Tahiana Marrone y el “orgullo de combatir ya no en la guerra sino en la vida”, dijo en Comodoro

Es el único caso en el que un veterano de guerra que luchó en Malvinas, modificó su DNI con el género autopercibido. Tahiana Marrone dejóun mensaje de respeto desde la diversidad.

Tahiana, la mujer trans que combatió en Malvinas y cambió su DNI.
16 OCT 2023 - 20:38 | Actualizado 16 OCT 2023 - 20:39

Por Ismael Tebes

Prestó servicio en 1982 en la Compañía de Ingeniero IX que por entonces, tenía asiento en el Regimiento de Infantería 25 de Sarmiento; los “Bravos” que mayor dotación de soldados aportó durante el Conflicto del Atlántico Sur. Participó activamente en el frente de batalla y de la toma de las Islas Malvinas hasta la rendición y el final de la Guerra que se extendió por setenta y seis días. Hoy, con otro DNI y otra identidad, quien sirvió al Ejército Argentino, con cincuenta y ocho años de edad camina las calles de Chañar Ladeado, la ciudad santafecina que reivindicó sus valores: la valentía de una guerra de las armas y la otra, la de combatir por otra causa: la intersexualidad y el cambio de género.

Tras su paso por distintas ciudades de Chubut, Tahiana Marrone respalda las premisas de “respeto por la vida y por el prójimo” desde una trinchera diferente. Es la única veterana de la Guerra de Malvinas del país que decidió cambiar su sexualidad en el proceso denominado “postguerra” y que ahora, con el respeto de la sociedad y de sus compañeros Veteranos brinda charlas sobre Educación Sexual Integral y políticas de diversidad y género.

“Estar en Comodoro Rivadavia es como estar en la cuna, una de las partes en donde se gestó todo lo que fue Malvinas. Es una zona súper malvinera porque tanto como Comodoro y Sarmiento fue la zona que más soldados brindó en el 82 en la contienda”, expresó.

Tahiana reconoce padecer una alteración genética denominada Síndrome de Klinefelter y que ésta circunstancia, la llevó “desmasculinizarse” y a realizarse una cirugía de reasignación de sexo. Según su propia percepción se define “intersexual”, más femenina que masculina. Y dice sentirse “combatiente” ya no de la guerra sino de la vida.
“A partir del año pasado empecé a recorrer el país, hice todo Cuyo y el Noroeste argentino y éste año se había programado para venir a toda la parte sur, dando charlas de Malvinas y aprovechando a la juventud que todavía no sabe que se da muy poco del tema”.

“Siempre digo –sostuvo Tahiana- que no hay nada mejor que invitar a veteranos que son la historia viva que cuenten lo que fue Malvinas, entonces se aprende mucho. Yo vengo desde Corral de Bustos, provincia de Córdoba y arranque por San Carlos de Bariloche; El Bolsón, Lago Puelo y El Hoyo dando charlas a estudiantes de cuarto y quinto año que prenden hasta que rompen el hielo y empiezan a preguntar todo y es muy lindo”.

Marrone, que tenía diecisiete años al momento de declararse la Guerra de Malvinas figura en una placa alusiva en la ciudad de Sarmiento y asume el orgullo de haber defendido la Patria cuando fue requerido aún ante el riesgo de exponer su propia vida. “Siempre suelo decir que una guerra no es linda, no se la deseo a nadie. Hay que rescatar los valores más importantes, yo por ejemplo en Malvinas rescaté la hermandad, el respeto y sobre todo las intensas ganas de vivir que uno tiene. Eso me lo dio Malvinas. Hay que rescatar sí que hubo muchas cosas feas; se pasó mucho tiempo en las Islas. Con mi compañía junto con el Regimiento fuímos el mismo 2 de abril, estuvimos setenta y seis días en Malvinas, regresamos recién a Sarmiento un 21 de junio. Uno trata de dejar a un costado lo feo y poner lo lindo, lo que te hace engrandecer”, remarcó.

“A mí por ejemplo me hizo muy resiliente; con muchas ganas de contar, de andar por todos lados y recorrer el país. Me gusta contarlo y a la vez, me hace bien”, cuenta Tahiana quien recordó un detalle disuasivo que permitió engañar a la flota inglesa. “Estábamos en la Isla Soledad, soportamos largas horas de bombardeo británico en nuestra posición en Bahía Zorro. Las principales bajas fueron provocadas por las bombas y los misiles enemigos. Nosotros utilizábamos carros en los que colocamos caños de PVC que simulaban ser cañones. Los aviones ingleses los bombardearon pensando que eran armas de verdad y al día siguiente, volvíamos a instalarlas. Eso permitió que se produjeran más bajas de soldados”, recordó.

“Pasaron diez años; la gestión de Alfonsín y la primera gestión de Menem fueron desmalvinizadoras. Hablar de Malvinas era mala palabra. Decir que eras veterano era no conseguir trabajo o si te guardabas el orgullo, cuando se enteraban te echaban”.

“Cuando todo terminó nos hicieron firmar un papel de confidencialidad y no podíamos contar nada. Cuando pudimos empezar a contar verdaderamente lo que ocurrió, más de uno ya no estaba. Lamentablemente cuando se pudo empezar a contar para sanar el alma ya muchos veteranos se quitaron la vida, casi tantos como los caídos en combate”, lamentó Marrone.

