La gastronomía de la cerveza artesanal, ha tenido un crecimiento importante en distintas regiones, y en Esquel desde hace varios años es parte de la producción y la economía local.
Es así que son varios los locales que ofrecen variedad de cervezas, en ambientes a los que el público concurre a compartir, y a degustar picadas y otras comidas. La anoche esquelenese se nutre de esta invitación para locales y turistas.
Pero, también se presentan dificultades para mantener el negocio, ya que distintas circunstancias despiertan incertidumbre entre productores y dueños de cervecerías. A principios de este año, cerró Heiskel de Randal Williams, y puso en venta la maquinaria para elaborar la cerveza artesanal. El empresario en ese entonces divulgó en redes sociales “cerramos la fábrica. Después de 15 años de esfuerzos, crecimientos, risas, tristezas, shows, personas, etcétera. Se apagaron los fuegos y los fríos”.
En la decisión de Williams se conjugaron varias causas. Manifestaba a principios de febrero, que “no es fácil producir en Esquel. Pero preferimos no estancarnos en esta cuestión, ya que será para el momento que quieran escuchar y cambiar algo”, obviamente sin dejar de mencionar la crisis nacional que atravesamos.
Asimismo analizó que se perdió la plaza Esquel para los productores locales, iudicando que Bariloche se lleva más porciones de la torta que los locales. “Entran sin ningún tipo de control, y las consecuencias son estas. No me voy a quedar sosteniendo una bandera de producción local cuando a nadie le importa”, fue el mensaje cuando cerró Heiskel.
En ese punto del mercado de la cerveza artesanal, los productores de Esquel consideran que uno de los efectos negativos que impacta en el sector, son las cervezas que han entrado al mercado local de Bariloche y la Comarca Andina, que se han metido en la preferencia de muchos, y no se puede competir con los precios. “Lamentablemente van a quedar los grandes”, reflexionan productores cerveceros de Esquel.
Una más
En los últimos días, otra cervecería de varios años anunció su cierre. Otto Beer Cervecería que funcionaba en la avenida Ameghino casi 25 de Mayo en el centro, este fin de semana ya no abrió, y lo comunicó Carlos Crettón, su responsable.
“Con el dolor en el alma comunico a nuestros amigos y clientes, el fin de Otto Beer Cervecería, proyecto concretado y sostenido por tantos años, refugio y cuna de muchos artistas. Esta crisis nos afectó demasiado a nosotros y a nuestros clientes; el aumento exponencial de los servicios, un factor determinante en esta decisión”.
Recalcó que “sostuvimos hasta donde pudimos, tal vez por demás, pero creemos en lo que hacíamos y le poníamos lo mejor siempre. Agradecido del gran grupo de trabajo con el que contaba, como personas y como profesionales en cada área; la excelencia de nuestra comida, la atención y predisposición siempre estuvo”, y destacó al colectivo de artistas de diferentes rubros, que le pusieron su granito de arena al proyecto de bar cultural, durante tanto tiempo.
Lo cierto es que quienes por las noches pasan por la avenida Alvear, el sábado las luces de Otto Beer ya estaban apagadas, y quedará sólo el recuerdo de haber compartido en ese lugar una rica comida, la presencia de artistas, y una buena cerveza artesanal. Para concluir, así como cierran locales, también dejan la actividad productores de cervezas.
La gastronomía de la cerveza artesanal, ha tenido un crecimiento importante en distintas regiones, y en Esquel desde hace varios años es parte de la producción y la economía local.
Es así que son varios los locales que ofrecen variedad de cervezas, en ambientes a los que el público concurre a compartir, y a degustar picadas y otras comidas. La anoche esquelenese se nutre de esta invitación para locales y turistas.
Pero, también se presentan dificultades para mantener el negocio, ya que distintas circunstancias despiertan incertidumbre entre productores y dueños de cervecerías. A principios de este año, cerró Heiskel de Randal Williams, y puso en venta la maquinaria para elaborar la cerveza artesanal. El empresario en ese entonces divulgó en redes sociales “cerramos la fábrica. Después de 15 años de esfuerzos, crecimientos, risas, tristezas, shows, personas, etcétera. Se apagaron los fuegos y los fríos”.
En la decisión de Williams se conjugaron varias causas. Manifestaba a principios de febrero, que “no es fácil producir en Esquel. Pero preferimos no estancarnos en esta cuestión, ya que será para el momento que quieran escuchar y cambiar algo”, obviamente sin dejar de mencionar la crisis nacional que atravesamos.
Asimismo analizó que se perdió la plaza Esquel para los productores locales, iudicando que Bariloche se lleva más porciones de la torta que los locales. “Entran sin ningún tipo de control, y las consecuencias son estas. No me voy a quedar sosteniendo una bandera de producción local cuando a nadie le importa”, fue el mensaje cuando cerró Heiskel.
En ese punto del mercado de la cerveza artesanal, los productores de Esquel consideran que uno de los efectos negativos que impacta en el sector, son las cervezas que han entrado al mercado local de Bariloche y la Comarca Andina, que se han metido en la preferencia de muchos, y no se puede competir con los precios. “Lamentablemente van a quedar los grandes”, reflexionan productores cerveceros de Esquel.
Una más
En los últimos días, otra cervecería de varios años anunció su cierre. Otto Beer Cervecería que funcionaba en la avenida Ameghino casi 25 de Mayo en el centro, este fin de semana ya no abrió, y lo comunicó Carlos Crettón, su responsable.
“Con el dolor en el alma comunico a nuestros amigos y clientes, el fin de Otto Beer Cervecería, proyecto concretado y sostenido por tantos años, refugio y cuna de muchos artistas. Esta crisis nos afectó demasiado a nosotros y a nuestros clientes; el aumento exponencial de los servicios, un factor determinante en esta decisión”.
Recalcó que “sostuvimos hasta donde pudimos, tal vez por demás, pero creemos en lo que hacíamos y le poníamos lo mejor siempre. Agradecido del gran grupo de trabajo con el que contaba, como personas y como profesionales en cada área; la excelencia de nuestra comida, la atención y predisposición siempre estuvo”, y destacó al colectivo de artistas de diferentes rubros, que le pusieron su granito de arena al proyecto de bar cultural, durante tanto tiempo.
Lo cierto es que quienes por las noches pasan por la avenida Alvear, el sábado las luces de Otto Beer ya estaban apagadas, y quedará sólo el recuerdo de haber compartido en ese lugar una rica comida, la presencia de artistas, y una buena cerveza artesanal. Para concluir, así como cierran locales, también dejan la actividad productores de cervezas.