico. También hay empresas aeroespaciales que tienen como meta llegar a Marte.
Para el 2026 Luján proyecta haber terminado la carrera, que dura cuatro años. Para esa fecha -quizá- recién habrá empezado la cuenta regresiva del lanzamiento de su larga carrera al espacio.
Ella sabe que no es fácil entrar en la NASA, pero el sueño de ser astronauta la persigue desde que era chica.
Otra de las posibilidades es regresar a la Argentina, pero -al menos por ahora- no está dispuesta a relegar su deseo de flotar y caminar en la luna.
Luján, que tiene su corazón acá y la mente en el cosmos, asegura que si la Argentina necesita astronautas "voy a ser la primera en anotarme".
El tiempo dirá.