El lunes a la noche, Oscar Fabián Canquel discutió con su pareja, le dijo que había tomado veneno, dejó una carta para sus hijas y se marchó de su casa en Camarones.
Un rato más tarde, su hermano lo vio caminando solo cerca de la casa. Cuando la mujer le contó lo que había pasado y regresó a buscarlo, el hombre ya no estaba.
Esa noche fue la última vez que lo vieron a Canquel, hombre de campo, de 47 años. Este martes desde temprano la Policía lo busca intensamente y no hay ningún rastro de él.
La búsqueda está a cargo de la subcomisaria Daniela Millatrus, y el comisario Gabriel Miranda de la División Canes de Comodoro Rivadavia, además de personal policial local.
Por el momento, buscan indicios de su paradero a la vuelta de su casa donde su cuñado lo vio por última vez antes de que desaparecer completamente.
Un dato que llama la atención, según el relato policial, es que el hermano lo vio caminando por la calle y siguió de largo.
Hasta ahora lo buscaron por todo el pueblo, pero no hay ningún rastro de su paradero. Creen que el baqueano, que conoce la zona como la palma de su mano, pudo haber tomado algún camino alternativo para irse del pueblo.
El lunes a la noche, Oscar Fabián Canquel discutió con su pareja, le dijo que había tomado veneno, dejó una carta para sus hijas y se marchó de su casa en Camarones.
Un rato más tarde, su hermano lo vio caminando solo cerca de la casa. Cuando la mujer le contó lo que había pasado y regresó a buscarlo, el hombre ya no estaba.
Esa noche fue la última vez que lo vieron a Canquel, hombre de campo, de 47 años. Este martes desde temprano la Policía lo busca intensamente y no hay ningún rastro de él.
La búsqueda está a cargo de la subcomisaria Daniela Millatrus, y el comisario Gabriel Miranda de la División Canes de Comodoro Rivadavia, además de personal policial local.
Por el momento, buscan indicios de su paradero a la vuelta de su casa donde su cuñado lo vio por última vez antes de que desaparecer completamente.
Un dato que llama la atención, según el relato policial, es que el hermano lo vio caminando por la calle y siguió de largo.
Hasta ahora lo buscaron por todo el pueblo, pero no hay ningún rastro de su paradero. Creen que el baqueano, que conoce la zona como la palma de su mano, pudo haber tomado algún camino alternativo para irse del pueblo.