Si el póker está viviendo una efervescencia a nivel mundial desde hace ya varios años, mucho se le debe al ya mencionada versión.
A menudo se piensa equivocadamente que el Texas Hold’em es la única opción, cuando existen otras variantes de juegos de poker disponibles para los aficionados. Y es que su popularidad ha crecido tanto y su práctica se ha generalizado a tal grado que ha hecho que millones de jugadores nuevos solamente conozcan esta variante. ¿Qué otras versiones hay de este desafiante y emocionante juego de cartas? ¿Siempre ha sido el Texas Hold’em la variante más popular? Todas estas cuestiones surgen debido a la popularidad del juego en la actualidad pero sobre todo por el papel de los operadores que, además de facilitar información, seguridad y accesibilidad del juego a prácticamente cualquier jugador, han contribuido al aumento de la demanda de juegos de poker.
Se tiene registro de un puñado de variantes del póker con diferentes formas de juego, aunque casi todas cubiertas por reglas similares, casi estándar, se podría argumentar. Sin embargo, en esta ocasión nos centraremos en las dos vertientes más populares: Texas Hold’em y Omaha.
Se pueden identificar tres principales diferencias entre una variante y otra, las cuales son:
El Texas Hold’em no siempre fue lo que es hoy mismo: un juego dominante en las plataformas en línea y en los torneos y salas de juego presenciales. El póker, introducido en el mundo occidental desde hace ya más de dos siglos, tuvo otras variantes que fueron también bastante populares.
En tiempos modernos, era el Five Card Draw la versión que más se estilaba. También es conocido como “póker cerrado” o “póker tapado” porque el jugador recibe cinco cartas privadas y que puede descartar cuantas crea convenientes. En una partida de Five Card Draw, la dinámica va más o menos así: ya con cinco cartas en mano, se inicia la primera ronda de apuestas, previo al descarte; después, se reparten nuevas cartas y termina la posibilidad de nuevos descartes; de faltar cartas, las sobrantes que fueron desechadas son barajadas de nuevo y se reparten a los jugadores que aún le hagan falta. Por último, se hace la segunda y última ronda de apuestas, resultando ganador quien tenga la mejor mano que los demás rivales.
¿Por qué explicamos el Five Card Draw para dar respuesta a la popularidad del Texas Hold’em? Porque esta variante ya pasada de moda fue la introducción al mundo del póker para muchos. Pero fue hasta la expansión del Texas Hold’em en las salas de juegos y, posteriormente, en línea, que lo que afianzó la pasión por el juego. ¿La principal explicación de ello? La sencillez del Texas y la posibilidad que tiene de volverse bastante emocionante en pocos pasos.
Entonces, con más público prefiriendo el Texas Hold’em, no tardaron los principales organizadores de torneos en saber que esto era la respuesta para hacer crecer la afición al póker.
Si el póker está viviendo una efervescencia a nivel mundial desde hace ya varios años, mucho se le debe al ya mencionada versión.
A menudo se piensa equivocadamente que el Texas Hold’em es la única opción, cuando existen otras variantes de juegos de poker disponibles para los aficionados. Y es que su popularidad ha crecido tanto y su práctica se ha generalizado a tal grado que ha hecho que millones de jugadores nuevos solamente conozcan esta variante. ¿Qué otras versiones hay de este desafiante y emocionante juego de cartas? ¿Siempre ha sido el Texas Hold’em la variante más popular? Todas estas cuestiones surgen debido a la popularidad del juego en la actualidad pero sobre todo por el papel de los operadores que, además de facilitar información, seguridad y accesibilidad del juego a prácticamente cualquier jugador, han contribuido al aumento de la demanda de juegos de poker.
Se tiene registro de un puñado de variantes del póker con diferentes formas de juego, aunque casi todas cubiertas por reglas similares, casi estándar, se podría argumentar. Sin embargo, en esta ocasión nos centraremos en las dos vertientes más populares: Texas Hold’em y Omaha.
Se pueden identificar tres principales diferencias entre una variante y otra, las cuales son:
El Texas Hold’em no siempre fue lo que es hoy mismo: un juego dominante en las plataformas en línea y en los torneos y salas de juego presenciales. El póker, introducido en el mundo occidental desde hace ya más de dos siglos, tuvo otras variantes que fueron también bastante populares.
En tiempos modernos, era el Five Card Draw la versión que más se estilaba. También es conocido como “póker cerrado” o “póker tapado” porque el jugador recibe cinco cartas privadas y que puede descartar cuantas crea convenientes. En una partida de Five Card Draw, la dinámica va más o menos así: ya con cinco cartas en mano, se inicia la primera ronda de apuestas, previo al descarte; después, se reparten nuevas cartas y termina la posibilidad de nuevos descartes; de faltar cartas, las sobrantes que fueron desechadas son barajadas de nuevo y se reparten a los jugadores que aún le hagan falta. Por último, se hace la segunda y última ronda de apuestas, resultando ganador quien tenga la mejor mano que los demás rivales.
¿Por qué explicamos el Five Card Draw para dar respuesta a la popularidad del Texas Hold’em? Porque esta variante ya pasada de moda fue la introducción al mundo del póker para muchos. Pero fue hasta la expansión del Texas Hold’em en las salas de juegos y, posteriormente, en línea, que lo que afianzó la pasión por el juego. ¿La principal explicación de ello? La sencillez del Texas y la posibilidad que tiene de volverse bastante emocionante en pocos pasos.
Entonces, con más público prefiriendo el Texas Hold’em, no tardaron los principales organizadores de torneos en saber que esto era la respuesta para hacer crecer la afición al póker.