Por Esteban Gallo
Alejandro Ferro es el propietario de varios campos en la Península. Es el dueño de la propiedad por donde se ingresa a Punta Pardelas, un lugar paradisíaco que hace 5 años está cerrado al público, con tranquera y con candado.
Durante el último tiempo hemos escuchado testimonios variopintos de numerosos sectores de la comunidad que reclaman la apertura de Pardelas. Lo que piden no es un capricho. Están amparados por las leyes provinciales y nacionales vigentes que establecen taxativamente que los caminos de acceso a las playas son de uso público y que los dueños de los campos no pueden impedir el ingreso a la costa de ningún ciudadano.
La semana pasada, el Ministro de Turismo de la Provincia, Leonardo Gaffet, dijo: “vamos a reabrir Pardelas pero con controles”. También aclaró que “eso ocurrirá cuando esté actualizado el Plan de Manejo”.
Como consecuencia del tratamiento periodístico que Cadena Tiempo y Diario Jornada le brindaron a este tema, el terrateniente Alejandro Ferro se lanzó a las redes sociales para atacarnos con mensajes totalmente disparatados.
Primero escribió: “Te amo Pardelas”. Y agregó: “Nunca voy a dejar que los falsos periodistas destructores de paraísos vuelvan a hacerte daño, te lo prometo”.
Para que nadie se confunda, cuando este medio decide plantear el tema Pardelas, lo único que hace es abordar un tema de interés público, surgido de la preocupación de los ciudadanos de la provincia.
Lo de Pardelas nos moviliza, porque como dice Ferro, es un paraíso. La diferencia es que nosotros creemos que prohibir que la gente disfrute de sus paraísos es un pecado. Y ponerle un candado es una aberración.
Pero a Ferro no le alcanzó con el primer posteo. Más tarde, subió la apuesta con este otro mensaje: “Y después está el que se hace llamar periodista que presiona para que se abran las playas sin tener ni idea de conservación solo para ir a emborracharse con sus amigos a la playa” y agrega: “lamentable Jornada web en lo que estás convirtiendo”.
No vamos a responder todas las imputaciones de Ferro porque no nos gusta caer tan bajo. Tenemos una larga trayectoria en el periodismo que pretendemos cuidar. En todo caso, los abogados del Grupo Jornada se encargarán de hacer lo que tengan que hacer.
Lo que llama la atención es la arrogancia del terrateniente Ferro, no exenta de un toque de delirio, cuando dice, hablándole a Pardelas, “Nunca voy a permitir que vuelvan a hacerte daño”.
Por un lado, se autoproclama como el guardián de la Península. Y por el otro, se coloca por encima de cualquier autoridad. Yo le voy avisando al ministro Gaffet que cuando decida la reapertura de Pardelas le pida permiso a Ferro, porque si no lo hace se va a armar alto quilombo.
Fíjense la frase que utiliza: Nunca voy a permitir que vuelvan a hacerte daño.
Él se cree la autoridad. Ferro actúa como si el mando no lo tuvieran las autoridades provinciales, que son los que toman las decisiones. La autoridad es él y es él quien va decidir sobre el destino de las playas. Y por lo que transmite esa declaración, pareciera que el Sr. no va a permitir que reabran Pardelas.
Como para nosotros un terrateniente nunca será la autoridad, aunque Ferro se crea el dueño de todo, es que vamos a seguir tratando el tema.
En los próximos días, un grupo de vecinos de Chubut presentarán una nota a la Defensora del Pueblo, pidiendo que investigue el cierre de Pardelas y se exhorte a la autoridad de aplicación que retire todo obstáculo que impida el ingreso a la Playa de Punta Pardelas.
Al mismo tiempo, los vecinos ya tienen también preparado un recurso de amparo para ser presentado a la Justicia ordinaria. El empoderamiento del dueño de un campo no frenará el ímpetu y la razón de los ciudadanos chubutenses que solo quieren recuperar uno de sus lugares más emblemáticos.
