La investigación de la desaparición de Diego Barría hace más de un año en Puerto Visser, Comodoro Rivadavia, cobró un nuevo impulso con peritos de la Policía Federal Argentina, gracias a la insistencia de los familiares a los que no les cierra que haya sido un accidente.
En los últimos días, cinco peritos de Búsqueda de Personas de la Policía Federal, dependiente del Ministerio de Seguridad de la Nación, recorrieron con perros las zonas de la playa donde estuvo Barría, pero hasta el momento no encontraron nada.
La causa en la Fiscalía de Comodoro Rivadavia en principio parecía que iba camino a cerrarse, pero los reclamos de justicia de los familiares dieron un nuevo giro a la investigación que podría llegar a cambiarle la carátula a un “homicidio”. Esto dependerá de las conclusiones a las que arriben los investigadores en las próximas horas.
Según fuentes extraoficiales, los peritos de la Federal regresaron con más dudas que certezas respecto de lo que pudo haber ocurrido aquella noche de verano. Por eso no se descarta que la investigación vuelva a foja cero y se hagan todas las pericias de nuevo.
Barría, de 32 años, padre de tres hijos, quien estaba en pareja, el 18 de febrero a la tarde salió de Comodoro Rivadavia en cuatriciclo con una mochila por Playa Visser para ir al campo, pero nunca llegó a destino. En su trayecto pasó al menos por dos puestos de pescadores que lo vieron esa noche.
El cuatriciclo fue hallado averiado en la orilla y a unos metros estaba el casco roto. También en la escena encontraron lentes de sol y un estuche, pero ni rastros de la mochila con las demás pertenencias.
Las primeras hipótesis apuntaban a que Barría había chocado con una piedra, y la marea había arrastrado el cuerpo.
Desde el primer día de la búsqueda a la familia no le terminó de cerrar que se hubiera accidentado. Siempre creyeron que había algo más detrás que los investigadores estaban pasando por alto.
Luego un encontró rastros epiteliales con un tatuaje similar al de Barría dentro del estómago de un cazón, lo que llevó a los investigadores a concluir que el joven había sido arrastrado por la marea.
No obstante, las pruebas de ADN realizadas en estos restos no fueron concluyentes, es decir, que no pudieron certificar que se tratara de los restos del joven desaparecido.
En tanto, las pericias realizadas al cuatriciclo averiado excluyeron la presencia de terceras personas en la escena, lo que terminaba por derribar la teoría de que Barría pudo haber sido emboscado esa noche en la playa.
Así y todo, en la medida en que la causa se enfriaba, los familiares comenzaron a movilizarse pidiendo respuestas.
De las pericias de la Policía Federal, en la órbita del Ministerio de Justicia de la Nación, dependerá ahora si la desaparición de Barría da un giro inesperado y se investiga como homicidio o queda archivado como un desgraciado accidente.
La investigación de la desaparición de Diego Barría hace más de un año en Puerto Visser, Comodoro Rivadavia, cobró un nuevo impulso con peritos de la Policía Federal Argentina, gracias a la insistencia de los familiares a los que no les cierra que haya sido un accidente.
En los últimos días, cinco peritos de Búsqueda de Personas de la Policía Federal, dependiente del Ministerio de Seguridad de la Nación, recorrieron con perros las zonas de la playa donde estuvo Barría, pero hasta el momento no encontraron nada.
La causa en la Fiscalía de Comodoro Rivadavia en principio parecía que iba camino a cerrarse, pero los reclamos de justicia de los familiares dieron un nuevo giro a la investigación que podría llegar a cambiarle la carátula a un “homicidio”. Esto dependerá de las conclusiones a las que arriben los investigadores en las próximas horas.
Según fuentes extraoficiales, los peritos de la Federal regresaron con más dudas que certezas respecto de lo que pudo haber ocurrido aquella noche de verano. Por eso no se descarta que la investigación vuelva a foja cero y se hagan todas las pericias de nuevo.
Barría, de 32 años, padre de tres hijos, quien estaba en pareja, el 18 de febrero a la tarde salió de Comodoro Rivadavia en cuatriciclo con una mochila por Playa Visser para ir al campo, pero nunca llegó a destino. En su trayecto pasó al menos por dos puestos de pescadores que lo vieron esa noche.
El cuatriciclo fue hallado averiado en la orilla y a unos metros estaba el casco roto. También en la escena encontraron lentes de sol y un estuche, pero ni rastros de la mochila con las demás pertenencias.
Las primeras hipótesis apuntaban a que Barría había chocado con una piedra, y la marea había arrastrado el cuerpo.
Desde el primer día de la búsqueda a la familia no le terminó de cerrar que se hubiera accidentado. Siempre creyeron que había algo más detrás que los investigadores estaban pasando por alto.
Luego un encontró rastros epiteliales con un tatuaje similar al de Barría dentro del estómago de un cazón, lo que llevó a los investigadores a concluir que el joven había sido arrastrado por la marea.
No obstante, las pruebas de ADN realizadas en estos restos no fueron concluyentes, es decir, que no pudieron certificar que se tratara de los restos del joven desaparecido.
En tanto, las pericias realizadas al cuatriciclo averiado excluyeron la presencia de terceras personas en la escena, lo que terminaba por derribar la teoría de que Barría pudo haber sido emboscado esa noche en la playa.
Así y todo, en la medida en que la causa se enfriaba, los familiares comenzaron a movilizarse pidiendo respuestas.
De las pericias de la Policía Federal, en la órbita del Ministerio de Justicia de la Nación, dependerá ahora si la desaparición de Barría da un giro inesperado y se investiga como homicidio o queda archivado como un desgraciado accidente.