Por Lisandro Aguirregabiría
María Isabel López desapareció el 4 de febrero de este año y desde entonces nadie supo más nada de ella. Sigue reportada como desaparecida. Hace unos meses creían que podía llegar a estar en Santa Cruz pero no encontraron ningún rastro de ella.
Cuando desapareció Tamara Silva, el mes pasado, en Puerto Madryn, allegados a María Isabel López quisieron reactivar la búsqueda pero todo quedó en la nada. Tamara tuvo el peor final: la encontraron muerta.
El caso de López es un misterio: no saben si ella decidió borrarse del mapa por decisión propia o pasó algo más.
Un día de verano ella salió de su casa donde vivía en Trelew con su hermana, y jamás regresó. A la semana fue reportada como desaparecida y comenzó una intensa búsqueda que se fue apagando.
Lo primero que se dijo fue que María Isabel acostumbraba a irse de casa por largas temporadas, lo que llevó a suponer que se había marchado por su cuenta.
Desde su entorno ventilaron que alguien la vio subir a una camioneta blanca que llamó la atención. Al día de hoy no se sabe si esta pista es verdadera o fue descartada.
Tampoco había registros de que López hubiera sacado un pasaje de colectivo en la terminal o comprado pasajes de avión. Todos los caminos hacían suponer que habría salido de Trelew en un vehículo particular.
Hace unos meses los investigadores creían que podía estar en Pico Truncado, Santa Cruz. La Policía santacruceña se sumó a la búsqueda y el caso fue levantado por los medios locales. Con el correr de los días la noticia se fue esfumando.
De María Isabel López lo único que hay es una foto de ella mirando a la cámara. No hay ningún otro registro fotográfico de ella. Se sabe, sí, que cuando dejó la casa tenía el pelo corto. Nada más.
Alguna vez, se dijo que ella había dejado olvidado el celular pero después esa versión quedó en la nada.
El caso se había enfriado pero en estos días volvieron a actualizarlo en Búsqueda de Personas Trelew.
Mientras tanto, sus allegados siguen haciendo circular su foto con la esperanza de que alguien la haya visto en algún lado.
Por Lisandro Aguirregabiría
María Isabel López desapareció el 4 de febrero de este año y desde entonces nadie supo más nada de ella. Sigue reportada como desaparecida. Hace unos meses creían que podía llegar a estar en Santa Cruz pero no encontraron ningún rastro de ella.
Cuando desapareció Tamara Silva, el mes pasado, en Puerto Madryn, allegados a María Isabel López quisieron reactivar la búsqueda pero todo quedó en la nada. Tamara tuvo el peor final: la encontraron muerta.
El caso de López es un misterio: no saben si ella decidió borrarse del mapa por decisión propia o pasó algo más.
Un día de verano ella salió de su casa donde vivía en Trelew con su hermana, y jamás regresó. A la semana fue reportada como desaparecida y comenzó una intensa búsqueda que se fue apagando.
Lo primero que se dijo fue que María Isabel acostumbraba a irse de casa por largas temporadas, lo que llevó a suponer que se había marchado por su cuenta.
Desde su entorno ventilaron que alguien la vio subir a una camioneta blanca que llamó la atención. Al día de hoy no se sabe si esta pista es verdadera o fue descartada.
Tampoco había registros de que López hubiera sacado un pasaje de colectivo en la terminal o comprado pasajes de avión. Todos los caminos hacían suponer que habría salido de Trelew en un vehículo particular.
Hace unos meses los investigadores creían que podía estar en Pico Truncado, Santa Cruz. La Policía santacruceña se sumó a la búsqueda y el caso fue levantado por los medios locales. Con el correr de los días la noticia se fue esfumando.
De María Isabel López lo único que hay es una foto de ella mirando a la cámara. No hay ningún otro registro fotográfico de ella. Se sabe, sí, que cuando dejó la casa tenía el pelo corto. Nada más.
Alguna vez, se dijo que ella había dejado olvidado el celular pero después esa versión quedó en la nada.
El caso se había enfriado pero en estos días volvieron a actualizarlo en Búsqueda de Personas Trelew.
Mientras tanto, sus allegados siguen haciendo circular su foto con la esperanza de que alguien la haya visto en algún lado.