Destacó el profundo sentimiento “malvinero” que existe en la región y las demostraciones de reconocimiento que trascienden inclusive cada 2 de Abril. “Es lindo ver los monumentos y la manera de reivindicar a los veteranos, la valentía que se tuvo y estar cerca del mar, es como estar viendo las Islas. Es algo muy sanador, muy lindo y me siento orgullosa de que en Sarmiento figure mi nombre en una placa con todos los compañeros que fuimos. En la zona se valora mucho al veterano y me siento muy orgullosa por todo eso”.#

Tahiana, la mujer trans que combatió en Malvinas y cambió su DNI.
16 OCT 2023 - 20:38

Por Ismael Tebes

Prestó servicio en 1982 en la Compañía de Ingeniero IX que por entonces, tenía asiento en el Regimiento de Infantería 25 de Sarmiento; los “Bravos” que mayor dotación de soldados aportó durante el Conflicto del Atlántico Sur. Participó activamente en el frente de batalla y de la toma de las Islas Malvinas hasta la rendición y el final de la Guerra que se extendió por setenta y seis días. Hoy, con otro DNI y otra identidad, quien sirvió al Ejército Argentino, con cincuenta y ocho años de edad camina las calles de Chañar Ladeado, la ciudad santafecina que reivindicó sus valores: la valentía de una guerra de las armas y la otra, la de combatir por otra causa: la intersexualidad y el cambio de género.

Tras su paso por distintas ciudades de Chubut, Tahiana Marrone respalda las premisas de “respeto por la vida y por el prójimo” desde una trinchera diferente. Es la única veterana de la Guerra de Malvinas del país que decidió cambiar su sexualidad en el proceso denominado “postguerra” y que ahora, con el respeto de la sociedad y de sus compañeros Veteranos brinda charlas sobre Educación Sexual Integral y políticas de diversidad y género.

“Estar en Comodoro Rivadavia es como estar en la cuna, una de las partes en donde se gestó todo lo que fue Malvinas. Es una zona súper malvinera porque tanto como Comodoro y Sarmiento fue la zona que más soldados brindó en el 82 en la contienda”, expresó.

Tahiana reconoce padecer una alteración genética denominada Síndrome de Klinefelter y que ésta circunstancia, la llevó “desmasculinizarse” y a realizarse una cirugía de reasignación de sexo. Según su propia percepción se define “intersexual”, más femenina que masculina. Y dice sentirse “combatiente” ya no de la guerra sino de la vida.
“A partir del año pasado empecé a recorrer el país, hice todo Cuyo y el Noroeste argentino y éste año se había programado para venir a toda la parte sur, dando charlas de Malvinas y aprovechando a la juventud que todavía no sabe que se da muy poco del tema”.

“Siempre digo –sostuvo Tahiana- que no hay nada mejor que invitar a veteranos que son la historia viva que cuenten lo que fue Malvinas, entonces se aprende mucho. Yo vengo desde Corral de Bustos, provincia de Córdoba y arranque por San Carlos de Bariloche; El Bolsón, Lago Puelo y El Hoyo dando charlas a estudiantes de cuarto y quinto año que prenden hasta que rompen el hielo y empiezan a preguntar todo y es muy lindo”.

Marrone, que tenía diecisiete años al momento de declararse la Guerra de Malvinas figura en una placa alusiva en la ciudad de Sarmiento y asume el orgullo de haber defendido la Patria cuando fue requerido aún ante el riesgo de exponer su propia vida. “Siempre suelo decir que una guerra no es linda, no se la deseo a nadie. Hay que rescatar los valores más importantes, yo por ejemplo en Malvinas rescaté la hermandad, el respeto y sobre todo las intensas ganas de vivir que uno tiene. Eso me lo dio Malvinas. Hay que rescatar sí que hubo muchas cosas feas; se pasó mucho tiempo en las Islas. Con mi compañía junto con el Regimiento fuímos el mismo 2 de abril, estuvimos setenta y seis días en Malvinas, regresamos recién a Sarmiento un 21 de junio. Uno trata de dejar a un costado lo feo y poner lo lindo, lo que te hace engrandecer”, remarcó.

“A mí por ejemplo me hizo muy resiliente; con muchas ganas de contar, de andar por todos lados y recorrer el país. Me gusta contarlo y a la vez, me hace bien”, cuenta Tahiana quien recordó un detalle disuasivo que permitió engañar a la flota inglesa. “Estábamos en la Isla Soledad, soportamos largas horas de bombardeo británico en nuestra posición en Bahía Zorro. Las principales bajas fueron provocadas por las bombas y los misiles enemigos. Nosotros utilizábamos carros en los que colocamos caños de PVC que simulaban ser cañones. Los aviones ingleses los bombardearon pensando que eran armas de verdad y al día siguiente, volvíamos a instalarlas. Eso permitió que se produjeran más bajas de soldados”, recordó.

“Pasaron diez años; la gestión de Alfonsín y la primera gestión de Menem fueron desmalvinizadoras. Hablar de Malvinas era mala palabra. Decir que eras veterano era no conseguir trabajo o si te guardabas el orgullo, cuando se enteraban te echaban”.

“Cuando todo terminó nos hicieron firmar un papel de confidencialidad y no podíamos contar nada. Cuando pudimos empezar a contar verdaderamente lo que ocurrió, más de uno ya no estaba. Lamentablemente cuando se pudo empezar a contar para sanar el alma ya muchos veteranos se quitaron la vida, casi tantos como los caídos en combate”, lamentó Marrone.

Destacó el profundo sentimiento “malvinero” que existe en la región y las demostraciones de reconocimiento que trascienden inclusive cada 2 de Abril. “Es lindo ver los monumentos y la manera de reivindicar a los veteranos, la valentía que se tuvo y estar cerca del mar, es como estar viendo las Islas. Es algo muy sanador, muy lindo y me siento orgullosa de que en Sarmiento figure mi nombre en una placa con todos los compañeros que fuimos. En la zona se valora mucho al veterano y me siento muy orgullosa por todo eso”.#