Por Esteban Gallo
Alejandro Ferro es el propietario de varios campos en la Península. Es el dueño de la propiedad por donde se ingresa a Punta Pardelas, un lugar paradisíaco que hace 5 años está cerrado al público, con tranquera y con candado.
Durante el último tiempo hemos escuchado testimonios variopintos de numerosos sectores de la comunidad que reclaman la apertura de Pardelas. Lo que piden no es un capricho. Están amparados por las leyes provinciales y nacionales vigentes que establecen taxativamente que los caminos de acceso a las playas son de uso público y que los dueños de los campos no pueden impedir el ingreso a la costa de ningún ciudadano.
La semana pasada, el Ministro de Turismo de la Provincia, Leonardo Gaffet, dijo: “vamos a reabrir Pardelas pero con controles”. También aclaró que “eso ocurrirá cuando esté actualizado el Plan de Manejo”.
Como consecuencia del tratamiento periodístico que Cadena Tiempo y Diario Jornada le brindaron a este tema, el terrateniente Alejandro Ferro se lanzó a las redes sociales para atacarnos con mensajes totalmente disparatados.
Primero escribió: “Te amo Pardelas”. Y agregó: “Nunca voy a dejar que los falsos periodistas destructores de paraísos vuelvan a hacerte daño, te lo prometo”.
Para que nadie se confunda, cuando este medio decide plantear el tema Pardelas, lo único que hace es abordar un tema de interés público, surgido de la preocupación de los ciudadanos de la provincia.
Lo de Pardelas nos moviliza, porque como dice Ferro, es un paraíso. La diferencia es que nosotros creemos que prohibir que la gente disfrute de sus paraísos es un pecado. Y ponerle un candado es una aberración.
Pero a Ferro no le alcanzó con el primer posteo. Más tarde, subió la apuesta con este otro mensaje: “Y después está el que se hace llamar periodista que presiona para que se abran las playas sin tener ni idea de conservación solo para ir a emborracharse con sus amigos a la playa” y agrega: “lamentable Jornada web en lo que estás convirtiendo”.
No vamos a responder todas las imputaciones de Ferro porque no nos gusta caer tan bajo. Tenemos una larga trayectoria en el periodismo que pretendemos cuidar. En todo caso, los abogados del Grupo Jornada se encargarán de hacer lo que tengan que hacer.
Lo que llama la atención es la arrogancia del terrateniente Ferro, no exenta de un toque de delirio, cuando dice, hablándole a Pardelas, “Nunca voy a permitir que vuelvan a hacerte daño”.
Por un lado, se autoproclama como el guardián de la Península. Y por el otro, se coloca por encima de cualquier autoridad. Yo le voy avisando al ministro Gaffet que cuando decida la reapertura de Pardelas le pida permiso a Ferro, porque si no lo hace se va a armar alto quilombo.
Fíjense la frase que utiliza: Nunca voy a permitir que vuelvan a hacerte daño.
Él se cree la autoridad. Ferro actúa como si el mando no lo tuvieran las autoridades provinciales, que son los que toman las decisiones. La autoridad es él y es él quien va decidir sobre el destino de las playas. Y por lo que transmite esa declaración, pareciera que el Sr. no va a permitir que reabran Pardelas.
Como para nosotros un terrateniente nunca será la autoridad, aunque Ferro se crea el dueño de todo, es que vamos a seguir tratando el tema.
En los próximos días, un grupo de vecinos de Chubut presentarán una nota a la Defensora del Pueblo, pidiendo que investigue el cierre de Pardelas y se exhorte a la autoridad de aplicación que retire todo obstáculo que impida el ingreso a la Playa de Punta Pardelas.
Al mismo tiempo, los vecinos ya tienen también preparado un recurso de amparo para ser presentado a la Justicia ordinaria. El empoderamiento del dueño de un campo no frenará el ímpetu y la razón de los ciudadanos chubutenses que solo quieren recuperar uno de sus lugares más emblemáticos.