Juan Cruz Payal es de Esquel. A sus 18 años, el futbolista de Reserva de AFA está a un paso de debutar en la Primera de Boca. En caso de producirse, será una proeza personal y un nuevo hito para el fútbol chubutense. Es un caso sumamente interesante.
No es nada fácil el asunto. Además de rendir con excelencia en cancha, el mediocampista debe combatircontra el desarraigo, cuestión que no debe soportar un joven de Buenos Aires. Un chico porteño o bonaerense tiene sus seres queridos a una o a dos horas del predio de entrenamiento.
En cambio, la familia de Juan Cruz, que contiene al jugador, vive en el barrio Badén de Esquel, a más de 1.800 kilómetros de distancia. Payal tiene que hacer un esfuerzo colosal para que la añoranza por los seres queridos no le juegue en contra. Y tiene éxito, apoyado por Boca de forma presencial. Los resultados están a la vista.
La posibilidad de Juan Cruz no solo se debe al esfuerzo individual, que es innegable. Pero ese sacrificio está acompañado, entre otros factores, por Belgrano de E squel, el club donde surgió.
Y tampoco puede omitirse la figura de Milton Reyes, presidente del “Xeneize” cordillerano en 2021, cuando Juan Cruz hizo la prueba exitosa en Boca. Reyes, futuro titular de Chubut Deportes, es sumamente respetado por el futbolista.
Javier Treuque, otro chubutense, también hizo su aporte. El secretario general del Consejo Federal ayudó a agilizar la salida de Payal de Racing de Avellaneda, su club anterior en Buenos Aires. De allí volvió a Belgrano y partió eventualmente a Boca.
Esfuerzo individual combinado con respaldo y contención es una combinación que suele dar frutos
Juan Cruz Payal es de Esquel. A sus 18 años, el futbolista de Reserva de AFA está a un paso de debutar en la Primera de Boca. En caso de producirse, será una proeza personal y un nuevo hito para el fútbol chubutense. Es un caso sumamente interesante.
No es nada fácil el asunto. Además de rendir con excelencia en cancha, el mediocampista debe combatircontra el desarraigo, cuestión que no debe soportar un joven de Buenos Aires. Un chico porteño o bonaerense tiene sus seres queridos a una o a dos horas del predio de entrenamiento.
En cambio, la familia de Juan Cruz, que contiene al jugador, vive en el barrio Badén de Esquel, a más de 1.800 kilómetros de distancia. Payal tiene que hacer un esfuerzo colosal para que la añoranza por los seres queridos no le juegue en contra. Y tiene éxito, apoyado por Boca de forma presencial. Los resultados están a la vista.
La posibilidad de Juan Cruz no solo se debe al esfuerzo individual, que es innegable. Pero ese sacrificio está acompañado, entre otros factores, por Belgrano de E squel, el club donde surgió.
Y tampoco puede omitirse la figura de Milton Reyes, presidente del “Xeneize” cordillerano en 2021, cuando Juan Cruz hizo la prueba exitosa en Boca. Reyes, futuro titular de Chubut Deportes, es sumamente respetado por el futbolista.
Javier Treuque, otro chubutense, también hizo su aporte. El secretario general del Consejo Federal ayudó a agilizar la salida de Payal de Racing de Avellaneda, su club anterior en Buenos Aires. De allí volvió a Belgrano y partió eventualmente a Boca.
Esfuerzo individual combinado con respaldo y contención es una combinación que suele dar frutos